Enviado por CCI Online el
El viernes 5 de junio una guardería infantil se ha incendiado en la ciudad de Hermosillo Sonora, y hasta ahora son 44 niños de entre 1 a 4 años los que han muerto. Había en ese edificio 165 niños, que quedaron envueltos en humo y llamas. Más de 60 fueron rescatados por vecinos y cuerpos de rescates, el resto está hospitalizado con graves quemaduras. El ambiente está cargado de indignación, impotencia y rabia. Denunciamos ante la clase obrera mundial este lamentable acontecimiento donde hijos de trabajadores murieron atrapados en una "cámara de gas" en la que indefensos perecieron víctimas de negligencias, corrupción y hacinamiento.
La degradación de los servicios sociales significa un golpe a las condiciones de vida de los trabajadores
Para nadie es un secreto que el Estado gasta cada vez menos en seguridad social haciendo recortes al salario social, es decir, recortando esa parte del salario que el estado devuelve en forma de servicios a los trabajadores. Cada vez se gasta menos en educación, salud y transporte... quien asume las consecuencias de ello es la misma clase obrera que debe enfrentar un empeoramiento terrible de sus condiciones de vida y de trabajo. Aún están frescas en la memoria de los trabajadores los 65 mineros muertos en la mina Pasta de Conchos que, justamente, acababa de "aprobar una revisión de seguridad"; de igual manera las autoridades dicen que esta guardería acababa de aprobar una revisión de seguridad (sic!). Los accidentes de trabajo se multiplican y los servicios de salud empeoran. Las guarderías del IMSS (Instituto mexicano del seguro social) son ya, muchas de ellas, concesionadas a particulares, con ello el Estado se libera de "trabajadores en nómina" y abarata los costos del servicio. Sin embargo, no hay que engañarse, las guarderías bajo la administración del IMSS no se salvan de un empeoramiento en el servicio e incluso, viven también al filo de un accidente (epidemiológico por ejemplo). Estatal o concesionado, las condiciones en que se encuentran las guarderías son las mismas. Pero mientras se recortan los servicios sociales que reciben los trabajadores, la burguesía gasta insulsas fortunas en tratar de mantener una abollada democracia que le sirve para justificar la dictadura del capital sobre el trabajo asalariado. Así mientras los gastos electorales para darle brillo al sistema crece, la miseria se extiende y lacera a millones de trabajadores a lo largo del planeta. La lógica explicativa del capital es que las elecciones son una "inversión", mientras la salud y el cuidado de los niños de los trabajadores es un "gasto"... ¡esa es la lógica infernal de este sistema moribundo!
¡En las tragedias del capitalismo es siempre la clase obrera la que pone las víctimas!
Un accidente así sólo se puede entender como una suma de factores que han sido posibles por la corrupción, el abaratamiento de costos (¡divisa capitalista!) y la negligencia de autoridades cuya irresponsabilidad toca todos los planos de la situación. En el caso de la guardería de Sonora sabemos hoy que estaba instalada en el edificio de una vieja bodega que tenía un sistema eléctrico en mal estado, recubrimientos interiores de poliuretano inyectado (su combustión despide un gas venenoso) para ahorrar en instalaciones, salidas de emergencia disfrazadas o inexistentes, rodeada de instalaciones peligrosas, en fin, una verdadera trampa mortal cuyos resultados hoy saltan dramáticamente a la luz. Sólo un sistema que se pudre desde su raíz como el capitalismo es capaz de conjuntar todas estas condiciones que hacen de la vida un frágil destello. Pero aquí debemos subrayar un hecho cuidadosamente ocultado por todos los medios de comunicación y es que hasta en sus estertores el capitalismo sacrifica a los oprimidos; no son los hijos de los políticos o de los empresarios lo que han muerto, ¡no!, se trata de los hijos de los trabajadores. Ante la exigencia del trabajo, los asalariados no tienen más opción que hacer uso de esas guarderías, y la magnitud de la crisis que aplasta al capitalismo conduce a que los servicios que ofrecen vayan empeorándose vertiginosamente, por lo cual la condición de seguridad de los hijos de los trabajadores es cada vez más frágil (es esa situación la que hizo, en el caso de la influenza, reaccionar con gran pánico a la burguesía, el tamaño de su temor fue de la magnitud de su indolencia).
Ya circulan en Internet y en la prensa versiones que intentan explicar este hecho como "distractores del gobierno", ya que ese día se presentaría un libro que denuncia la corrupción del gobernador de Sonora, Eduardo Bours; otros más atizan la masacre para llamar a "votar en blanco" este 5 de julio. Para rematar, la prensa trata de tejer relaciones entre los dueños de las guarderías y la esposa del actual presidente de México, Felipe Calderón. Sin duda hay todo un tejido de corruptelas en el manejo de las concesiones de esas guarderías y del propio IMSS, y las diversas fracciones de la burguesía tratarán de sacar provecho de esta tragedia, pero un hecho evidente es que este suceso no es nuevo ni será el último, porque estos "accidentes" seguirán existiendo mientras subsista el capitalismo.
Ante estos hechos evidentes que desnudan el rostro bestial del capitalismo, la burguesía trata de desviar la atención, culpando a unos cuantos y así mostrando la "justicia" de la burguesía. Recordemos en el asunto de la Mina Pasta de Conchos, toda la indignación genuina de la clase obrera fue desviada hacia el linchamiento del pillo Napoleón Gómez Urrutia, cacique sindical que no ha vacilado en despojar a obreros para hacerse de una fortuna. La descomposición del capitalismo puede ser utilizada por la clase dominante contra la misma clase obrera, el mejor antídoto contra ello es tratar de entender los hechos, más a través de la conciencia que llevados por las emociones.
En momentos de tragedias como estas debemos hacer un esfuerzo colectivo para transformar esta rabia genuina en un momento de construcción de una respuesta más de largo plazo. Es importante transformar la impotencia en una reflexión que se base en una crítica del capitalismo mundial que se encuentra hundido en una crisis sin salida. Sólo en ese marco nuestro descontento podrá perfilarse hacia una perspectiva más mediata. El proletariado no basa su lucha en el odio o en la venganza, sino en la conciencia de que debemos cambiar este mundo de explotación y miseria donde los oprimidos son las víctimas de la quiebra de este sistema de explotación.
La solidaridad con las víctimas y sus familiares deberá transformarse en un compromiso de lucha por un mundo mejor, por un mundo donde la ganancia no sea el motor de las relaciones sociales.
Revolución Mundial
sección en México de la Corriente Comunista Internacional
7 de junio de 2009