Respuesta a la Communist Workers’ Organisation
sobre la guerra en la fase de decadencia del capitalismo (II)
Crisis, guerras, decadencia y tendencia decreciente de la cuota de ganancia
En la primera parte de este artículo, veíamos que contrariamente a lo que suele afirmarse, el mecanismo de la tendencia decreciente de la cuota de ganancia no es el meollo para analizar las contradicciones del económicas del sistema capitalista que Marx analizó, sino el freno que la relación salarial impone al crecimiento de la demanda final de la sociedad: “La razón última de toda verdadera crisis es siempre la pobreza y la capacidad restringida de consumo de las masas, con las que contrasta la tendencia de la producción capitalista a desarrollar las fuerzas productivas como si no tuviesen más límites que la capacidad absoluta de consumo de la sociedad” (). Esa es la consecuencia de la sumisión del mundo a la dictadura del salariado que permite a la burguesía apropiarse de un máximo de sobretrabajo. Pero entonces, nos dice Marx, ese frenesí de producción de mercancías engendrado por la explotación de los trabajadores genera un amontonamiento de productos que aumenta más rápidamente que la demanda solvente global en el conjunto de la sociedad: “Al estudiar el proceso de producción vemos que toda la tendencia, todo el esfuerzo de la producción capitalista consiste en acaparar lo más posible del sobretrabajo... en definitiva para la producción a gran escala, es decir para la producción de masas. Lo esencial de la producción capitalista implica, por tanto, una producción que no tiene en cuenta los límites del mercado” (). Esa contradicción provoca periódicamente un fenómeno desconocido hasta entones en toda la historia de la humanidad: las crisis de sobreproducción: “Una epidemia social que, en cualquier otra época, parecería absurda: la epidemia de la sobreproducción” (); “La capacidad inmensa e intermitente de expansión del sistema de fábrica, unida a su dependencia del mercado universal origina necesariamente una producción convulsa seguida de un congestión de los mercados cuya contracción lleva a la parálisis. La vida de la industria se transforma así en una serie de períodos de actividad media, de prosperidad, de sobreproducción, de crisis y de estancamiento” ().