En el presente artículo que escribimos en noviembre de 1989 anunciábamos que los acontecimientos en la URSS y países satélites eran "pan bendito" para el Capital pues daban la idea de que el comunismo ha muerto, la clase obrera ha fracasado etc. Esto dijimos que iba a constituir un fuerte golpe para el proletariado que se veía sin confianza en si mismo, sin idea clara de una sociedad propia alternativa al capitalismo, en una pérdida de identidad. El peso de ello es importante y todavía hoy se sufren las consecuencias