La masacre perpetrada contra los estudiantes normalistas de Ayotzinapa en el estado de Guerrero es una expresión rotunda de la barbarie que el capitalismo mundial ha venido profundizado desde los años sesenta contra el proletariado a escala planetaria, es decir, contra la humanidad toda. Porque la masacre expresa no un hecho aislado, sino histórico. Y esto es así, sobre todo, si consideramos la barbarie inaudita que con las dos guerras mundiales, pasando por la guerra civil española, puso en práctica el poder del dinero en la primera mitad del siglo XX.