Enviado por CCI el
Bilan nº 34. Agosto 1936.
Los sucesos de España han abierto una grave crisis en le seno de nuestra organización. Las circunstancias no han propiciado una discusión profunda de las divergencias, más que nada porque parte de los camaradas se encuentra en estos momentos imposibilitada para participar en ella con sus opiniones.
En esta situación, la C.E. solo ha podido tomar nota de la primera delimitación de posiciones políticas, aunque comprueba que ya se plantea, sin remedio, el problema de la escisión en nuestra organización.
Escisión ideológica, no organizativa. El objetivo de este comunicado es que se imponga la más meridiana claridad sobre los problemas fundamentales en los que ha habido divergencias.
Aparte de la concepción que la Fracción defiende públicamente (acerca de la que no hace falta explicarse), otras opiniones se han ido afirmando (como ya dijimos) aunque actualmente se ven aun imposibilitadas tanto para concentrarse alrededor de una posición general como para definirse entre sí aclarando sus límites respectivos.
La idea central dominante entre los camaradas que no comparten la opinión de la actual mayoría de la organización es la de considerar que puede afirmarse la independencia de la clase obrera, sobre todo en Cataluña, sin que cambie radicalmente la situación y sin que haya que oponer a los actuales frentes, a los que nosotros consideramos imperialistas, los frentes de lucha de clases en las ciudades y en el campo.
La Comisión Ejecutiva (C.E.) ha decidido no forzar la discusión. El objetivo es permitir que la organización se beneficie de las contribuciones de los camaradas que están imposibilitados para intervenir activamente en ella y también porque la evolución permitirá una mejor clarificación de las divergencias fundamentales surgidas en los debates.
Está claro que los compañeros de la actual minoría tienen la posibilidad, como los demás, de separar públicamente sus responsabilidades y, aun reivindicando su pertenencia a la Fracción, continuar la lucha por sus posiciones en España, con la idea de determinar una posición autóctona de la clase obrera, incluso en la actual situación.