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Publicamos a continuación nuestra respuesta a algunas preguntas que obreros combativos se formulan en torno a los sindicatos. Invitamos a todos los lectores interesados en reflexionar sobre este tema a leer nuestro folleto "Los sindicatos contra la clase obrera". Este folleto se puede encontrar en nuestra página de Internet o puede solicitarse en la dirección de correo de nuestras secciones territoriales (ver la página VIDA DE LA ORGANIZACIÓN para recabar tal información)[1].
¿Existen "buenos" y "malos" sindicatos?
Para nosotros, la respuesta es ¡¡¡ NO !!!. Todos los sindicatos, incluidos los que se presentan como “más radicales y combativos”, NO defienden los intereses de los trabajadores. Al contrario, defienden los intereses del capital y de su Estado. Su función más importante consiste en sabotear las luchas aparentando estar del lado de los trabajadores. Cuando organizan sus "jornadas de acción o de lucha para protestar contra las medidas de austeridad", cuando llaman a la "movilización", a las huelgas o manifestaciones, tan solo intentan controlar la cólera de los trabajadores, desviar su combatividad y llevarla a callejones sin salida. Todas las movilizaciones que realicemos tras los sindicatos, como demuestra la historia, nos llevan a la derrota y a la desmoralización. La aparente división entre los sindicatos "blandos" y los sindicatos de "izquierda" o "radicales" no sirve más que para dividir a la clase obrera, y a sabotear las condiciones de una verdadera lucha de nuestra clase.
Si no hay "buenos" o "malos" sindicatos, es porque el sindicalismo no es capaz de responder a las necesidades de las luchas de hoy en día. El sindicalismo se ha convertido en un arma para la burguesía contra la clase obrera. Los sindicatos se han convertido (desde de la Primera Guerra Mundial) en órganos del Estado Capitalista infiltrados en las filas obreras. Desde hace más de un siglo, su función consiste en dirigir las luchas para impedir que la clase obrera tome a cargo la dirección de sus combates, para impedirle que desarrolle su solidaridad y su unidad, elementos básicos para poder desarrollar las luchas de forma eficaz contra el capitalismo. Creer que existen "buenos" sindicatos es una pura ilusión. La prueba es que los más radicales (como por ejemplo la CGT francesa) no impiden reforzar a la burguesía sus ataques e imponer sus planes de austeridad. ¡Al contrario! La división entre los sindicatos sirve siempre para dividir a la clase obrera y llevarla a la derrota.
Todos los sindicatos son cómplices del Gobierno y la Patronal. Cuando negocian (siempre a las espaldas de los trabajadores), es para discutir con los representantes del Gobierno y la Patronal la forma de imponer los ataques a la clase obrera. ¡Todos los sindicatos tienen como misión encuadrar a la clase obrera para mantener el orden social del Capital ¡. Por esa razón, se reparten entre el trabajo entre ellos, en estrecha relación con los representantes de la clase dominante.
¿Se pueden reformar los sindicatos?
De nuevos afirmamos que ¡¡ NO ¡!. En la medida en que los sindicatos se han convertido en órganos de encuadramiento de la clase obrera y se han integrado definitivamente en el aparato del Estado burgués, no se pueden "reformar". Muchos trabajadores creen que son los burócratas sindicales los que están podridos y que sería suficiente con un cambio de dirección para que los sindicatos se convirtieran en verdaderos órganos de la clase obrera. ¡Esta idea es una pura ilusión ¡. Si los sindicatos no son "eficaces", no es a causa de que los "malvados líderes" traicionan a la "base". Es la forma sindical, en sí misma, la que se ha convertido en algo ineficaz y totalmente inadaptado a las necesidades de la lucha.
El sindicalismo es una ideología reformista basada sobre la división de la clase obrera en corporaciones o agrupaciones distintas, en sectores de oficios.
El sindicalismo es una ideología que siembra la ilusión de que hoy en día se puede luchar por conseguir reformas duraderas con el fin de mejorar las condiciones de vida de la clase obrera en el seno del capitalismo (como era el caso en el siglo XIX). Hoy en día, con el hundimiento del capitalismo en una crisis económica sin salida y que no va a dejar de agravarse, las únicas "reformas" duraderas son las que vienen impuestas por la burguesía, como por ejemplo la "reforma" del sistema de pensiones. Estas "reformas", en lugar de mejorar las condiciones de vida de los asalariados, no pueden más que hundirlos en la miseria y en una pobreza siempre creciente.
El sindicalismo siembra la ilusión de que luchando cada uno por su lado, tras reivindicaciones específicas en cada empresa, sector, corporación o nación se pueden conseguir las mejoras solicitadas. ¡Esto es simple y llanamente FALSO ¡.
Luchar cada uno en su rincón, de forma aislada siempre conduce a la derrota y la desmoralización. Solo la lucha masiva, aquella que engloba a todos los sectores de la clase obrera tras objetivos unitarios puede hacer retroceder al Gobierno y la patronal. Por eso, debemos luchar por romper las divisiones corporativas y sectoriales que los sindicatos nos quieren imponer.
No sirve para nada buscar "reformar" a los sindicatos o crear nuevos sindicatos. La prueba histórica reciente, más evidente: cuando se desarrollaron las luchas obreras en Polonia en 1.980, por ejemplo, los trabajadores albergaron la ilusión de que estaban creando un nuevo sindicato "libre" y "democrático" (el sindicato SOLIDARIDAD dirigido por Lech Walesa) y de ese modo podrían conseguir mejoras y reformas duraderas. Ya hemos visto lo que ha dado de sí este intento: gracias a la creación del sindicato "independiente" SOLIDARIDAD (apoyado sin reservas por los sindicatos de los países occidentales y de toda la burguesía de los Estados "democráticos") el general Jaruzelsky pudo decretar el estado de guerra y reprimir ferozmente a la clase obrera en Polonia[2]. Acto seguido, pudimos ver como el antiguo sindicalista Lech Walesa se convertía en el jefe del estado polaco y, sin ningún dolor de conciencia, se ha ocupado de gestionar los intereses de su capital nacional y de atacar a la clase obrera para salvaguardarlos.
¿Podemos ponernos en huelga sin pasar por los sindicatos?
¡¡ SI¡! Oficialmente, los trabajadores no tienen el "derecho" de luchar sin pasar por los sindicatos ya que son estos los que deben depositar el preaviso de huelga. El derecho de huelga es una "tolerancia" que la burguesía permite mantener siempre que no ponga en cuestión el orden establecido y que en modo alguno amenace al modo de explotación capitalista. La clase dominante de los países "democráticos" no puede tolerar las huelgas que constituyan un peligro para su dominación. Por eso, no duda en apoyar y financiar a los sindicatos.
La verdadera lucha de clases SIEMPRE es ilegal. Cuando los proletarios luchan para defender sus intereses contra los ataques de la burguesía, no pueden pedir autorización a sus explotadores. Cuando los explotados toman conciencia de que los sindicatos no defienden sus intereses, no siguen sus consignas y se ponen espontáneamente en lucha "salvaje". Cada vez que esto se produce (como vimos de forma magistral en Polonia en 1.980, pero además en numerosas luchas a menor escala que han explotado en los países "democráticos"), los trabajadores que han osado luchar sin seguir a los sindicatos han tendido que hacer vivir la solidaridad en y para el desarrollo de la lucha. Han buscado igualmente la unidad y la extensión de su movimiento a otros sectores. Han realizado la experiencia de tomar la lucha en sus propias manos y discutir las acciones y el camino a seguir en asambleas generales soberanas[3].
Hoy día, si la clase obrera tiene tantas dificultades para desarrollar sus luchas sin seguir las directrices sindicales es porque aún no tiene confianza en sí misma, en sus capacidades y en sus propias fuerzas. Es por eso por lo que la ideología "democrática" inoculada por los sindicatos (y el sindicalismo) pesa aun enormemente sobre su conciencia.
La idea de que los trabajadores tenemos necesidad de los sindicatos para desarrollar nuestras luchas está animada por la burguesía. La clase dominante quiere hacernos creer que los sindicatos nos "representan" porque son profesionales de la "negociación", cuando en realidad son los profesionales del sabotaje, de las maniobras por la espalda y de la colaboración con el enemigo de clase.
La huelga de masas en Polonia en agosto de 1.980 (antes de que SOLIDARIDAD tomara el control de las luchas) mostró al mundo entero que cuando los explotados toman la lucha en sus propias manos, sin los sindicatos, son capaces de desarrollar una verdadera relación de fuerzas a su favor. En Polonia, fueron capaces de extender su movimiento a escala de todo un país, obligaron a retroceder al Estado e hicieron temblar a toda la burguesía. Fueron capaces de negociar con el Gobierno públicamente, eligieron a sus delegados para negociar y colocaron altavoces en todos los lugares públicos (en particular en los astilleros de Gdansk) para que toda la clase obrera pudiera escuchar lo que se trataba en las negociaciones.
¿Se puede luchar eficazmente sin los sindicatos en los países "democráticos"?
¡¡ SI¡! Para ello hace falta que nuestra clase en España, como en todos los países, tome confianza en ella misma y en sus propias fuerzas. Es necesario que puedan hacer frente a las dudas y vacilaciones y, sobre todo, se ha de perder el miedo a la represión de las huelgas "salvajes" e "ilegales". Este miedo a la represión (que toma la forma de sanciones disciplinarias normalmente) solo podrá ser superado si los trabajadores son capaces de desarrollar la solidaridad entre ellos, si rechazan dejarse dividir e intimidar. Este miedo solo podrá ser superado cuando los explotados tomen conciencia de que no pueden perder nada más que sus cadenas.
Los trabajadores asalariados o desempleados no podrán tomar en manos sus luchas y su propio destino hasta que no comprendan que todas las acciones "radicales", las acciones minoritarias preconizadas por los sindicatos (secuestro de patronos, sabotaje de la producción, bloqueo de las vías férreas, etc..) o los actos de desesperación (tales como la amenaza de destruir la empresa o cosas similares) son totalmente estériles y no conducen más que a la desmoralización y la derrota. Todas estos pseudo acciones radicales que organizan los sindicatos intentan apaciguar la cólera de los trabajadores más combativos y ahogar las ganas de luchar.
En los países "democráticos", los sindicatos son los representantes de la "democracia" burguesa en el seno de la clase obrera, es decir, representan la forma más perversa e hipócrita de la dictadura del capital.
Para poder luchar eficazmente y separarse del manto totalitario de los sindicatos, hay que hacer vivir la discusión colectiva en el seno de las asambleas generales, masivas y soberanas. Estas asambleas generales deben ser lugares de verdadero debate donde cada uno pueda intervenir libremente, hacer propuestas y someterlas a votación. Estas asambleas generales deben elegir delegados revocables en todo momento, sean estos sindicados o no. Si los delegados no cumplen realmente el mandato que se les ha encargado por la asamblea general, la siguiente asamblea debe reemplazarlos. Al contrario que los métodos que utilizan los sindicatos, hay que hacer que las asambleas estén abiertas a TODOS los trabajadores (y no solo a los de la empresa o el sector). Los parados deben de ser invitados a participar activamente ya que son obreros excluidos del mundo del trabajo. Las asambleas generales soberanas deben ser lugares de discusión pública (tal y como lo hicieron los trabajadores de Vigo en España en 2.006). Solo a través de la reflexión y la discusión colectiva se puede construir la unidad y la solidaridad de la clase explotada. Solo las asambleas generales pueden decidir las acciones unitarias a desarrollar, poner por delante las reivindicaciones comunes de TODOS los trabajadores y desenmascarar así cualquier maniobra de división sindical.
Para luchar de forma eficaz, deshaciéndonos de las maniobras y el corsé sindical, los trabajadores deben plantear de manera inmediata y precisa la cuestión de la extensión de las luchas y la solidaridad con los compañeros de otros sectores en lucha. Cuando los trabajadores de una empresa emprendan la lucha, deben enviar delegaciones masivas a las otras empresas vecinas para intentar implicar al resto de obreros de la misma zona geográfica en la lucha y ampliar de este modo el movimiento lo antes posible.
Hoy en día, toda la clase obrera está siendo atacada. Jóvenes o viejos, parados o activos, hombres o mujeres, del público o la privada. El ataque al sistema de pensiones nos afecta o afectará antes o después a TODOS los trabajadores. Por tanto, no hay ninguna razón para luchar aislados, cada uno en su rincón. No hay ninguna razón para continuar para dejarse arrastrar por las jornadas de "acción" sindical sin presente ni futuro.
Contra los planes de austeridad de los que todos somos víctimas, es posible luchar eficazmente. Pero para construir una verdadera relación de fuerzas capaz de hacer retroceder a la burguesía, los trabajadores deben hacer frente a las maniobras y al sabotaje de los sindicatos y comprender que no pueden contar para nada con estos falsos amigos.
Los organismos sindicales tienen como función preservar el orden social capitalista y hacer colar los ataques del Gobierno y la patronal. A pesar de sus discursos "radicales", no van a parar de dividirnos, de debilitarnos y de impedir cualquier tipo de "desbordamiento" a sus planteamientos y consignas para hacernos volver al trabajo sin haber conseguido nada.
Gracias a los sindicatos la clase dominante puede continuar golpeándonos cada vez más fuerte y hacernos pagar las consecuencias de su crisis mortal.
Articulo traducido del número de mayo 2010 de Revolution Internationale (publicación en Francia de la Corriente Comunista Internacional).
[1] El folleto LOS SINDICATOS CONTRA LA CLASE OBRERA lo estamos publicando por entregas en nuestra Web. Ver: https://es.internationalism.org/content/4575/los-sindicatos-contra-la-clase-obrera-i , https://es.internationalism.org/content/4586/los-sindicatos-contra-la-clase-obrera-en-la-decadencia-capitalista-ii , https://es.internationalism.org/content/4603/los-sindicatos-en-el-periodo-ascendente-del-capitalismo-iii , https://es.internationalism.org/content/4620/los-sindicatos-organos-del-estado-capitalista-iv , https://es.internationalism.org/content/4645/los-sindicatos-contra-la-clase-obrera-v-la-tactica-de-los-izquierdistas-para-hacerlos y https://es.internationalism.org/content/4667/los-sindicatos-contra-la-clase-obrera-vi-contenido-y-formas-de-la-lucha-obrera-en-el
[2] Ver, entre otros, Un año de luchas obreras en Polonia https://es.internationalism.org/revista-internacional/198110/2318/un-ano-de-luchas-obreras-en-polonia y Polonia (agosto de 1980): Hace 40 años, el proletariado mundial retomaba de nuevo la huelga de masas https://es.internationalism.org/content/4597/polonia-agosto-de-1980-hace-40-anos-el-proletariado-mundial-retomaba-de-nuevo-la-huelga
[3] Ver, entre otros ejemplos, Huelga del metal de Vigo: Los métodos proletarios de lucha https://es.internationalism.org/cci-online/200605/910/huelga-del-metal-de-vigo-los-metodos-proletarios-de-lucha