Incendios forestales en Chile: las consecuencias del capitalismo moribundo

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Desde el jueves 02 de febrero ha comenzado una oleada de incendios en toda la zona centro-sur del Estado Chileno, decretándose “estado de catástrofe” en las regiones del Bio Bio, Ñuble, y La Araucanía. Hasta el momento hay más de “24 personas muertas, 3.276 damnificados, 1.156 viviendas destruidas, 280 focos de incendio y más de 246.198 hectáreas afectadas1, convirtiéndose en uno de los peores desastres que el país ha sufrido en los últimos tiempos. Estos incendios han obligado, además, a que se movilicen más de 112 brigadas de bomberos y 46 aeronaves, poniendo al limites los recursos que el país posee para combatir esta clase de catástrofes. Los daños económicos, sociales y medioambientales son altísimos, y lamentablemente son las familias obreras y campesinas quienes han pagado los platos rotos, con sus viviendas y fuentes de trabajo destruidas. El desastre es tan grande, que el Gobierno del Presidente Gabriel Boric se ha visto obligado a pedir ayuda extranjera.

Esta oleada de incendios se suma a otra que ocurrió en Valparaíso a finales del 2022, con “un saldo de un muerto y más de 500 casas destruidas2. Ademas de ello, no hay que olvidar la destrucción de miles de hectáreas por el fuego en la Amazonia, California y en Australia, que también han producido un daño irreparable tanto en el medio ambiente como a diferentes comunidades humanas de zonas circundantes. Los incendios en Chile son un acontecimiento que nunca falta en los veranos, igual que a escala internacional. La verdad es que estos graves daños ambientales, que la burguesía oculta como simples “irresponsabilidades humanas” o “gubernamentales”, se suman a otros problemas del mismo tipo como los son derrames de petróleo en los océanos, derretimiento de glaciares, etc. Pese a todas las preparaciones de antemano que el Estado Chileno hace para enfrentar estas emergencias (Reorganizar los sistemas de emergencia para hacerlos más eficiente, crear mejores leyes y “comités”, mejorar la participación ciudadana, etc.), siempre ocurren desgracias cada vez más catastróficas en lo que respecta a los incendios, y esto no es culpa de nadie, salvo de las relaciones capitalistas que llevan la anarquía y la destrucción ambiental en su ADN.

La destrucción de la naturaleza es algo inherente al modo de producción capitalista, que pone la acumulación de riquezas encima de todo. Karl Marx, combatiente del proletariado, decía ya en pleno siglo XIX que "El capitalismo tiende a destruir sus dos fuentes de riqueza: la naturaleza y los seres humanos", y esto es algo que, empíricamente, se está comprobando ahora mismo. Sin embargo, en el actual periodo de descomposición del capitalismo3, la destrucción irracional de la naturaleza se hace algo completamente mucho más masivo y a escalas escalofriante, con la única diferencia de que el medio ambiente ya no es destruido con el fin de conquistar nuevos mercados “no capitalistas” (como era en el periodo de ascenso del capitalismo), sino que representa la podredumbre de un sistema que se niega a morir y que no ofrece nada a cambio, aparte de pobreza y muerte.

Como se explicó anteriormente, los incendios forestales no son un “Caso aislado”, sino que está entremezclado con una serie de problemas que son completa consecuencia del capitalismo decadente (la guerra de Ucrania, crisis económicas, etc.), lo que al mismo tiempo produce que las consecuencias de estos se multipliquen y ramifiquen, produciendo una especie de “efecto torbellino”, como lo explicaron los camaradas de la CCI en su texto “Los años 20 del Siglo XXI: La aceleración de la descomposición capitalista plantea abiertamente la cuestión de la destrucción de la humanidad”4. En síntesis, todos los horrores del capitalismo se están entrelazando y dejando una ola de destrucción y muerte a su paso, la burguesía impotente no puede hacer nada al respecto y toda la humanidad sufre las consecuencias, principalmente el proletariado que representa a gran parte de esta.

Esta dinámica hacia la destrucción del planeta y de la humanidad tiene como raíz la acumulación capitalista que es quien dirige toda la sociedad, y es una fuerza descontrolada que no tiene respeto a nada ni nadie. Este hundimiento nunca se podrá detener luchando en el marco de “hacer verde el planeta”, pedir la paz, “humanizar el capitalismo”, “respetar los derechos humanos”, “la libertad de los pueblos”. Todas esas reivindicaciones lo que hacen es reforzar al capitalismo y por tanto reforzar su marcha hacia la destrucción. Solamente la lucha de clase del proletariado, su generalización y unificación internacional, podrá detener ese curso infernal. Lo único que puede salvar al mundo del apocalipsis de la crisis ecológica es el proletariado internacional y su revolución comunista mundial, cualquier otra forma es solo un engaño para salvar al capitalismo terrorista.

Rodrix

1 https://www.biobiochile.cl/noticias/nacional/chile/2023/02/06/balance-por-incendios-forestales-26-muertos-3-276-damnificados-y-1-156-viviendas-destruidas.shtml

2 https://cnnespanol.cnn.com/2022/12/23/chile-decreta-estado-de-catastrofe-por-incendios-forestales-en-valparaiso/

3 Ver las Tesis sobre la Descomposición https://es.internationalism.org/revista-internacional/200510/223/la-descomposicion-fase-ultima-de-la-decadencia-del-capitalismo

4 https://es.internationalism.org/content/4897/los-anos-20-del-siglo-xxi-la-aceleracion-de-la-descomposicion-capitalista-plantea

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Chile