Movimiento “Ocupa Wall Street”: El capitalismo es el enemigo

Printer-friendly version

Nuestros lectores muy probablemente han oído o seguido los acontecimientos relacionados con  el movimiento "Occupy Wall Street" (Ocupa Wall Street - OWS-). Desde mediados de septiembre miles de personas han participado en la ocupación del Zuccotti Park en Manhattan, a tan sólo algunas manzanas de Wall Street. El movimiento se ha extendido a cientos de ciudades en USA. Decenas de miles de personas han participado en ocupaciones, manifestaciones y asambleas generales con un nivel de autoorganización desconocido en EEUU desde hacía décadas. La población explotada y descontenta ha levantado su voz, mostrando su indignación contra los males del capitalismo. El impacto a nivel internacional de OWS también es algo a tener en cuenta: las protestas han tenido lugar en el centro neurálgico del capitalismo mundial,  poniendo sobre la mesa eslóganes y frustraciones similares a las que se han visto  en Europa y el norte de África.

Aún así, el futuro del movimiento parece incierto. Aunque muchos participantes expresan su voluntad por continuar las ocupaciones de forma indefinida, cada vez se aprecia más claramente que la energía y espontaneidad inicial del movimiento están en reflujo, a medida que su rasgo más importante, las asambleas generales (AG's), se van transformando cada vez más en meros órganos de asentimiento de la actividad de los "grupos de trabajo" y "comités", muchos de los cuales están dominados por activistas profesionales, izquierdistas, etc. Aunque la situación se mantiene cambiante, creemos que se ha alcanzado cierto punto para que podamos realizar una valoración preliminar del movimiento, de su significado, y de sus puntos fuertes y débiles.

La CCI ha sido capaz de participar en el movimiento en Nueva York, donde varios militantes y simpatizantes cercanos se han acercado en varias ocasiones al Zuccotti Park para hablar con los manifestantes y participar en las asambleas generales. Simpatizantes de la CCI en otros lugares también nos han enviado informaciones de sus experiencias en el movimiento. Se ha abierto también una animada discusión en el foro de nuestra Web[1]. Este artículo es una contribución al debate, y agradeceremos que nuestros lectores se unan a la discusión.

¿Cómo responder a los ataques del capitalismo? La lucha por encontrar el terreno de clase

Antes de nada debemos decir que el movimiento surge de la misma fuente que las revueltas y movimientos sociales que hemos visto a lo largo de 2011, desde el movimiento en Túnez y Egipto a la aparición de los "indignados" en España, las ocupaciones públicas en Israel, o las movilizaciones contra la austeridad y las medidas anti-sindicatos en Wisconsin y otros Estados: el sentimiento de frustración y desesperación de la clase obrera, especialmente de las generaciones más jóvenes, duramente golpeadas por el desempleo[2].

 

Vemos por tanto una continuidad directa entre el OWS y la voluntad creciente de la clase trabajadora de responder a los ataques capitalistas a nivel internacional. El OWS no se trata de ningún modo de una campaña de la burguesía para sabotear o canalizar  la lucha de clase. Al contrario, se trata del último de una serie de movimientos, en gran parte organizados a través de Internet y las redes sociales - al margen de los sindicatos y partidos mayoritarios-, con  los cuales la clase obrera está buscando responder a los duros ataques que está sufriendo en el marco de la crisis histórica del capitalismo. El movimiento debe por tanto ser bienvenido como un signo de que el proletariado en EEUU no ha sido completamente derrotado y que no está dispuesto a sufrir ataques de forma indefinida. Sin embargo también vemos distintas tendencias en el seno del movimiento que luchan por imponerse. Las tendencias dominantes muestran claramente una  visión reformista, mientras que las tendencias más proletarias están encontrando muchas dificultades para encontrar un terreno de clase sobre el que asentar su lucha.

En defensa de la soberanía de las Asambleas Generales

Quizá el aspecto más positivo del OWS haya sido la aparición de las AG's como órganos soberanos del movimiento, lo que representa un avance respecto a las movilizaciones en Wisconsin, que a pesar de su espontaneidad inicial rápidamente fueron copadas por los sindicatos y la izquierda del Partido Demócrata[3]. La aparición de las AG's representa una continuidad con los movimientos en España, Francia y otros sitios, y muestra claramente la capacidad de la clase obrera de tomar el control de sus propias luchas y aprender de otras luchas a nivel internacional. Se trata este aspecto, la internacionalización de las AG's como forma de lucha, uno de los rasgos más destacados de la fase actual de la lucha de clase. Las AG's son, por encima de todo, un intento de la clase trabajadora por defender su autonomía a través de la participación de todo el movimiento en el proceso de toma de decisiones y de asegurar la más amplia discusión en el seno de la clase.

Sin embargo, a pesar de su importancia en el movimiento, está claro que las AG's en el OWS no han sido capaces de funcionar sin una alto grado de distorsión y manipulación desde los activistas profesionales  y los izquierdistas, que han controlado en gran medida los grupos de trabajo y los comités que se suponen están supeditados a los mandatos de las AG's. Este peso ha supuesto una importante dificultad para que en el movimiento pudiera desarrollarse una discusión abierta, y ha sido relevante en evitar que se planteara la cuestión de extender el movimiento más allá de las ocupaciones para llegar a toda la clase obrera. El movimiento 15M en España ha encontrado problemas similares[4].

Al principio de las ocupaciones, a raíz de las persistentes peticiones de los media para que el movimiento estableciera sus metas y reivindicaciones, se formó un comité de prensa con el propósito de publicar un periódico del OWS. Uno de nuestros camaradas estaba presente en la AG cuando el asunto del primer número del periódico -que ya se había publicado y hecho llegar a los media por el comité de prensa- fue abordado. El sentimiento generalizado en la asamblea era de indignación porque el periódico se había publicado y repartido con un contenido que no reflejaba la visión mayoritaria del movimiento, sino que reflejaba la opinión política particular del autor. Se tomó la decisión de retirar de su cargo a la persona responsable. Esta acción representó una pincelada del poder de las AG's para imponerse sobre comités y grupos de trabajo. Se trató de una expresión embrionaria del "derecho inmediato a la revocabilidad".

Sin embargo, algunas semanas después -poco antes de que el alcalde Bloomberg amenazara de desalojo a los ocupantes de Zucotti Park- nuestro camarada encontró un ambiente muy distinto en la asamblea. Con el desalojo amenazando la ocupación, la discusión resultante carecía de cualquier interés real. La mayoría de la AG estuvo tomada por informes de los grupos de trabajo y los comités, sin ninguna discusión. La única discusión que estaba permitida por los organizadores de la asamblea fue tratar la propuesta del presidente del Distrito de Manhattan de limitar la actuación de los tambores a dos horas al día. Esta asamblea en ningún momento abordó el asunto del futuro del movimiento. Ni siquiera se trató la cuestión de cómo llevar a cabo una estrategia para extender el movimiento más allá de sus actuales limitaciones ante la más que probable expulsión de Zuccotti Park.

En esta asamblea uno de nuestros camaradas hizo un intento por proponer que los participantes tuvieran una visión más de futuro y miraran más allá de los límites del parque hacia la clase obrera de la ciudad, donde probablemente encontrarían una cálida acogida. Se le dijo a nuestro compañero que su propuesta no procedía dentro del debate de la limitación de las actuaciones de tambores y que el tiempo límite para las intervenciones (arbitrariamente establecido en un minuto por los organizadores) se había superado. Otra participante propuso crear una delegación para hablarles del movimiento a estudiantes en varios institutos y universidades. Su propuesta también fue rechazada, con muchas voces señalando que no tenían intención de extender el movimiento y que si los estudiantes querían apoyar la ocupación que fueran a Zuccotti Park.

¿Cómo explicar pues la tendencia que ha llevado a los grupos de trabajo, comités y organizadores a paulatinamente tomar el control del movimiento a medida que ha ido pasando el tiempo?

El peligro de la anti-política

El OWS se ha caracterizado desde el inicio por un cierto espíritu "anti-político" que ha servido para amortiguar  la discusión, evitar la confrontación de ideas y el desarrollo de reivindicaciones de clase. Esto ha hecho posible que izquierdistas, famosos y políticos de toda ralea intervengan y hablen en nombre del movimiento, permitiendo que los medios hayan podido presentar al OWS como un incipiente "Tea Party de izquierdas"[5].

El rechazo casi militante del OWS a abordar la cuestión de las reivindicaciones y los fines, que pensamos representa un rechazo general a abordar la cuestión del poder, se presenta como una especie de misterio para los revolucionarios.  ¿Cómo entender este fenómeno, que también ha estado presente en otros movimientos? Por lo que respecta al OWS, creemos que los factores que a continuación comentamos tienen mucho que ver.

El peso persistente de las campañas ideológicas burguesas sobre la muerte del comunismo

Aunque es cierto que la principal fuerza social detrás del movimiento está en las generaciones obreras más jóvenes, muchos de los cuales nacieron después del colapso del estalinismo en 1989, aún se mantiene un miedo en la clase trabajadora a abordar la cuestión del comunismo. Aunque las ideas de Marx parecen ir recuperando protagonismo en lo que a su crítica del capitalismo se refiere, todavía existe un gran miedo a verse asociado con un sistema que muchos aún creen que "ya se ha intentado y fracasó", y que está en contra del fin de establecer una "verdadera democracia". Mientras que se pueden ver muchos letreros y eslóganes en las ocupaciones citando a Marx en el sentido de que el capitalismo se ha vuelto inviable, todavía existe una gran confusión en lo referente a lo que puede sustituirlo. Por otro lado, la perspectiva a largo plazo es que el peso de las "pesadillas del pasado" se debilite y suponga un obstáculo menor para aquellos que buscan el verdadero significado del comunismo, y de las posibilidades de una nueva sociedad.

El protagonismo de la joven generación

Por lo general el movimiento ha tenido a las nuevas generaciones obreras como las principales impulsoras. Aunque generaciones  de trabajadores de mayor edad, afectados por la destrucción masiva de empleos que ha tenido lugar en EEUU desde 2008, también están presentes en el movimiento, sociológicamente la fuerza motriz de estas protestas son proletarios veinteañeros y treintañeros. La mayoría tiene estudios, pero muchos nunca han tenido un trabajo estable en su vida.  Estos jóvenes se encuentran entre los más duramente afectados por el gran desempleo a largo plazo que afecta a la economía estadounidense. Pocos tienen experiencia en la vida laboral más que de forma precaria. Su identidad no está vinculada al puesto de trabajo o a una profesión particular.  Aunque estos elementos sociológicos probablemente los hacen más propensos a desarrollar un sentimiento de solidaridad más amplio y abstracto, también significa que la mayoría carecen de experiencia en luchas defendiendo sus condiciones de vida y trabajo, estableciendo reivindicaciones y fines concretos. Habiendo sido apartados del proceso productivo, tienen pocas cosas concretas que defender ¡aparte de su dignidad como seres humanos! La necesidad de establecer reivindicaciones y fines concretos no es por tanto algo tan evidente. En un mundo donde no se ve un futuro claro, no es sorprendente que las generaciones más jóvenes encuentren difícil el concretar las características de la lucha por un futuro. Por tanto el movimiento se ha visto atrapado en una especie de celebración del proceso en sí, de las ocupaciones, en tanto que el lugar de ocupación se convierte en comunidad, e incluso en algunos casos en hogar[6].  Otro aspecto que no debe olvidarse es el peso de un discurso político post-moderno, en concreto de aquellos que han pasado por la universidad, que fomenta desconfianza hacia la "tradicional" política de clase.

Dicho esto, no debemos esperar que el movimiento dé más de lo que puede dar en este momento. La mera existencia de asambleas generales es una victoria en sí misma, y proporciona una escuela excelente donde los jóvenes puedan adquirir experiencia y aprender a combatir a las fuerzas de la izquierda burguesa. Todo esto es clave para las luchas por venir.

El contexto específico estadounidense

El OWS necesariamente se inserta en el contexto y características de la política y la historia estadounidenses. Existe poca mención en el movimiento a las raíces internacionales de la crisis y a movimientos sociales de otros países. La creencia dominante en el movimiento es que los enormes problemas a los que se enfrenta la humanidad tienen de una forma u otra su raíz en el comportamiento inmoral de los banqueros de Wall Street, ayudados e incitados por los partidos políticos. La falta de regulación en las finanzas e inversiones, la acumulación sin escrúpulos  de deuda con la burbuja inmobiliaria, la creciente influencia de dinero privado en las campañas electorales, la diferencia inmensa entre el 1% más rico de la población y el resto, el hecho de que Wall Street se niegue a reinvertir en la economía estadounidense los miles de millones de dólares obtenidos en plusvalías, son los grandes agravios presentados por el movimiento. Además, la identificación de la "desregulación del capital financiero" como el principal problema ha servido para mantener ilusiones acerca del supuesto papel altruista del Estado burgués.

De forma clara, las posiciones "anti-políticas" han sido un obstáculo para que el movimiento pudiera ir más allá  y al final sólo han servido para reproducir la dominación política que tanto teme. Esto debería servir como lección  para futuros movimientos. Aunque el movimiento tiene razón en mantener distancias hacia aquellos que quieren hablar en su nombre, la clase trabajadora no puede rehuir el establecer una discusión abierta y una confrontación de ideas. Este proceso de polarización, de establecer reivindicaciones y fines concretos -con toda la dificultad que eso implica- no se puede evitar, si el movimiento quiere avanzar. Al final, un movimiento dominado por un eclecticismo ideológico extremo, en el que "todas las proclamas serían igual de válidas", lo único que va a asegurar es que solamente aquellas posiciones que sean aceptables por la burguesía sean las que avancen. Las posiciones de regular el capitalismo, de cobrar más impuestos a los ricos y de acabar con el dominio total del dinero de las empresas en las elecciones ¡son peticiones que comparten muchas facciones de la burguesía de EEUU! No es por casualidad que Obama quiera pagar   su "plan de empleo" gravando más a los millonarios. Hay un gran riesgo de que las principales facciones de la burguesía puedan dirigir el movimiento en una dirección que les sirva para sus propios intereses en sus luchas interburguesas, en el contexto de un resurgir de la derecha. Sin embargo, en última instancia, la completa incapacidad de la burguesía para solucionar su crisis mortal hará que las ilusiones del "sueño americano" se acaben, reemplazados por la pesadilla de la vida bajo el capitalismo.

Sólo la clase obrera ofrece un futuro para la humanidad

A pesar de todas sus debilidades, el movimiento OWS es rico en lecciones para el futuro desarrollo de la lucha de clase. La aparición de asambleas generales -probablemente por primera vez en décadas en EEUU- representa un importante paso adelante para la clase obrera en su búsqueda para llevar su lucha más allá de los límites marcados por los sindicatos y la izquierda burguesa. Debemos sin embargo subrayar que un movimiento centrado en sí mismo en lugar de buscar su extensión a toda la clase trabajadora está condenado al fracaso, ya sea por la represión, la desmoralización o la posterior canalización detrás de las campañas de la izquierda burguesa. En la coyuntura actual de la lucha de clase nos encontramos con una situación donde los sectores de la clase trabajadora con menos experiencia en el trabajo colectivo son los más combativos. Por otro lado, aquellos con más experiencia en luchas concretas en defensa de sus condiciones de vida y trabajo aún se encuentran desorientados por los ataques capitalistas e indecisos acerca de cómo responder a estos. Muchos simplemente se conforman con mantener un empleo, agazapados bajo el peso de la ofensiva capitalista contra las condiciones de vida y trabajo.

Además en los EEUU las continuas campañas de la derecha para aplastar a los sindicatos han tenido el efecto de revitalizar en algún grado a los sindicatos a los ojos de los obreros, desorientándolos[7]. Hasta el punto de que trabajadores afiliados a sindicatos han participado en el movimiento OWS mayormente bajo la pancarta de su sindicato, actuando estos sistemáticamente para separar a sus miembros de los ocupantes de Zuccotti Park. Se ha visto claramente que bajo los sindicatos los trabajadores han jugado el papel de meros "seguidores" del movimiento, ¡pero sin unirse a él! Es en la lucha obrera por defender sus condiciones de vida y trabajo, en el sitio donde la sociedad se reproduce, que los órganos que realmente pueden llevar a cabo la transición a una sociedad de productores asociados -los consejos obreros- pueden emerger. Es en el marco de esa lucha donde el hecho de que el capitalismo ya no puede ofrecer reformas duraderas puede ser descubierto, en la medida que la lucha obrera por sus condiciones de vida y trabajo se ve continuamente frustrada por la persistente crisis económica. Es en el lugar de producción donde el hecho de que la actual sociedad humana únicamente puede reproducirse a nivel global se tornará evidente para la clase trabajadora.

Con todo lo dicho, no queremos minimizar las inmensas dificultades a las que se enfrenta  toda la clase obrera en su búsqueda del terreno de clase y  de la energía necesaria para responder a los ataques capitalistas. En los primeros embates, creemos que el OWS se ha visto atrapado en el terreno retórico burgués; sin embargo, en un futuro será de un gran valor  ya que ha mostrado pinceladas de cómo la clase trabajadora puede tomar el control de sus propias luchas.

Internationalism, 19-10-2011

 


 

[1] Ver el Foro en inglés organizado por la CCI.

[2] Ver nuestros artículos sobre el movimiento de los Indignados, el más reciente: /revista-internacional/201108/3175/las-movilizaciones-de-los-indignados-en-espana-y-sus-repercusiones

[3] Aunque a diferencia de Wisconsin, donde por un momento el fantasma de la huelga general estuvo presente en ese Estado, en el OWS la  movilización ha sido mucho menos "masiva", con un  grupo fijo de ocupantes y aparte quienes han participado de forma irregular

[4] Ver nuestro artículo "Movimiento ciudadano ¡Democracia Real Ya!: dictadura del Estado contra las asambleas masivas" /cci-online/201106/3118/movimiento-ciudadano-democracia-real-ya-dictadura-del-estado-contra-las-asamb

[5] Ver el texto de Peter Beinhart "Occupy Protests' Sismic Effects", como ejemplo de cómo la izquierda burguesa piensa que podría utilizar al OWS como un movimiento de base de apoyo para la presidencia de Obama

[6] Las últimas semanas los medios han informado de varias casos de jóvenes que han dejado trabajos mal  pagados o han faltado a clase para participar en el movimiento

[7] Ver nuestro artículo sobre la reciente huelga en Versión "Struggles at Verizon".

Geografía: