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En los últimos meses, la clase trabajadora y la población en general en el Perú viene presenciado el verdadero rostro de la clase política tan nefasta y decadente. La descomposición y corrupción de la clase Política Burguesa en el Perú, es considerada como una de las peores de la región y del mundo. Estas mafias políticas conformadas por el APRA[1] (lo que queda de ellos en el poder), el fujimorismo (incrustados en el poder legislativo y otras instancias del Estado) y el partido de gobierno de PPK[2], con Vizcarra al frente, es una muestra de la decadencia política burguesa del País, pero también una manifestación palpable del avance de la descomposición del capitalismo decadente en esta parte del planeta[3].
Situación Nacional:
Hemos venido presenciado una ola de corrupción, escándalos, abuso de poder, impunidad, que involucra a las mafias políticas y sus máximos representantes en el poder legislativo, representado por el Congreso de la Republica en el gobierno actual. Los principales representantes de estas mafias políticas se encuentran vinculados a la corrupción y el narcotráfico. La principal mafia que opera en el poder es la fujimorista, ellos han cerrado filas con su comisión Lava Jato[4] evitando a toda costa que su lideresa Keiko Fujimori, se vea involucrada e investigada en casos de corrupción. El máximo argumento de la comisión con Rosa Bartra a la cabeza, miembro del partido fujimorista es que: “en el caso de Keiko Fujimori, ella es investigada por lavados de activos y la comisión no está investigando lavados de activos, nosotros estamos investigando la corrupción del Estado en la adjudicación de proyectos y la distorsión que esto ha tenido…” [5]. Esta comisión no ha logrado los resultados esperados, ya ha gastado más de 3, 4 millones de soles y va en aumento, gastos en planillas a funcionarios y gastos logísticos generados todo pagado por el Congreso de la Republica. Además de la comisión Lava Jato, existen otros ejercicios de la mafia fujimorista que abusando de su poder, crean leyes que favorecen a grandes empresas, lobbys, vinculaciones con el narcotráfico, chantajes y control de medios de comunicación (a propósito de la nueva Ley Mordaza aprobada recientemente). El gobierno ha desarrollado un clima de incertidumbre, manipulación y represión sobre la población, muy similar al vivido en los dos gobiernos de Alberto Fujimori, esto implica la satanización de las luchas sociales (llamando terroristas a todos aquellas que salen a las calles a manifestarse y protestar) reprimiendo las mismas con las fuerzas policiales y la cárcel.
No hay que olvidar que la corrupción en el entorno presidencial, involucró al mismo PPK y fue el factor principal de su renuncia. Esta corrupción imperante en las instituciones del Estado, es lo que está al fondo de la dinámica actual de pase de facturas, de pugilatos, de confrontaciones entre personas, partidos o grupúsculos, los cuales tienen en común una serie de prácticas de tipo gansteril. La salida de PPK obedece en gran parte a la necesidad de lavar el rostro un poco a esta podredumbre, tratar de oxigenar un poco la política burguesa y por supuesto hacerlo de manera que el mismo PPK y allegados comprometidos en la corrupción salven su pellejo. Sin embargo, esta corrupción que impera hoy en el Estado peruano (y en el conjunto de Estados de la región y en variables medidas en el mundo) debe verse como una manifestación de la agudización de la fase de descomposición que vive globalmente el sistema. La descomposición le imprime una cualidad diferente a los fenómenos que le son propios, haciendo que tiendan a salirse del control de los mecanismos políticos y jurídicos con los cuales históricamente la burguesía ha impuesto orden en su sistema de explotación. Son estas fuerzas centrifugas las que obligan a la burguesía a buscar formas de distracción al proletariado, para confundirlo y atomizarlo. En este caso el deporte (con el mundial) es un ejemplo, pero detrás de todo esto también está el nacionalismo. Detrás de la consigna “por un Perú unido”, lo cual busca que los proletarios acepten la explotación y los sacrificios para apoyar el “interés nacional”, para hacer crecer la producción, entre otras engañifas.
La mafias recientemente descubiertas por audios y grabaciones, que operaban en el poder judicial y en el Consejo Nacional de la Magistratura (CNM) demuestran los tentáculos y conexiones de la corrupción ejercidos desde los grupos políticos en el poder perfectamente representados por el Fujimorismo. Este destape de corrupción en el sistema de justicia burguesa ha generado una crisis al gobierno y un duro golpe al aparato Estatal de la burguesia que lo gestiona hoy. Los jueces y demás miembros del CNM, involucrados en este escándalo de corrupción han generado una crisis que preocupa mucho a la burguesia, porque ha quedado al descubierto toda la podredumbre y corrupción de las máximas autoridades y vestiduras que brindan y administran justicia en la sociedad y como en toda sociedad burguesa la moral siempre está sometida a la justicia, situación que ha generado muchas repercusiones a todo nivel. Por supuesto que esta no es una situación nueva, siempre la corrupción estuvo en el sistema de justicia de este País y del mundo, siempre la justicia estuvo vendida al servicio del poder del capital y de las clases dominantes.
Es muy probable que esta situación de crisis temporal pase con algunas reformas y decretos que mantendrán todo lo mismo como hasta ahora los mismos que costarán mucho dinero por hacerlos.
La respuesta de los trabajadores:
Según las últimas cifras han habido en un mes más 160 mil nuevos despedidos, sumado a esto se vive una sobreexplotación sobre todo en el sector servicios donde los empresarios aprovechándose de la mano de obra barata que representa la inmigración de proletarios venezolanos presionan a la baja el nivel de salarios en algunos sectores del mercado laboral. El incremento del Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) por otro lado, aplicado recientemente en el País es una muestra más de los ataques que realiza la burguesía a las condiciones de vida de la clase trabajadora de este territorio. El incremento de dicho impuesto generó un efecto directo e inflacionario en el sistema de precios, específicamente en los combustibles, incrementando el costo de la canasta básica familiar y el costo de vida, golpeando directamente una vez más los bolsillos de la clase trabajadora. Ante esta situación la respuesta de varios sectores de trabajadores no se hizo esperar sobre todo en zonas del sur del país como Arequipa, Cusco, Cajamarca, Moquegua entre otros, donde manifestantes bloquearon pistas y carreteras enfrentándose contra la policía. Los manifestantes muchos de ellos choferes y transportistas protestaron contra el alza de precios de los combustibles y el incremento del ISC. Cabe mencionar que estos trabajadores fueron respaldados por agricultores y otros sectores de la población; en las ciudades del sur, estas olas de protestas fueron apoyadas por estudiantes y profesores como el caso de la ciudad de Arequipa. Paralelo a estas manifestaciones, en la Capital se desarrollaban marchas de protesta “contra Keiko” y “el Cierre del Congreso”. El desarrollo de cierto grado de indignación y critica de la población ha sido significativo, se ha dedicado varios espacios en los medios de comunicación burgueses preocupados por este desarrollo de rechazo generado por la población contra el congreso de la republica, sus mafias, partidos políticos tradicionales y el gobierno en general.
Adicionalmente, se desarrollaron huelgas en el sector de maestros, donde una vez más fueron aplacadas por las fuerzas del sindicalismo radical de la CONARE-MOVADEF, manipulando las luchas de los maestros, llevándolos al fracaso con sus “mesas de arbitraje y negociación”.
Este clima y escenario de indignación y de cierto desarrollo de lucha social contra las medidas del gobierno, se han visto afectadas e interrumpidas por los preparativos previos al mundial de futbol Rusia 2018. Una vez más el mecanismo del Futbol fue utilizado para calmar las aguas del descontento de los trabajadores, ante un clima de elevada indignación contra la situación político y social del momento. Mientras se desarrolla el Mundial de futbol El gobierno y el Estado Burgués traman sus negocios y afirman su dominio contra la clase obrera aprobando leyes en su contra. La clase obrera no desarrolla aun una respuesta eficaz y efectiva contra la clase explotadora, mientras no desarrolle su conciencia política, es claro.
Por otro lado, la cuestión de las movilizaciones, de las protestas, es importante señalar en principio que no estamos contra las manifestaciones de indignación de distintos sectores sociales o profesionales (lo que no implica que no hagamos nuestra critica al papel de los sindicatos y al gremialismo), lo que es esencial plantear es que hasta ahora esa indignación está atrapada en el callejón sin salida de las alternativas de la burguesía y pequeña burguesía. La indignación ha jugado un papel revolucionario solo cuando logra politizarse (un ejemplo lo constituye la revolución rusa y el papel jugado por los bolcheviques). Debemos plantear que esta indignación solo puede tener una perspectiva si logra integrarse a la lucha del proletariado y este logra transformar lo que hasta ahora son acciones que pueden resultar desesperadas o desmoralizantes para los trabajadores, en una recuperación de su combatividad en su terreno de clase, con sus propias consignas y planteando claramente su objetivo histórico.
La respuesta de los trabajadores, refleja el nivel actual de su conciencia:
Se ha desarrollado una crítica moderada de recambio burgués por parte de la población en general específicamente en sectores de la clase trabajadora; critica que parte de una conciencia ciudadana y de la ideología democrática, pero que en algunos momentos ha mostrado cierta reflexión y profundidad en la búsqueda de otras alternativas, como se pudo escuchar en algunas charlas en las manifestación “Contra Keiko”, “Por el cierre del Congreso”. De todas formas existe aún un peso fuerte de la ideología dominante y una débil situación histórica y política del proletariado hoy en día. Esta situación no constituye un fatalismo, que no hay nada que hacer; el proletariado aún con sus debilidades no está derrotado y sólo su fuerza revolucionaria puede imprimir un cambio al caos, a las necesidades y penurias que nos impone el sistema.
“El método de análisis de la realidad social: Para reconocer y comprender la reanudación de las luchas obreras hay que apropiarse del método marxista de análisis de la realidad social. Ese método no consiste en hacer fenomenología. No se puede comprender ni explicar ningún fenómeno social a partir del fenómeno mismo, por sí mismo y para sí mismo. El fenómeno social, la lucha de clases, sólo se puede comprender si se sitúa en el desarrollo del movimiento social general. El movimiento social no es una suma de fenómenos sino un todo que los contiene a todos y a cada uno”.
“El movimiento de la lucha proletaria es a la vez internacional e histórico. Desde ésos dos puntos de vista, mundial e histórico, es como los revolucionarios pueden comprender la realidad social, la situación de la lucha de su clase”.
“Por otra parte, el trabajo teórico y de análisis de los revolucionarios no es una reflexión pasiva, un simple reflejo de la realidad social; tiene un papel activo, indispensable en el desarrollo de la lucha proletaria. No es algo exterior al mismo movimiento de la lucha de clases; forma parte integrante de la lucha del proletariado. Siendo los revolucionarios parte, muy precisa y particular, de la clase obrera, su actividad teórica y política son aspectos concretos de la lucha revolucionaria del proletariado. Los comunistas sólo pueden apropiarse del método marxista situándose como factor activo en el movimiento de la lucha de su clase, y desde un punto de vista mundial e histórico”.
“El método marxista no se contenta con comparar dos fotos tomadas con unos años de intervalo. No se contenta con quedarse en la superficie de las cosas. Para los revolucionarios consecuentes, se trata de comprender la dinámica profunda, el movimiento histórico de las luchas obreras”.
“En efecto, aunque es una condición indispensable para el desarrollo de la lucha de la clase obrera, el hundimiento del capitalismo en la crisis no basta para explicar este desarrollo. El ejemplo de la crisis de 1929 y el de los años que preceden a la Segunda guerra mundial nos lo prueban. En los años 30, los terribles ataques de la crisis económica no provocaron más que una gran desmoralización y gran desorientación en el proletariado, que acababa de sufrir la mayor derrota de su historia y tenía que aguantar el peso de las mistificaciones "antifascistas" y de "defensa de la patria socialista" cuya finalidad era amarrarlo al Estado burgués tras los partidos de izquierda y los sindicatos”.
“La situación es muy diferente hoy en día. El proletariado de hoy no está derrotado y hemos visto más arriba que lo que determina la oleada actual de luchas de la clase es su capacidad de digerir, de madurar sus derrotas parciales, de dar una respuesta a las armas ideológicas que le opone la burguesía. Las condiciones objetivas (la crisis económica, la miseria que se generaliza,...) no son las únicas; se deben añadir condiciones subjetivas favorables: la voluntad consciente de los obreros de no aceptar más sacrificios para salvaguardar la economía nacional, la no adhesión del proletariado a los proyectos burgueses (económicos y políticos), la comprensión cada vez mayor del carácter antiobrero de la izquierda y los sindicatos,...”
“Y cuanto más importante se hace el factor subjetivo en el desarrollo de las luchas obreras, más fundamental es la intervención de los revolucionarios en ellas. Por ser la expresión más elevada de la conciencia de clase, los comunistas son indispensables, no sólo por su trabajo teórico, político y su propaganda. No solamente serán indispensables mañana en el período revolucionario, sino que ya hoy son indispensables en el proceso actual de reanudación de la lucha de su clase, de maduración de la huelga de masas. Al denunciar las trampas y los callejones sin salida que utiliza el capitalismo contra el proletariado, estimulan, catalizan y aceleran el desarrollo en la clase de una conciencia clara de la naturaleza de esas trampas y del papel verdadero de la izquierda y de los sindicatos. Además, aunque no se hacen ilusiones sobre la importancia de su impacto inmediato, los revolucionarios contribuyen a que las luchas se orienten hacia una autonomía mayor de la clase obrera frente a la burguesía, hacia la extensión y coordinación de las luchas: envío de delegaciones masivas a otras fábricas, piquetes de huelga, manifestaciones,...; en fin, todo lo que refuerce la organización, por los obreros mismos en sus asambleas generales, de esa extensión y de un desarrollo más amplio de la lucha de la clase”.
“Si no se reconoce o si se subestima la reanudación actual de la lucha de la clase, si se tiene una visión mecánica del desarrollo de la lucha, si no se comprende el papel activo que tiene la conciencia de clase en el desarrollo de la lucha, se llega al rechazo -por lo menos implícito- de la necesidad de la intervención de los revolucionarios hoy y, por lo tanto, del Partido comunista mundial de mañana. No basta con proclamar la necesidad del partido (Gracias, no obstante, a quienes lo hacen) para contribuir eficazmente al proceso que conduce a su futura constitución. En las luchas actuales, desde ahora, es donde se preparan las condiciones de su edificación, se construyen las organizaciones que lo formarán, donde los comunistas dan prueba de su capacidad para comportarse como vanguardia de los combates revolucionarios venideros. Para probar esa capacidad, tienen que mostrarse capaces de defender con rigor el método marxista, cuya ignorancia y olvido desarman políticamente al proletariado y lo conducen a la impotencia y a la derrota”.[6]
En ese sentido la CCI tiene un compromiso como organización revolucionaria, como referente en ese camino que le toca recorrer en las luchas de la clase obrera mundial. La revolución rusa en octubre de 1917 y las experiencias de Mayo del 68, son dos grandes lecciones históricas que contienen y explican situaciones desarrolladas por la clase obrera que sirven de lecciones para nuestro aprendizaje en nuestras luchas futuras.
INTERNACIONALISMO PERÙ, Junio 2018
[1] APRA: Alianza Popular Revolucionaria Americana, partido burgués fundado por Víctor Haya de la Torre que en su demagogia llegó a coquetear con el estalinismo. Actualmente está muy descompuesto.
[2] PPK: Pedro Pablo Kuzinsky, presidente del Perú que dimitió por corrupción a principios de 2018. Ver https://es.internationalism.org/accion-proletaria/201803/4280/ppk-fujimori-y-la-clase-politica-contra-los-trabajadores-en-peru
[3]Ver Tesis sobre la Descomposición, /revista-internacional/200510/223/la-descomposicion-fase-ultima-de-la-decadencia-del-capitalismo
[4]La comisión Lava Jato, es un grupo investigador dentro del congreso de la republica del Perú, que investiga actos de corrupción de funcionarios públicos vinculados a empresas Brasileñas como Odebrecht
[5]Tomado del Periódico El Comercio del 01.03.2018