Enviado por Revolucion Mundial el
La burguesía en todo el mundo viene asegurando que la crisis ha sido eliminada, no obstante los ataques en contra de las condiciones de vida de los trabajadores se recrudecen. Los mismos cantos entusiastas de la burguesía filtran en sus pronósticos la amenaza y la justificación de esos ataques que vienen, por ejemplo, el FMI advierte: "El aumento del desempleo constituirá un serio reto para muchas economías avanzadas y la pobreza seguirá siendo un problema para muchas economías en desarrollo. (...) las tasas de desempleo suelen aumentar significativamente después de los shocks financieros y a mantenerse mas elevadas durante muchos años. Para limitar el alcance de la destrucción de puestos de trabajo se necesitara un crecimiento salarial mas lento o incluso recortes salariales para muchos trabajadores." (Perspectivas de la economía mundial, octubre-2009. El subrayado es nuestro).
Esta política anunciada se pondrá en práctica lo mismo en los países de mayor industrialización que en los de menor, y tanto gobiernos de derecha como de izquierda están siempre prestos a incrementar los niveles de explotación, pues es el principal instrumento con que cuentan para salvaguardar la ganancia capitalista. Los discursos de la burguesía en todo el mundo buscarán presentar a estas medidas como "medicinas amargas", que requieren el sacrificio de los asalariados para el beneficio de la economía nacional. Pero salvar la economía significa para los trabajadores olvidar su condición de explotado y suponer que los trabajadores y explotados pueden tener algún interés en común.
En México como en el mundo los ataques se recrudecen
El 2009 ha cerrado con una degradación de las condiciones de vida de los trabajadores de todo el planeta. La economía mexicana ha cerrado el año con la caída de su PIB en uno de los niveles más bajos de todo el planeta: -7.3% (según las cifras estimadas del FMI), de la misma forma su tasa de desempleo, aún cuando su medición tiene una serie de trucos estadísticos que le permite esconder la dimensión real, nos da una señal aproximada del problema cuando vemos que alcanzó un nivel superior al 6% (lo cual es significativo, si consideramos que en 1996 había alcanzado el nivel históricamente más alto, es decir del 5.5%), lo que significa que por lo menos 2.9 millones de trabajadores fueron lanzados al desempleo durante el año pasado. Esa sesgada información puede ampliarse cuando notamos que la población que labora en las peores condiciones y con ingresos muy bajos, ubicadas en el denominado "sector informal", tiene una tasa de crecimiento acelerada, que según las cifras oficiales, hizo que este año condujera a la suma de 12.1 millones de trabajadores, lo que representa el 26.8% de la Población Económicamente Activa[1].
Pero a si estos elementos señalados, le agregamos las violentas agresiones contra los trabajadores de la electricidad y el tratamiento ruin que dan a los hijos de los trabajadores en las guarderías, que condujo a la muerte de decenas de niños, ya es posible evaluar el grado de dificultades que los explotados de la región han vivido en 2009, pero la situación no mejorará en 2010, no hay el menor indicio de que estas dinámicas cambien, por el contrario empeorará.
Iniciando el año los trabajadores encontrarán que hay que pagar más impuestos en cada compra, dado que el IVA ha pasado del 15 al 16%, pero además su salario será reducido con el incremento del ISR, que pasa del 28 al 30%. Unido a estos golpes se agregan enseguida los incrementos de precios, tan sólo los ya anunciados son los referentes a la energía eléctrica, que se incrementará en 6%, el metro en la ciudad de México subirá 50% (es decir su costo será de 3 pesos), y por cada 20 litros de gasolina se pagará 1.20 pesos más y la lista se irá haciendo más larga... en cambio los salarios se han de ajustar a los ilusorios niveles inflacionarios que anuncian, es decir a 4.85%, así mismo, las dificultades por el desempleo serán mayores.
Pero reflexionar sobre las condiciones de miseria y explotación de los trabajadores no es para lamentarnos, sino para comprender que el capitalismo no puede ofrecer otra cosa y por ello es necesario echarlo abajo.
El capitalismo no ofrece ningún futuro
La degradación de la vida de los trabajadores no es una característica única o peculiar de los habitantes de países de bajo desarrollo industrial, es una condición general a la que lleva el capitalismo a todos los explotados en todos los países, por eso ante esa evidencia, la clase dominante no tiene más camino que construir ilusiones y velos para encubrir la realidad.
A principios de 2009 congresistas de México organizaron un foro "México ante la crisis, ¿qué hacer para crecer?", en el que asistieron personeros del capital de diversos países para consolarse e inventar salidas mágicas a la crisis. Por ejemplo el presidente uruguayo Julio María Sanguinetti dijo: "no hay milagros para superar las crisis financieras y económicas" pero un instrumento para lograrlo, nos dice, es "preparar a su gente y formar el capital humano necesario y prescindible para enfrentar los desafíos de un crecimiento profundamente competitivo" (La jornada, 28-01-09). Desde los años 60 la burguesía ha construido el concepto de "capital humano" para explicar a "la educación y la formación como inversión que realizan individuos racionales, con el fin de incrementar su eficiencia productiva y sus ingresos..." (André Destinobles, El capital humano en las teorías del crecimiento)... Pero los discursos de los voceros del capital y las categorías de la "ciencia económica" no son sino expresiones huecas muy alejadas de la realidad.
Mientras aseguran que una prevención a la crisis es la preparación individual de las nuevas generaciones, la realidad muestra que esa joven generación es la que carga lo más pesado de la crisis ya que una masa cada vez mayor de jóvenes son alejados de la posibilidad de contar con estudios universitarios, y otra parte de ellos que se han esforzado en prepararse viven la tragedia de no contar con empleo o aquellos que lo obtienen es de una condición muy precaria. Justamente esa realidad ha llevado a que sociólogos españoles para definir a los jóvenes con alta capacitación pero sin empleo los definan como la "generación cero" y antes le llamaron los JASP (jóvenes, aunque sobradamente preparados). Es evidente que esos conceptos describen un problema pero no pueden explicar que es un fenómeno producto de la decadencia capitalista que expone las profundas y crónicas dificultades que tiene el sistema para dar un relanzamiento creciente y continuo a la acumulación de capital, llegando al grado de impedir que grandes capas de proletarios puedan tener la posibilidad de vender su fuerza de trabajo.
Por eso, el capitalismo es un sistema que no puede ofrecer ningún futuro a la humanidad, mientras este mantenga su dominio los trabajadores sólo pueden esperar más miseria, desempleo, guerras y hambrunas.
Tatlin/diciembre-2009
[1] Se define como PEA a las personas entre 14 y 65 años, que tiene capacidad para laborar. En México la PEA la forman 45.2 millones de Hombres y mujeres, la cual muestra un crecimiento anual de 1.2 millones de personas, que representan jóvenes demandantes de trabajo.