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Publicamos un artículo de nuestra sección en Francia, Révolution Internationale, que comenta un folleto que defiende aparentemente una lucha contra la explotación y la situación intolerable que sufrimos todos los trabajadores. Sin embargo, más allá de las posibles buenas intenciones de sus autores lo que defiende el folleto es una protesta como ciudadanos, un ser más solidarios en la vida cotidiana, un rechazo a “los políticos” sin precisar lo esencial: que ellos son engranajes del Estado Capitalista, defensor y legitimador de los sufrimientos de los trabajadores y de la gran mayoría. El folleto pretende que al interior de la nación se puede obtener una “nueva vida” para los de abajo.
El populismo de derecha de Trump y Le Pen defiende la nación y las relaciones capitalistas con sus argumentos abiertamente repugnantes de tipo racista, xenófobo, excluyente, de búsqueda de chivos expiatorios. Defienden al Capital con “malas intenciones”. Pero hay otros defensores del capital que se presentan con las mejores “buenas intenciones” como los del folleto. Ni buenas ni malas intenciones, lo que necesitamos es una crítica radical y a fondo del capitalismo y eso solo puede ser realizado por la lucha del proletariado y sus principios.
Recientemente salió un pequeño libro publicado por la Editorial Flammarion titulado: On Vaut Mieux Que Ca[1]. Este libro fue escrito por un colectivo del mismo nombre fundado por varios Youtubeurs[2] con ocasión de la ley El Khomri: "Debemos dar gracias al proyecto de ley El Khomri. Fue la gota de agua que hizo estallar nuestra indignación y nos reunió junto a otros alrededor de la iniciativa: On Vaut Mieux Que Ca. Antes estábamos en rebeldía, pero aislados, esta fue una oportunidad para inscribir nuestro proyecto colectivo en un movimiento más amplio, pero ello no fue ni el iniciador, ni el motor, ni el cerebro, sino, más bien, un combustible más entre otros”. El otro “carburante” de este "proyecto colectivo" fue, sin duda, la extraordinaria publicidad que hizo el conjunto de partidos de "izquierda" y la prensa burguesa mientras que el movimiento en contra de la ley El Khomri todavía no había comenzado. En la medida en que lo que está de moda es "el apoliticismo" On Vaut Mieux Que Ca, dice no tener "nexo con los políticos"[3]. Que esta declaración sea verdad o no, nos lo dice más bien el discurso del colectivo que está perfectamente politizado y se inscribe en línea recta con ¡Democracia real Ya!, con Attac y toda la feliz compañía de reformistas "radicales" del aparato político burgués[4]. Así que su libro, por desgracia, no es una excepción a la regla.
Para demostrar lo que padecen millones de personas, los autores describen las angustias de los que trabajan, los precarios, los que están desempleados, angustias que conducen a algunos al suicidio. La descripción de lo que vive la mayoría de la población, es muy reveladora. Por contra, no se encuentra, ni una sola vez, la palabra "proletarios," ni el término "clase obrera". De hecho, para el colectivo, los trabajadores, los asalariados, no pertenecen a una clase social. Ellos son tan sólo "ciudadanos", al igual que un comerciante, un patrón o un político. En el sitio web del colectivo, por lo demás, se destaca: "Invitamos a todo mundo a dar su testimonio: asalariados, trabajadores, empresarios de pequeñas y medianas empresas". La clase obrera diluida en el gran relleno nacional, no tiene más que formarse, del brazo de sus explotadores (por cierto, sólo con aquellos que respetan la ley en vigor!), después de todo, no son más que "ciudadanos" inofensivos.
¿Cuál es la causa de esta vida indigna e inhumana en la que no somos más que cosas, un número, una variable que se arroja al igual que un Kleenex, en donde se nos exige que mantengamos cadencias que rompen nuestros riñones, espaldas y nos dejan todos estresados? El libro trata de responder, pero por ningún lado encontramos alguna referencia o alguna denuncia hacia el sistema capitalista. Por contra, nos encontramos con el mismo discurso manejado por los instigadores de Nuits debout[5], de DRY, de Attac, del Frente de Izquierda, etc. Así, leemos: "Muchos creían – casi la mitad - que los políticos (con sus discursos tan bien escritos) serían nuestros defensores y que iban a guardar las promesas hechas con la mano sobre el corazón cuando nos convencieron de confiarles el poder. Que iban a salvar el clima, proteger nuestra salud, nuestra seguridad, reducir el desempleo y al mundo financiero. ¿Qué hicieron? No es que hayan perdido la batalla contra los banqueros, los lobbies y las grandes corporaciones, es que se negaron a luchar contra ellos. Lo que es peor, ni siquiera se escondieron, incluso hoy en día, para hacer estallar el champán con los que llamaron, a veces, ayer, adversarios”. Pero ¿por qué el Estado tendría que librar una "batalla" contra su razón de ser, la defensa, a toda costa, de las relaciones capitalistas de dominación? En realidad, On Vaut Mieux Que Ca, transmite la imagen de un "estado neutro", "por encima de las clases" y que podría, a fuerza de buena voluntad, dirigir la "batalla" por el bien de… la nación: "Soñamos con un país que coloque a sus ciudadanos por encima de criterios de equilibrios presupuestarios. Soñamos con un país que garantice a todos un medio ambiente saludable y sostenible. Soñamos con un país construido sobre el sentido común, en donde el valor de las personas esté primero que el de las cosas. Soñamos con un país que proteja a todos sus niños sin distinción. Soñamos con un país que dé a todos la mejor atención, la mejor alimentación y la mejor educación. Soñamos con un país que nos anime a dar lo mejor de nosotros mismos”.
On Vaut Mieux Que Ca, pregunta en seguida: "¿Qué hacer ante un sistema defectuoso, en donde no podemos confiar en los políticos para hacer más dignas y más humanas nuestras vidas? “Para el colectivo, esto pasa a través de gestos y actos de solidaridad en el lugar de trabajo y en la vida cotidiana. El libro demuestra que esta ayuda mutua está creciendo más y más y que a través de esta solidaridad "es cada vez más probable entender que el mundo se torna más habitable que lo que pretenden sus decisiones. Y aún más, se empieza a cruzar entre sí. Ciertamente, uno puede a veces sentirse solo en esta realidad, pero basta tan sólo con mirar hacia arriba para reconocer a todos aquellos que la viven también. Nuestra exasperación y aspiraciones, lejos de ser marginales, en realidad son compartidas por una gran mayoría de gentes que se reconocen a sí mismas. Empezamos a entender: no estamos solos, somos el mundo que gira, ya estamos juntos. Al tomar conciencia, al reconocernos en el otro, nos volvemos más que una suma de individuos aislados. Nos convertimos en una fuerza creativa”. Si esta ayuda mutua puede permitir no sentirse solo, reconocerse en el otro porque habita en el mismo barco, permite desarrollar iniciativas creadoras, ¿esto es suficiente para volver más digna y más humana la vida de los explotados? Como revolucionarios, nosotros creemos que no. Recobrar la dignidad, tener una vida verdaderamente humana, sólo es posible mediante la lucha con el firme propósito de destruir las relaciones sociales capitalistas, las naciones, la explotación de una clase por otra, que son la base de esta indigna e inhumana existencia. On Vaut Mieux Que Ca, nos llama a defender los valores que no son, ni más ni menos, que los de la burguesía: la democracia, la falsa solidaridad de la ciudadanía y de la nación. Una real perspectiva solo pasa a través de la lucha unida de la clase obrera a escala internacional por una sociedad sin clases: el comunismo.
Cealzo, 24 de mayo de 2016.
[1] Podríamos traducirlo por Vale la pena.
[2] Se trata de videograbadores que publican en línea (en la plataforma de YouTube) vídeos sobre temas culturales, científicos, de entretenimiento, etc.
[3] Ver el sitio del colectivo: https://www.facebook.com/OnVautMieux/