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2011 estuvo marcado por una enorme ola de revueltas sociales que se extendieron desde Túnez y Egipto hacia otros países del Medio Oriente –incluido Israel- y Europa, en particular Grecia y España, y el Movimiento ‘Occupy’ en los EEUU[1]. Todos estos movimientos han tenido sus propias características dependiendo de las condiciones locales y todos ellos sufrieron la fuerte “ilusión” de que la democracia era la respuesta a los males sociales. Pero lo más importante es lo que expresaban al nivel más profundo: la respuesta de una nueva generación de proletarios a la honda crisis mundial del sistema capitalista; y a pesar de sus ilusiones, a pesar de sus dificultades en la comprensión de su naturaleza y sus propios orígenes, estos movimientos pertenecen a la clase obrera y a su vacilante y doloroso esfuerzo para recuperar la conciencia de sus métodos y objetivos reales.
Las revueltas en Turquía y Brasil en 2013[2] han constatado que la dinámica creada por estos movimientos no está agotada. Aunque los medios de comunicación insisten en que estas revueltas han estallado en los países que han pasado por una fase de "crecimiento" en los últimos años, lo cierto es que la población en masa ha dado rienda suelta a la misma 'indignación' en contra de la forma en que este sistema opera: la creciente desigualdad social, la avaricia y la corrupción de la clase dominante, la brutalidad de la represión estatal, infraestructuras colapsadas, la destrucción del medio ambiente. Y, sobre todo, la incapacidad del sistema para ofrecer un futuro a las nuevas generaciones.
Un significado particular de la revuelta en Turquía es su proximidad con la Guerra asesina en Siria. La guerra en Siria también fue anticipada por las manifestaciones populares contra el régimen sirio, pero la debilidad del proletariado de ese país, la existencia de profundas divisiones étnicas y religiosas dentro de la población, permitió al régimen responder con la violencia más despiadada. Las fisuras dentro de la burguesía se abrieron y la revuelta popular fue - como en Libia en 2011 - ahogada en una guerra "civil", que de hecho se ha convertido en una guerra de poder entre las potencias imperialistas rivales. Siria, hoy se ha convertido en un escaparate de la barbarie, un escalofriante recordatorio de la alternativa que el capitalismo tiene en el almacén para el conjunto de la humanidad[3]. Turquía por su parte, como Brasil y otras revueltas sociales, señalan otro camino que se abre para la humanidad: el camino hacia el rechazo del capitalismo, hacia la revolución proletaria y la construcción de una nueva sociedad basada en la solidaridad y las necesidades humanas.
El siguiente artículo ha sido escrito por los compañeros de nuestra sección en Turquía - una sección de jóvenes, tanto en la historia de la CCI como por la edad de sus miembros. Como revolucionarios y como parte de la generación que ha liderado la rebelión, estos compañeros han participado activamente en el movimiento en las calles y esto representa un primer informe 'sobre el terreno' y un primer intento de analizar la importancia del movimiento.
Movimiento de los “Chapulis”[4] : la solución para el terrorismo de Estado no es la democracia
“Hoy hemos hecho una huelga general con nuestras lágrimas a un amigo,
Bajamos su cadáver sonriente de un árbol. ¡Qué difícil resultó abrazarlo!, ¿cómo sabría su deber?, ¿Qué le daría la fuerza?»[5]
El movimiento que se inició en contra de la tala de los árboles como parte de los planes para derribar Gezi Park en Taksim, en Estambul, tuvo una masividad nunca vista en la historia de Turquía hasta ahora, y sigue en curso. Analizar este movimiento es de vital importancia para la lucha de clases. Por esta razón, es necesario que nos basemos en una perspectiva de clase, al tiempo que definimos y comprendemos políticamente este movimiento. Además, hay una necesidad de hacer un balance del proceso seguido hasta aquí. Al analizar el movimiento y comprobar los resultados, a pesar de la indignación que sentimos contra el despliegue de terrorismo de Estado, y el asesinato de tres manifestantes, no nos podemos permitir el lujo de dejar de lado la precaución y la sangre fría. SI nos dejamos atrapar por el ambiente creado por el movimiento y hacemos análisis apresurados correríamos el riesgo de cometer errores graves en lo que respecta a las posiciones de la lucha de clases.
Sin duda, ya que este movimiento continúa, lo que estamos haciendo es, en esencia, una evaluación inicial. Además, hay que señalar que continuamos nuestras discusiones sobre el movimiento entre nosotros.
Los antecedentes del movimiento
El partido AKP y su gobierno habían impedido manifestaciones en la Plaza de Taksim, que se habían intentado contra los proyectos de desarrollo urbano en esta área. Un intenso debate que se produjo sobre estos proyectos especialmente sobre la demolición del “Teatro del Cine del Trabajo” también en la zona de Taksim. Durante este proceso, la policía había provocado reacciones de los iconos de la cultural popular como resultado de los ataques realizados contra los manifestantes que intentaban impedir la demolición de la sala de cine. La reordenación del Parque Gezi como un centro comercial, la reconstrucción del histórico Cuartel Gunner demolido hace décadas y la tala de los árboles también estuvo en la agenda durante este proceso. Por estos motivos, algunas asociaciones disidentes vecinales, organizaciones no gubernamentales, sindicatos y partidos de izquierda formaron la Plataforma de Solidaridad Taksim con el lema "Taksim es nuestro". El deseo de celebrar manifestaciones del Primero de Mayo en Taksim se hizo también para plantear la oposición a tales planes.
En este marco, los responsables del Estado burgués declararon que Taksim no era adecuado para las manifestaciones del 1º de Mayo y que no permitirían tales manifestaciones, afirmando que las excavaciones en el lugar eran un riesgo para la seguridad de la gente que participaría en ellas. La manifestación del 1º de Mayo fue impedida mediante el terrorismo estatal de la policía anti-disturbios.
El asunto del “área Taksim” y los planes de remodelación había sido adoptado por la izquierda burguesa desde 2007 como una salida al impasse político en que se encontraba. La insistencia en mantener la manifestación del 1º de Mayo en Taksim en vez de hacerlo en otro lugar tuvo un alto valor simbólico, ya que recordaba la manifestación de 1977 donde se masacró a 34 personas. Además, la nueva regulación del aborto introducida por el partido AKP en la legislación actual, y la prohibición de la venta de alcohol entre las 10pm y las 6am continuó provocando reacciones. Asimismo, el enfoque del gobierno actual en el arte y la historia siguió un curso similar, con la demolición de la estatua en Kars[6], la apertura de Hagia Sophia a servicios religiosos y políticas similares que inquietaron a un público amplio. Especialmente en Estambul, provocaron mucha rabia los planes de construcción realizados como parte de las políticas de transformación urbana, las demoliciones y la intención de denominar al tercer puente que se planea construir en el Bósforo con el nombre de Yavuz Sultan Selim, un sultán otomano famoso por la masacre de los miembros de la secta turca Alevi.
Además, el sentimiento contra la guerra y contra las políticas de Erdogan respecto a Siria se había ido profundizando, sobre todo después de los atentados en Reyhanli y el fracaso del gobierno AKP en sus explicaciones sobre la participación de Siria en ellos. Por último, la "desproporción", como suele decirse en Turquía, del terrorismo de Estado y la violencia policial, habían acabado por causar una enorme indignación. Como causa adicional de descontento, los jóvenes de la generación de los 90, descritos como apolíticos y que no querían involucrarse en nada hasta estas manifestaciones, empezaron a sentir que no tienen futuro como parte de la sociedad y que son los más afectados por el impacto de la crisis económica internacional en Turquía.
Cómo surge el movimiento
El 28 de mayo, un grupo de unos cincuenta ecologistas comenzó manifestándose para evitar que las excavadoras entraran en Gezi Park para cortar árboles. La respuesta de la policía a los manifestantes fue violenta desde el principio. Sobre todo después de que la policía incendiara las tiendas de los manifestantes en la mañana del 30 de mayo, surgió una reacción más amplia. El 31 de mayo, las manifestaciones organizadas contra la violencia policial, a través de las redes sociales, asumieron una actitud general contra el gobierno que trascendió la cuestión de la tala de árboles en el parque Gezi. Se extendieron a casi todas las grandes ciudades del país y eran cada vez más masivas. Con las protestas en muchas ciudades se produjeron enfrentamientos a gran escala contra las fuerzas del Estado, y el lema "Todos somos Taksim, la resistencia está en todas partes" tomó un significado real por primera vez. Cuando Recep Tayyip Erdogan dijo: "Cuando la oposición reúnen cien mil, nosotros podemos reunir a un millón de personas" el 1 de junio, una masa de dos millones de personas tomó la plaza de Taksim, lo que obligó a la policía a retroceder. Aparte del terrorismo de Estado, la actitud arrogante del primer ministro Erdogan y la censura de los medios de comunicación burgueses también causó una fuerte indignación entre las masas. En los siguientes días, las manifestaciones se hicieron en 78 de 81 provincias turcas y se organizaron concentraciones de solidaridad en todos los rincones del mundo. Además, pronto el movimiento que surgió en Brasil en contra del aumento de los precios del transporte que también asumió un carácter anti-gobierno expresó la inspiración de los manifestantes de Turquía. El movimiento en Turquía no se limitó a plazas y concentraciones, sino que hubo manifestaciones de miles, incluso decenas de miles de personas y la gente que los apoyaban hacía ruido golpeando ollas y sartenes. El movimiento que comenzó en Estambul expresaba una reacción en contra de la masacre tras los atentados de Reyhanli en Antakya. En Izmir las manifestaciones se hicieron bajo el dominio de una tendencia nacionalista. En Ankara, debido al hecho de que esta ciudad es el centro burocrático y administrativo del Estado burgués, hubo choques contra las masas sometidas a un intenso terror de Estado. La expresión "chapulleros" (maleantes o “perroflautas”) utilizados por Erdogan para describir a los manifestantes fue muy bien acogida por ellos. Sin lugar a dudas, una de las escenas más pintorescas de los enfrentamientos en todo el país fue cuando unos aficionados al fútbol que se manifestaban tomaron una excavadora y durante horas persiguieron a los IVSES de la policía (Vehículos de Intervención en Eventos Sociales), que había estado aterrorizando a las masas. Los manifestantes dieron a la excavadora que habían capturado el significativo nombre de IVPE (Vehículo de Intervención para Eventos de la Policía).
Otro factor importante que influyó en el curso y en las consignas del movimiento fue el hecho de que la policía y el terror estatal se cobró la vida de tres manifestantes. El 1º de junio, Ethem Sarisuluk, un trabajador de la industria, recibió un disparo en la cabeza con fuego real de la policía en Ankara. Ethem murió al día siguiente en el hospital al que fue trasladado. El 3 de junio, en el barrio de Estambul May Day, un joven trabajador llamado Mehmet Ayvalitas murió como consecuencia de un atropello deliberado de un vehículo que arrollaba a los manifestantes. Y de nuevo en la noche del 3 de junio, un estudiante, Abdullah Comert, fue asesinado por la policía con fuego real. Estos tres manifestantes masacrados por el estado se convirtieron en los mártires del movimiento. Los diez mil manifestantes que gritaban "¡Madre, no llores, tus hijos están aquí", frente a la casa de la madre de Ethem después de su funeral en Ankara, que corearon "El Estado asesino pagará" durante el funeral de Mehmet en Estambul y decidieron dejar alhelíes donde Abdullah fue asesinado en Antakya, diciendo: "no olvidaremos, no vamos a dejar que nadie se olvide", lo demostraron. Aparte de los asesinatos de Ethem, Mehmet y Abdullah, más de diez manifestantes perdieron sus ojos como consecuencia de los botes de gas pimienta y las pelotas de goma que la policía disparaba hacia los rostros de los manifestantes. Decenas de miles de personas resultaron heridas, decenas de los cuales todavía están en estado crítico. Otras miles fueron detenidas.
La huelga del 5 de junio
Después de que las masas tomaran la plaza Taksim el 1 de junio, la cuestión de cómo continuaría el movimiento se plantea dentro del propio movimiento. La pregunta importante, tal como se expresaba en las redes sociales, era «¿Vamos a ir a trabajar mañana después de todos estos acontecimientos?». Además, aparte de aquellos que se lo preguntaban, una parte importante de gente había comenzado a sentir la necesidad de presentar una fuerza mayor que las manifestaciones callejeras contra el terrorismo de Estado que aún se hacían en ciudades como Ankara, Antakya, Esmirna, Adana, Mugla, Mersin, Eskişehir y Dersim así como en algunas partes de Estambul, a pesar de que la presencia policial había finalizado en la zona de Taksim. Estos dos factores se unieron en la convocatoria espontánea de una huelga general que surgió y, especialmente el 2 de junio, se expandió rápidamente en las redes sociales. En el primer impacto de esta convocatoria, los empleados de la universidad en Ankara y Estambul declararon que irían a la huelga el 3 de junio. También en Ankara, donde los enfrentamientos continuaron con intensidad, los médicos y enfermeras de algunos hospitales declararon que sólo se atenderían las urgencias y a los manifestantes. El mismo día, la Bolsa de Estambul cayó un 10,47%, la mayor caída en los últimos diez años, y la Plataforma de Solidaridad de Taksim presentó ciertas demandas. Fueron demandas democráticas como pedir que Gezi Park fuera conservado como parque, que los gobernadores y jefes de policía sustituyeran el uso de gases lacrimógenos y sustancias prohibidas, la liberación de los detenidos y la supresión de los obstáculos a la libertad de expresión.
Finalmente, el sindicato izquierdista KESK reorganizó sus planes previos respecto a la huelga de empleados públicos para el 5 de junio, convocándola para los días 4 y 5 de junio debido a la presión de sus afiliados. El 4 de junio, DISCO y TTB declararon que ellos también iban a apoyar la huelga el 5 de junio. La huelga tuvo lugar el 5 de junio con una participación significativa de los trabajadores del sector público. Sólo en Estambul, 150.000 trabajadores marcharon a Taksim y cerca de 200.000 trabajadores pararon. Se estima que entre 400.000 y 500.000 trabajadores en todo el país participaron en la huelga. Por otra parte, el ambiente de la huelga estaba bajo el control de los sindicatos y las demandas democráticas de la Plataforma de Solidaridad con Taksim. Esto confundió la perspectiva de los trabajadores, eclipsando demandas tales como "No a la ley de rendimiento" y "derecho de huelga en la negociación colectiva". En este punto, sería adecuado ofrecer los detalles de un incidente que tuvo lugar en Ankara durante la huelga del 5 de junio donde se ven los verdaderos colores del KESK. Durante la manifestación en la Plaza Kizilay en Ankara, el KESK había llegado a un acuerdo con la policía, para que no atacara a los manifestantes mientras KESK estuviera allí, y consiguió un permiso para manifestarse hasta las seis de la mañana. Sin embargo, alrededor de las seis y media de la tarde, KESK temiendo perder el control por la interacción entre los trabajadores de la zona y los que llegaban a la plaza después del trabajo, se retiró de repente de la zona sin informar a nadie. Entonces, justo cuando KESK se retiró, la policía atacó violentamente. Con ello, KESK entregó a la gente que había venido a manifestarse a favor de la huelga a la violencia de la policía.
La actitud del gobierno
Cuando el movimiento alcanzaba mayor escala, el primer ministro Tayyip Erdogan se fue de visita a los países del norte de África, después de dar a la policía antidisturbios la orden de «poner fin a este asunto antes de que vuelva». Cuando Erdogan estaba en el extranjero, el presidente Abdullah Gul dijo «Recibimos el mensaje» sobre las protestas y el viceprimer ministro Bulent Arinc dijo que los ecologistas tenían razón, y acordó reunirse con la Plataforma de Solidaridad Taksim, dando señales de un enfoque diferente en comparación con la rigidez de Erdogan y su actitud arrogante. Sin embargo, pese a estos “gestos”, la policía mantuvo los ataques violentos contra los manifestantes en muchas ciudades, sobre todo, en Ankara mientras la Plataforma de Solidaridad Taksim junto con Arinc y Sirri Sureyya Onder, un parlamentario del BDP[7] y uno de los supuestos nombres “simbólicos" del movimiento, se reunía con Gül en la capital. Una tendencia significativa entre los manifestantes era la falta de confianza en la sinceridad de figuras como Gül y Arinc y tenían la impresión de que el gobierno aplicaba la táctica del "poli bueno, poli malo”.
En cualquier caso, antes de que el proceso de negociación provocara una importante pérdida del impulso del movimiento, Erdogan que continuaba con sus agresivas declaraciones desde el norte de África, criticando sutilmente al presidente Gül, volvió al país. Con el regreso del primer ministro, la actitud del gobierno se hizo más estricta. Por otra parte, a la luz de la observación de Erdogan «Apenas estamos reteniendo el cincuenta por ciento de la gente en sus casas», sus partidarios en el AKP empezaron a organizar manifestaciones destinadas a darle una bienvenida “espontánea”. Sin embargo el hecho de que la bienvenida se llevara a cabo con la participación de unas mil personas, y organizada de una forma chapucera, demostró que la mitad de la población no tenía gran dificultad para quedarse en casa. En las manifestaciones de bienvenida, Erdogan anunció que iba a organizar dos grandes mítines los días 15 y 16 de junio en Ankara y Estambul, respectivamente. Pero, a pesar de las afirmaciones más exageradas de los funcionarios del gobierno, el número de personas en el mitin de Sincan, Ankara, estuvo por debajo de 40.000 y en Kazlicesme, Estambul le siguieron menos de 295.000.
En este punto, es adecuado preguntarse si hay una fisura en el gobierno. A pesar de que en realidad no podemos hablar de una ruptura, teniendo en cuenta que el AKP está formado por una coalición de diferentes grupos de interés, facciones, sectas y cultos, se puede decir que el movimiento social surgido en Taksim crea por primera vez un potencial de fractura dentro del AKP. Después Tayyip Erdogan dio órdenes a la policía para que atacara al movimiento para eliminarlo, absorberlo o al menos impedir que se radicalizara ya que se arriesgaba la concesión de los Juegos Olímpicos de 2020 a Estambul, tan importante para el gobierno del AKP, y para evitar convertirse en el objetivo de la mofa de todo el mundo, incluyendo la del Estado sirio que aconsejó a sus ciudadanos que no fueran a Turquía, ya que era peligroso!!! Esta actitud, que parece irracional, no puede explicarse solo por el carácter de Erdogan. Erdogan había sido hasta ahora capaz de mantener unido al AKP, gracias a su actitud autoritaria de nunca dar marcha atrás y en caso de tener que hacerlo dar la apariencia de que se reforzaba jugando con el truco de hacerlo agresivamente. Todo esto le había forjado una reputación de “invencible”.
Pero ante el movimiento se le presentaba un dilema: si retiraba las palabras provocadoras que escupió en la cara del movimiento y se doblegaba ante los manifestantes, perdería esa reputación de “invencible” que es la espina dorsal de su capital político. El resultado de este fracaso tarde o temprano conducirá a su desaparición dentro del AKP. Esta es la razón por la cual Erdogan no se atreve a dar marcha atrás: no porque esté seguro de que derrotará al movimiento manteniendo la presión, sino porque si cede, tarde o temprano perderá.
Negociaciones, ataques y paros en la acción del 17 de Junio
Durante la semana previa a las reuniones del 15-16 de junio del AKP, Erdogan declaró que iba a hablar con una delegación de manifestantes mientras seguía emitiendo mensajes agresivos. Al mismo tiempo, se reprodujeron los ataques contra Taksim en Estambul en línea con los intentos del gobierno de sembrar la división entre los manifestantes al afirmar que hay "provocadores externos" entre ellos. El hecho de que Erdogan se reuniera primero con celebridades tales como Necati Şaşmaz y Hulya Avsar[8], quienes no tenían nada que ver con lo que estaba pasando, siendo además personas conocidas por su postura a favor del gobierno, provocó una reacción muy airada en la población y, finalmente, obligó a Erdogan a reunirse con representantes de la Plataforma de Solidaridad Taksim. Aunque esta fue una reunión difícil, después la Plataforma y la mayoría de sus componentes comenzaron a intentar que los manifestantes regresaran a sus hogares, proponiendo “continuar la lucha” simbólicamente en el Parque Gezi, estableciendo una sola tienda. Sin embargo, la gente rechazó estos esfuerzos. Entonces, Erdogan declaró en su mitin del 15 de junio en Ankara que, si los manifestantes no abandonaban Gezi Park la policía los evacuaría, poniendo como excusa su propio mitin en Estambul del día siguiente. En la noche del mismo día, Gezi Park fue atacado y dispersaron a la gente de nuevo con un terror policial espantoso. Esta vez, la policía militar también se movilizó para dar apoyo abierto a la policía civil.
Sobre todo después de que un posible ataque policial contra Gezi Park se incluyera en el orden del día, se reavivó la convocatoria de una huelga general, así como una reacción a la insuficiencia de la huelga del 5 de junio, y en contra de los sindicatos. Esta reacción finalmente obligó a KESK a declarar que ellos convocarían otra huelga general si se produjera un ataque a Gezi Park. Después de la evacuación del parque el 15 de junio, esta reacción se incrementó y KESK, DISCO, TTBMOB y TDHB declararon que iban a ir a hacer una acción de cese de actividad el 17 de junio. Sin embargo, el BDP sirvió admirablemente al gobierno del AKP con los que había iniciado un proceso de paz, obligando a los miembros de KESK a romper la huelga. Por lo tanto, la participación en la acción de cese de actividad del 17 de junio fue considerablemente menor en comparación con la huelga el 5 de junio. Otro incidente significativo fue que en Estambul, la policía volvió a atacar a los manifestantes inmediatamente después de que los representantes sindicales abandonaran la zona.
Las protestas que involucraran a millones de personas en todo el país, así como la violencia policial y el terrorismo de Estado en contra de los manifestantes todavía continúa.
El carácter de clase del movimiento
Cuando analizamos el movimiento del Gezi Park en Taksim, sin duda la primera cuestión que debemos plantearnos es cómo se puede definir el movimiento, cuál es su carácter de clase.
En un primer vistazo, parece un movimiento social heterogéneo, formado por diferentes clases. Dentro del movimiento hay gente proveniente de muchos sectores de la población descontentos con las últimas políticas del gobierno desde la pequeña burguesía, tales como pequeños comerciantes hasta elementos del lumpen como matones de barrio, desde .gente que procede de estratos no explotadores, pero que no son directamente explotados, como artesanos y vendedores ambulantes hasta ejecutivos con altos salarios. Además había ciertos elementos burgueses entre los que apoyaban el movimiento como Cem Boyner[9] quien llevaba una pancarta que decía «No son ni de izquierdas ni de derechas, soy un chapuli», y Ali Koc propietario del Hotel Divan de Taksim donde los manifestantes se refugiaban. Aunque luego lo negó, Koc dijo presuntamente «si las puertas del hotel se cierran; si se permite a la policía entrar en el hotel y se impide dar ayuda, esto encenderá a cualquiera que trabaje aquí».
Sin embargo, solo se puede comprender el carácter real del movimiento situándolo en el contexto internacional. Y viéndolo bajo esta luz, está claro que el movimiento en Turquía es la continuación directa no solo de las revueltas de Oriente Medio de 2011 – donde las más importante (Túnez, Egipto e Israel), tuvieron una fuerte huella en la clase trabajadora - sino en particular el movimiento de los Indignados en España y Occupy en los USA, donde la clase obrera compone una gran mayoría no solo de la población en su conjunto sino de los participantes en los movimientos. Lo mismo se aplica a la actual rebelión de Brasil e igualmente es aplicable al movimiento en Turquía, donde la inmensa mayoría de los componentes del movimiento pertenecían a la clase trabajadora, sobre todo al proletariado joven[10]. Las mujeres participaron de forma significativa y visible, alcanzando una importancia simbólica en las protestas. Tanto en los choques como en las manifestaciones de ollas y sartenes, estuvieron en primera línea. La más amplia participación fue la de la generación de los 90. Que eran apolíticos fue una etiqueta que se les puso a los manifestantes de esa edad, algunos de los cuales no podrían recordar el periodo anterior al gobierno de AKP. Esta generación, criticada por no implicarse en los acontecimientos y parecer que solo se ocupaba de “salvarse a sí mismos”, se ha dado cuenta de que no se pueden salvar aisladamente, y están cansados de que el gobierno les diga cómo deben ser o cómo deben vivir. Los estudiantes, especialmente los de Secundaria, participaron masivamente en las manifestaciones. Jóvenes trabajadores y desempleados formaron una gran proporción del movimiento. Trabajadores cualificados y en paro estaban también presentes. En algunas áreas de la economía, la mayoría de los jóvenes que trabajan bajo condiciones precarias y con dificultad para luchar en condiciones normales –especialmente en el sector servicios- se organizaron junto con los empleados fijos para participar en las protestas.
Los ejemplos de esta participación son los repartidores de tiendas de kebab, camareros, y trabajadores de locutorios y oficinas. Por otro lado, el hecho de que la participación fuera sobre todo individual y que los trabajadores no se unieran para ir juntos a las manifestaciones fue una de las debilidades más significativas del movimiento. Pero esto también era típico de los movimientos en otros países, donde lo principal de la revuelta en la calle ha sido la expresión de la necesidad de superar la dispersión social creada por las actuales condiciones de producción y la crisis capitalista - y en particular, el peso del desempleo y del empleo precario. Pero estas mismas condiciones, junto con los enormes ataques ideológicos de la clase dominante, han hecho que sea difícil para la clase trabajadora verse como clase y tiende a reforzar la idea de los manifestantes de que son esencialmente una masa de ciudadanos, legítimos miembros de la comunidad "nacional", y no una clase. Tal es el camino contradictorio que toma el proletariado para volver a constituirse como una clase, pero no hay duda de que estos movimientos son un paso en este camino.
Una de las principales razones que explicarían que una masa tan considerable de proletarios descontentos con sus actuales condiciones de vida, hayan organizado protestas con tal determinación era la indignación y el sentimiento de solidaridad contra la violencia policial y el terror estatal. A pesar de ello, diversas tendencias políticas burguesas se activaron, tratando de influir en el movimiento desde el interior con el fin de mantenerlo dentro de los límites del orden actual, para evitar que se radicaliza y para evitar que las masas proletarias, que habían salido a la calle en contra del terror estatal, desarrollaran demandas de clase en torno a sus propias condiciones de vida. Así pues, lo que dominaba por lo general eran las peticiones democráticas. La línea pidiendo "más democracia", que cristalizó en una “movida anti-AKP” y, de hecho, un anti-Tayyip Erdogan, es una posición que expresa en esencia la reorganización del capitalismo turco de una manera más democrática. El efecto de las demandas democráticas en el movimiento constituía su mayor debilidad ideológica. El mismo primer ministro Erdogan elabora todos sus ataques ideológicos contra el movimiento alrededor del eje de la democracia y las elecciones, aunque con un montón de mentiras y manipulaciones, y repite con frecuencia el argumento de que incluso en los países considerados más democráticos, la violencia policial se usa contra las manifestaciones fuera de la ley – y esto era legal-. Además la línea de tratar de obtener derechos democráticos ató las manos de las masas frente a los ataques de la policía y el terror estatal y debilitó la resistencia.
Tendencias organizadas dentro del movimiento
Como sabemos, la lucha del Gezi Park, incluía muchas tendencias diferentes desde el principio. Analicemos brevemente el contenido, el peso y los efectos de las diferentes tendencias organizadas dentro del movimiento, que, por supuesto, en algún momento se superponen entre sí, así como las tendencias de las masas no organizadas.
En primer lugar, tenemos que hablar de la tendencia democrática, que en su mayor parte consiguió dominar el movimiento con sus consignas. Esta tendencia, encarnada en la Plataforma de Solidaridad Taksim y BDP MP Sirri Sureyya Onder, une las centrales sindicales, los partidos de izquierda y nacionalistas, los círculos y publicaciones radicales de izquierda, las organizaciones no gubernamentales, sindicatos profesionales, asociaciones de vecinos, ecologistas y fundaciones similares. En la actualidad, entre los componentes de la Plataforma de Solidaridad Taksim están, además de organizaciones como la KESK, DISK y la Plataforma Unida del Poder Sindical, partidos, como CHP[11], BDP, el Partido de los Trabajadores y casi todos los partidos y círculos de izquierdas. Sin embargo, el elemento más activo dentro de la tendencia democrática, que parece haber tomado el control de la Plataforma de Solidaridad Taksim el ala izquierda de confederaciones sindicales como KESK y DISK. Por supuesto, esta unidad formada en los niveles superiores de los partidos burgueses y las fundaciones tiene serias grietas en sus bases. La verdadera base de la tendencia democrática no se compone de las organizaciones que la integran, sino de la sociedad civil, la resistencia pasiva y sectores liberales del movimiento. La Plataforma de Solidaridad Taksim y por lo tanto la tendencia democrática, dado que estaba compuesta por los representantes de todo tipo de fundaciones y organizaciones, sacó su fuerza no de su relación orgánica con los manifestantes, sino de la legitimidad burguesa, movilizó recursos y apoyo de sus componentes. Dicho esto, la tendencia democrática tiene una debilidad, que es el de estar separados de las masas debido a la falta de una conexión orgánica con los manifestantes, incluso a su propia base. Sin embargo, el hecho de que haya una dinámica espontánea significativa expresada en el lema "Tayyip dimisión" entre las masas, fortalece las tendencias democráticas, a pesar de que la Plataforma de Solidaridad Taksim nunca presentó tal demanda.
En segundo lugar, tenemos que hablar de la tendencia nacionalista que se animó mucho en el movimiento a su inicio, pero cuyas expectativas no se cumplieron y que sigue siendo una tendencia lateral. Dentro de esta tendencia, el CHP debe evaluarse separado del Partido de los Trabajadores y el TGB[12]. Los esfuerzos del CHP para orientar el movimiento cuando se inició fue ineficaz y más tarde, la llamada de Kilicdaroglu[13] a los manifestantes para que se dispersaran no dieron lugar a que la propia base de CHP se retirase de la zona. De hecho, hubo manifestantes que expresaron su ira hacia los diputados de CHP en Estambul. En cuanto a los nacionalistas radicales, como el Partido del Trabajo y el TGB, sus intentos de convertir el movimiento en manifestaciones "republicanas”, a pesar de tener un efecto en algunas localidades, no dio resultados significativos. Un esfuerzo de los nacionalistas era separar a la policía del gobierno del AKP con líneas como "Hay jóvenes de la misma edad en ambos lados", tratando de retratar a la policía de una manera simpática. Sin embargo, la brutalidad de la violencia policial impidió que esta línea fuera aceptada en su mayor parte. La consigna más común de los nacionalistas era "Somos los soldados de Mustafa Kemal"[14], intentando cantar himnos kemalistas. Los nacionalistas, cuyos intentos de reaccionar en contra de manifestantes kurdos y de la línea general de las manifestaciones no fueron del agrado de las masas, debido a la escasa influencia que el sistema educativo kemalista tuvo en esta generación recién politizada.
La izquierda burguesa es otra tendencia digna de mención. La base de los partidos de izquierda, que también se puede describir como la izquierda burguesa legal estuvo en su mayor parte aislada de las masas. Generalmente atado a la tendencia democrática, el BDP, en su comparecencia para apoyarla, también trató de impedir que los kurdos participaran en el movimiento, aunque con poco éxito en las grandes ciudades, dando apoyo encubierto al gobierno con el que está involucrado en un proceso de paz. Estalinistas y trotskistas también se aislaron de las masas en su mayor parte. Pero influyeron en los barrios donde tradicionalmente eran fuertes. Mientras que se oponían a la tendencia democrática en el momento en que se trató de dispersar el movimiento, por lo general la apoyaron. Los análisis de la izquierda burguesa se limitaban casi siempre a expresar lo felices que estaban por el "levantamiento popular", tratando de presentarse como los líderes del movimiento. Incluso la convocatoria de una huelga general, una línea tradicional de la izquierda, no fue sentida realmente por la izquierda debido al clima de ciega euforia. Su lema más aceptado entre las masas era "hombro con hombro contra el fascismo".
La tendencia que tuvo el mayor impacto y disfrutó de más simpatías entre la base del movimiento fueron los aficionados al fútbol. Aunque los cabecillas de los ultras de fútbol no actuaron independientemente de la tendencia democrática, el efecto de estos dirigentes en su propia base era limitado. Los aficionados al fútbol que han adquirido una experiencia similar a la de los izquierdistas cuando se trata de actuar juntos, yendo a las manifestaciones e incluso enfrentándose con la policía, era la única tendencia más o menos organizada que no se separó y actuó cómodamente entre la masa general de los manifestantes. Ellos se destacaron especialmente en los enfrentamientos. En cierto modo, era significativo que los aficionados al fútbol fueran parte del movimiento reivindicativo de masas ya que habían sido apolíticos hasta el día en que comenzaron a sentirse más cerca de las manifestaciones. Turquía es un país donde la línea 'Yo no soy ni de derechas ni de izquierdas, sino un futbolero” es muy popular. Su lema más memorable fue "Pulveriza, rocía el gas lacrimógeno! Quítate el casco, deja a un lado tu porra, vamos a ver quiénes son los matones de verdad! ".
La tendencia proletaria y la relación del movimiento con la clase
Además de las tendencias antes mencionadas, es posible hablar de una tendencia proletaria o tendencias proletarias dentro del movimiento actual. Estamos diciendo tendencia o tendencias, porque la tendencia proletaria estaba desorganizada y dispersa en contraposición a las tendencias que hemos definido anteriormente. La tendencia proletaria presentó consignas como "No somos soldados de nadie" y "Somos los soldados de Mustafa Keser" y "Somos los soldados de Turgut uyar"[15] contra la consigna de la tendencia nacionalista, "Somos los soldados de Mustafa Kemal". Volvieron a corear lemas de la época de la lucha de Tekel, como "Estamos resistiendo con la terquedad del kurdo, el entusiasmo de los Laz[16] y la paciencia de los turcos". Pusieron nombre a los árboles del parque Gezi después de las víctimas de la masacre de kurdos Roboski[17] y las víctimas turcas y árabes de los bombardeos en Reyhanli. Por otra parte, muchos defendimos enfrentarnos al terrorismo de Estado en contra de la línea de resistencia pasiva de la tendencia democrática. Contra las actitudes que trataban de presentar la policía de una manera simpática, estaba el lema "Policía sé honorable, vende pasteles". La legitimidad de las demandas presentadas por la Plataforma de Solidaridad Taksim fue cuestionada. Se opuso al vandalismo común entre los manifestantes, no por considerar que era una acción de provocadores como hizo la tendencia democrática, sino por que se podría perjudicar los medios de vida de los más necesitados, y así se les intentaba convencer. En general, una gran cantidad de manifestantes defendieron la idea de que el movimiento debía crear una auto-organización que le permitiera determinar su propio futuro.
El sector de los manifestantes que querían que el movimiento se uniera con la clase trabajadora, estaba compuesto por elementos que eran conscientes de la importancia y la fuerza de la clase, que estaban en contra del nacionalismo pero que carecía de una posición política clara. Ellos fueron los que iniciaron las llamadas a la huelga general. Esencialmente, aunque esto expresaba una conciencia de la importancia de la participación del proletariado, también arrastraba ilusiones democráticas. Por la experiencia del 5 de junio se demostró que presionar a los sindicatos para ir a la huelga general no fue una estrategia muy eficaz. Por otra parte, uno de los logros más importantes del movimiento fue el hecho de que esta sección de manifestantes sacó lecciones de su experiencia. En las llamadas realizadas después del 05 de junio, la idea de que las huelgas escaparate para uno o dos días no era suficiente, se extendió, y aumentaron los que pedían una huelga general indefinida. Además, el número de personas que dijeron que los sindicatos como KESK y DISK supuestamente "militantes" no eran diferentes del gobierno, crecía de forma significativa. Por último, en contra de acciones permanentes surgidas recientemente y alentadas por los medios de comunicación y la tendencia democrática, dirigidas a encarcelar el movimiento en un terreno individualista y pasivo, se desarrolló la idea de que estas acciones sólo tienen sentido si se hacen en el lugar de trabajo donde surgen.
Cierta parte del sector obrero del proletariado también participó en las protestas y constituye el cuerpo principal de la tendencia proletaria dentro del movimiento. La huelga THY de Estambul intentó unirse a la lucha Gezi. Sobre todo en el sector textil, donde las pesadas condiciones de trabajo son habituales, surgieron algunas voces combativas. Una de estas protestas tuvo lugar en Bagcilar - Gunesli en Estambul, donde los trabajadores textiles querían exigir sus demandas de clase, así como salir en solidaridad con la lucha en Gezi Park. Los trabajadores del sector textil realizaron una manifestación con pancartas que decían "¡Saludos de Bagcilar a Gezi" y "Los sábados deben ser libres!" En Alibeykoy, Estambul, miles de trabajadores hicieron una marcha con pancartas que decían "huelga general, resistencia general”. Los trabajadores de la plaza y de las oficinas que vinieron a Taksim juntos llevaron pancartas que decían "No al trabajo, ¡a la lucha¡". Además de todo esto, el movimiento creó una voluntad de lucha de los trabajadores afiliados al sindicato. Sin lugar a dudas, KESK, DISK y las demás organizaciones que salieron en huelga tuvieron que tomar este tipo de decisiones no sólo por las redes sociales, sino también debido a la presión de sus propios miembros, por más que estas decisiones fueran superficiales. Por último, la Plataforma de Sectores de Turk-Is[18] en Estambul, compuesto por todas las ramas sindicales de Turk-Is en Estambul, pidieron a Turk-Is y a todos los demás sindicatos que declararan una huelga general contra el terrorismo de Estado a partir del lunes tras el ataque a Parque Gezi, y sería un error pensar que estas convocatorias se hicieran sin una seria indignación entre los trabajadores de base por lo que estaba pasando.
A pesar de todo esto, es difícil decir que el movimiento actual ha reconocido ampliamente sus propios intereses de clase y se dirige hacia una fusión con la lucha general de la clase obrera. El hecho de que la tendencia proletaria entre el movimiento no podía expresarse era principalmente el resultado del énfasis puesto en la democracia, en oposición a las políticas del gobierno. Como este eje dominaba el movimiento, los trabajadores lo respaldaron y sus canales de maduración se bloquearon. Por lo tanto, la tendencia democrática logró mantener el movimiento dentro de su propio marco. Además, a pesar de que una mayoría del movimiento se compone de proletarios, sólo constituyen una parte de la clase - no su totalidad. Lo que trajo este sector a las calles fue el terrorismo de Estado y el mismo terrorismo de Estado está causando un gran revuelo entre los otros sectores de la clase obrera. Por otro lado, el hecho de que las demandas y consignas de la tendencia democrática se propusieran para dominar el movimiento, así como que la tendencia proletaria no fue capaz de desarrollar demandas de clase con un enfoque en las condiciones de vida y de trabajo, plantea un serio obstáculo en el movimiento para formar enlaces fuertes con las masas de trabajadores.
Los medios del movimiento para la discusión de masas
La debilidad común de las manifestaciones en toda Turquía es la dificultad de crear debate de masas y ganar control sobre el movimiento a través de formas de auto-organización de las bases en estas discusiones. El debate de masas que se ha manifestado en movimientos similares en todo el mundo fue el gran ausente en los primeros días del movimiento. La experiencia limitada de discusión masiva, reuniones, asambleas de masas y también la debilidad de una cultura de debate en Turquía influyeron sin duda en ello. Por otro lado, el movimiento sintió la necesidad de discusión y los medios para el debate empezaron a surgir.
La primera expresión del sentimiento de la necesidad de discutir fue la formación de una tribuna abierta en el Parque Gezi. La Tribuna Abierta en el Parque Gezi no atrajo una gran cantidad de gente o no duraba mucho tiempo, pero aún así la experiencia de la Tribuna Abierta ha tenido un cierto efecto. En la huelga del 05 de junio, los trabajadores universitarios sugieren la creación de una tribuna abierta. Sin embargo, el liderazgo de KESK no sólo rechazó la propuesta de una tribuna abierta en favor de un estilo de May-day, tribuna sindical izquierdista cuyos discursos ni siquiera fueron escuchados, sino que también aisló la Rama Eğitim-sen nº 5 a la que pertenecen los trabajadores de la universidad. Acto seguido, el Poder Egitim-Sen No 5 trató de establecer una tribuna abierta, pero no funcionó. Una vez más, inspiradas en la Tribuna Abierta, se formaron tribunas populares en Gazi, Okmeydani y Sarıyer que se encuentran en los barrios de Estambul, Güvenpark y Keçiören en Ankara, la plaza Gündoğdu y Çiğli en Esmirna, en Mersin, Antalya, Samsun y Trabzon. A pesar de que en algunas de estas tribunas populares, los participantes mencionaron los problemas laborales, el sistema de salud y del salario mínimo y propusieron la formación de una asamblea permanente, el control ejercido por tribunos de la izquierda burguesa, constituía una limitación significativa.
Además de las experiencias de tribunas abiertas y populares, otras experiencias surgidas en días posteriores fueron los foros organizados y celebrados con una participación masiva. Estos foros se crearon con el fin de debatir el futuro curso del movimiento, y se celebrarán desde el comienzo de la semana del 15 de junio - el día del ataque a Gezi Park. En efecto, la convocatoria de estos foros se hizo por Taksim Solidaridad, cuya intención era utilizar estos foros como un medio para convencer a la gente de "incluir" la resistencia dentro de una sola tienda de campaña simbólica, que es otra manera de convencer a la gente de que ponga fin a la lucha. Los foros no asumen o reclaman ninguna autoridad en la toma de decisiones, su función fue concebida como un medio de la Plataforma de Solidaridad Taksim para mantener el impulso de las masas. Este caso sentó las bases para que las masas se ciñeran a las cuestiones prácticas, sobre todo lo que debe hacer en caso de intervención de la policía. Sin embargo, en las discusiones, surgieron algunos participantes proponiendo que las masas debían tomar las riendas del movimiento a través de la creación de asambleas, el intercambio de experiencias con el movimiento en Barcelona, y afirmando la necesidad de extender el movimiento a los barrios pobres. Más importante aún, al afirmar la voluntad de mantener las movilizaciones, las masas arruinaron el juego de Taksim de Solidaridad destinado a la eliminación gradual del movimiento.
Por otra parte, si echamos un vistazo a los movimientos de todo el país, la experiencia más importante fue proporcionada por los manifestantes en Eskişehir[19]. A través de una asamblea general en Eskişehir Resistencia Square, se crearon comités con el fin de organizar y coordinar las manifestaciones. Estos comités son el Comité de Manifestación para la selección y determinación de rutas y consignas, el Comité de la Universidad y la Educación para la organización de reuniones, sesiones informativas y debates en la plaza, el Comité de Opinión y Propuestas para la generación de ideas y sugerencias para la resistencia, la Comisión de Medio Ambiente y limpieza para limpiar y ordenar los asentamientos de las tiendas, el Comité de Prensa de grabar vídeos, publicar fotos en línea y noticias, y la presentación de sus novedades a los medios de comunicación, el Comité de Coordinación y Comunicación de la coordinación entre comités, el Comité de Seguridad para la protección de la plaza de los ataques de dentro y fuera, y el Comité de Emergencia, creado por estudiantes de medicina y médicos expertos para la asistencia médica a los heridos. Lo que es más significativo es que se decidió que la junta general se celebraría todos los días para controlar y analizar las prácticas de estos comités. Con estas experiencias, las masas en Eskişehir fueron capaces de asumir el control del movimiento mediante el establecimiento de su propia organización. En la misma línea, en Antakya, el encuentro tomó sus propias decisiones acerca de la trayectoria de los movimientos en 17 de junio.
Por último, desde el 17 de junio en adelante, en varios parques de la vecindad en Estambul, masas de personas inspiradas por los foros del Parque Gezi crearon asambleas de masas bajo el nombre de foros. Entre los barrios que organizaron foros, estaban Beşiktaş, Elmadag, Harbiye, Nişantaşı, Kadıköy, Cihangir, Ümraniye, Okmeydani, Göztepe, Rumelihisarüstü, Etiler, Akatlar, Maslak, Bakırköy, Fatih, Bahçelievler, Sarıyer, Yeniköy, Sarigazi, Ataköy y Alibeyköy . En los siguientes días, se llevarán a cabo otros en Ankara y otras ciudades. De este modo, con el fin de no perder el control sobre estas iniciativas, la misma Plataforma de Solidaridad Taksim comenzó a convocar los foros. Sin embargo, es muy posible que estos foros puedan asumir roles más serios en un futuro próximo. Por otra parte, en estos foros se expresan algunas ideas sobre la formación de comités de barrio y de lugares de trabajo y. El llamado a evitar el discurso racista, sexista y homófobo, y para conmemorar el Roboski y masacres Reyhanli, y los trabajadores de tratamiento de agua de Antalya que murió por inhalación de gas metano, se ha difundido ampliamente en los foros.
Parecidos, diferencias y relaciones con otros movimientos sociales
Aunque en muchos aspectos, la resistencia del Gezi Park está en continuidad con el movimiento Occupy en los EE.UU., los Indignados en España, y los movimientos de protesta que derrocaron a Mubarak en Egipto y Bin Ali en Túnez, también tiene sus propias peculiaridades. Como en todos estos movimientos, en Turquía, hay un peso vital del joven proletariado. Egipto, Túnez y la resistencia del Parque Gezi tienen en común la voluntad de deshacerse de un régimen que se percibe como una "dictadura". Al igual que en Egipto, los manifestantes rodearon a los que participaban en las oraciones musulmanas para protegerlos de los ataques, y al mismo tiempo, los participantes más activos de Turquía tienen, como en Egipto, una fuerte oposición a la interferencia de los clérigos y fundamentalistas en su vida cotidiana. Por otra parte, mientras que Túnez experimentó ataques masivos con miles de trabajadores, y Egipto experimentó el Mahalla y otras huelgas[20], Turquía sólo ha pasado por un par de protestas con paro laboral... En el lado más positivo, mientras que en Egipto, cuando el movimiento cobró fuerza se volvieron hacia el ejército en busca de ayuda, en Turquía se ha producido una reacción en contra de la imagen de esta institución clave del Estado.
Al contrario que en Túnez cuyo movimiento organizó comités locales, y en España y los EE.UU. donde las masas generalmente asumieron la responsabilidad del movimiento a través de asambleas generales, al principio en Turquía esta dinámica fue muy limitada. En España, en medio de la crisis del capitalismo, con el impacto del aumento del desempleo, el movimiento de Indignados fue capaz de orientar los debates. Sin embargo, en Turquía, en lugar de problemas sobre las condiciones de vida y de trabajo, las cuestiones prácticas del movimiento han ocupado un lugar preponderante. Las cuestiones preeminentes son los problemas prácticos y técnicos de los enfrentamientos con la policía. Además, aunque en España la tendencia proletaria planteó demandas colectivas contra la tendencia democrática en el movimiento, en Turquía este proceso ha sido muy deficiente. La similitud con Occupy en EE.UU. consistió en que hubo una ocupación real, pero en Turquía las ocupaciones tuvieron una participación masiva en comparación con los EE.UU. Del mismo modo, tanto en Turquía y los EE.UU., había una tendencia de los manifestantes que entendía la importancia de la participación del sector laboral del proletariado en la lucha. El movimiento en los EE.UU. no logró la participación de este sector del proletariado a pesar de sus llamamientos cara a cara a los trabajadores portuarios de Oakland - así como las convocatorias en las redes sociales - para ir a la huelga en la costa occidental del país. A pesar de ello, a pesar de que el movimiento en Turquía no establece un vínculo serio con toda la clase obrera, incluso las convocatorias de huelga a través de las redes sociales reunió más paros que en la experiencia de EE.UU..
Pero a pesar de estas particularidades, no hay duda de que el movimiento de los "Chapulis” ha sido una parte de la cadena de movimientos sociales internacionales. A pesar de que no atrajo la atención al principio, estos movimientos dejaron hondas huellas en las masas en Turquía. También este movimiento, similar a otras oleadas internacionales de lucha, está directamente relacionado con la crisis mundial del capitalismo. Una de las razones fundamentales que han situado al AKP en el poder durante 10 años es que ha llevado a cabo el proceso de reestructuración del capitalismo en Turquía. La reacción contra esta presión comenzó como una reacción a las prácticas del AKP. Uno de los mejores indicadores que muestran que el movimiento forma parte de la ola internacional fue que inspiró a los manifestantes brasileños. Los manifestantes turcos saludaron la respuesta de la otra orilla del mundo con los lemas de "Estamos juntos, Brasil + Turquía!" Y "Resistir Brasil" (en turco). Y puesto que el movimiento inspiró protestas con demandas de clase en Brasil, en el próximo proceso esto podrá afectar positivamente al florecimiento de las demandas de clase en Turquía.
La experiencia adquirida por el movimiento
El movimiento del Taksim Gezi Parque se relaciona con la ira en contra de terrorismo de Estado, la violencia policial y las políticas represivas y prohibitivas del gobierno del AKP y del primer ministro Tayyip Erdoğan. En este período de tiempo, las masas que tal vez nunca participaron en una manifestación o caminaron junto a personas que compartían sus puntos de vista, o estuvieron en luchas de tipo apolítico, se han politizado. Miles de personas han experimentado la solidaridad, manejando su propia agenda, hablando de la vida que quieren en Gezi Park y otros parques ocupados. El movimiento marcó la diferencia creando cocinas que ofrecían sopa gratis, bibliotecas gratuitas, centros de tratamiento de los heridos por trabajadores de salud voluntarios y sala de estar común, en el que cualquiera podía venir y quedarse. Fue una de las de las razones más importantes para que se mantuviera el apoyo al movimiento en los días siguientes a su inicio. También aprendieron cómo luchar contra los gases lacrimógenos de la policía.
La gente tomó conciencia del poder de un movimiento masivo con voluntad de resistir la fuerza física del estado. Se constató que las redes sociales se han utilizado con eficacia para la organización de reuniones y manifestaciones. Las redes sociales también se utilizaron para evitar que los manifestantes fueran detenidos y para organizar el alojamiento. Para iluminar la calle cuando las farolas se apagaban durante los enfrentamientos, la gente encendió las luces de sus casas, hubo provisión gratuita de medicamentos por las farmacias: estos detalles fueron muy importantes para el movimiento. Los participantes más jóvenes que se enfrentaron con la policía respondían a los ataques con el lenguaje de la música y el humor. Esto atrajo la simpatía de la gente. El El Estado denominó a los participantes como marginales o maleantes (“çapulcu”), y este término ha sido adoptado: “chapulis” (equivalente a los “perroflautas” de Los Indignados en España) incluso por personas que no se involucran directamente con el movimiento.
Nuestras perspectivas
A pesar de que la gente no se hace ilusiones de que este movimiento sea una revolución, a diferencia de movimientos similares, los participantes más activos del movimiento identifican las protestas como una situación revolucionaria. Lo primero que hay que recordar a la hora de responder a este tipo de ideas es insistir, como los revolucionarios del pasado, como Lenin o la izquierda comunista italiana, que una situación revolucionaria sólo puede ser el producto de una maduración de las condiciones objetivas y subjetivas en el plano internacional. Y a pesar de la dinámica claramente internacional de las revueltas de 2011 y 2013, que son a su vez una respuesta a la profundización de la crisis global del sistema capitalista, todavía no se suman a una situación revolucionaria. En este punto, es importante recordar lo que dijo Lenin: "¿Cuáles son, en términos generales, los síntomas de una situación revolucionaria? No nos equivocaremos si indicamos los tres principales síntomas siguientes: (1) cuando no sea posible que las clases dominantes mantengan su dominio sin ningún cambio, cuando haya una crisis, de una forma u otra, entre la " clase alta", una crisis en la política de la clase dominante, lo que lleva a una fisura por la que el descontento y la indignación de las clases oprimidas estallen. Para que una revolución tenga lugar, por lo general no es suficiente que "los de abajo no quieran" vivir a la antigua usanza, sino que también es necesario que "las clases de arriba no puedan" vivir en la vieja manera, (2) cuando el sufrimiento y la miseria de las clases oprimidas se hayan vuelto más graves de lo normal, (3) que, como consecuencia de las causas anteriores, haya un aumento considerable de la actividad en las masas, que se dejan robar en "tiempo de paz "sin protestar, pero que, en tiempos turbulentos, tanto por las circunstancias de la crisis como por las" clases altas " son empujados a sí mismos en una acción histórica independiente." [21]
Los movimientos en Oriente Medio, España, Turquía, Brasil y otros países no contienen ninguna de estas tres características. Sí, los gobernados no quieren ser gobernados, pero los gobernantes pueden mantener su dominio cualitativo en la forma en que solían hacerlo. La pobreza y la miseria de las clases oprimidas no suben a los niveles habituales. Uno de los mayores triunfos del gobierno en Turquía es recordar el desarrollo "prometedor" de la economía turca en los últimos años .
Tal vez lo más importante de todo es el hecho de que en ninguna de estas luchas las masas se independizan de los demócratas burgueses. En este callejón sin salida del capitalismo, cuando la opresión social está aumentando, las condiciones de vida y trabajo de los trabajadores son cada vez peores, las guerras son cada vez más crónicas, los “espacios vitales” de la gente son destruidos, el problema de la vivienda es habitual, la democracia burguesa sólo puede ser la dictadura burguesa. Independientemente de qué tipo de gobierno esté en el poder, de derechas o de izquierdas, en este período en el que se está haciendo cada vez más difícil para el capitalismo de Estado obtener capital y apoderarse de una parte del pastel, todos los gobiernos practicarán iguales políticas contra las masas. La democracia son los gases lacrimógenos, la democracia son las porras de la policía, la democracia son los IVSEs y los vehículos Scorpion. La democracia es terrorismo burgués masacrando tres chavales de nuestra clase sin pestañear. La tendencia democrática dominante en el movimiento y la calidad política de sus demandas corresponden a la democracia, que no es sino una herramienta para desarrollar el dominio de la burguesía y la mentira del desarrollo. Tras el lema "Tayyip dimisión" que se coreó durante la manifestación, está la ilusión de que los problemas se solucionarán por cualquier poder burgués, que sustituirá a Erdogan si éste dimite. Sin embargo, sabemos que tal cosa es imposible hoy en día.
Además, la tendencia democrática dentro del movimiento, así como ciertos escritores y periodistas burgueses describen el movimiento como una reacción democrática a lo que no va bien en el país, y la intención del movimiento de tomar un camino parlamentario. De hecho, cuando nos fijamos en la Plataforma de Solidaridad Taksim, nos recuerda a la coalición de la Rama de Olivo, que llegó al poder oponiéndose a Berlusconi. Sin lugar a dudas, este curso de los acontecimientos sería un trágico final para el movimiento, lo que significa que muere para la clase obrera. En el próximo período, esto puede llegar a ser un peligro mayor para el movimiento que el terrorismo de Estado.
Y, sin embargo, a pesar de todas las debilidades y peligros que enfrenta este movimiento, si las masas en Turquía no hubieran logrado convertirse en un eslabón de la cadena de revueltas sociales que sacuden el mundo capitalista, el resultado sería un mayor sentimiento de impotencia. El estallido de un movimiento social en una escala no vista en este país desde 1908 tiene, pues, una importancia histórica.
El futuro del movimiento depende de que el proletariado, que forma la mayor parte del mismo, sea capaz de expresar las demandas de clase que surgen de sus propias condiciones de vida y de trabajo y de si son capaces de tomar el control del movimiento en sus propias manos con los debates de masas y extender el movimiento a toda la clase en los puestos de trabajo, en vez de dejar actuar a los sindicatos.
Dünya Devrimi, Sección ICC en Turquía
21/06/2013
[1] Ver para un balance de estos movimientos 2011, de la indignación a la esperanza, https://es.internationalism.org/node/3349
[2] Sobre Brasil ver La represión policial desata la furia de los jóvenes, /content/3768/la-represion-policial-desata-la-furia-de-los-jovenes
[3] Para un análisis de la situación en Siria, ver Revista Internacional 149: Amenaza de un cataclismo imperialista en Oriente Medio, /content/3441/amenaza-de-un-cataclismo-imperialista-en-oriente-medio
[4] En turco se emplea el término Çapulcu en un sentido peyorativo que se podría traducir por “pringados” (aunque tendría también dos acepciones más: “agitador” y “sans culotte”). Este apelativo fue aplicado por Erdogan a los que protestaban en la calle. El término ha hecho fortuna y los participantes en el movimiento lo han adoptado. Algo similar a lo que en España se llamaba “perroflautas” cuando el movimiento de indignados.
[5] Estas líneas se tomaron de un poema en turco escrito por uno de los participantes en la protesta, llamado Ozan Durmaz dedicado a Abdullah Cömert, Ethem Sarısülük y Mehmet Ayvalıtaş. La versión íntegra puede encontrarse en la Web en turco: www.tuhaftemaslar.com/sut.
[6] En Kars se levanta un monumento a la “amistad turco – armenia”, un intento hipócrita de “olvidar” la enorme masacre de armenios perpetrado por el Estado turco en 1915 (parece que hubo más de un millón de muertos). En un gesto nacionalista, Erdogan había calificado el monumento de “monstruoso” y había propuesto derribarlo.
[7]BDP: en turco Bariş ve Democrasi Partisi, Partido de la Paz y la Democracia, partido vinculado al movimiento nacionalista kurdo.
[8] Necati Şaşmaz, actor muy popular en la televisión turca. Hulya Avsar es una actriz turca polifacética, escritora y cantante también.
[9] Cem Boyner, empresario de éxito en la Turquía actual.
[10] De acuerdo con las encuestas, el 58% de los manifestantes en Parque Gezi eran trabajadores asalariados, 10% estaban desempleados y el 24% eran estudiantes. En total, el 92% eran trabajadores o futuros trabajadores
[11] CHP: siglas en turco correspondientes a Cumhuriyet Halk Partisi, Partido Republicano del Pueblo, principal partido de la oposición, juega un papel a los partidos socialistas en Europa.
[12] TGB: siglas en turco que significan Türkiye Gençlik Birliği, Unión Turca de la Juventud, asociación nacionalista que goza de una cierta influencia.
[13] Kemal Kilicdaroglu es el líder del Partido Republicano del Pueblo, CHP.
[14] Mustafá Kemal Attaturk (1881-1938), encabezó el movimiento que reemplazó la vieja monarquía otomana por una república. Estableció una política laicista forzada y organizó un partido único en combinación con el ejército que hasta fechas muy recientes ha tenido un peso determinante en el Estado turco. El CHP junto con otros partidos se presenta como su heredero.
[15] Mustafa Kesser, cantante famoso en Turquía. Turgut Uyar, actor famoso en Turquía.
[16]Laz: grupo étnico del nordeste de Turquía
[17] Masacre perpetrada el 28-12-2011 por las fuerzas aéreas turcas contra un grupo de campesinos que intentaban huir en la frontera con Irak
[18] Turk-Is es uno de los principales sindicatos del país. Dice tener 1,75 millones de afiliados.
[19] Ciudad del interior que cuenta 638000 habitantes.
[20] Ver Egipto el germen de la huelga de masas, /content/1915/egipto-el-germen-de-la-huelga-de-masas
[21] Lenin, La bancarrota de la II Internacional