Enviado por CCI el
En el primer momento de la lucha en España, el proletariado se peleó como fuerza independiente. La lucha comenzó como guerra civil. Pero muy pronto, la traición de todos los partidos transformó la lucha de clases en colaboración de clases, y la guerra civil en guerra imperialista.
Todos los partidos (incluidos los anarco-sindicalistas) han roto el movimiento huelguístico dando la consigna: ninguna reivindicación de la clase antes de que hayamos ganado la guerra! El resultado de esta política ha sido tal, que el proletariado español ha abandonado la lucha de clase y ha dado su sangre por la defensa de la república capitalista. A través de la guerra de España, la burguesía se ha dedicado a unificar en el cerebro del trabajador español y mundial, los intereses de clase de éste con los intereses de clase de la democracia burguesa para que abandone sus propios medios de lucha, para que acepte el método de la burguesía: lucha territorial, proletario contra proletario.
Estamos viendo como, en la misma medida en que crece el heroísmo del proletariado español y la solidaridad del proletariado mundial, la conciencia de clase de los trabajadores baja al mismo ritmo.
La burguesía mundial, sobre todo la llamada “democrática” ve con buenos ojos el heroísmo del proletariado español y la solidaridad del proletariado internacional para desviar la lucha del terreno nacional al terreno “internacional”: de la lucha contra su propia burguesía a la lucha contra fascismo de España, de Alemania y de Italia. Este método ha beneficiado mucho a la burguesía de todos los países; es así como se han roto las huelgas. La guerra de España y su explotación por la burguesía ha unido más estrechamente al proletariado de cada país a su propia burguesía.
El gobierno de México supera a los demás gobiernos capitalistas, por su manera sistemática y demagógica de aprobar la guerra de España para así reforzar sus posiciones, uniendo el proletariado mexicano a su burguesía.
Las organizaciones obreras, que piden que su gobierno mande armas a España, dan en realidad su apoyo, no al proletariado español, sino a la burguesía española y a su propia burguesía. Asimismo, las colectas y el envío de voluntarios al frente, no da más resultado que el de prolongar las ilusiones del proletariado español y de cada país y proveer en carne de cañón a la burguesía española e internacional.
El actual gobierno de México se da por tarea la de continuar la obra de sus predecesores, es decir, destruir el movimiento obrero independiente para que México se convierta en un territorio de dura explotación para el capitalismo internacional. Lo que ha cambiado con respecto al gobierno anterior es únicamente la forma como cumple esta tarea, es decir, intensificando la demagogia izquierdizante. El gobierno actual se presenta ante las masas como la expresión de una verdadera democracia.
El deber de la vanguardia del proletariado es señalar a su clase y a las masas trabajadoras en general, lo siguiente: primero, que la democracia no es sino una forma de la dictadura capitalista y que la burguesía emplea esta forma cuando la dictadura abierta ya no le sirve; segundo, que la función de la democracia es la de corromper la independencia ideológica y organizativa del proletariado; tercero, que la burguesía siempre completa el método violento de opresión con el de la corrupción; cuarto, que los métodos democráticos de hoy tienen como función la de preparar el terreno para la opresión brutal del movimiento obrero y para una dictadura abierta en el futuro; que el gobierno de Cárdenas permite a los elementos reaccionarios de dentro y de fuera del gobierno que vayan forjando sus armas para la opresión brutal en el futuro (amnistía, etc.).
El gobierno actual está intentando separar a los obreros de sus aliados naturales, los campesinos pobres, e incorporar a las organizaciones de ambas clases en el aparato de Estado. El gobierno organiza y entrega armas a los campesinos para que éstos las usen después contra el proletariado.
Al mismo tiempo, está intentando acabar con todas las organizaciones del proletariado para formar un único partido y una única central sindical ligada directamente a Estado. El gobierno aprovecha la división en el seno del proletariado para debilitar a todas las organizaciones existentes: primero oponiéndolas entre sí, segundo unificando las secciones locales y regionales con la ayuda dirigida desde el Estado. Últimamente, el gobierno ha empleado a Trotsky y a los trotskistas para debilitar a los estalinistas en la C.T.M. El deber de la vanguardia del proletariado es denunciar y combatir sistemáticamente las maniobras del gobierno intensificando la lucha anti-gubernamental tanto como el gobierno intensifica su trabajo corruptor y demagógico; segundo, acelerar el trabajo de preparación de un partido de clase; tercero, elaborar una táctica revolucionaria para la unificación del movimiento sindical plenamente independiente del Estado; cuatro, empezar un trabajo sistemático entre los obreros agrícolas y campesinos pobres para romper su confianza en el Estado en vistas a su alianza con el proletariado de las ciudades.
Cada gobierno capitalista de un país semi-colonial es un instrumento del imperialismo. El gobierno actual de México es un instrumento del imperialismo U.S.A. Su política sirve fundamentalmente al imperialismo, intensificando la esclavitud de las masas mexicanas. El deber de la vanguardia del proletariado es desenmascarar la demagogia anti-imperialista del gobierno y mostrar a las masas del continente y del mundo que la colaboración del gobierno mexicano es hoy indispensable par la extensión del imperialismo, como así lo prueba la función que ha cumplido la delegación mexicana en la Conferencia de Buenos Aires. El resultado de ésta fue la intensificación del demonio de los USA, sobre todo en México.
Los métodos demagógicos del gobierno mexicano actual, respecto al movimiento obrero y a la agitación en los campos, ha inspirado tanta confianza al imperialismo USA que los bancos de Wall Street han ofrecido un gran préstamo al gobierno mexicano a condición de que los impuestos de las compañías petroleras sirvan de garantía para el pago de los intereses. El gobierno acepta esta condición, sin encontrar la menor oposición en todo el país como ocurrió con el gobierno anterior. Esto le ha sido posible gracias a la popularidad que le ha dado la ayuda al gobierno español y la distribución de tierras en la laguna, y también gracias a la afirmación de que el préstamo serviría para la construcción de máquinas. Así pues, vemos como el proletariado, para luchar ventajosamente contra la burguesía mexicana, tiene que luchar sistemáticamente contra su política exterior, y cómo para luchar contra Cárdenas tiene que luchar también contra Roosevelt.
Teniendo en cuenta que el gobierno mexicano depende en toda su política del imperialismo americano, eso ha ocurrido también en cuanto al derecho de asilo para Trotsky. Está claro que Cárdenas ha concedido el derecho de asilo a Trotsky porque así lo ha autorizado su dueño, el imperialismo americano, el cual pretenderá utilizar a Trotsky para sus maniobras diplomáticas internacionales, sobre todo en sus negociaciones con Stalin.
El deber de la vanguardia del proletariado es señalar esta situación a los trabajadores sin dejar, naturalmente y al mismo tiempo, de luchar por el derecho de asilo para Trotsky.
GRUPO DE TRABAJADORES MARXISTAS (MEXICO)