De última hora: represión contra profesores en Oaxaca

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En la madrugada del día 14 de junio, 3 mil policías arremetieron contra un campamento-manifestación establecido en el centro de la ciudad de Oaxaca. Dicho campamento lleva instalado cerca de tres semanas, por la exigencia de los trabajadores de la educación de incremento salarial. Días antes habían llevado una manifestación con de cerca de 120 mil asistentes, y realizado cierres de carreteras y bloqueos al aeropuerto en esa ciudad. Es evidente que la movilización de los trabajadores ha sido motivada por la degradación de sus condiciones de vida, y han expresado verdadero coraje. Justamente Oaxaca es la región en la que se extienden amplias zonas depauperadas, de manera que no sólo los profesores tienen que soportar salarios míseros, sino además tienen que llevar a cabo sus labores en condiciones muy difíciles, muchas comunidades usan como edificio escolar espacios que no tienen las mínimas condiciones para parecerlo, a lo que hay que agregar la miseria y hambre de los niños que asisten a esos cursos. Sin embargo el descontento real y la combatividad expresada por los trabajadores de la educación tiende a ser saboteada por el sindicato, la misma solidaridad que sus hermanos de clase les han expresado, ha sido apagada, conduciéndolos a un aislamiento tal que facilitó la labor represiva del Estado.

Las manifestaciones masivas en la que los trabajadores buscan expresar su apoyo hacia los profesores de básico, han sido anuladas por el accionar tramposo del sindicato y el izquierdismo, en tanto evitan que los trabajadores en su encuentro en la calle puedan discutan y reflexionar en conjunto, tales manifestaciones son transformadas en simples procesiones, marchando separados, bien vigilados para que “no se contaminen”, proclamando una unidad formal, de discurso y papel, lo que falsea el significado real de la solidaridad proletaria. De la misma forma los cierres de carreteras y del aeropuerto, aunque lo presentan como “acciones contundentes” y radicales, son en realidad falsas formas de lucha que no logra fomentar la unidad de la clase, por el contrario, provoca un aislamiento y abren un flanco muy propicio para la provocación. Los mismos campamentos y plantones en los que la CNTE envuelve a los trabajadores, son formas adecuadas para desmovilizar, agotar, extender la desmoralización e impedir que los lazos solidarios de la clase se construyan, pero sobre todo ayuda a la represión.

La CNTE, que se presenta como un sindicato de base, en oposición al SNTE, repite las mismas trampas que las viejas estructuras sindicales utilizan para diluir el descontento, dan pauta, incluso, para que la disputa entre las diferentes fracciones de la burguesía (por ejemplo las estructuras priístas, ya sean las viejas representadas por el actual gobernador Ulíses Ruíz, las “disidentes” como la comandada por la cacique sindical Esther Gordillo, o bien las agrupadas en el PRD o en el gobierno federal) aproveche este terreno para usarlo como campo de batalla y desviar el descontento para presionar a alguna de estas pandillas, quedando los trabajadores en medio, como “carne de cañón”.

La ferocidad con que el Estado ha actuado no es un hecho accidental, es la expresión de su naturaleza, por eso es inútil implorar “alto a la represión”, “justicia” o la renuncia de tal o cual funcionario, la fuerza de la clase es la que debe imponer ese alto a la represión, pero para que esta fuerza tome su magnitud real, requiere ponerse al frente de su lucha, levantando siempre la defensa de sus condiciones de vida, sin permitir que el sindicato desvíe sus reivindicaciones hacia el apoyo de algún sector de la burguesía, pero sobre todo requiere extender su combate, incorporar a las amplias masas de trabajadores que sumen sus necesidades y rompan con el corporativismo que impone el sindicato. Las manifestaciones no deben de ser caravanas controladas, las tomas de calles deben ser momentos de encuentro para la reflexión y el intercambio de experiencias. De manera que si la fuerza de la clase obrera se encuentra en su manifestación masiva y consciente, debe hacerla efectiva rompiendo el sometimiento y aislamiento que ha impuesto la CNTE y buscar la discusión y la solidaridad real, la que se expresa en la lucha, de sus hermanos de clase... los trabajadores deben ser conscientes que en cada lucha se van preparando los combates decisivos que pondrán fin a este sistema de represión, miseria y explotación.

 

RM, 15-junio-2006

 

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