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A las organizaciones obreras del país y del extranjero (extractos)
Compañeros:
Una organización que se llama comunista e internacionalista acaba de cometer un crimen con el cual demuestra que ni es comunista ni internacionalista: el crimen de denunciar a un compañero de lucha a la policía. La organización que ha cometido este crimen es la sección Mexicana de la Liga Comunista Internacionalista (IV Internacional), y su crimen es aún más grave por que se trata de denunciar a un compañero extranjero que reside en México, al que acusa de participar en la lucha proletaria del país en un sentido contrario a la política del gobierno del país.
En nuestras investigaciones, nos fue imposible dirigirnos al partido Comunista Obrero de Alemania y a la Unión General de trabajadores del mismo país (a las cuales el dicho compañero había pertenecido durante 11 años, desde 1920 hasta 1931), porque el terror fascista los ha destruido. Pero nos dirigimos a la sección alemana de la Liga Comunista Internacionalista a la cual perteneció de 1931 a 1934, cuando salió de la organización por razón de su oposición a la nueva política de Trotsky de entrar en los partidos de la segunda Internacional.
También nos dirigimos a la organización a la cual pertenecía Eiffel después de su emigración a los Estados Unidos. Citamos el párrafo siguiente de la respuesta que recibimos: “conocemos al compañero Eiffel desde varios años. Juntos con él hemos pasado por una lucha dura contra el revisionismo...Desde el momento de la creación de nuestra organización (Revolutinary Workers League of United States) el compañero Eiffel ha sido miembro del comité Central y del Buró Político de la organización desde que tuvo que salir de los Estados Unidos, porque las autoridades no prolongaron su visa, está en vuestro país como representante de nuestro Buró Político. Su pasado y su asociación con nosotros en nuestra lucha y en nuestro trabajo es prueba suficiente del carácter calumnioso de la acusación levantada contra él”. (Estamos dispuestos a poner el texto entero de la respuesta de la Revolutionary Workers League al conocimiento de todos los que lo soliciten). Al mismo tiempo los compañeros de los Estados Unidos nos mandaron la copia de una carta suya a la sección mejicana en la que demandan que ésa publique las “pruebas” de sus acusaciones, o en caso de que no las tenga, rectifique públicamente sus calumnias.
La respuesta de la Liga es... UNA NUEVA CALUMNIA, esta vez combinada con una denuncia a la policía. Pero ya casi no hablan de “agentes de Stalin”, sino de “agentes de Hitler”. Nosotros sabemos que métodos semejantes son lo propio de organizaciones que no tienen ya nada de proletarias. Son métodos estalinistas, métodos que antes habían utilizado los social-demócratas contra la vanguardia revolucionaria, contra los internacionalistas.
Si la Liga Comunista se ha metido por ese camino es esto señal de su degeneración política, pues no se atreve a encarar la luz de una explicación leal y honrada de las divergencias que hay entre las dos organizaciones.
Vamos a intentar explicar nuestras divergencias.
El caso Trotsky
Desde que Trotsky llegó a México, la liga ha cesado sus ataques contra el gobierno Cárdenas, llegando incluso hasta defenderlo. Califica al gobierno como “anti-imperialista”, “anti-fascista”, “progresista”... etc. Viendo el peligro que tal política, política que pone a la vanguardia al mismo nivel que el estalinismo, el camarada D. Ayala, entonces miembro de la Liga mexicana, había pedido que ésta no se considerara comprometida por lo que Trotsky hubiera tenido que prometer para obtener el derecho de asilo, liberándole de los lazos políticos con la organización; y eso, cuando el evidente deber de toda organización obrera era luchar por el derecho de asilo para el camarada Trotsky sin por eso cambiar nada en su doctrina y propaganda.
La Liga Comunista no lo ha entendido así y al tomar la responsabilidad de los actos de Trotsky, da al gobierno la posibilidad de expulsarlo cuando la actividad de la Liga no le convenga. Nuestras propuestas comportaban, por el contrario, para Trotsky una garantía más, permitiendo a la Liga que conservase su independencia ideológica completa...
Daniel Ayala se ha hecho miembro del Grupo de Trabajadores Marxistas y la sección mexicana de la IV Internacional lo acusa de provocaciones, de agente de la G.P.U. Ahora, la nueva política de la Liga en México se parece a la del estalinismo, excepto en la argumentación teórica...
Hoy, Diego Rivera, uno de los líderes de la Liga, ya habla abiertamente de la necesidad de que los trabajadores “defiendan la independencia de nuestro país” (Excelsior, 3 de septiembre de 1937). Los trotskistas se ponen a la altura del social patriotismo, aunque lo escondan con justificaciones como “defender la independencia” contra las tentativas de “someter la administración de nuestro país a Moscú” (!!) (Excelsior, 3 de septiembre de 1937).