Enviado por Revolucion Mundial el

A fines de 2024 la sección en México de la Corriente Comunista Internacional celebró su XXI Conferencia territorial, una reunión general celebrada al menos cada dos años y que concretizan las orientaciones del Congreso internacional relacionadas con las actividades de nuestra organización y particularmente con el análisis de la situación internacional. Además, en este tipo de conferencias se analiza, la evolución de la situación nacional pues junto con la situación general, es muy importante para que el proletariado logre una comprensión de la dinámica económica, social y política, de la vida del capitalismo, es decir de las condiciones en las que desarrolla su lucha como clase. En consecuencia, las orientaciones adoptadas en la “Resolución sobre la situación nacional”, que son ideas condensadas del informe presentado, así como del debate desarrollado, deben ser públicas para contribuir a la clarificación de los problemas a los que se enfrenta la clase obrera. A continuación, la resolución completa que, por razones de espacio, presentamos mediante extractos en nuestro periódico impreso RM150 1er semestre 2025.
1. A finales de la década de los 80 del pasado siglo, la caída del sistema de bloques, reveló la entrada del capitalismo en su fase final de descomposición. Luego de casi tres décadas, este proceso se ha acelerado y complejizado. Si al inicio de este proceso las manifestaciones se presentaban de forma independiente, ahora éstas se encadenan y retroalimentan formando un efecto torbellino, marcando el carácter destructivo del capitalismo, que amenaza con terminar con la especie humana. Los conflictos que se extienden por el planeta, nos permiten ver esa conexión destructiva:
-las guerras entre Rusia y Ucrania o en el Medio Oriente, que avanzan sembrando la muerte y el caos, van a acelerar también la tendencia hacia la pérdida de control sobre el aparato político de cada burguesía. Al prolongarse en el tiempo, se complejizan y van abriendo la posibilidad de incorporar a más Estados en la disputa imperialista, lo cual provocará mayores gastos militares, que la clase trabajadora termina pagando, pero también al afectar los circuitos de producción y circulación de mercancías, se condena a la población trabajadora a sufrir el desabasto y sus consecuencias;
-por otra parte, la degradación ambiental que el sistema genera con su aparato productivo, ha provocado el cambio climático y alteraciones en la naturaleza, que ya vienen engendrando fenómenos impredecibles, que potencian su efecto destructivo por el abandono de los Estados al mantenimiento de las estructuras urbanas y la falta de proyectos preventivos. La destrucción provocada por estos fenómenos y el posterior abandono a la población afectada, se puso en evidencia con el huracán Katrina en 2005 en los Estados Unidos y se repite en cada fenómeno, lo mismo en Acapulco, por el huracán Otis, que en las inundaciones que se están presentando en España.
En este momento la clase obrera no puede detener la guerra, ni la destrucción que provoca el cambio climático, sin embargo, en la medida que estas expresiones de la descomposición profundizan la crisis económica, que hace que se acentúen los golpes a las condiciones de vida de los explotados, se abren las condiciones para que el proletariado responda, oponiendo al polo destructivo de la burguesía, la alternativa de la lucha, que de lograr su desarrollo político y generalizarse internacionalmente puede abrir la vía a la destrucción del capitalismo, única alternativa de la humanidad.
2. Aunque el asesinato sistematizado por la guerra y sus efectos desestabilizadores se han concentrado en Europa y el Medio Oriente, no significa que el continente americano y particularmente América Latina, se encuentre ajeno al crecimiento de las pugnas imperialistas. La pérdida relativa de la hegemonía de los Estados Unidos, ha alentado a que algunos de los Estados latinoamericanos busquen alejarse de la disciplina que ha dominado el continente desde el siglo XIX, pero al hacerlo, tienden a buscar respaldo político y económico con potencias rivales a los EE.UU. (sobre todo de China o Rusia). En el caso de los gobiernos de México, tradicionalmente se han mantenido disciplinados a los dictados políticos de los Estados Unidos; los gobiernos encabezados por el partido Morena, aunque no asumen un enfrentamiento abierto, han presentado una moderada actitud de contestación buscando un mejor posicionamiento político en sus relaciones con Washington.
Hasta ahora, las tensiones de la burguesía mexicana con el gobierno de la mayor potencia, se han mantenido en un tono relativamente suave, sin embargo, con el retorno de Trump a la Casa Blanca, por la irracionalidad, impredecibilidad e irresponsabilidad de sus políticas populistano puede esperarse otra cosa, sino que las tensiones se amplíen y se aceleren.
3. Desde el primer gobierno de Donald Trump se presentó a los migrantes como una carga para la economía y la seguridad estadounidense. Por eso, aun cuando la expansión del muro y la expulsión de trabajadores migrantes fue menor a la llevada por el gobierno de Obama (que entre 2009 y 2015 deportó a 3 millones), con Trump, se acrecentó el mal trato en contra de los trabajadores (y sus familias) que fueron capturados y deportados, así como en contra de aquellos que intentaron cruzar la frontera. Con el retorno de Trump a la presidencia, la persecución en contra de los migrantes, no solo se mantendrá sino se acentuará; voceros de su equipo y él mismo, han descrito a los trabajadores “ilegales” como “una invasión”, de esta forma justifican su amenaza de lanzar la jauría de policías e incluso de tropas militares, para lograr en su primer año de gobierno, la captura y deportación de 1 millón de indocumentados. De esa forma, siguiendo el “modelo de Eisenhower”, se propone llevar a cabo “la operación de deportación nacional más grande en la historia de Estados Unidos…” Por otra parte, el proteccionismo, sustentado con aranceles e incluso con la anulación del T-MEC, podrían representar un duro golpe a las exportaciones mexicanas (84% de todas las exportaciones mexicanas tienen como destino Estados Unidos), provocando despidos, desabasto, etc. Todo ello, además, va acompañado de amenazas de llevar incursiones militares con el argumento de detener la actividad de los cárteles de la droga.
De manera que el proyecto de contención comercial de China, que tuvo su inicio en la administración Obama, al cruzarse con las medidas arancelarias que aplicará a las mercancías salidas de las fábricas instaladas en México, extenderá la guerra comercial, impactando la actividad económica en el mundo y abriendo la posibilidad de que las tensiones imperialistas se acrecienten, alimentando un mayor desorden y el impulso a la tendencia del cada uno para sí.
4. El desarrollo de la descomposición en México se expone con el derrumbe de la vieja estructura política sostenida sobre un partido de Estado: el PRI. Este partido, en el pasado, permitió la cohesión y disciplina de la burguesía, pero los efectos de la profundización de la crisis en los años 80 y la caída del ordenamiento mundial en bloques, condujo a que el PRI perdiera su fuerza de cohesión y entrara en una degradación, que la burguesía buscó detener alternando el poder con el PAN. Así el siglo XXI abrió con dos gobiernos panistas, regresando en 2012 la dirección al viejo partido, que retorna presentándose como el “nuevo PRI”. No obstante, en esos 18 años la burguesía no logró cohesionarse, por el contrario, como efecto del avance de cada facción burguesa por su lado, creció la corrupción, se extendió la violencia y el desorden, acentuándose el descrédito no solo del PRI, sino también del PAN.
Teniendo como marco el resquebrajamiento de las viejas estructuras y el desorden político, se agrupan ex priistas y viejos estalinistas para dar forma a Morena (Movimiento de Regeneración Nacional). Esta agrupación, aun cuando es engendrada por la burguesía, no logró cohesionar a su clase, por lo que, al mantenerse fragmentada la clase dominante e ir perdiendo el control de su aparato político, permitió que López Obrador asumiera la presidencia en 2018, pero sin lograr cohesionar y unificar a toda la burguesía en torno a su gobierno. Tampoco el resto de esa clase encontró un referente que le permitiera unificarse, por el contrario, se acentuó el avance desordenado del cada uno para sí, al grado que tanto el PRI como el PAN presentaron más rupturas en su interior, saliendo grupos, que para sobrevivir políticamente buscaron refugio en Morena.
De manera que Claudia Sheinbaum y su partido Morena, aprovecharon el descrédito del PRI y el PAN, pero además establecieron alianzas con los grupos salidos de esos mismos partidos. Esa misma estrategia de alianzas la ha mantenido ya instalada en el gobierno, lo cual, en el corto plazo les ha permitido acercar a grupos de empresarios, que han ofrecido millonarias inversiones, de la misma forma le ha permitido aprobar la reforma judicial y devolver al Estado el control de la generación de energía eléctrica y del petróleo. Sin embargo, esas alianzas son frágiles y solo aseguran una cohesión de corto plazo, porque aquellos grupos que se presentaron como “arrepentidos” para unirse a la “4ª T”, lo hicieron esperando que pronto cobrarían por los favores prestados, de tal manera que aumenta la posibilidad de rupturas y más pugnas.
Este fenómeno de inestabilidad del aparato político, de alianzas inestables, no es un fenómeno específico de México. Es algo que vemos en muchos países como Gran Bretaña, Francia y por supuesto Estados Unidos. El marco histórico para entenderlo es el de la etapa de descomposición social capitalista como lo mostramos en nuestras Tesis sobre la descomposición.
5. Otro de los escenarios que expone la fractura política y el pudrimiento del capitalismo es el narcotráfico, que se ha convertido en un negocio que toca e involucra a empresarios, a la estructura militar y de gobierno e incluso a la iglesia. Pero, aunque su presencia es cada vez más relevante en la vida de la burguesía, no tiene control absoluto de su dinámica, porque son cerca de 150 agrupaciones que operan alrededor de la droga y aunque hay carteles con mayor capacidad de dominio, la disputa por el mercado, por el control de un área del Estado o de una empresa, hace que se mantenga una guerra abierta de todos contra todos.
De manera que el negocio de la droga representa una fuente de millonarias ganancias, pero también es una actividad difusora de la descomposición: lumpenizando a amplias capas de la población (sobre todo juvenil), profundizando las divisiones de la misma burguesía y expandiendo el caos en la sociedad con sus actos criminales y sus mercancías destructoras…
Los grupos mafiosos utilizan en sus campos de cultivo y talleres de producción, como en la elaboración de cualquier mercancía, la explotación del trabajo asalariado, pero también el trabajo forzado, esclavizando sobre todo a migrantes de Centroamérica. Además, con la extorción y el despojo crean un ambiente de temor que provoca continuamente el desplazamiento de poblaciones rurales. Así, el narcotráfico es una barrera más de la descomposición, que dificulta la toma de conciencia de los trabajadores.
6. Aun encontrándose dividida políticamente la burguesía, hay un punto en el que coinciden todas sus partes: la necesidad de asegurar el control de los trabajadores. En ese sentido, toda la burguesía coincide en orientar sus fuerzas para aprovechar el ambiente de intoxicación y mistificación ideológica causado por el reciente circo electoral, y lanzar una campaña nacionalista y de promoción de la democracia, presentando a esta última, como el mejor instrumento para la organización de la sociedad, buscando con ello, integrar a los trabajadores en la defensa del capitalismo.
Al ser Morena el partido a la cabeza del gobierno, es el que más comprometido está en esta mistificación de la democracia, presentando al voto como la fuerza del individuo capaz de cambiar las estructuras sociales. Por ello, no es extraño que la llamada reforma judicial, plantea como principal mecanismo para cambiar la práctica de corrupción del poder judicial, su democratización, lo que implica que la determinación de los jueces y magistrados será a través del voto.
El argumento de la democracia, en el que cada voto tiene el mismo peso sin importar a que clase pertenece quien lo emite, es una gran mistificación, pues las diferencias sociales que dice eliminar, no solo no desaparecen sino se reafirman y ayudan a su reproducción, pues cualquiera que sea el resultado en las urnas, se mantiene la condición de explotado del trabajador, y el burgués, además de mantener la propiedad de los medios de producción, refuerza ideológica y políticamente su dominio.
7. La fractura que está presente al interior de la burguesía, cada vez toma mayor profundidad y complejidad. La disputa que se viene desarrollando entre el gobierno de Sheinbaum y el poder judicial, expone la agudización del proceso de descomposición, pues ha llevado al enfrentamiento de dos estructuras del mismo Estado, pero lo más peligroso es que han involucrado a los trabajadores en esa disputa.
Ante la incertidumbre sobre cómo han de quedar sus condiciones laborales con la reforma, los trabajadores del poder judicial han realizado algunas movilizaciones. Su descontento los ha llevado a enfrentar al sindicato, pero eso no revela un avance en su conciencia, porque representa desorientación, desesperación y sometimiento a las órdenes de sus jefes, los jueces, que son el sector de la burguesía que personifica al poder judicial. Esa trampa contra los trabajadores la complementa Morena, al animar, veladamente, a enfrentarlos. Este escenario es ampliamente peligroso para los trabajadores y se requiere tenerlo presente, pues puede reaparecer en cada uno de los cierres o fusiones de instituciones de Estado que ha anunciado el nuevo gobierno.
8. Los voceros oficiales aseguran que en el último sexenio se ha fortalecido la economía mexicana, en tanto ha pasado del lugar 15 de las economías con mayor crecimiento económico en el mundo, al lugar 12, además de que, aseguran, se ha mantenido la estabilidad interna, lo que implica que la economía mexicana se encuentra en una mejor situación como efecto de la política y el “buen manejo” realizado por el gobierno de izquierda. Sin embargo, en el rango de tiempo que va de 2019 al segundo trimestre de 2024, la economía ha crecido en promedio, 1.1%, lo que resulta muy bajo, aun comparándolo con cifras obtenidas en sexenios priistas y panistas. Con Peña (2013-2018) creció en promedio 2.1% y con Calderón (2007-2012) fue del 1.2%. Lo cierto es que se han presentado situaciones coyunturales, como el crecimiento de remesas, que han dado un soporte de divisas para apuntalar al peso. Sin embargo, la presencia de estas situaciones favorables tiende a diluirse, no solo por las posibles deportaciones masivas que amenaza Trump con llevar a cabo, sino por la dinámica de la misma economía, que en cada paso que da, va provocando una contradicción y acercando el momento de la explosión de la crisis. El “lunes negro” fue un anuncio de la posibilidad y magnitud de la explosión que pueden generar esas contradicciones.
El 5 de agosto, se expuso la dificultad que vive la economía mundial y lo cercano que está la apertura de la recesión en los EE.UU., que por la integración que mantienen, se presenta como una advertencia para la economía mexicana.
La caída de los precios de las acciones de las empresas referenciales del High-Tech de Estados Unidos, es una muestra del ensanchamiento del capital ficticio y el poco soporte que tiene, lo que es una advertencia de la magnitud del desplome que se provocará en el momento en que los precios busquen su referente en el valor creado.
9. A partir del arribo de López Obrador al gobierno, se ha difundido la idea de que los trabajadores se han beneficiado, no solo a través de las medidas asistencialistas (como becas y apoyos) sino principalmente por el incremento de los salarios.
Es cierto que en el año 2019 se elevó el salario mínimo en un 20%, manteniéndose los incrementos salariales en los siguientes años, lo que se resalta luego de una contención por décadas. Era evidente que la degradación de los salarios en México, representaba ya una olla de presión… Pero, además habrá que recordar que una de las condiciones que integró Trump en la renegociación del TLCAN (hoy denominado T-MEC), fue la consideración de los bajos salarios de México como una ventaja tramposa que distorsiona la competencia. Fue sobre esa base que el gobierno de López Obrador, en acuerdo con las asociaciones patronales, empujaron la elevación de los salarios mínimos que, al momento del incremento, lo recibía el 16% de los asalariados en México. En cambio, los salarios contractuales, que lo reciben el 60% de los trabajadores, no han tenido incrementos compensatorios, e incluso a lo largo de las décadas se han colocado por debajo de la inflación, lo que refiere la pérdida continua de la capacidad adquisitiva. De manera que pese al incremento de los salarios mínimos que se ha realizado en los últimos años, la condición precaria de los trabajadores no se ha modificado sustancialmente, en cambio la medida ha servido para hacer una amplia propaganda de los “beneficios” otorgados por el gobierno de la 4T.
10. Para la clase obrera la campaña xenófoba y el ambiente de guerra de aranceles que amenaza Trump con desatar, aun cuando representa un golpe a las condiciones de vida de los trabajadores, no favorece a una toma de consciencia. En términos inmediatos, la deportación masiva significa un golpe directo a la condición de vida de los miles de trabajadores que serán expulsados, pero este ataque se agudiza cuando se combina con los efectos que ha de provocar la cascada de aranceles, por ejemplo la inflación, disminuirá la capacidad de compra de los salarios y, para mantenerse el nivel de las ganancias capitalistas, en ambos lados de la frontera (y particularmente para amplios sectores de la burguesía de los Estados Unidos que necesitarán compensar la pérdida de la fuerza de trabajo barata que le proporcionan los migrantes), incrementarán los ritmos de explotación. Esta escalada de ataques a los trabajadores, aunque genera descontento, dificulta una respuesta por las campañas ideológicas que lleva a cabo, el equipo de Trump (aún antes de asumir la presidencia), así como el gobierno de México. Las campañas, en ambos lados de la frontera se enfocan en exaltar el nacionalismo: Trump, usando el discurso racista, convoca los trabajadores de Estados Unidos (y a los mismos migrantes que ya cuentan con la residencia) a odiar a sus hermanos de clase “extranjeros”, al difundir la idea que los migrantes “roban” las plazas laborales a los trabajadores estadounidenses. Pero al mismo tiempo que inyecta el veneno nacionalista para intentar eliminar que brote alguna expresión de solidaridad entre los trabajadores, prepara golpes en contra de ellos para mejorar su sistema de explotación (entre otros aspectos se habla ya de la aplicación de restricciones a los gastos de salud y de seguridad laboral, así como la flexibilidad en el uso del trabajo infantil). El argumento que Trump tiene para hacer pasar las medidas que la burguesía requiere, es que es un sacrificio necesario para “hacer que América vuelva a ser grande”. Junto al discurso engañoso de Trump, desde la izquierda del capital, se desata una campaña anti-Trump y anti populismo, intentando llevar el descontento hacia la defensa de los “derechos humanos”, de la “legalidad democrática” o al apoyo electoral de opciones que piensen “más en el pueblo”. Pero estos ideales no son más que la cortina de humo de una clase que practica la explotación, la guerra y la destrucción para salvaguardar su verdadera ley: el beneficio y la acumulación.
Por su parte el gobierno mexicano y su partido, aunque tratan de mostrar que cumplen con su tarea de ser muro de contención de los migrantes y son eficaces en su persecución de los productores y traficantes de fentanilo, no dejan de buscar una mejor posición política en su relación con los EE.UU., insistiendo en pedir respeto a la soberanía, de manera que esto les da oportunidad para impulsar el nacionalismo y la ideología anti-Yanqui. De manera que la clase obrera del norte del continente, enfrentará un feroz ataque a sus condiciones de vida y será sometida a una campaña de confusión, que puede disminuir el ánimo combativo que venía exponiendo el proletariado de los Estados Unidos, sin embargo, el proceso de ruptura a la pasividad que desde 2022 a lo largo del planeta se ha expuesto, no se detiene.
11. A partir de 2022, con las movilizaciones de los trabajadores en Gran Bretaña, se hizo evidente que hay un cambio en la dinámica de la lucha de clases, marcando una ruptura en la pasividad de los trabajadores. Esa expresión de lucha se ha ido extendiendo a Francia, Alemania, España, Canadá y particularmente en Estados Unidos, hemos asistido a un movimiento de luchas como no se veía desde hace muchos años.
Una de las características que toman estas expresiones es la masividad, pero, sobre todo, es que las manifestaciones están motivadas por el incremento de sus salarios y el mejoramiento de sus condiciones laborales. Esto es relevante, en tanto expresa que avanza en su identificación como parte de una clase explotada. Y en México también están surgiendo movilizaciones, que, por supuesto tienen grandes dificultades para encontrar su terreno de clase y superar la trampa del corporativismo, ejemplo de esto son las manifestaciones de maestros e incluso con todo el control con el que surgen, las manifestaciones de los trabajadores del poder judicial, que aun cuando exponen dificultades en el desarrollo de su conciencia y definición de sus formas de organización, demuestran que se ha roto el ambiente de resignación.
12. A lo largo del planeta, la descomposición del capitalismo avanza con su accionar guerrero y destructivo, remarcando las contradicciones que amenazan con hacer estallar la crisis económica, que cada vez toma dimensiones más explosivas. En oposición a esa dinámica, se encuentran los esfuerzos de la clase obrera por responder al golpeo continuo que reciben en sus condiciones de vida, rompiendo la pasividad impuesta desde el inicio de la década de los 90 del siglo pasado, manifestándose un desarrollo subterráneo de la consciencia de clase.
De frente a esos dos polos: el destructivo, que impone el desarrollo de la descomposición del sistema, y el de la lucha, que se esfuerza por desarrollar el proletariado, se hace necesaria la presencia de la organización, denunciando el accionar destructivo del capital, orientando e impulsando el desarrollo de la toma de conciencia de la clase obrera y combatiendo el discurso de confusión que desde el gobierno y el aparato de izquierda expande, mistificando la democracia o escondiendo y falsificando el internacionalismo.
15-noviembre-2024