¿El comunismo no puede ser detenido?

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"Los conceptos de los utopistas han dominado durante mucho tiempo las ideas socialistas del siglo XIX, y en parte aún las siguen dominando hoy. Les rendían culto, hasta hace muy poco tiempo, todos los socialistas franceses e ingleses, y a ellos se debe también el incipiente comunismo alemán, incluyendo a Weitling. El socialismo es, para todos ellos, la expresión de la verdad absoluta, de la razón y de la justicia, y basta con descubrirlo para que por su propia virtud conquiste el mundo. Y, como la verdad absoluta no está sujeta a condiciones de espacio ni de tiempo, ni al desarrollo histórico de la humanidad, sólo el azar puede decidir cuándo y dónde este descubrimiento ha de revelarse" (F. Engels).

Comunismo, dinero y valor

El objetivo de estas notas es realizar una crítica a las consideraciones desarrolladas en el artículo aparecido en la revista N+1 (www.quinterna.org) "Marcati sintomi di società futura". La revista N+1 se reivindica de la tradición de la Izquierda Comunista Italiana, y de hecho su origen deriva de una ruptura con el Partido Comunista Internacional a finales de los años 70.

 Lo que más nos llama la atención de este artículo es el intento de presentar la existencia de formas de producción comunista que se pueden individualizar ya en las sociedades capitalistas actuales. En concreto argumentan:

"Producción comunista, término que puede describir las actividades productivas en general, presentes en cualquier tipo de sociedad. Y precisamente dentro de la sociedad capitalista se pueden individualizar actividades productivas llevadas a cabo por “una sociabilidad espontánea”, sin que exista el vínculo del dinero, es decir el valor. Mientras el individuo permanece ligado a los mecanismos capitalistas, el Capital genera “espontáneamente” áreas de actividad que son objetivamente su superación”.

Esta es la idea central que a lo largo del artículo van a tratar de sostener los camaradas de n+1: que el capitalismo tiende a generar por su propia dinámica áreas de producción comunista que se encuentran más allá del dinero y de sus vínculos, es decir del valor. Para ello se fundamentan sobre todo en algunos pasajes de los Grundrisse de Marx, pretendiendo que éstos digan algo que en realidad no dicen, utilizando en realidad un concepto inmediatista y empírico de lo que es el capital y el valor. El valor es una categoría social abstracta y total, que abarca (bajo el dominio del capital) todos los aspectos de la producción y la distribución. No existe por lo tanto sólo cuando aparece la mediación monetaria y el intercambio mercantil. A diferencia de lo que sostienen los autores de N+1 para los que:

 "El ejemplo más impactante es el ciclo productivo en las industrias particulares: hasta que el producto no sale de los muros de la fábrica para introducirse en el mercado, él no es mercancía, sino resultado de fases productivas en el que las diferentes materias primas y las partes semi-elaboradas siguen un flujo racional de transformación, gobernadas por técnicas y procesos ausentes de intercambios de valor".

Aquí nuestros autores tienen una visión tremendamente parcial de lo que supone el valor, como si su existencia surgiese sólo a partir del intercambio mercantil, en el momento en que una mercancía sale al mercado y se intercambia con otra. Hasta entonces, hasta el momento del intercambio, parece que puede haber una espontánea sociabilidad positiva; es sólo cuando aparece el mercado cuando se pervierte la situación. En realidad el valor surge de unas relaciones sociales que separan al trabajo de los medios de reproducción de la vida, de la separación entre productores y medios de producción, que hace que el único modo de dar un carácter social a los múltiples trabajos privados sea la mediación mercantil, es decir, el valor de las mercancías que expresa una sustancia social (el trabajo abstracto) que somete con su regla común al conjunto de las múltiples actividades humanas. Estas se expresan socialmente “gracias” a la mediación abstracta del valor y del dinero como equivalente general de todas las mercancías, como mercancía entre las mercancías. De este modo el carácter social de la actividad humana encuentra un mecanismo indirecto y abstracto de expresión. Es lo contrario de lo que ocurre en otros modos de producción anteriores donde el trabajo no era separado de los medios de reproducción de la vida, y la apropiación del plus-producto social se realizaba de un modo coactivo por parte de las clases dominantes en vez de por un modo abstracto (por ejemplo, cuando los señores feudales obligaban a los campesinos a dar una parte de la cosecha como renta señorial o a pagar una renta jurisdiccional por intestar un testamento).

El fetichismo de la mercancía

Esta reflexión previa es lo que explica la importancia que Marx dará al fetichismo de la mercancía. Entender la importancia de esta posición marxiana es fundamental ya que recorre con su lógica toda la crítica de la economía política marxista. No es sólo un añadido filosófico inicial, sino que es central para entender cómo funciona y domina el mundo de la mercancía, en sus categorías abstractas y esenciales, es decir válidas siempre que exista capitalismo. La mercancía y el valor invierten el sentido de la vida y de la verdad, haciendo que lo verdadero aparezca falso y a la inversa. Las relaciones sociales que los seres humanos establecemos entre nosotros nos aparecen como cosas: precios, productos que tienen de modo natural precios… Y hasta hoy ningún químico ha podido descubrir la naturaleza este precio que parece inmanente a las mercancías o al dinero. Y, a la inversa, hace de las cosas (del mercado, de los capitales)… sujetos automáticos, dotados de vida por sí mismos, pese a que, como decía Marx al inicio de El Capital, parece que las mercancías no pueden ni producirse ni venderse por sí mismas en el mercado. Esa inversión que supone el capital es bien real, es la inversión que mediatiza nuestras vidas, la cámara oculta y espontánea que permite la reproducción ampliada y global que caracteriza al capital. Una reproducción social que por lo tanto no aparece sólo en el momento del intercambio sino ya en el mismo momento de la producción. Por ello es fundamental cuestionar, como un aspecto fundamental a nivel programático, la separación entre los distintos trabajos privados, la misma categoría de empresa que es una de las categorías explicativas de la reproducción ampliada del capital.

La mercancía y el valor hay que entenderlos en el contexto global de su mediación social y no desde un punto de vista inmediatista como hacen los camaradas de N+1. El capital (como valor que se reproduce a sí mismo) no es una sumatoria de diferentes áreas parciales sino un contexto global de relaciones sociales. Eso es lo que hace que el valor no sea sólo una categoría que mide el intercambio económico entre diferentes trabajos privados sino una forma social total que permite la reproducción de las relaciones sociales burguesas, precisamente porque las cosifica, porque hace aparecer las metamorfosis de la mercancía (el dinero, el valor de cambio, el salario, el beneficio…) como formas naturales y pertenecientes si duda a los objetos concretos que portan con sí la mercancía. Por eso Marx decía que la mercancía es una realidad sensible suprasensible, ya que la sensibilidad, el trabajo concreto que conlleva consigo cualquier objeto humano, hay que añadirle una naturaleza metafísica, abstracta, le hecho de que encarna una cantidad x de trabajo abstracto.

Al respecto, los errores de N+1 no pueden ser más peligrosos y, además, se acercan con ellos a posiciones izquierdistas como las de Toni Negri y el postoperaismo italiano, tan en boga en el mundo académico burgués. Un pensamiento que además en estos autores tiene un significado inequívocamente reformista y de reivindicación de un “desarrollismo del capital” (véase por ejemplo la trilogía de Negri con Hardt: Imperio, Multitud, Commonwealth). También Negri habla de un general intellect que expresaría ya una potencia comunista que a duras penas y parasitariamente domina el capital. Sólo que más tarde se da cuenta que las cosas son más complicadas y que hay que demorar más el tiempo para que se exprese en toda su plenitud el comunismo y el general intellect de los trabajadores inmateriales. De esta manera Negri apoyará (y con el todo el área reformista de la izquierda del capital que está detrás de sus teorías de gurú) la Unión Europea y la política de Lula de Brasil, a Syriza y a Podemos… por mucho que sea críticamente.

Obviamente los camaradas de N+1 se encuentran muy alejados de esta perspectiva, pero su lógica teórica es la misma en las premisas. También para ellos:

"Hoy podemos demostrar que el capitalismo ha muerto, asesinado en la sustancia por el emerger de la sociedad nueva y superviviente como fantasma de sí mismo únicamente gracias a la potencia ideológica y militar de la clase que lo representa".

Es decir el capitalismo, nada más ni nada menos, ha muerto y no nos hemos dado cuenta aún. Quizá sea porque sobrevive meramente como fantasma de sí mismo, o sea de modo parasitario (como decía el mismo Negri). Sólo sobrevive coactivamente a través de la fuerza de las armas y una potencia ideológica que suponemos exterior al mundo de la mercancía. Y, sin embargo, los fundamentos del dominio del valor y del capital son, desgraciadamente, bastante más complejos como el mismo Marx nos ayudó a entender. El capital no es un mero fantasma de sí mismo sino que seguimos aún sometidos a su monstruoso abrazo propio de una bestia sin alma.

La fuerza de trabajo en el capitalismo no sólo es una expresión del fetichismo de la mercancía, en primer lugar es producida de una determinada manera: de un modo asociado. El trabajo asociado, si deviene consciente, tiene la capacidad y la potencialidad de negar la cosificación y la reificación que envuelven las relaciones sociales bajo el capitalismo. Esta es la potencialidad oculta bajo las relaciones sociales capitalistas y que puede disolver la reificación y opresión del capital afirmando el comunismo, o sea la comunidad humana universal, a través de un movimiento unitario, auto consciente, subjetivo que se convierta en una fuerza material que niegue el capital y sus categorías, que afirme la riqueza humana de un modo directo y sin la mediación del valor (tras un período previo de transición hacia el comunismo). Es en este sentido que el proletariado es el sujeto histórico político que personaliza "esa oposición histórica a la vez que también es la fuerza social humana que la realiza"[1]. ¿Cómo? A través de la orientación que da a sus luchas, no como mera categoría social, como capital variable, no solamente para mejorar sus condiciones de vida dentro del sistema capitalista, sino en su oposición al orden social existente.

Asociación y mercancía

Como vemos el capitalismo funciona bajo dos principios que son antagónicos: la asociación y la mercancía. Esta última es automática, funciona por sí misma, enajena y cosifica las relaciones sociales… El trabajo asociado implica la potencialidad de la liberación del trabajo asalariado y de la mercancía, pero para ello conlleva unos principios y fundamentos radicalmente diferentes y de tipo subjetivo: identidad, debate, confianza y solidaridad, conciencia, desarrollo de una moral y una ética comunista… Esta complejidad de la posibilidad del comunismo es completamente descartada por los camaradas de N+1 para los que la propia dinámica del capital, prácticamente ya en sí misma, libera áreas de comunismo (bajo el dominio del capital). Llegando incluso a afirmar que:

"En la escuela pública obligatoria, y en una cierta medida también en los niveles sucesivos que es sostenida por el Estado y que el ciudadano usufructo gratuita. No habiendo producción de plusvalor (como si sucede en la escuela privada), en ella rige la actividad improductiva, por lo tanto la gratuidad es real" (¡!).

A estos desastres llega este texto, más allá de lo incorrecto en la utilización de las categorías de trabajo productivo e improductivo, lo que más llama la atención es los tremendos equívocos a los que lleva concebir que puede haber formas “de comunismo” por la gratuidad que expresan la educación y la sanidad. Todo este equívoco desciende como decíamos al principio que se concibe el capitalismo y la mercancía de un modo empírico e inmediatista y no como una categoría social total, que trasciende (por su misma condición alienante y fetichista) los trabajos (productivos o improductivos) inmediatos.

De este modo llegan incluso a la conclusión (que da título a estas notas) de que debido al desarrollo de las fuerzas productivas a la que ha coadyuvado el capital, con el desarrollo masivo de un trabajo inmaterial e intelectual que se expresa (no sólo en la educación y en la sanidad) a través de la tercera revolución tecnológica, con las nuevas tecnologías y el desarrollo de internet. Unas nuevas tecnologías que ya no necesitarían una mediación monetaria y mercantil, con lo que serían ya una expresión de síntomas de sociedad comunista, de cibercomunismo, bajo el capitalismo. Así llegan a decir:

 "No es extraño, es inevitable: la sociedad capitalista pone a disposición soluciones en el mismo momento en que trata desesperadamente de neutralizarlas. El comunismo está en marcha y no puede ser detenido”.

El comunismo no sólo es sintomático bajo la sociedad comunista sino que es imparable. ¡Qué buena noticia! Sólo hay que pararse a esperar o empezar a trabajar como hacker, que suponemos encarna, cual trabajo inmaterial y general intellect, a un nuevo proletariado. Lástima que sea todo falso. Además porque a la fuerza habitual de la mercancía y su fetichismo (sin olvidar el papel material e ideológico del Estado) hay que añadir los efectos tremendamente negativos que conlleva la descomposición de las relaciones sociales en la fase actual del capitalismo[2].

Mientras exista el valor y capitalismo no habrá comunismo. La posibilidad de expresarse de éste surge de una revolución que destruya las condiciones políticas de reproducción del capital, iniciando el desarrollo de una transición hacia el comunismo, la comunidad humana universal. Pero dentro del capitalismo no hay (a diferencia de lo que ocurrió en otras sociedades del pasado donde las relaciones burguesas se incubaron dentro del feudalismo) posibilidad de despliegue económico de síntomas de producción comunista. Este es el gran y tremendo error de los camaradas de N+1. Otra cosa es lo que dice Marx en los Grundrisse y que además es armónico con una concepción de la decadencia del capitalismo. Marx, en efecto, en el fragmento de las máquinas de los Grundrisse explicará que en la medida que se desarrolle el capitalismo el valor contenido en cada mercancía tiende a reducirse (por el aumento del plusvalor relativo frente al absoluto), lo que provocará que con el desarrollo de la tecnología las máquinas tiendan progresivamente a reducir el trabajo humano. Eso es lo que dice Marx en los Grundrisse, o sea que hay una contradicción agónica entre el valor y las potencialidades de expresión de la riqueza humana, entre las relaciones sociales de producción burguesa y las fuerzas productivas. Pero esa contradicción conlleva una lucha radical y consciente del proletariado para destruir el valor y el capital. El valor no desaparecerá por sí mismo. Y no, no es posible expresión de comunismo en un solo país y mucho menos en algunas actividades productivas aisladas como parecen deducir los camaradas de N+1.

Esta apología de un supuesto cibercomunismo es explicada por los camaradas de N+1 a través de varios ejemplos, pero aquí vamos a centrarnos en el que es su ejemplo central y su “prueba” irrefutable de que el comunismo está emergiendo en el seno del propio modo de producción capitalista: el Venus Project.

El Venus Project

Cómo se presenta

Aunque nada puede ser juzgado por la consciencia que tiene de sí mismo, veamos en primer lugar cómo se nos presentan estos nuevos reformadores de la humanidad.
"El Venus Project es una organización que propone un plan factible de acción para el cambio social, uno que trabaje hacia una civilización pacífica y sostenible. Delinea una alternativa hacia la que ir donde los derechos humanos no sean ya más proclamas en papel sino un modo de vida.

"Operamos en un centro de investigación de 21,5 acres localizado en Venus, Florida.
(…) En el presente nos quedan muy pocas alternativas. Las respuestas de ayer ya no son relevantes. O continuamos como hemos estado con costumbres sociales y hábitos de pensamiento obsoletos, en cuyo caso nuestro futuro estará en peligro, o podemos aplicar un nuevo conjunto de valores que sean relevantes para una sociedad emergente.
La experiencia nos dice que el comportamiento humano puede ser modificado, tanto hacia una actividad constructiva como destructiva. De esto es de lo que se trata el Venus Project: de dirigir nuestra tecnología y nuestros recursos hacia lo positivo., para el máximo beneficio de la gente y del planeta, y de buscar nuevas formas de pensar y de vivir que celebren y enfaticen el vasto potencial del espíritu humano. Tenemos las herramientas a mano para diseñar y construir un futuro que sea digno del potencial humano. El Venus Project presenta una nueva y clara dirección para la humanidad que implica nada menos que el rediseño total de nuestra cultura"
[3].

Los compañeros de N+1 implican que en el Venus Project no opera (o no operaría) la Ley del Valor. Veamos en qué pueden fundamentar una cosa así:

«Dicho de manera simple, una Economía Basada en Recursos utiliza los recursos existentes, en lugar del dinero, para proporcionar un método equitativo de distribución de la manera más humana y eficiente posible. Es un sistema en el cual todos los bienes y servicios están disponibles para todos sin la utilización de dinero, crédito, trueque, o cualquier otra forma de deuda o servidumbre.

"Para entender mejor una Economía Basada en Recursos, considere esto: si todo el dinero del mundo desapareciera de la noche a la mañana, siempre que el suelo fértil, las fábricas, el personal y otros recursos quedasen intactos, podríamos construir lo que necesitáramos para cubrir la mayoría de las necesidades humanas. No es dinero lo que la gente requiere, sino libre acceso a la mayoría de lo que necesita, sin tener que preocuparse por la seguridad financiera o tener que apelar a la burocracia gubernamental. En una Economía Basada en Recursos, el dinero se volverá irrelevante"[4].

Ahora vayamos por partes. En primer lugar, llama la atención que el Venus Project se proponga hacer de los derechos humanos un modo de vida y al mismo tiempo diga estar por la abolición de varios de estos “derechos humanos” (que no es otra cosa que el nombre eufemístico para el derecho individual burgués). Por ejemplo, quieren "reconocer los recursos mundiales como patrimonio común de todos los habitantes de la Tierra"[5] y al mismo tiempo seguir respetando que "toda persona tiene derecho a la propiedad, individual y colectivamente"[6]. ¿Cómo pretenden entonces que los medios de producción pasen a ser “patrimonio común de todos los habitantes de la tierra”? ¿Pretenden convencer a la burguesía de que se los ceda de buen corazón al proletariado? Evidentemente, esta gente no sabe nada de lucha de clases.

También llama la atención el que, mucho antes de hablar de la propiedad colectiva de los “recursos de la Tierra” (formulación ambigua que no deja clara si incluye a los medios de producción o no) hagan un llamado a “aplicar un nuevo conjunto de valores que sean relevantes para una sociedad emergente”. Así pues, lo fundamental para ellos son los “valores” que transformarán la sociedad; aquí tenemos una visión puramente idealista del desarrollo histórico con la que honestamente esperamos que no estén de acuerdo los compañeros de N+1.

Al final, después de sus encarecidas peticiones a la humanidad para que “cambien de valores”, por fin hablan de economía. La economía que describen es una economía comunista, cierto, pero su forma de plantear la cuestión es profundamente errónea. ¿Qué es eso de “si todo el dinero desapareciese de la noche a la mañana...”? El dinero es sólo un elemento, un eslabón, de la relación social a la que llamamos capital, que tiene como base la producción de mercancías y su realización en el mercado como forma de acumular plusproducto, de acumularse a sí mismo. La mercancía es el producto producido en una situación de separación entre productor y medio de producción para su intercambio. El dinero es una consecuencia de la producción mercantil y no al revés, por eso NO va a desaparecer de la noche a la mañana. Simplemente plantear la cuestión en esos términos es un absurdo y denota el escaso entendimiento que tiene esta gente del Venus Project, o quizás la confusión que quieren transmitir a sus lectores. Difícil de saber.
Ahora bien, ya hemos hablado suficiente de lo que dice ser el Venus Project, ahora miremos a ver qué es en realidad.

El Venus Project en la práctica

El Venus Project fue fundado por Jacque Fresco, un ingeniero americano antimarxista desde su juventud[7] y que colaboró con el bando imperialista americano durante la II Guerra Mundial[8], si bien es cierto que no por mucho tiempo. Siempre estuvo interesado por cómo los “valores” pueden hacer cambiar a la gente para bien o para mal y, en base a esta visión idealista, llegó incluso a ingresar en el Ku Klux Klan y en otra organización supremacista blanca para intentar cambiar su ideología racista y violenta[9].

El Venus Project consta, tal y como dicen, de una pequeña ciudad (aunque más bien valdría decir pueblo) experimental en el pueblo de Venus, con varios edificios de arquitectura futurista. Trata de prepararse para ser en el futuro la “ciudad experimental de investigación”[10], pero de esto hablaremos más adelante. Actualmente ni tan siquiera ellos pretenden haber superado la ley del valor allí (lo que en su vocabulario sería haber conseguido una “Economía Basada en Recursos”), es más, actualmente a lo que se dedican es a producir mercancías para financiar sus gastos (que suponemos serán ingentes, nadie mantiene una ciudad absurda en medio de la nada por poco dinero) y, ¡qué ironía!, para avanzar hacia esa supuesta sociedad futura “distinta de cualquier otra sociedad”[11]. Veamos.

Nada más entrar en su web oficial, www.thevenusproject.com nos encontramos con una tienda[12], donde tenemos la inmensa suerte de no sólo poder comprar sus documentales completos (de ellos hablaremos más adelante) y sus audiolibros sobre el Venus Project, sino también camisetas, fundas para smartphones, gorras, llaveros, pines, delantales... todas ellas mercancías estampadas con la V victoriosa de la futura sociedad donde tenemos que creer que “el dinero desaparecerá de la noche a la mañana” y “los recursos serán propiedad de toda la humanidad” porque así se ha decidido en este pueblecito tan tecnológico.

Tampoco faltan los anuncios de sus patrocinadores; King Products, CNP Integrations, Osmora y Aqualibrium[13] por mencionar algunas de ellas. ¿Hemos de suponer que estas empresas son de capitales que buscan su propia desaparición, y de burgueses de buen corazón que buscan el triunfo histórico del proletariado y la derrota de su propia clase? Una mente crédula puede permitirse algo así, pero no los camaradas de N+1, que se reivindican de la tradición de la izquierda comunista, una tradición que siempre ha sido intransigente con los enemigos de clase y sus mascaradas.

Pero no, parece que los camaradas de N+1 se han tragado cebo, anzuelo y sedal. Esto es lo que dicen respecto a la “comunidad del Venus Project”:

"Con el pasar del tiempo, la comunidad Venus se ha precisado asumiendo cada vez más las características de un partido militante. De hecho rechaza el comunismo proyectado (y además precisa de modo minucioso sus caracteres); rechaza la teoría revolucionaria madurada en las revoluciones precedentes y que llegó a representar bien el próximo futuro , pero su pragmatismo total es de por sí una teoría que facilita: “el movimiento real que abole el estado de cosas presentes”; nace sobre bases específicamente americanas, pero inserta en su programa el concepto internacionalista de “patrimonio común a toda la humanidad” referido a los descubrimientos, a las innovaciones y a todos los productos del cerebro social".

¡O sea que, según los compañeros, el Venus Project sería, ni más ni menos, que el embrión del Partido revolucionario del proletariado!

Dicen que el Venus Project rechaza el comunismo. Eso es bien cierto, pero no sólo lo rechazan sino que lo malinterpretan y hacen de voceros de la burguesía en su campaña de identificación del comunismo con el estalinismo. Veamos:

 "Comparar al comunismo con una economía basada en recursos o con el Proyecto Venus es erróneo. El comunismo usa dinero, bancos, ejército, policía, prisiones, personajes carismáticos, estratificación social y es dirigido por líderes electos. El objetivo del Proyecto Venus es superar la necesidad de usar dinero. La policía, las prisiones y el ejército ya no serían necesarios cuando los bienes, los servicios, la atención médica y la educación estén disponibles para toda la gente. El proyecto Venus remplazaría a los políticos con una sociedad cibernetizada donde todas las entidades físicas sean gestionadas y operadas por sistemas computarizados. La única área en la que las computadoras no operarán, es en la vigilancia de los seres humanos. Esto sería completamente innecesario y considerado socialmente ofensivo. Una sociedad que usa la tecnología sin preocupación por lo humano no tiene bases para sobrevivir. El comunismo no tiene un plan o un método para llevar a cabo sus ideales y, al igual que el fascismo, el capitalismo y el socialismo, todos pasarán a la historia como experimentos sociales fallidos"[14].

Dan ganas de pedir perdón a los compañeros por hacerles leer algo así. Al leer que “el comunismo usa dinero, bancos, ejército, policía, prisiones, personajes carismáticos, estratificación social y es dirigido por líderes electos” dan ganas de recordar las palabras de Marx: "En la fase superior de la sociedad comunista cuando haya desaparecido la subordinación esclavizadora de los individuos a la división del trabajo, y con ella, por
tanto, el contraste entre el trabajo intelectual y el trabajo manual, cuando el trabajo no sea solamente un medio de vida, sino la primera necesidad de la vida; cuando, con
el desarrollo múltiple de los individuos, crezcan también las fuerzas productivas y fluyan con todo su caudal los manantiales de la riqueza colectiva; sólo entonces podrá rebasarse totalmente el estrecho horizonte del derecho burgués y la sociedad podrá escribir en sus banderas 'de cada uno, según su capacidad; a cada uno, según sus
necesidades"
[15].

Así como del programa del KAPD:

"El desarme de la burguesía, de toda la policía, todos los funcionarios (...)”
“Disolución de todos los parlamentos y de todas las cámaras municipales.”
“Formación de consejos obreros como órganos legislativos y ejecutivos de poder. Elección de un consejo central de delegados de los consejos obreros de Alemania.”
“Reunión de un congreso de los consejos alemanes como suprema autoridad política de los consejos de Alemania” “Expropiación por la república de consejos de todos los bancos
(...)".

En fin, dudamos que sean necesarias más aclaraciones. Lo que sí que está claro es que el Venus Project equipara comunismo con estalinismo, contribuyendo así a la gran mentira que pesa sobre los hombros de la clase obrera desde hace casi un siglo y aportando un granito de arena más (otro) para la contrarrevolución. ¿De verdad es esto, compañeros de N+1, el futuro Partido del proletariado?

Hablan también de pragmatismo total. Vamos a echar un vistazo al programa de este “partido militante” (que ellos llaman el Plan) para acabar de desmontar una vez por todas el mito que ha calado en las cabezas de los compañeros de N+1 de que el Venus Project forma parte del “movimiento que abole el estado de cosas presente”.

El Plan del Venus Project

"Primera Fase
"La primera fase de los planes a largo plazo del Proyecto Venus ya está en marcha. Jacque Fresco (…) han construido un centro de investigaciones de 25 acres en Venus, Florida para ayudar a presentar la propuesta del Proyecto Venus. Cuatro DVDs, folletos y el libro "Lo Mejor Que El Dinero No Puede Comprar: más allá de la política, la pobreza y la guerra", han sido creados para dar a conocer este proyecto y sus propuestas. Se han construido cientos de maquetas futuristas, además de animaciones por ordenador e interpretaciones para ayudar a visualizar este futuro alcanzable»[16].

Y se mencionan dos documentales más. Muy novedoso todo.

"Segunda Fase
"La fase dos consiste en la producción de un largometraje que exponga cómo funcionaría un mundo que abrazara las propuestas presentadas por el Proyecto Venus. Esta película proporcionaría una visión positiva de una sociedad pacífica en la cual todos los seres humanos forman una familia global en el planeta Tierra. Una civilización donde todas las personas se involucran en la búsqueda de un mejor entendimiento del mundo que comparten. Esta película ha sido diseñada para ser una experiencia entretenida y educativa para niños y adultos. También proporciona una metodología para solucionar las diferencias entre las naciones"[17].

O sea que la fase dos, aún no alcanzada (!) es hacer una película de corte pacifista burgués donde, lejos de exponerse una visión internacionalista (tal como decían los compañeros de N+1) se habla de "resolver las diferencias entre las naciones". Merkel, Obama, Xi Jinping y hasta Stalin habrían firmado una cosa así. ¿En serio esto es un “partido militante” “parte del movimiento que abole el estado de las cosas presente”?

 Pensad de nuevo, compañeros.

"Tercera Fase
"Para probar sus diseños y propuestas, el Proyecto Venus está trabajando para poner sus ideales en práctica con la construcción de una ciudad experimental de investigación. (...) Los esfuerzos por recaudar fondos están actualmente en marcha para colaborar con la construcción de esta primera ciudad experimental. Esta nueva ciudad de investigación experimental estará dedicada a trabajar en pos de lograr las metas y objetivos del Proyecto Venus, que son…"[18].

Decía Marx: "Continúan soñando con la experimentación de sus utopías sociales; con establecer falansterios aislados, crear home-colonies en sus países o fundar una pequeña Icaria, edición en dozavo de la nueva Jerusalén. Y para la construcción de todos estos castillos en el aire se ven forzados a apelar a la filantropía de los corazones y de los bolsillos burgueses. Poco a poco van cayendo en la categoría de los socialistas reaccionarios o conservadores descritos más arriba y sólo se distinguen de ellos por una pedantería más sistemática y una fe supersticiosa y fanática en la eficacia milagrosa de su ciencia social"[19].

Así que ahora mismo están dedicándose a recaudar fondos. ¿Y cómo se recauda fondos en el capitalismo? Acumulando capital. Tratan de oponerse a la misma dinámica en la que ellos cabalgan. Pero vamos, veamos los puntos programáticos que pretenden lograr (¡desde una sola ciudad!):

"1. Reconocer los recursos mundiales como patrimonio común de todos los habitantes de la Tierra".

De esto ya hemos hablado, siguiente.

 "2. Trascender las fronteras artificiales que separan a las personas"
Las fronteras no son artificiales, tienen su razón de ser en la agrupación de capitales nacionales y en las tensiones y relaciones de poder entre estos. Negar la realidad es la mejor forma de que se afirme.
"3. Evolucionar desde economías nacionalistas basadas en el dinero hacia una economía mundial basada en los recursos"

La economía ya es una economía mundial, eso es precisamente lo que sienta las bases para el comunismo y la sociedad humana mundial. Respecto a lo de la economía basada en los recursos y el fetichismo del dinero, ya lo hemos tratado.

"4. Ayudar a la estabilización de la población mundial por medio de la educación y el control voluntario de la natalidad, para ajustarse a la capacidad de carga de los recursos de la Tierra.
"5. Reclamar y restaurar el medioambiente natural lo mejor que podamos.
"6. Rediseñar las ciudades, sistemas de transporte, industrias de agricultura, y plantas industriales para que haya disponibilidad de energía limpia y eficiente para cubrir adecuadamente las necesidades de las todas las personas.
"7. Compartir y aplicar nuevas tecnologías para beneficio de todas las naciones"

¡Un momento! ¿No hablaban de trascender las naciones? Pues no. Como podrán ver los compañeros de N+1, esta gente de internacionalistas no tiene ni la cáscara.

"8. Desarrollar y utilizar fuentes de energía limpias y renovables.
"9. Fabricar los productos de la más alta calidad para el beneficio de toda la población mundial.
"10. Exigir estudios sobre el impacto medioambiental antes de la construcción de cualquier megaproyecto.
"11. Alentar el mayor abanico posible de creatividad e incentivo con el objeto de hacer esfuerzos constructivos.
"12. Superar el nacionalismo, la intolerancia y el prejuicio a través de la educación".

¿A través de la educación? ¿En serio? ¡Vaya una idea nueva! ¿Y quién educa al educador? No, dejemos hablar a Marx: "La teoría materialista de que los hombres son producto de las circunstancias y de la educación, y de que por tanto, los hombres modificados son producto de circunstancias distintas y de una educación modificada, olvida que son los hombres, precisamente, los que hacen que cambien las circunstancias y que el propio educador necesita ser educado. Conduce, pues, forzosamente, a la sociedad en dos partes, una de las cuales está por encima de la sociedad (así, por ej., en Robert Owen)"[20].

En varios lugares comparan al Venus Project con el owenismo y a Robert Owen con Jacque Fresco. En la práctica, el owenismo estuvo muy por encima de ellos y esa comparación resulta un insulto para un comunista utópico pero honrado como lo fue Robert Owen[21].

"13. Superar cualquier tipo de elitismo ya sea técnico o de cualquier otro tipo.
"14. Llegar a las metodologías mediante cuidadosas investigaciones, en lugar de meras opiniones".

Podrían haber hecho algo así antes de empezar todo el proyecto y antes de escribir sobre el marxismo, pero eso sería presuponerles una inocencia y una honestidad que mucho nos tememos que no tienen.

"15. Mejorar la comunicación en las escuelas de modo que nuestro lenguaje corresponda a la verdadera naturaleza física del mundo"

¡¿?!

"16. Proporcionar no sólo las necesidades de la vida, sino también ofrecer retos que estimulen la mente al tiempo que enfatizan la individualidad sobre la uniformidad.
17. Y por último, preparar a las personas intelectual y emocionalmente para los cambios que nos depara el futuro".

De nuevo, ¿quién prepara al preparador...? Pero no, ellos negarán siempre que su visión de la sociedad conduzca a “la sociedad en dos partes, una de las cuales está por encima de la sociedad”

Hemos visto que el programa que se pretende impulsar desde una especie de “socialismo en una sola ciudad” (cosa aún más aberrante que el “socialismo en un sólo país” que los propios compañeros de N+1 rechazan) no es más que una mezcolanza de reformismo, utopismo y buenas intenciones. ¿Cuál sería la cuarta fase, que es la última?

 ¿La instauración de la sociedad tan perseguida? Nada de eso:

"Cuarta Fase
"Después de que se construya la ciudad experimental de investigación, planeamos hacer un parque temático que entretendrá e informará a los visitantes sobre estilos de vida humanos y respetuosos con el medioambiente. Pondrá de relieve ciudades diseñadas inteligentemente; casas, sistemas de transporte altamente eficientes y no contaminantes; tecnología computacional avanzada; y muchas otras innovaciones que pueden agregar valor a las vidas de toda la gente, en el menor tiempo posible"[22].

¡Así que el objetivo final de todo esto es hacer un parque temático, un parque de atracciones! Mucho ruido y pocas nueces. Ante la manifiesta imposibilidad de abolir la mercancía por medio de documentales, ellos mismos deciden continuar por esa vía y hacer un parque temático: más capital, más acumulación de capital, más ley del valor.

 Esto no se llaman comunistas, se llaman empresarios si uno quiere ser eufemista y burgueses si uno les quiere situar en un terreno de clase. ¿Y esto es el programa de un nuevo “partido militante” que “abole el estado de las cosas presente”? Llamamos a los compañeros de N+1 a que reflexionen urgentemente sobre esta posición, incompatible con el marxismo más elemental y mucho menos con la izquierda comunista.

Contra el oportunismo inmediatista

¿Por qué han caído los compañeros de N+1 en un error tan tremendo como considerar al enemigo de clase parte del movimiento comunista? Este es un error de tipo inmediatista que tiene mucho que ver con lo que hablábamos al principio del artículo. Para los compañeros el comunismo es históricamente inevitable, y como aún no se le ve aparecer por ningún lado, se aferran a un clavo ardiendo y llaman comunismo a lo que no es. Por eso, han llegado a teorizar, en su desesperación, que pueden surgir espacios comunistas dentro del capitalismo. Para ellos, el comunismo es inevitable debido al desarrollo tecnológico, al desarrollo del capital constante, dado que según Marx "el capital trabaja en favor de su propia disolución como forma dominante de la producción al incorporar trabajo científico general, aplicación tecnológica de las ciencias naturales, estructuración social de la producción global"[23].

Hay que reconocer que parten de una idea cierta: el capitalismo sienta las bases para su propia destrucción, no sólo en cuanto a lo que respecta al desarrollo de los medios de producción, sino que "a la par que avanza, se cava su fosa y cría a sus propios enterradores"[24]. Pero eso sería mirar sólo la mitad de la verdad. Tal como reconocía Marx, el desarrollo histórico no es inevitable sino que puede conducir a "la transformación revolucionaria de todo el régimen social o al exterminio de ambas clases beligerantes"[25] y en 1919, la Internacional Comunista anunciaba: "Ha nacido una nueva época. Época de disgregación del capitalismo, de su hundimiento interno. Época de la revolución comunista del proletariado"[26].

La época que vivimos, en resumen, difiere radicalmente de la época ascendente del capitalismo. No entraremos en las cuestiones de fondo e invitamos a los interesados a que se dirijan a la serie sobre la decadencia del capitalismo publicada por la CCI, pero nos quedaremos con esta cita de Rosa Luxemburgo: "La universalidad hacia la que tiende sin cesar el capital encuentra los límites inherentes a su naturaleza, los cuales, en cierta fase de su desarrollo, lo hacen aparecer como el mayor obstáculo a esa tendencia, empujándolo hacia su autodestrucción"[27]. En resumen, los camaradas de N+1 tienen razón al hablar de que el capitalismo sienta las bases para su superación, pero no menos razón tenían la Internacional Comunista y Rosa Luxemburgo al afirmar que, al mismo tiempo, desde hace ya un siglo está minando al mismo tiempo esas propias bases para la edificación del comunismo. Aún más, a partir de los años 80 el capitalismo entró en una fase de destrucción e inestabilidad acelerada, la fase de descomposición (ver Revista Internacional no 68 [28]), donde el caos entre las relaciones imperialistas, la putrefacción moral y la extrema debilidad de la clase obrera ponen un interrogante sobre el futuro del proletariado en su conjunto.

 ¿Cómo reaccionar ante todo esto? Si bien es comprensible asustarse, no es lo propio ni lo esperable de una organización de la tradición de la izquierda comunista, que ha tenido que pasar los momentos más oscuros, y mucho menos sumirse en el inmediatismo y en el apoyo a proyectos que, como hemos demostrado ampliamente, nada tienen que ver con el proletariado. Ante esto la respuesta debe ser el fortalecimiento de la organización revolucionaria, la profundización en el debate con los pies puestos en la tierra, en la realidad, por dura que esta sea; la solidaridad y la fraternidad con los compañeros y la lucha por un auténtico porvenir comunista para la humanidad. ¡Proletarios del mundo, uníos! He ahí la verdadera consigna de ayer, de hoy y de mañana.

Andrei / Comunero

Comentario de la CCI

Saludamos este trabajo en común realizado por dos compañeros muy próximos que han hecho un apreciable esfuerzo de clarificación teórica.

El proletariado se encuentra en una difícil situación, ha perdido la confianza en sí mismo y su propia identidad como clase. Será a través de numerosas luchas y de un gran esfuerzo teórico como logrará recuperarla y con ello desarrollar las condiciones para una lucha internacional generalizada que le permita destruir este sistema social cada vez más bárbaro que genera miseria y destrucción por doquier.

En ese esfuerzo teórico tiene un papel fundamental la tradición de la Izquierda Comunista de la cual nos reivindicamos. Sin embargo, debemos constatar una crisis profunda de esta corriente del proletariado que se manifiesta en que impunemente pretendan representarlas grupúsculos policiales y toda una movida parásita y ecléctica que no tiene otra pretensión que atacar con calumnias a los grupos genuinamente comunistas como la CCI.

Pero la otra expresión de esa crisis profunda es que elementos como los de N-1, que pretenden proceder de la tradición de la Izquierda Comunista de Italia, hayan perdido completamente la brújula y se dediquen a apoyar basuras estúpidas de “reforma del mundo” de la calaña del Proyecto Venus. El artículo que publicamos desmonta pacientemente todas las ridículas palinodias de estos vendedores de humo.

Un militante del KAPD, Bergmann, decía en el Tercer Congreso de la Internacional Comunista que el capital gobierno mediante la espada y la mentira. A la categoría de la mentira pertenecen ideologías como la del Proyecto Venus. Aprovechando las dificultades actuales del proletariado, dentro del aparato político e ideológico del Estado capitalista, aparecen como hongos “nuevos proyectos” que pretenden desviar el malestar, la indignación y las tentativas de darse un pensamiento coherente de lucha, hacia terrenos podridos como los del Proyecto Venus o un llamado “movimiento comunistizador” que últimamente ha alcanzado un cierto renombre.

Los compañeros ponen el dedo en la llaga de lo que ha podido llevar a los elementos del N-1 a arrastrarse tras el carro de tales patrañas.

Por una parte, la impaciencia, el frenesí desesperado por encontrar atajos para “cambiar la sociedad”. La desesperación inmediatista. El inmediatismo está en la médula de la sociedad capitalista pues el objetivo fundamental de todo capitalista es la obtención de la máxima ganancia en el mínimo tiempo posible sin importar las consecuencias futuras. Esta forma de plantearse las cosas se extiende a todas las esferas de la vida social, por ejemplo, la compra a crédito aparecería como el camino más fácil y rápido para consumir algo, aquello de “lo quiero todo y ya”. Es evidente que este virus se infiltra en las filas de los revolucionarios llevándolos a las peores derivas oportunistas.

Pero existe otro problema teórico que los compañeros identifican con claridad: a partir de la premisa justa de que en el capitalismo se hallan los fundamentos de la sociedad comunista que lo destruya y supere, los miembros de N-1 caen en la idea de apoyar un vulgar proyecto capitalista –que pretende competir con Walt Disney ofreciendo un parque temático sobre cómo sería una hipotética “sociedad del futuro”.

El feudalismo pudo desarrollarse desde dentro de la vieja sociedad esclavista. El capitalismo se desarrolló desde dentro del feudalismo. Pero esto era posible porque ambos eran sociedades de explotación que reemplazaban a una sociedad de explotación anterior. Del mismo modo, tanto el capital como antes los señores feudales eran una nueva clase explotadora que aspiraba a sustituir a la antigua.

Pero con el proletariado y con la sociedad comunista que aspira a instaurar se produce un cambio radical. Se trata de abolir la explotación no de instaurar una nueva forma de ella. No se busca crear una nueva clase explotadora sino abolir la división en clases de la sociedad.

Este cambio radical es determinante respecto al movimiento para alcanzar la nueva sociedad. Mientras en el paso del feudalismo al capitalismo el movimiento objetivo de las fuerzas de producción constituyó el principal motor del cambio de régimen social, con el comunismo no sucede lo mismo. Sí el capitalismo arroja las bases para avanzar hacia el comunismo, el motor del cambio hacia una nueva sociedad es la lucha masiva del proletariado, organizado en Consejos Obreros y armado por la teoría revolucionaria. De ahí que, como muy justamente dicen los compañeros, haga falta “la otra mitad”, la lucha de clase del proletariado.


[1] "Sobre la naturaleza y la función del partido", Revista Internacional no 153 (CCI), páginas 19 y 20. En Internet: /revista-internacional/201410/4055/sobre-la-naturaleza-y-la-funcion-del-partido-politico-del-proletar

[2] Véanse al respecto las tesis de la CCI: "La descomposición: fase última de la decadencia del capitalismo" /revista-internacional/200510/223/la-descomposicion-fase-ultima-de-la-decadencia-del-capitalismo

[5] Ídem.

[6] Art. 17.1 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH)

[7] Rolfe, Lionel (1998), "Unpopular Science", Fat Man on the Left, Los Angeles: California Classics Books, pp. 158–161, ISBN 978-1-879395-01-5

[8] Ídem

[9] Fresco, Jacque (January 28, 2012). "The Immaculate Pig Experiment". TVP Magazine

[11] Ídem

[17] Ídem.

[18] Ídem.

[21] Robert Owen (1771-1858) fue un socialista utópico, su obra corresponde a una etapa donde el proletariado apenas está dando sus primeros pasos y las doctrinas que expresan su esfuerzo de toma de conciencia tienen una naturaleza idealista y abstracta, dirigida a “todos los hombres de toda voluntad”. Se basa en la creación de proyectos dentro de la sociedad capitalista (cooperativas, fábricas gestionadas por filántropos) los cuales se supone que llevarán por su propio desarrollo a la nueva sociedad. El Manifiesto Comunista realiza una crítica de estas posiciones (ver el Capítulo III: Literatura Socialista y comunista). Podemos también leer el trabajo de Engels Del socialismo utópico al socialismo científico, https://www.marxists.org/espanol/m-e/1880s/dsusc/index.htm

[23] Grundrisse, K. Marx. Se pueden encontrar los 3 tomos de esta obra en lahistoriadeldia.wordpress.com/2013/10/20/karl-marx-grundrisse-tomo-i-ii-y-iii-descargar-libros.

[24] El Manifiesto del Partido Comunista, K. Marx.

[25] Ídem.

[27] Traducido por la CCI de la versión francesa Principes d'une critique de l'économie politique, parte IIª: "Le capital", "Marché mondial et système de besoins", páginas 260-61 (Editions la Pléiade, Marx, Oeuvres, Tomo 2)

 

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