La sociedad capitalista en crisis y descomposición tiende a la fragmentación y desestructuración social, lo que se manifiesta en un creciente enfrentamiento entre grupos raciales, religiosos, nacionales, de orientación sexual etc. Así hemos visto la escalada del suprematismo blanco en USA y la falsa respuesta democrática y antifascista en torno al BLM. Contra ese terreno de hundimiento en la barbarie, el proletariado es la única clase que puede dar una respuesta de solidaridad y lucha desde su propio terreno de clase, como lo muestra el ejemplo que aquí narramos, la huelga de obreros en Holanda contra la deportación de los judíos en 1941. Mientras en la famosa conferencia de Evian (1938) las democracias occidentales dieron luz verde a la barbarie nazi contra los judíos, los obreros en Holanda se expusieron a la represión, el asesinato y la tortura, en defensa de los trabajadores y oprimidos de raza judía