La “Revolución de los paraguas” mojada por la ideología democrática

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La reciente oleada de protestas juveniles en Hong Kong comenzó por acciones organizadas por la Federación de Estudiantes de Hong Kong el 14 de de septiembre del año pasado, cuando cientos de ellos ocuparon numerosas vías principales de la ciudad, particularmente en el distrito financiero. Las protestas surgieron a raíz del cambio realizado en las normativas impuestas por el Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional, principalmente a la hora de restringir las ''candidaturas ciudadanas'' para el proceso electoral de 2017.

De hecho, el cargo de Presidente Ejecutivo, una de las cuestiones en disputa, ha sido nombrado por Pekín desde que Gran Bretaña devolviera el territorio en 1997 bajo la así llamada idea de ''un país, dos sistemas''. El cambio en las normas dictadas por Pekín pretende fortalecer la posición de la comunidad financiera en el proceso electoral, así como refleja y responde a la necesidad de la burguesía china de consolidar su ya férreo dominio sobre la política de Hong Kong.

Después de que, inicialmente, algunos cientos de manifestantes fueran violentamente apartados de las calles, el ''Occupy Central'' (''Occupy Central with Love and Peace''), una organización creada por un profesor de Derecho de la Universidad de Hong Kong, pidió al gobierno de la República Popular China que les escuchara, y empezó una campaña de desobediencia civil con el propósito de obtener un sistema electoral que asegurara un proceso que ''satisficiera los estándares internacionales en relación al sufragio universal''.

Las ideas democráticas y pacifistas han dominado al izquierdismo en Hong Kong desde la masacre de Tiananmen en 1989. Las demandas de ''Occupy Central'' son doblemente absurdas debido a que el Estado, en todos los países democráticos actuales del mundo, examina cuidadosamente a sus propios candidatos electorales de una forma u otra, y debido a que los orígenes de esta demanda se encuentran en una determinada facción jurídica de la burguesía isleña. El Partido Comunista Chino, aquí, simplemente sigue la estrategia ya empleada por el imperialismo británico cuando dominaba la colonia, tanto a nivel de fraudulencia legal como a nivel de represión violenta en aras de reforzar su dominio.

Tras la represión de los estudiantes por la policía y matones organizados, se sucedieron los ultimátums del gobierno hablando de ''intervención extranjera'' y amenazando con sangrientas represalias. Pero la represión sólo servía para atraer a más manifestantes a las calles, resultando en una mayor ocupación de los puntos centrales de la ciudad. Una de las características del ahora menguante movimiento ha sido su pacifismo, su ''educación'', levantamiento de brazos en señal de rendición, etc. Esto era especialmente notable en el distrito financiero de Admiralty y en el distrito comercial de lujo de Causeway Bay que era objetivo de los manifestantes. Por el contrario, en el distrito urbano de clase obrera de Mong-Kok, los combates contra la policía se han sucedido y sólo han cesado hace pocos días. En el momento de escribir este artículo el gobierno ha tenido reuniones con los líderes de los manifestantes, y dada la demanda de ''sufragio universal'', parece tener las cosas más o menos bajo control por el momento, así como haber logrado evitar una represión más sangrienta para la que los manifestantes no estaban preparados. Los sindicatos de Hong Kong, de nuevo implantados por los británicos, se han unido también a la llamada por la ''defensa de la democracia'' junto a la denuncia hecha por los manifestantes del proceso electoral de Hong Kong como una ''seudo-democracia''. Pero, de nuevo, todos los procesos electorales democráticos desde los europeos hasta los americanos, desde África hasta Afganistán, son ''seudo-democráticos'', fraudulentos y engañosos, que mantienen a la burguesía intacta y a la clase obrera oprimida y dividida. Otra herencia de la dominación británica es la división impuesta por la inmigración y el confinamiento en guetos de los trabajadores pobres de habla mandarín, con aproximadamente 50.000 de ellos viviendo en poco más que jaulas. No hay interés alguno para estos trabajadores en las demandas de Occupy Central por un ''sufragio universal''.

Los anarquistas de Mong-Kok

En la web de libcom hay publicados tres textos procedentes de Hong Kong: el primero se llama ''Nunca retirarse, un estado mental Mong-Kok'' (''Never Retreat, a Mong-Kok State of Mind''), firmado por Kristine Kwok, y otro más sobre Mong-Kok llamado ''Estofado, Dioses e Idiotas izquierdistas: tensiones políticas en la ocupación de Mong-Kok'' (''Hotpot, Gods and Leftist Pricks: Political Tensions in the Mong-Kok occupation'') firmado por Holok Chen. El tercero es ''Negro vs Amarillo: antagonismos de clase y el movimiento de los Paraguas de Hong Kong” (''Black vs Yellow: Class Antagonisms and Hong Kong's Umbrella Movement) firmado por ''un ultra americano y algunos amigos''. Podremos examinar este último con mayor detalle, pero primero con respecto a los dos procedentes de Mong-Kok: ambos textos parecen provenir de un grupo sin identificar. Se consideran ''anarquistas'' – a pesar de que términos como ''anarquista'', izquierdista'' o ''comunista de izquierda'' son imposibles de entender allí.

Estos elementos anarquistas estuvieron involucrados en peleas con la policía, los matones organizados y algunos habitantes locales con los que tenían desacuerdos. Insisten en mantener la atmósfera tipo carnaval de las ocupaciones, incluyendo reparto de comidas, ping-pong y otros juegos, en aras de construir su ''eco-sistema'' en la zona. No están afiliados a ''Occupy Central'' y se muestran como opositores a él. Aparentemente parecen contemplar la necesidad de la discusión y las asambleas pero no tienen ningún problema con que el principal objetivo sea el ''sufragio universal'' (que casualmente no incluye a los inmigrantes siquiera) ni con que cualquier tipo de grupo desarrolle su actividad en su misma zona. Parecen estar extremadamente limitados y no hacen mención alguna a la clase obrera.

Una contribución a la perspectiva de clase

El texto de ''Black vs Yellow...'' es otra cosa aun no siendo claro sin estar relacionado de ninguna forma con los grupos anteriores. De nuevo más terminología sobre el rol de ''la izquierda'' que es difícil de entender, pero hay un mayor peso y reflexión tras este largo texto que intentaremos precisar. El mismo se opone claramente a las demandas de la Federación de Estudiantes por la democracia y el sufragio universal, y el autor llega a preguntar: ¿qué pasaría si se cumplieran esas demandas? La respuesta es que eso significaría poder participar en tu propia explotación mientras se dan alas a nuevas fuerzas burguesas. El texto critica al grupo ''Left21'', que expresa su compromiso con la lucha por el ''sufragio universal'' y el establecimiento de una ''democracia participativa'' decidida por el ''pueblo''. La participación en el proceso democrático es vista por ''Left21'' como una etapa, un trampolín hacia el futuro en el que la reforma democrática puede ser superado. Ya estamos acostumbrados a estos argumentos sobre la justificación del proceso democrático como un medio para alcanzar un futuro más prometedor y son tan vacuos y peligrosos en Hong Kong como en Gran Bretaña como en el resto del mundo. Y el sufragio universal y la democracia visto como el Alfa y el Omega es algo que también se usó contra el movimiento de protesta de los Indignados en España[1], en particular vía ''Democracia Real Ya'', la principal fuerza organizadora de la contra-ofensiva democrática de la burguesía. En efecto, el texto señala la realidad de las democracias de Grecia y EEUU como respuesta a aquéllos que la demandan aquí.

Otro aspecto sobre el que el autor es claro es el de los precedentes económicos de la protesta. La economía de Hong Kong, con el puerto más activo del mundo, se convirtió en un centro de servicios y re-exportaciones clave, desarrollando su economía durante los 80. Esto fue beneficioso tanto para China como Gran Bretaña hasta que la colonia fue devuelta a China en 1997. Muchas de las fábricas chinas en el continente se establecieron con capital procedente de Hong Kong, Singapur y Taiwán. Pero impulsando el malestar de los estudiantes subyacen cuestiones tales como la inflación, precios de alquiler altísimas (un promedio del 40% de los salarios), los precios de los alimentos, la desigualdad y el transporte público. Y en la cima de esta relativamente ''pudiente'' juventud de Hong Kong se sufre una desesperada competición por títulos universitarios para trabajos que dejarán de existir, y jornadas de trabajo cada vez más largas para los jóvenes trabajadores o los graduados – aquéllos lo suficientemente afortunados para estar en circulación.

 El movimiento de protesta original de 2014, que también tiene el antecedente de la ''debacle inexorable'' de China, ha sido re-bautizado en Occidente como un movimiento pacifista limitado a reformas constitucionales. Pero fue iniciado por el movimiento Occupy en 2011, que, aunque pequeñas y desordenadas, hizo algunas críticas de las demandas democráticas, y muchos de los elementos procedentes de este medio estaban detrás del inicio de las actuales protestas.

El movimiento Occupy original se disolvió para finales de 2012, y en marzo de 2013, estalló una de las huelgas más amplias y largas en décadas, en la Terminal de contenedores de Kwai Tsing. El autor del artículo afirma, y no hay razón para dudar de ello, que las protestas de los estudiantes y los trabajadores, si bien no eran afines, ''fueron generadas por el mismo estancamiento económico y el creciente antagonismo de clase''.

Antes de esto el texto describe las revueltas de mediados de los 50, y los disturbios de 1967 que duraron 18 meses y fueron ''los disturbios locales más largos de la historia de la ciudad-estado''.

Hubo huelgas masivas y combates callejeros contra la policía: se bombardearon y atacaron edificios del gobierno y medios de comunicación y mientras podríamos decir que parte de esto fue inspirado por la burguesía continental que apoyaba las revueltas contra los ''fascistas'', hubo además elementos de lucha de clases. Al mismo tiempo, el ejército portugués había intervenido contra las reivindicaciones de los manifestantes apoyados por China en su colonia de Macau para luego acceder a la mayoría de sus demandas mientras la colonia caía de facto bajo el control del gobierno continental. El aspecto proletario de los alzamientos del 67-68 puede verse en la respuesta de la burguesía: tras el 68, y tras miles de detenciones y deportaciones, las autoridades británicas respondieron con sus programas de ''reforma'' de viviendas del estilo de post-guerra de la Primera y Segunda guerras mundiales, así como subiendo los salarios y expandiendo el sistema de asistencia social. Hoy sin embargo hay poco margen de maniobra a este respecto, y el autor del texto enfatiza en la nula perspectiva de futuro que el capitalismo ofrece a la juventud, la trampa de la democracia y el nacionalismo y la necesidad que tiene la lucha de extenderse.

Hay no obstante ambigüedades en el texto, y el autor, especialmente, olvida mencionar la necesidad de las asambleas, pero queda relativamente claro que la única lucha efectiva debe tanto incluir como situarse hacia la clase obrera. Queda claro en el texto que la única propensión por un desarrollo auténtico de la lucha radica en la clase obrera, y antes que nada, en su extensión a los trabajadores del continente. Y es un hecho que la mayoría de las huelgas han tenido lugar en la provincia sureña de Guangdong, adyacente a Hong Kong (aunque también es un hecho que las huelgas obreras en el continente se han extendido a todos los trabajadores e industrias del interior). El texto a su vez hace referencia la historia de las huelgas salvajes en Hong Kong, las huelgas y levantamientos de mediados de los 80, el inicio salvaje de las huelgas portuarias de 1997 y su desestabilización por el sindicato local (la Federación de Sindicatos de Hong Kong – HKFTU). En septiembre, el sindicato llamó a apoyar a los estudiantes llamando a huelga un día de fiesta nacional, y los pocos trabajadores que se unieron a las protestas estudiantiles lo hicieron a título individual.

Problemas inexorables para la burguesía china

Desde el 20 al 23 de octubre, bajo los auspicios del presidente chino Xi Jinping, los 205 miembros del Comité Central del Partido Comunista Chino celebraron un pleno dedicado a establecer ''un sistema bajo el estricto imperio de la ley'' (Reuters, 30-9-14). Bajo el reinado de 18 meses de Xi, han sido ejecutados, encarcelados, despedidos y degradados miles de cargos ''corruptos'' del partido, en una purga a gran escala y ajustes de cuentas internos. Podría significar un endurecimiento de su posición, alejándose de la política de mantener la estabilidad que hasta ahora existía. En los tiempos más recientes ha habido mucha represión de periodistas y disidentes; la censura de internet se ha intensificado y las reivindicaciones que llegan a la capital desde el medio rural, mayormente de campesinos agraviados, también se han reducido, reprimiendo a sus protagonistas, encarcelándolos o deportándolos de vuelta a sus regiones de origen. También pudimos ver los incidentes en torno a la represión directa de los trabajadores en y en torno a las huelgas de Yue Yuen a principios de año, y todo indica que la situación se volverá más volátil. Esta necesidad de confrontar la ''cuestión social'' es lo más importante para la clase dominante china ahora que la economía se ralentiza y la deuda y la burbuja inmobiliaria están alcanzando proporciones insostenibles.

La coincidencia de las protestas de Hong Kong y lo que seguramente se mostrará como un repunte del conflicto de clases en el continente, presenta a la burguesía china aún más problemas que resolver, con la represión y el ''estricto imperio de la ley'' como la única respuesta posible de su parte. Con base en Hong Kong y sus círculos legales está la así llamada ''Organización no-gubernamental'', y el ''China Labour Bulletin'' que están por el cumplimiento de la democracia y sindicatos libres para los trabajadores chinos ''a través de acciones pacíficas y legales''. El CLB ha apoyado y probablemente estaba involucrado en el fomento de las reivindicaciones de ''sufragio universal'' entre los estudiantes, y su acercamiento, en general, podría ser tan útil para la clase dominante como una invitación a la represión. Sea lo que sea que ocurra, el CLB y sus partidarios siguen perjudicando a la clase obrera con sus reivindicaciones de ''sindicatos libres y democráticos''.

La democracia y el nacionalismo ahogan el ''Occupy Movement''

El texto de ''Black vs Yellow...'' es muy claro respecto a las debilidades presentes en la protesta estudiantil y respecto a la naturaleza capitalista de las demandas por la democracia que se le impusieron. Conjetura que la protesta estudiantil tiene ''pocos caminos hacia delante y muchas rutas hacia la derrota'', y su crítica del camino democrático a la derrota, su análisis de ese ''no future'' (''sin futuro'') y de la necesidad de una extensión real a la clase obrera como el único paso adelante posible son lecciones que pueden aplicarse a todos los movimientos ''Occupy'' de todo el mundo.

Podemos decir que todo apunta a que tras el culmen del movimiento de los Indignados en España, en 2011-12, que tuvo claros vínculos con y posibilidades para la lucha de clases, y tras la profundidad alcanzada en los movimientos Occupy de Turquía y Brasil en 2012-13, el movimiento ha sido asimilado totalmente en el marco de la burguesía y sus ideologías. Tras sus comienzos en Oriente Medio y el norte de África (Túnez), la relativamente positiva naturaleza de este movimiento se expresó en Grecia, Egipto, Turquía, Brasil, Reino Unido, los Estados Unidos, Canadá y España, y ahora la dinámica internacional de este movimiento está, como poco, declinando. El movimiento Occupy de Hong Kong, como ejemplo, parece reflejar todo esto en el hecho de que las minorías del movimiento original que eran abiertamente críticas con la democracia han sido prácticamente estranguladas en las últimas protestas. La democracia, y sus hermanos gemelos el nacionalismo y el imperialismo, han llenado el vacío dejado por un movimiento cuya única posibilidad era la extensión a la clase obrera y por la clase obrera, en el sentido de darle un hálito de vida. Otra muestra del final de esta oleada es cómo la palabra ''revolución'' se ha relacionado a elementos de la ''Primavera Árabe'' y el movimiento Occupy. Una revolución es un poderoso evento que implica incalculables cantidades de obreros clasistamente conscientes actuando auto-organizadamente por su propio interés. Tan positivas como fueron algunas expresiones del Occupy, nunca llegaron a nada siquiera parecido a esto y, como mucho, sólo podían ser un elemento en pos de ello. Contrariamente a eso vemos estas ''revoluciones'', en muchos casos apoyadas por diversos anarquistas, como algo completamente burgués, nacionalista e imperialista. La ''revolución'' ucraniana en Kiev es un ejemplo a tal efecto de cómo la clase obrera fue estrangulada y movilizada hacia la guerra. Algunos anarquistas todavía insisten en la ''revolución'' siria con la que se refieren a las bandas del Ejército Libre Sirio apoyado por Estados Unidos. Y todavía hoy en el bárbaro conflicto sirio, algunos, a través de sus lupas color rosa, ven ''el mejor ejemplo de la “Primavera Árabe”, de lejos, en el movimiento de la sociedad democrática del Kurdistán sirio''. Estos entusiastas de la guerra imperialista definen la ''autonomía democrática'' de ideología nacionalista en el Kurdistán sirio como una ''revolución''.

Tales expresiones del anarquismo van en pos de oscurecer el camino a seguir para el proletariado, fundiendo la guerra imperialista, el nacionalismo y la democracia con la ''revolución''. Pero las lecciones siguen siendo las mismas para la clase obrera en cada movimiento de protesta o huelga, incluso si es sólo una pequeña minoría la que las saca a relucir: asambleas y encuentros abiertos a todos; discusiones libres (contrastando esto con las personalidades y los líderes del movimiento democrático de Hong Kong leyendo a multitudes pasivas); extensión al resto de trabajadores y autoorganización.


[1] Para un análisis de este movimiento ver nuestra hoja internacional de balance: https://es.internationalism.org/node/3349

 

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