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Ante las reciente convocatorias sindicales que siempre desmoralizan muchos compañeros se preguntan el por qué. Aportamos argumentos para una discusión que nos lleve a como luchar con fuerza contra una situación insoportable
En septiembre de 2011 los trabajadores de la enseñanza de Madrid respondieron a los 3000 despidos y la ampliación de la jornada laboral decretados por la presidenta Aguirre mediante asambleas masivas uniendo a padres, estudiantes y a todos los sectores de la enseñanza. Los 5 sindicatos de la enseñanza hicieron todo lo posible para boicotear esta iniciativa hasta conseguir hacerse con el control de la lucha. ¿Cuál fue el resultado? Las asambleas masivas fueron reemplazadas por “encuestas” y reuniones de comités sindicales, los profesores se quedaron solos, las manifestaciones eran cada vez menos concurridas, al final, la lucha acabó y las medidas del gobierno autonómico acabaron imponiéndose[1].
En febrero 2012, los estudiantes de enseñanza media de Valencia hicieron frente a una salvaje represión saliendo todos los días a la calle y llamando a la solidaridad de los trabajadores. Esta se extendió a toda España y el gobierno central tuvo que retirar sus medidas represivas[2]. Los sindicatos acudieron presurosos a tomar en sus manos la lucha contra la represión y la reforma laboral, organizaron una “huelga general” para el 29 de marzo. Esta resultó una gran estafa. Ante la decepción de muchos trabajadores, prometieron nuevas movilizaciones. Se limitaron a convocar manifestaciones para finales de abril y el primero de mayo… Resultado: la Reforma Laboral ha sido aplicada con todas sus graves consecuencias[3]
El 11 de julio, el Gobierno Rajoy adopta el peor programa de austeridad en más de 50 años. Los sindicatos se callan. Pero el mismo 11 empiezan las manifestaciones espontáneas sobre todo en Madrid. Ante ello, los sindicatos “se despiertan” y ofrecen sus “buenos servicios”: convocan para el 19 de julio manifestaciones en toda España con una gran asistencia. Sin embargo, pese al interés y la rabia de la gente, los sindicatos –una vez más- aplazan las acciones para un futuro lo más lejano posible: una marcha a Madrid para el 15 de septiembre, un referéndum para octubre, una nueva huelga general no se sabe cuando. Es decir, ¡han echado un cubo de agua helada a la combatividad y la rabia de los trabajadores!
En teoría, si queremos movilizarnos hemos de ir a las oficinas sindicales, pero la realidad práctica demuestra todo lo contrario: los sindicatos solo sirven para desmovilizarnos. ¿Por qué? Vamos a intentar aportar argumentos para una respuesta[4].
Encuentros secretos entre sindicatos y gobernantes
Pocos días después de las manifestaciones del 19 de julio se ha sabido que los jefes de CCOO y UGT tuvieron un encuentro a primeros de julio con Frau Merkel. A esta visita le siguió otra a la Moncloa para hablar con Rajoy.
Podemos ser ingenuos y pensar que se trataba de visitas de cortesía. Sin embargo, podemos aportar otra explicación que pensamos más acertada. En estos encuentros secretos, Merkel, el Gobierno y los sindicatos han pactado con toda probabilidad una estrategia contra los trabajadores.
Quisiéramos aportar unos datos que dan fundamento a esta explicación. Antes de la huelga del 29 de marzo hubo encuentros por separado entre Rajoy y cada líder sindical pero más aún: la vicepresidenta del Gobierno reconoció que hubo ¡33 reuniones técnicas entre representantes gubernamentales y sindicales! ¿Para qué tanta reunión? ¿Se arregló algo con esos encuentros? ¿Salió de ahí alguna mejora? Todos sabemos la respuesta ¡NO! Por tanto, ¿No es lógico pensar que en estos encuentros lo único que se ha hecho es conspirar contra los trabajadores?
Y esto no es ninguna novedad porque a lo largo de la historia muchos golpes a los trabajadores se han visto precedidos por reuniones secretas entre sus enemigos descarados (los gobiernos) y sus falsos amigos (los sindicatos y los partidos de izquierda). Cuando en 1980-81 hubo una enorme huelga masiva en Polonia, en tiempo del régimen llamado “comunista”, el sindicato Solidarnosc fue desmovilizando gradualmente a los trabajadores, pero hacía falta un golpe de gracia que se materializó en el Estado de Sitio decretado por el General Jaruslewsky –jefe del Estado en ese momento- el 13 de diciembre de 1981. Pues bien, dos días antes del golpe hubo una reunión secreta entre dicho General, el Cardenal Primado de Polonia y el jefe de Solidarnosc, Lech Walesa[5] ¡No hace falta ser un lince para comprender que en dicho conciliábulo se preparó el golpe represivo que llevó a la muerte de cientos de obreros, a la detención de miles y a que el ejército inundara minas con los mineros dentro![6]
Los sindicatos movilizan para desmovilizar
Según la ideología democrática, Gobierno, Patronal y Sindicatos, son “socios” que llegan a acuerdos “en beneficio de todos”. En la práctica, estos socios siempre actúan contra los trabajadores, tanto cuando oficialmente están “de acuerdo” como cuando cara la galería “rompen las conversaciones”.
Sabemos lo que hacen tanto gobierno como patronal, no tenemos ilusiones sobre ellos, no se molestan en esconder su odio contra los trabajadores y su voluntad de imponer los peores sacrificios. Pero ¿qué hacen los sindicatos? ¿Cuál es el papel del socio sindical?
Una primera tarea de los sindicatos es organizar movilizaciones que en realidad desmovilizan y dividen a los trabajadores. Las acciones de “lucha” de CCOO y UGT llevan la pólvora mojada. Las convocatorias sindicales siempre tienen el “paso cambiado”: cuando la gente tiene ganas los sindicatos desmovilizan y no convocan nada, mientras que cuando la gente está cansada y desorientada entonces multiplican sus “actos de lucha”. Mucha gente está harta de las pantomimas de “huelga general”, de las “manifestaciones procesión”, de las luchas aisladas encerradas en el sector o en una empresa determinada.
Este problema se ha visto en la lucha de los mineros. Estos han sido encerrados en una lucha por “salvar la minería nacional” y toda la combatividad y el malestar han sido canalizados hacia enfrentamientos estériles con la policía para cortar líneas ferroviarias o autovías. Sin embargo, cuando el 11 de julio, en la marcha minera a Madrid muchos trabajadores de la capital han acudido a la manifestación a mostrar su solidaridad, a empezar a ponerse ellos mismos en lucha, entonces los sindicatos se han apresurado a devolver a los mineros a sus casas y a desconvocar la lucha prometiendo futuras movilizaciones lo más lejanas posible.
La trampa nacional
Las manifestaciones del 19 de julio fueron convocadas bajo el lema “Quieren hundir el país”. Según los sindicatos, Merkel quiere hundir España y, según ellos, el Gobierno Rajoy se comporta como un criado complaciente. El objetivo sería pues “salvar el país” frente a Merkel y Rajoy.
Maquiavelo, el filósofo que inspiró desde el siglo XVI a las sucesivas generaciones gobernantes, decía que el buen hombre de Estado ha de presentar sus intereses particulares como el interés de sus súbditos. Una de las mayores mentiras con las que la minoría explotadora ha apuntalado su dominación ha sido hacernos creer que la nación es de todos, que es una comunidad donde explotadores y explotados tenemos un interés y un lazo común. Ese “interés común” es el disfraz de los intereses particulares y egoístas de los capitalistas. Porque ¿Qué es la nación? La nación es la finca privada del conjunto de capitalistas que actúan en un país. Defender la nación es defender esa finca privada, es hacer que los trabajadores renunciemos a nuestros propios intereses y al futuro de toda la humanidad para hacer de tontos útiles de los intereses capitalistas, de carne de cañón de su guerra contra los demás estados capitalistas.
Rajoy no se cansa de repetir que sus medidas salvajes son “por el bien de todos los españoles”. Cada vez menos gente le cree, hasta sus votantes están dejando de creerle. Entonces ¿Cómo seguir haciendo creíble la gran mentira de que el interés nacional es el “interés de todos”? Ahí entran los sindicatos que nos proponen que seamos los trabajadores con movilizaciones interclasistas donde unidos a policías, políticos “honrados”, empresarios productivos, “emprendedores” etc., quienes salvemos el país.
Luchar por el interés nacional es la mejor manera de aceptar la austeridad, los despidos, el paro, los desahucios, y lo que es el sacrificio supremo: la guerra[7]. Con la misma fuerza que nos ata al capital nos separa y opone a los trabajadores del mundo entero que son los únicos con los que podemos contar, con quienes podemos forjar un frente unitario y solidario contra el capital para crear una sociedad nueva liberada de las clases, los Estados, las fronteras nacionales, una comunidad humana mundial.
La trampa del referéndum
Ante los recortes, los sindicatos proponen como alternativa un Referéndum sobre el Gobierno Rajoy. Argumentan que Rajoy ha cometido un fraude a los electores, se había postulado con un programa y en el gobierno ha aplicado otro. Tienen razón pero ¡eso es lo que hacen todos los gobiernos no solo en España sino en cualquier país del mundo! Las elecciones son siempre un fraude porque todos los partidos prometen una cosa y cuando están en el gobierno hacen otra completamente distinta, cuando están en la oposición dicen lo que nunca harán y cuando están en el gobierno hacen lo que nunca habían dicho. Esa es la esencia del Estado democrático: el partido que gana hace bueno al anterior y el que vendrá hace bueno al que está ahora.
¡Y la alternativa de los sindicatos es un referéndum para tirar a Rajoy por fraude y encumbrar al siguiente para que nos cuele un nuevo fraude! Es decir, atarnos al fraude permanente.
¿Cómo podemos romper esa cadena interminable de fraudes que nos llevan al desengaño, a la desmoralización, a desmovilizarnos y encerrarnos asqueados en “nuestros asuntos”?
Pues rompiendo con el planteamiento sindical y la participación en referéndum y elecciones. El voto siempre tiene trampa y siempre es un fraude. Se basa en la suposición de la “libre elección” de una suma de individuos ciudadanos que supuestamente son soberanos. Pero ¡eso es un engaño! Porque estamos sometidos a unas condiciones de vida alienantes, atomizados, enfrentados a los demás; porque sufrimos la intoxicación cotidiana de los medios de comunicación que nos manipulan; porque la ideología dominante nos hace enfrentarnos unos con otros y luchar por los intereses de la minoría en lugar de luchar por nuestros propios intereses. En tales condiciones no hay libre elección sino que siempre se elige lo que el Capital y su Estado quieren. Votes al partido que votes, digas si o digas no, siempre estás eligiendo lo que el capital necesita.
En segundo lugar, el voto es para delegar la gestión de nuestros asuntos en una minoría de políticos profesionales y de líderes sindicales a quienes otorgamos un cheque en blanco para que “nos defiendan” cuando lo que hacen siempre –y no puede ser de otra manera- es defender los intereses del capital y del Estado.
Al trazarnos como objetivo de lucha el Referéndum, los sindicatos lo que hacen oponerse y sabotear lo que sería el principio de la solución a los graves problemas que tenemos los trabajadores y la humanidad: las Asambleas Generales y la lucha unitaria, directa y masiva. Estas se basan en la fuerza que da la asociación: unirse de forma solidaria y empática para que cada cual de lo mejor de sí mismo por el objetivo común de todos. Discutir, decidir juntos, responsabilizarse todos de las decisiones tomadas. La lucha autónoma como clase explotada frente a la lucha sindical con su desmovilización y sus trampas.
Smolny 31-8-12
[1] Ver ¡Solidaridad con los trabajadores de la enseñanza! /content/3219/solidaridad-con-la-lucha-de-los-trabajadores-de-la-ensenanza
[2] Ver Ante la escalada represiva en Valencia, https://es.internationalism.org/node/3324 , y ¿Por qué nos consideran sus enemigos? https://es.internationalism.org/node/3330
[3] Ver Incidentes de Barcelona: el blindaje represivo del Estado https://es.internationalism.org/node/3373 y nuestra hoja ante la jornada del 29 M https://es.internationalism.org/node/3363
[4] Ver en Apuntes sobre la cuestión sindical https://es.internationalism.org/node/3103 un estudio más teórico e histórico sobre el origen, la naturaleza y la función de los sindicatos.
[5] Hay que señalar que el Señor Walesa pasó de jefe del sindicato a jefe del Estado en los años 90.
[6] Para conocer la experiencia de la huelga de masas en Polonia ver https://es.internationalism.org/node/2307 y https://es.internationalism.org/node/2318 .
[7] Ver Ante la crisis, la respuesta internacionalista contra la respuesta nacionalista https://es.internationalism.org/node/3422