Descomposición

Atentados de julio en los transportes londinenses, Huelga espontánea el 11 de agosto de los obreros del aeropuerto de Londres

¿Qué futuro para la humanidad? ¿Guerra imperialista o solidaridad de clase?

 

 

En 1867, en el prefacio de la primera edición de su famosa obra, El Capital, Carlos Marx observaba que las condiciones económicas de Inglaterra, primer país industrializado, eran un modelo para el desarrollo del capitalismo en los demás países. Fue así Gran Bretaña el “país referencia” de las relaciones de producción capitalistas. A partir de entonces, el sistema capitalista ascendente iba a dominar el mundo. Cien años más tarde, en 1967, la situación en Gran Bretaña volvía a ser simbólicamente significativa y profética con la devaluación de la libra esterlina: esta vez, lo que simbolizaba era el declive del mundo capitalista y su creciente quiebra. Los acontecimientos del verano de 2005 en Londres han mostrado una vez más que Gran Bretaña ha vuelto a ser una especie de jalón indicador para el capitalismo mundial. El verano londinense ha sido precursor en dos planos: el de las tensiones imperialistas, o sea el conflicto mortífero entre los Estados nacionales en el ruedo mundial y el de la lucha de clases internacional, o sea el conflicto entre las dos clases principales de la sociedad: la burguesía y el proletariado.

 

Huracán Katrina : El capitalismo es el responsable de la catástrofe social

La catástrofe que ha golpeado el sur de Estados Unidos y sobre todo la ciudad de Nueva Orleáns no ha sido, contrariamente a lo machacan los medios de la burguesía, consecuencia de la irresponsabilidad del presidente Bush y de su administración. Esta propaganda antiamericana, tan difundida en esta ocasión por los medios europeos para desprestigiar la potencia estadounidense oculta, en realidad, a la vista de los proletarios, al verdadero responsable de las consecuencias dramáticas del huracán Katrina a su paso por esa región del mundo. Los trastornos climáticos, provocados en parte por el efecto invernadero, son la consecuencia de una economía capitalista cuya única razón de ser es la ganancia. Esos desajustes hacen que las “catástrofes naturales” sean más numerosas y mucho más devastadoras que en el pasado. Y además, la ausencia de auxilios, de equipos especiales y médicos, son también la expresión inmediata de la quiebra del capitalismo.

País vasco ¿Qué hay detrás de la ilegalización de Batasuna?

El eterno conflicto vasco ha sufrido un nuevo acelerón con la adopción de la Ley de Partidos Políticos y la ilegalización de Batasuna. Como hemos venido haciendo ante cada hecho significativo en este brutal contencioso que ha costado cerca de 1000 vidas, queremos tomar posición sobre los nuevos acontecimientos defendiendo a través de un análisis meditado lo esencial: el conflicto no tiene solución bajo el capitalismo y su dinámica es agravarse cada vez más; sólo el proletariado, destruyendo el capitalismo en todos los países, puede crear las condiciones generales para una auténtica unificación de la humanidad que supere las heridas ancestrales ligadas a odios nacionales, diferencias culturales, contenciosos políticos, enfrentamientos militares etc.

 

15 años después del hundimiento del bloque del Este: una era de guerra y caos

El año 1.989 conoció el hundimiento del bloque soviético. Este hecho, fruto en primer lugar de la crisis económica mundial del capital, tuvo inmediatamente repercusiones muy importantes sobre la vida y el desarrollo del capitalismo. La clase obrera debe recordar que en ese momento todos los líderes de la burguesía mundial nos prometieron una nueva época, “una era de paz y de estabilidad”. El hundimiento del estalinismo debía significar, supuestamente, el fin de la barbarie. La evolución sangrienta de la realidad demostró muy rápidamente lo contrario. Desde comienzo de los años 1990 la barbarie se instaló como realidad permanente en la vida de la sociedad, generalizándose al conjunto del planeta, golpeando de manera cada vez más ciega y extendiéndose progresivamente a las grandes metrópolis capitalistas. Esta realidad nos situó en la entrada del capitalismo en la fase última de su decadencia: la de su descomposición acelerada. En lugar de un enfrentamiento imperialista encerrado en el corsé de hierro de los bloques imperialistas soviético y americano, se comenzó a instalar una lógica guerrera radicalmente diferente, una lógica donde cada país capitalista defendía sus propios intereses al margen de cualquier alianza estable con un Estado imperialista dominante. Caos, pérdida de control, anarquía en aumento y aceleración de la descomposición son su dramática concretización.

Debate sobre las revueltas en Francia

En El Foro Internacionalista –para acceder y darse de alta pulsar en https://espanol.groups.yahoo.com/group/Izquierdacomunista/- se ha producido un debate muy interesante sobre la naturaleza de las recientes revueltas en Francia. A partir de que un miembro del Foro ha colgado un texto del grupo trotskista CRCI, otros compañeros han respondido. El presente texto es una intervención de la CCI sobre el debate (se pueden consultar los diferentes textos).

Alza de la extrema derecha en Europa : ¿Existe hoy un peligro fascista?

LOS HECHOS recientes han venido a ilustrar el auge de los partidos de extrema derecha (los llamados "populistas") en Europa: - la inesperada presencia de Le Pen en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales francesas con 17 % de votos en la primera; - el ascenso fulgurante y espectacular de la "lista Pim Fortuyn" en Holanda (Fortuyn fue asesinado unos días antes de las elecciones; tuvo grandiosos funerales de máxima difusión que nutrieron

Islamismo: síntoma de la descomposición de las relaciones sociales capitalistas

NO ES la primera vez que el capitalismo justifica su marcha a la guerra mediante la noción de "choque de civilizaciones". En 1914, se mandó a los obreros al frente en nombre de la defensa de la "civilización" moderna contra la barbarie del knut ruso o del káiser germánico; en 1939 fue para defender la democracia contra las tinieblas del nazismo, entre 1945 y 1989 fue por la democracia contra el comunismo o, en los países "socialistas", contra el imperialismo.

Revueltas 'populares' en Argentina: Sólo la afirmación del proletariado en su terreno podrá hacer retroceder a la burguesía

Los acontecimientos en Argentina entre diciembre 2001 y febrero 2002 han despertado un fuerte interés en los elementos politizados de todo el mundo. Discusiones y reflexiones se han producido entre obreros combativos en los centros de trabajo. Algunos grupos trotskistas han hablado de "inicio de la revolución"; dentro de la Izquierda comunista, el BIPR han dedicado numerosos artículos y en una "Declaración" han afirmado que "en Argentina, los estragos causados por la crisis económica han puesto en movimiento a un proletariado fuerte y determinado en el terreno de la lucha y de la autoorganización, capaz de expresar una ruptura de clase"

La pregunta que nos hacemos es: ¿cuál ha sido la naturaleza de clase de los acontecimientos en Argentina? ¿Se trata de un movimiento donde el proletariado ha desarrollado, como dice el BIPR, su "autoorganización" y su "ruptura" con el capitalismo?. Nuestra respuesta es rotunda: NO. El proletariado en Argentina se ha visto sumergido y diluido en un movimiento de revuelta inter clasista. Ese movimiento de protesta popular, en el que se ha anegado la clase obrera, no ha expresado la fuerza del proletariado, sino su debilidad. No ha avanzado hacia su autonomía política ni hacia su autoorganización. El proletariado necesita mirar la realidad de frente, y no debe temer la verdad. Para desarrollar su conciencia y poner sus luchas a la altura de la situación histórica actual, no puede zafarse a la crítica y la reflexión a fondo sobre los errores que comete y las dificultades por las que atraviesa. Los acontecimientos en Argentina servirán al proletariado mundial - y al propio proletariado argentino cuyas capacidades de combate no se han agotado ni mucho menos - si saca una lección clara de ellos: la revuelta interclasista no debilita al poder burgués a quien debilita principalmente es al propio proletariado.

TESIS SOBRE LA DESCOMPOSICION: La descomposición, fase última de la decadencia del capitalismo

LOS ATENTADOS terroristas que han provocado más de 6000 muertos en Estados Unidos el 11 de septiembre, igual modo que la nueva guerra que se está preparando tras ellos, son una nueva ilustración trágica de la barbarie en la que se está hundiendo hoy la sociedad capitalista.

En Nueva York como por todas partes el capitalismo siembra la muerte

SABEMOS ahora que los atentados de Nueva York han causado más de 6000 muertos. Más allá de esta cantidad - espantosa ya - la destrucción del World Trade Center significa un giro en la historia cuyo alcance no podemos hoy calibrar. Es el primer ataque contra territorio estadounidense desde Pearl Harbour en 1941. El primer bombardeo de su historia en el territorio americano de Estados Unidos. El primer bombardeo de una metrópoli de un país desarrollado desde la Segunda Guerra mundial. Ha sido un indudable acto de guerra como dice la prensa. Y como todo acto de guerra ha sido un crimen abominable, un crimen cometido contra una población civil sin defensa. Como siempre, ha sido la clase obrera la principal víctima de ese acto. Secretarias, barrenderos, obreros almacenistas, oficinistas, la amplia mayoría de los muertos eran de los nuestros, de nuestra clase. Negamos todo derecho a la burguesía hipócrita y a la prensa a sus órdenes a lloriquear por los obreros asesinados. La clase dominante es responsable de ya demasiadas matanzas: la espantosa carnicería de la Primera Guerra mundial; la todavía más atroz de la Segunda, en la que por vez primera, los civiles fueron sus blancos principales. recordemos de qué ha sido capaz la burguesía: bombardeos de Londres, de Dresde y de Hamburgo, de Hiroshima y Nagasaki, millones de muertos en los campos de concentración nazis y en los gulags estalinistas. Recordemos el infierno de los bombardeos sobre poblaciones civiles, y del ejército iraquí huyendo durante la Guerra del Golfo en 1991, y sus cientos de miles de muertos. Recordemos las matanzas cotidianas, de hoy de ayer y de mañana, en Chechenia, perpetradas por la burguesía rusa con la complicidad plena de los Estados democráticos de Occidente. Recordemos la complicidad de los Estados belga, francés o norteamericano en la guerra civil en Argelia, las matanzas horribles en Ruanda. Recordemos en fin que hoy, la población afgana, aterrorizada por los inminentes bombardeos estadounidense, ha sufrido veinte años de guerra ininterrumpida, que han dejado dos millones de refugiados en Irán, dos millones más en Pakistán, más de un millón de muertos, y la mitad de la población dependiente de abastecimientos de la ONU o una ONG. Son esos solo unos cuantos ejemplos de los desmanes de una capitalismo hundido en una crisis económica sin salida, en una decadencia irremediable. Un capitalismo en el atolladero. El bombardeo no es un ataque "contra la civilización", sino, al contrario, la mismísima expresión de la "civilización" burguesa. Hoy, cínica, hipócrita, la clase dirigente de este sistema putrefacto, se planta ante nosotros, con las manos chorreando todavía la sangre de tantos obreros y desventurados asesinados bajo sus bombas, lloriqueando por unas personas de cuya muerte es ella la responsable. Las campañas actuales de las democracias occidentales contra el terrorismo son especialmente hipócritas. No solo porque la destrucción perpetrada contra poblaciones civiles por el terror estatal de esas democracias es mil veces más carnicero que el peor de los atentados (millones de muertos, citando solo las guerras de Corea o de Vietnam). No solo porque, so pretexto de combatir el terrorismo, esas mismas democracias se asocian con Rusia, entre otras potencias, de la que han denunciado en varias ocasiones los actos de guerra contra su propia población en Chechenia. No sólo porque nunca vacilaron en usar el golpe de Estado y las dictaduras más bestiales para imponer sus intereses (como Estados Unidos en Chile, por ejemplo). Son hipócritas porque ellas mismas nunca han hecho ascos al uso del arma terrorista, al sacrificio de vidas civiles, si esos métodos podían servir a sus intereses del momento. Recordemos algunos ejemplos de la historia reciente: - En los años 80, la aviación rusa derriba un Boeing de la Korean Air Lines en el espacio aéreo de la URSS; después se supo que el desvío había sido provocado por los servicios de inteligencia de EE.UU. para estudiar las reacciones rusas ante la incursión en su espacio aéreo. - Durante la guerra Irán-Iraq, EE.UU. derriba un avión de línea iraní que sobrevolaba el golfo Pérsico. Fue una advertencia al Estado iraní para que se mantuviera tranquilo y no desencadenara la guerra en los Estados del Golfo. - Mientras llevaba a cabo sus pruebas nucleares en Mururoa en el Pacífico, Francia mandó a sus servicios secretos a Nueva Zelanda a que dinamitaran y hundieran el navío "Rainbow Warrior" de Greenpeace.-Un atentado en la estación italiana de Bolonia que mató a unas cien personas en los años 70 se achacó durante mucho tiempo a las Brigadas Rojas, para acabar reconociendo que fueron los servicios secretos italianos. Estos mismos servicios estuvieron involucrados en toda la madeja mafiosa de la red Gladio instalada por EE.UU. en Europa entera y de la que se sospecha toda una serie de ataques asesinos en Bélgica. - Durante la guerra civil en Nicaragua, el gobierno Reagan organizó el transporte de armas y dinero para los guerrilleros de la "Contra". Fue una acción ilegal, ocultada al Congreso y financiada con la venta de armas a Irán (ilegal también) y el narcotráfico. - El Estado tan democrático de Israel prosigue hoy una campaña de asesinatos y atentados en territorio palestino contra dirigentes del Fatah, de Hamas y otros (1). No podemos hoy afirmar con certeza que haya sido Osama Ben Laden el responsable del ataque a las Torres Gemelas, como lo acusa el Estado norteamericano. Si esta hipótesis se confirmara, se trataría de un señor de la guerra vuelto incontrolable por sus antiguos dueños. Ben Laden no es un simple terrorista fanático ahíto de Islam. Su carrera, al contrario, se inició como eslabón de la cadena del imperialismo americano durante la guerra contra la URSS en Afganistán. Perteneciente a una pudiente familia saudí apoyada plenamente por la familia real, Ben Laden fue reclutado por la C.I.A. en Estambul en 1979: "La guerra de Afganistán acaba de estallar. Estambul es el lugar de tránsito escogido por EEUU para conducir a los voluntarios hacia la guerrilla afgana. Osama Ben Laden se convierte en intermediario financiero del tráfico de armas, financiado a partes iguales por EE.UU y Arabia Saudí, hasta 1200 millones de $ por año. En 1980, llega a Afganistán en donde permanecerá hasta la retirada de las tropas rusas en 1989. Se encarga de repartir el tesoro entre las diferentes facciones de la resistencia, función clave, eminentemente política. En aquel entonces, goza del apoyo total de los americanos y del régimen saudí, gracias a su amigo el príncipe Turki Ben Faysal, hermano del rey y jefe de los servicios secretos saudíes, y a la familia de éste. Transforma dinero "limpio" en "sucio" y después hará lo contrario" (Le Monde, 15 de septiembre). Según este diario francés, Ben Laden construyó una red de tráfico de opio junto con su amigo Gulbuddin Hekmatyar, jefe talibán apoyado también por EE.UU. Quienes ahora se tratan mutuamente de "gran Satán" o "terrorista mundial nº 1" y otras lindezas, cual si fueran enemigos irreductibles, eran ayer mismo en realidad aliados indefectibles (2).

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