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Acción Proletaria nº 174, 15 Enero - 15 Marzo

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25 años de constitución, 25 años de engaño democrático

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En el año 2003 se ha cumplido el 25 aniversario de la Constitución española. En un ambiente de precampaña electoral, y con el referéndum sobre el plan Ibarretxe pendiente, se ha desencadenado una ofensiva ideológica que pretende implicar a la clase obrera en la defensa de la constitución como garantía de “la unidad de España” y de la “convivencia democrática”.

El capitalismo se hunde en una crisis sin salida, y frente a la preocupación que se desarrolla en las filas obreras sobre el futuro que nos depara, sobre la degradación de la cohesión social, sobre el paro, sobre las pensiones, etc, nos llaman a que reflexionemos, discutamos y nos pronunciemos sobre si sería conveniente o no modificar la Constitución para mantener sus “valores” y “conquistas”; a que comprobemos si se cumplen o no los “derechos” y las “garantías” de “los ciudadanos”.

Pero contra la disminución de los salarios y las pensiones, contra el paro, la Constitución no es un arma de la clase obrera para defenderse de la degradación de sus condiciones de vida que le impone el capital en crisis, ni para plantear una alternativa. La única vía es su lucha histórica y su conciencia. Y la Constitución impone frente a la lucha de clase del proletariado, la unida nacional, el sometimiento a los intereses globales del capital nacional, y por tanto, la explotación y los sacrificios en nombre de la economía nacional. La única unidad que garantiza la constitución es la unidad de la burguesía contra el proletariado.

Frente al nacionalismo y la xenofobia, la alternativa para el proletariado no es ni la “unidad patria” ni el federalismo, sino el internacionalismo.

La constitución y el Estado democrático son la hoja de parra tras la que se esconde la dominación de clase de la burguesía, la dictadura del capital, y por eso tampoco pueden garantizar la conciencia del proletariado, sino su división y su confusión tras los cantos de sirena de las “libertades” y las “conquistas”.

Como ya denunciamos en el periodo de los años 70, apoyándose en las ilusiones democráticas del proletariado en España, la burguesía opuso al desarrollo de las luchas el engaño de las “reivindicaciones  democráticas”. La constitución del 78, como planteamos entonces, no se implantó como una “conquista” del desarrollo de las luchas obreras, sino contra ellas. Junto con los Pactos de la Moncloa, el Estatuto de los trabajadores, y todo el marco de legislación “democrática” constituyó el esqueleto de la contraofensiva de la burguesía en España contra el proletariado.

25 años después nos sirven, con diferente salsa (pues esta vez es la derecha la que defiende con uñas y dientes la salvaguarda de la constitución; mientras que la izquierda propone reformarla) el mismo plato envenenado.

Publicamos a continuación una hoja que editamos en Octubre de 1978, para denunciar esa patraña y que 25 años después, en lo substancial, ha mostrado su validez.

¿PARA QUE NOS SIRVE LA CONSTITUCION?

Televisión, prensa, partidos, sindicatos, ministros, no hablan de otra cosa: el día 6 de Diciembre vamos a votar la Constitución. Una gigantesca campaña de propaganda quiere convencernos de que, a cambio del voto, tendremos libertades y leyes justas.

Ante tanta propaganda, los trabajadores debemos preguntarnos: ¿Porqué tienen tanto interés en que votemos? ¿Nos ayudará la Constitución a resolver el paro, la inflación y los mil problemas de la vida diaria que estamos sufriendo?

Queremos contribuir a la toma de conciencia de los trabajadores sobre qué es la Constitución y a quien sirve.

Derechos muchos, hechos ninguno

El artículo 15 de la Constitución nos promete: «Todos tienen derecho a la vida». Pero la realidad es que, según estadísticas oficiales, un obrero muere cada 4 horas por accidente laboral. Y no hablemos de los muertos y heridos causados por la policía antes y después de la democracia contra las luchas obreras.

El artículo 21 reconoce «el derecho de reunión pacífica y sin armas». Pero los obreros de los cientos de asambleas y manifestaciones disueltas por la policía saben perfectamente que ese artículo no es mas que palabrería. Solo se reconoce el «derecho» a mítines sindicales y a manifestaciones-procesión que no sirven para nada a la lucha obrera.

El artículo 35 promete: «todos los españoles tienen el derecho y el deber al trabajo». MILLON Y MEDIO de parados y cientos de miles de compañeros que están con los dos pies en la calle saben muy bien que eso son cuentos chinos.

El artículo 41 proclama: «Los poderes públicos mantendrán un régimen público de Seguridad Social para todos los ciudadanos, que garantice la asistencia y prestaciones suficientes ante situaciones de necesidad, especialmente en caso de desempleo». ¡Que se lo pregunten a los parados cuyo subsidio medio es de 16-20 mil pesetas mes y que solo el 39,9% lo cobran! En cuanto a la asistencia médica del Seguro ¡Mejor no hablar!

El artículo 47 dice: «Todos los españoles tienen derecho a una vivienda digna y adecuada». Pero MEDIO MILLON de familias viven en chabolas y el 62,5% de las viviendas tienen menos de 60 metros cuadrados, o sea, que más que viviendas son latas de sardinas.

Podríamos seguir artículo por artículo y llegaríamos siempre a lo mismo: derechos muchos,  hechos ninguno. Y ¿Por qué este abismo entre las promesas y las realidades?

La historia demuestra que la clase capitalista nos ha llenado siempre de derechos y libertades pero, al mismo tiempo, nos ha explotado salvajemente y nos ha condenado a guerras, miseria, represión... Nuestra situación no se arreglará jamás con leyes o Constituciones, porque nuestros males están en el régimen de producción capitalista: este se basa en nuestra explotación, la burguesía vive de nuestro trabajo y cuanto más nos explota más ganancia saca. Sus negocios se levantan sobre nuestra miseria. Cada vez que el capitalismo, por sus propias leyes de funcionamiento, entra en crisis, los que pagamos el pato somos siempre los trabajadores.

Desde principios de este siglo, el capitalismo se ha metido en una CRISIS MORTAL, lo cual ha significado para los obreros mil calamidades: paro, planes de austeridad, guerras imperialistas... Esos males no los arregla ni los arreglará jamás el Estado burgués con toda su cantinela de derechos, Constituciones y programas sociales. Todo eso no es más que falsas promesas para ocultarnos que vivimos en una sociedad hundida cada vez más en la barbarie y hacernos olvidar que solo nuestra lucha de clase es el único camino posible para defender nuestros intereses.

Por eso, a la vez que denunciamos a los partidos del SÍ (Alianza Popular, UCD, PC, PSOE, ORT, PT), que quieren hacernos creer que con esta Constitución todo se arreglará, denunciamos a los del NO y la abstención, que nos dicen que sería precisa otra Constitución con «más derechos» o «más popular y democrática». Estas ideas, que propugnan MC, LCR, etc., quieren crearnos ilusiones sobre las posibilidades del Estado para darnos una mejor situación y hacernos olvidar la verdadera raíz de nuestros problemas. Denunciamos igualmente la demagogia de Fuerza Nueva que dice que «con Franco vivíamos mejor». Bajo Franco y bajo la «democracia» hemos sufrido igualmente la explotación capitalista, con sus calamidades de crisis, miseria, terror, etc.

Ningún gobierno burgués, sea azul o «rojo», ningún derecho democrático, ninguna Constitución, podrá arreglar unos problemas que tienen su raíz en la explotación a que nos somete el capitalismo. En Francia, Estados Unidos o Rusia, tienen Constituciones, a cual más «democrática» o más «favorable al trabajador», pero la situación de la clase obrera es igual que aquí: el paro no para de crecer, la inflación devora los salarios, despidos y cárceles castigan toda protesta... La historia habla de la misma manera; en 1931 la burguesía española estableció una Constitución que en su primer artículo decía: «España es una República de trabajadores». La tal «República de trabajadores» asesinó a cientos de obreros en Casas Viejas, Sevilla, Alto Llobregat, Asturias, y encarceló a miles de ellos por defender sus condiciones de vida.

Una falsa solución para nuestros problemas

¿Por qué nos regalan tantos derechos y libertades? ¿Por qué tienen tanto interés en que votemos?

-         Porqué la Constitución está ahí para hacernos creer que tenemos en el Estado partidos «obreros» (PC, PSOE) que nos representan, sindicatos que nos defienden, autoridades que nos escuchan y cauces legales a nuestro favor. Y todo eso no es sino un falso camino que solo sirve para dividirnos y desmoralizarnos. Mil veces hemos podido ver que las peticiones a parlamentarios, las manifestaciones-procesión, los paros simbólicos, los trámites legales, etc. Sólo sirven para cansarnos y hacer nos desistir de nuestras reivindicaciones.

-         Porqué la Constitución sirve para hacernos creer que todos somos iguales, que todos tenemos un interés nacional común y hacernos olvidar el antagonismo irreconciliable que existe entre nosotros y el capital. Busca disolver nuestra unidad de clase y hacernos fraternizar con patronos, policías, etc., cuyos intereses son contrarios a los nuestros. Busca hacernos confiar en empresarios, políticos, autoridades... para hacernos bajar la guardia y así pegarnos la puñalada cuando quieran. Busca hacernos olvidar un viejo principio del movimiento obrero: EN LA SOCIEDAD CAPITALISTA, EL PROLETARIADO NO TIENE MAS QUE FALSOS AMIGOS Y ENEMIGOS DECLARADOS.

Y es que la burguesía, para defender la explotación y aplastar nuestras luchas, tiene dos armas: LA REPRESIÓN Y EL ENGAÑO. Las mentiras, las promesas, las ilusiones, o sea: EL ENGAÑO, le sirven para desunirnos y desarmarnos, y así entregarnos como fruta madura a la represión. La Constitución, los partidos «obreros» y los sindicatos, están ahí para reforzar la represión y formar con ella la barricada que la burguesía nos opone.

¡Solo la lucha nos da fuerza!

El capital está en crisis, no sólo en España, sino en todo el mundo. No va hacia «un futuro mejor» sino hacia una catástrofe de paro, austeridad y guerras. Quienes vamos a pagar los platos rotos somos y seremos los trabajadores.

Defendernos y luchar es para nosotros cuestión de vida o muerte. Para ello no sirven ni la Constitución ni los diputados «obreros». Eso son engaños que el capital pone para impedirnos nuestro único camino: la LUCHA DE CLASES (la huelga, la autoorganización en asambleas y delegados, la unidad de clase, la resistencia a muerte contra todas las agresiones del capital, no aceptar los pactos y planes de austeridad...)

Dicen que la LUCHA DE CLASES es una utopía. Pero no es verdad: en 1976 miles de huelgas obreras recorrieron España haciendo temblar al capital. A pesar de sus fallos nos defendieron, aunque por poco tiempo, contra la inflación y otros males. Pero no solo es España: desde 1960 las luchas obreras se han extendido a todos los países, lo cual nos demuestra que es posible la UNIDAD MUNDIAL DEL PROLETARIADO, la cual le dará una fuerza invencible. Ahora mismo hay fuertes huelgas en Inglaterra, Italia, Francia, Irán, Perú, etc., que demuestran que la RESISTENCIA OBRERA sigue viva. Es la misma crisis general del capitalismo, que amenaza sumir a la humanidad en un mar de calamidades, la que nos obliga a luchar, a defendernos y avanzar hacia la REVOLUCION COMUNISTA que salve la humanidad de la barbarie capitalista.

Alternativas

La clase obrera no puede caer en el juego del Sí, el No, o la abstención a la Constitución. El referéndum está trucado pues nos pide el voto para ALGO QUE YA HA SIDO DECIDIDO DE ANTEMANO POR TODAS LAS FUERZAS DE LA BURGUESIA. No es en el terreno del voto donde defenderemos nuestros intereses, sino en el terreno de la LUCHA DE CLASES ¡Ese es nuestro único camino y debemos perfeccionarlo día a día, lucha a lucha, hasta la victoria final.

¡LA EMNANCIPACION DE LOS TRABAJADORES SERA OBRA DE LOS PROPIOS TRABAJADORES!

Corriente Comunista Internacional, Suplemento de Acción Proletaria.

Octubre 1978

 

 

 

 

Situación nacional: 

  • España [1]

Herencia de la Izquierda Comunista: 

  • El engaño del parlamentarismo [2]

Balance del Círculo Obrero de Barcelona

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Presentamos a continuación el balance de su actividad que nos ha hecho llegar el círculo obrero de Barcelona. La lectura de dicho balance muestra de forma elocuente el trabajo de discusión y clarificación sobre los problemas fundamentales del movimiento obrero y la humanidad que han realizado los compañeros de una forma seria y exhaustiva.

El proceso de toma de conciencia del proletariado es un proceso mundial e histórico que tiene una serie de canales relacionados entre si y que se influyen mutuamente: las organizaciones comunistas constituyen el medio más sistemático, coherente y avanzado. Pero ellas no constituyen el único lugar del proceso de toma de conciencia. Las luchas aportan valiosas experiencias que permiten la clarificación de las posiciones comunistas y contribuyen a su extensión en el seno de la clase. También, elementos de la clase se reúnen en círculos de discusión donde clarifican los problemas más importantes y se van delimitando contra las posiciones de la burguesía y en dirección hacia las del proletariado. Esa es la labor que han realizado los compañeros, que han sido capaces de llegar a conclusiones militantes: plantean la necesidad de continuar la intervención en las luchas y los esfuerzos de conciencia de la clase, y por tanto, se proponen claramente continuar con su propio desarrollo político.

Pero al mismo tiempo los compañeros son capaces de ver los límites de los círculos de discusión: estos son un medio temporal para alcanzar el fin de la clarificación y la intervención sistemática y organizada sobre una base histórica y mundial. Y esto no se puede realizar desde los círculos de discusión que cumplen un papel transitorio, por eso los compañeros han sido capaces de darle un fin al círculo y de sacar la conclusión más consecuente: « hay que profundizar más en la perspectiva de una mayor implicación en las posiciones de clase pero ya en el marco de las organizaciones revolucionarias en la perspectiva de la militancia», como ellos mismo señalan. Únicamente las organizaciones políticas pertenecientes a la corriente histórica de la Izquierda Comunista pueden ofrecer el marco adecuado y fructífero para contribuir a las luchas de la clase, al desarrollo de su conciencia y al avance hacia la formación del partido mundial del proletariado. La Izquierda Comunista es la corriente que supo luchar contra la degeneración de la Internacional Comunista y el paso de los partidos comunistas al campo del capital, que sacó lecciones de la derrota de la revolución de Octubre y la terrible contrarrevolución capitalista que se abatió contra el proletariado en los años 20 y 30, y que mantuvo viva la continuidad histórica de las posiciones de clase comprendiendo los procesos que se han venido operando desde entonces en el capitalismo y en la clase obrera.

El esfuerzo de las generaciones actuales de minorías revolucionarias que hoy está segregando la clase obrera no puede hacerse partiendo de cero, creyendo que se está descubriendo por primera vez el mundo y pretendiendo elaborar desde las experiencias particulares del momento actual un conjunto de posiciones. Eso llevaría al despilfarro de esas energías revolucionarias, a su disgregación y esterilización, con las consecuencias nefastas que tendría para la lucha de la clase obrera y para el futuro de la humanidad cada vez más amenazado por la barbarie creciente del capitalismo. Es necesario integrar ese esfuerzo de toma de conciencia en el marco sólido de la continuidad histórica de las posiciones de clase del proletariado que defienden las organizaciones de la Izquierda Comunista. El proletariado no es una clase inmediata que reacciona como el perro de Pavlov ante los impulsos que le provocan las convulsiones del capitalismo, el proletariado es una clase histórica y mundial capaz de integrar las experiencias de cada época en el marco de su continuidad histórica y mundial. Y ello es lo único que puede darle la claridad y la fuerza para comprender sus derrotas, sus dificultades, sus errores, de tal forma que generen la conciencia, la unidad y la voluntad capaz de enfrentarse con el capitalismo y destruirlo.

Por eso sostenemos el llamamiento que realizan los compañeros: «Animamos a las nuevas generaciones de obreros a la constitución de círculos como este. Estamos dispuestos a trabajar con ellos lo mismo que seguiremos trabajando al lado de las organizaciones revolucionarias». Formar círculos de discusión con el método y la orientación que han desgajado los compañeros de Barcelona, ES NECESARIO Y POSIBLE.

Por último, queremos denunciar a la llamada FICCI que en el número 22 de su boletín dedican unos comentarios insultantes al Círculo de Barcelona. Estos señores que se dedican a hacer de soplones y provocadores (Ver APs nº 168 y 172), continúan su labor atacando y provocando a elementos obreros que hacen un esfuerzo de clarificación. Así del Círculo de Barcelona dicen: «es sintomático que este ‘círculo de discusión’ familiar se haga conocer internacionalmente justamente sobre ese sujeto[1]. ¡Y con qué arrogancia! Pero sin duda no tienen nada que decir sobre las cuestiones políticas generales».

El Balance que publicamos a continuación desmiente rotundamente las insinuaciones de la FICCI. Los compañeros han hecho un estudio exhaustivo sobre “las cuestiones políticas generales”. Por otra parte, los lectores pueden ver el comunicado de Acción Proletaria nº 173 para comprobar la prudencia y la seriedad de la toma de posición del círculo lo que desmiente la “arrogancia” que les atribuye la FICCI. ¡La FICCI solo existe para destruir, atacar, provocar, denunciar, todos los esfuerzos que hace la clase obrera!.

BALANCE DEL CIRCULO OBRERO DE BARCELONA

A lo largo de los últimos 4 años nos hemos estado reuniendo con regularidad casi mensual en Barcelona un grupo de trabajadores a raíz de nuestra participación en unas jornadas sobre la guerra de Bosnia convocadas por la CCI, y en cierta manera impulsados por la mayor claridad política de esta organización, decidimos formar un grupo de discusión que permitiera seguir profundizando las posiciones históricas del movimiento obrero y entre ellas las de la Izquierda Comunista. El grupo, como decidimos desde el principio, ha estado abierto a todos aquellos que estuviesen dispuestos a discutir cuestiones que atañen al marxismo, la lucha de clases, la historia del movimiento obrero, la perspectiva comunista… El grupo que llegó a contar hasta 8 compañeros y quedó reducido al final a 4, contó siempre con la presencia de la CCI que colaboró con nosotros en la preparación de los temas y en la discusión.

Desde luego ha sido fundamental la regularidad, el rigor, la seriedad de las discusiones y la responsabilidad de los compañeros para prepararlas. Durante todo este tiempo hemos venido analizando tanto la historia del movimiento obrero (periodo ascendente del capitalismo) como las luchas actuales de nuestra clase en el actual periodo histórico (decadencia y descomposición).

Hemos tratado lo más profundamente posible temas y cuestiones tan fundamentales de conocer y comprender para la clase obrera como:

¿Qué significa el marxismo para la clase obrera? El método marxista de análisis: teoría y práctica

El Estado (incluida la cuestión del Estado en el Periodo de Transición), el parlamentarismo, la cuestión sindical, la cuestión nacional y el imperialismo

Revolución proletaria en Rusia. La Tercera Internacional. Derrota del proletariado en Alemania. Derrota de la Revolución de Octubre. La degeneración de la Internacional Comunista

El Estalinismo. Las Izquierdas Comunistas

Lucha reivindicativa y lucha política.

La organización política de la clase obrera. La cuestión del Partido: la relación partido –clase. La cuestión organizativa en el Segundo Congreso del POSDR. El Uno paso adelante, dos atrás de Lenin.

Los periodos históricos del capitalismo

Las dificultades que tiene hoy la clase obrera para constituirse en clase para si y retomar su programa histórico y formar el partido mundial del proletariado; y las mistificaciones pequeño burguesas a que se ve sometido el proletariado en este periodo. A lo cual cooperan toda clase de movimientos interclasistas con la difusión de ideologías como la antiglobalización, el ecologismo… apoyados de todo tipo de fracciones y grupos de la Izquierda del Capital que como ellos intentan desviar al proletariado y las minorías revolucionarias o los elementos en búsqueda de las posiciones de clase del proletariado.

Estos encuentros, a quienes hemos trabajado en ellos, nos han ido formando no sólo en el conocimiento y comprensión de la historia de la clase obrera, con sus avances, sus derrotas y su toma de conciencia de clase histórica explotada y revolucionaria; sino también a conocer la necesidad de luchar contra el Estado burgués y sus aliados: sindicatos, partidos de la Izquierda del Capital, y las ideologías que destilan: nacionalismo, reformismo, sindicalismo, parlamentarismo, pacifismo, estalinismo = comunismo… Hemos llegado a la conclusión después de varios años de discusión que sólo la clase obrera puede acabar con el sistema capitalista, que el objetivo final de sus combates no es obtener victorias parciales, mejoras salariales inmediatas… sino que sin dejar de luchar por estas, el objetivo final de sus combates es la destrucción del capitalismo por medio de la insurrección proletaria y la revolución mundial que abra la perspectiva, a través de un periodo de transición, de la sociedad comunista.

Los compañeros del círculo hemos llegado a la conclusión de que el círculo se nos queda corto para seguir el desarrollo político, que hay que profundizar más en la perspectiva de una mayor implicación en las posiciones de clase pero ya en el marco de las organizaciones revolucionarias en la perspectiva de la militancia.

El círculo ha cumplido la función que nos dimos para la formación colectiva hasta un cierto nivel. Sabíamos desde que lo formamos que tendría una vida. Hoy hemos decidido darle fin.

Animamos a las nuevas generaciones de obreros a la constitución de círculos como este. Estamos dispuestos a trabajar con ellos lo mismo que seguiremos trabajando al lado de las organizaciones revolucionarias.

Barcelona 7.11.2003

[1] Se refiere al comunicado que el círculo de Barcelona emitió – y que publicamos en Acción Proletaria nº 173- sobre el comportamiento intolerable de soplones y provocadores de los señores de la FICCI.

 

 

 

Herencia de la Izquierda Comunista: 

  • La conciencia de clase [3]

Foro Social Europeo: La anti-globalización es una ideología de la burguesía

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Tras Porto Alegre en enero de 2001, Florencia en noviembre de 2002 y Larzac el pasado verano; otro espectáculo “antiglobalizador”, un nuevo show del “otro mundo es posible” ha vuelto a agotar las localidades. Esta vez ha sido en las ciudades francesas de París, Ivry, Bobigny y Sant-Denis los días12 a 15 de noviembre de 2003 con ocasión de la segunda edición del Foro Social Europeo (FSE). Cerca de 50 mil personas, venidas de todos los rincones de Europa, han pasado por los centenares de “debates” programados para esos días. La traca final del Forum la puso el 15 de Noviembre una manifestación que reunió 80.000 personas. Con semejante balance se podría decir que el movimiento antiglobalización (o “altermundialismo”, como se dice ahora) va viento en popa. Y esto no incomoda a la burguesía, sino todo lo contrario. Al fin y al cabo ella es quien patrocina el espectáculo.

Desde sus orígenes en el Foro Social Mundial (FSM) de Porto Alegre, la clase dominante ha aparecido como el principal “sponsor” de la antiglobalización. Al diario Le Monde Diplomatique y a la asociación ATTAC, emblemas de este movimiento, les fueron concedidos en enero de 2002 por el ministerio francés de Asuntos Exteriores 80.000 euros para contribuir a la organización del 2º FSM  Foro Social Mundial en Brasil. Igualmente, en Larzac, hace unos meses, el Consejo regional de Midi-Pyrénées contribuyó con la generosa cifra de 50.000 euros a esa causa. Respecto al FSE de noviembre en París lo menos que se puede decir es que la burguesía francesa no ha escatimado medios. Matignon ha bendecido la cita altermundialista” con medio millón de euros. Los Consejos Generales de Seine-Saint-Denis, de Val de Marne y de la Essonne han “aflojado” más de 600.000 euros. Por último el ayuntamiento de París ha puesto sobre la mesa un millón de euros y el de Saint-Denis, 570.000 euros. Y todo eso sin contar la enormidad de medios  logísticos puestos graciosamente a disposición de la organización: salas  municipales, teatros, bibliotecas, gimnasios e incluso ¡locales de la Prefectura! “El esfuerzo financiero y logístico asumido por el Consejo de París, las alcaldías de distrito y los servicios municipales (disponibilidad de un lugar para la organización de este evento, subvención para el acondicionamiento de la zona de la Villette, apertura de espacios de reunión y de albergue…) ilustra, creo yo, una voluntad que está a la altura de las exigencias de esta reunión” (Bertrand Delanöe).

La implicación de la burguesía en el movimiento antiglobalización es tan escandalosamente patente que  los alcaldes de las ciudades de acogida, sean del PCF o del PS ( París), han tenido el honor de pronunciar  los discursos de apertura del FSE el 12 de Noviembre, mostrando que ellos llevaban la voz cantante. No resulta sorprendente pues la importante presencia de fuerzas burguesas de encuadramiento de la clase obrera, tales como sindicatos, partidos de izquierda y de extrema izquierda del capital, en el seno de este Foro. Efectivamente, numerosos sindicatos como la CGT, FO, CFDT, CFTC, el G10Solidarios - del que forma parte el SUD -, la FSU…, así como el IGMetall alemán, la CUT brasileña, etc., todos ellos reputados maestros del sabotaje de la lucha de clases y de las técnicas de mistificación de la clase obrera, no sólo figuraban como los principales animadores de muchos debates, sino que algunos de ellos eran  incluso co-organizadores del Forum SE. ¡Qué más puede decirse!

Lo mismo puede decirse de los partidos burgueses a los que hipócritamente les estaba vetada la participación, pero que estuvieron presentes e intervinieron cuanto quisieron, agazapados tras las  asociaciones, fundaciones o periódicos que están bajo su control. Por ejemplo, el PS aprovechó el Movimiento de Jóvenes Socialistas, la Federación nacional Léo Legrange o la Fundación Jean Jaurès como portavoces. El mismo PCF estuvo particularmente presente en los debates por medio de su periódico L´Humanité y su fundación Espace Karl Marx. La LCR tenía también cabida en el Forum por medio de su semanario Rouge (que mientras duró el FSE se convirtió en diario y se distribuyó gratuitamente), y sus Juventudes Comunistas Revolucionarias.

Esta es la verdadera cara de los animadores y los organizadores de la antiglobalización. He aquí lo que se oculta en esa pretendida “escena política renovada”, esas “nuevas alternativas”: toda la vieja quincalla burguesa de los sindicatos y la social-democracia, pasando por el trotskismo y otros componentes del izquierdismo.

La globalización: una mistificación para enmascarar la crisis del capitalismo

Pero ¿por qué la burguesía gasta tanto dinero y despliega tal cantidad de medios y energías para animar un movimiento que repite de mil maneras que otro (incluso otros) mundo es posible y necesario porque éste no anda bien? ¿Acaso se le han cruzado los cables a la clase dominante? ¡Seguro que no! Si no cabe duda de que ha sido ella quien creó y quien financia, organiza y da gran publicidad a este movimiento antiglobalización, es por que ese ambiente verbenero de “cambio radical” esconde en realidad una poderosa arma de mistificación contra la clase obrera.

El fracaso del capitalismo no sólo se evidencia en el desarrollo de la barbarie guerrera en los cuatro puntos cardinales del globo, sino también en la irresoluble crisis económica que se agrava cada vez más y de la que derivan violentos ataques contra el proletariado. Los recientes hachazos a las pensiones y a las prestaciones sanitarias en Francia, Alemania, USA,... así lo atestigua. Todo ello hace surgir inevitablemente una inquietud por el futuro que nos puede deparar el capitalismo. Por eso la clase dominante necesita imperativamente cortar cuanto antes esa reflexión. Y es justamente para eso para lo que les sirve la antiglobalización. La propia “disposición” del FSE (cuatro sedes diferentes para que los desplazamientos de uno a otro sean un auténtico quebradero de cabeza, dispersión de las salas de reunión de una punta a otra de las ciudades convertidas en un auténtico laberinto) estaba especialmente “diseñada” para poner trabas al encuentro y a la discusión al margen de los “debates” oficiales. “Debates” que, dicho sea de paso, estuvieron completamente “prefabricados” para reservar las intervenciones orales a los “expertos” (filósofos, periodistas, sindicalistas…) que se alternaban como “moderadores” u “oradores”, mientras al público se le relegaba a ser mero espectador destinatario del lavado de cerebro.

“Otro mundo es posible”… “Si. Pero ¿qué mundo?” Esta es la cuestión común y convenida que se formula a la antiglobalización, y que se repetía una y otra vez, en los periódicos, los “platós” de televisión, etc., pues eso permite que los “líderes” de este movimiento como Bernard Cassen de ATTAC,  o José Bové de la Confederación Campesina, expliquen y justifiquen por qué la antiglobalización no postula ninguna perspectiva precisa. “Nos lo estamos pensando” vienen a decir estos personajes. Y por ello el cometido de encuentros como el FSE sería el de obrar como un gigantesco “laboratorio de ideas” en el que definir los contornos de ese “otro mundo” o, más ambiguamente aún, “esos posibles mundos”.

Pero si la antiglobalización se mantiene en ese limbo y reivindica además tal indefinición es porque no conlleva ninguna alternativa al capitalismo y sí, en cambio, un verdadero callejón sin salida para la clase obrera.

“¡Contra la globalización liberal, hay que actuar AQUÍ y AHORA por una nueva lógica económica y social!” (panfleto del Movimiento Republicano y Ciudadano). He ahí el arquetipo de las propuestas “altermundialistas” que nos han estado machacando por todos lados a lo largo del FSE. Si el mundo va mal, buena gente, es debido a esas malditas multinacionales sin escrúpulos, esencia del “neoliberalismo”, y ávidas de beneficios. O sea el clásico y rancio discurso izquierdista consistente en clamar contra los malos patronos “que organizan el sistema para su propio beneficio”, pero que en realidad salva la cara del sistema capitalista, ya que no sería necesario barrer el capitalismo de la faz de la tierra, sino simplemente trocar su “lógica neoliberal” por una lógica más “humana”.

¡Claro! ¿Cómo no lo habremos pensado antes de todas esas crisis y todas esas guerras que han asolado y asolan aun hoy la especie humana? Las desvergonzadas mentiras de la burguesía rozan a veces el ridículo.

“El proceso de producción capitalista está determinado por el beneficio. Para el capitalista, la producción sólo tiene finalidad y razón de ser cuando obtiene de ella, un año tras otro, un beneficio neto’…Pero la ley fundamental de la producción capitalista, la que la distingue de las demás formas económicas basadas en la explotación, no es solamente la obtención de ganancias tangibles en oro constante y sonante, sino la obtención de ganancias en una ‘progresión cada vez mayor’”. (Rosa Luxemburgo, “La acumulación del Capital. El problema en cuestión”. Cuadernos de P y P nº 51).

“El crecimiento del capital en sí mismo aparece como principio y fin, como finalidad en sí mismo y sentido de toda la producción…La producción por el beneficio y no por los hombres se convierte en ley para todo el planeta; y el subconsumo, la inseguridad de poder consumir, y por momentos, el no-consumo de la inmensa mayoría de la humanidad, se convierta en la regla”. (Rosa Luxemburgo, “Introducción a la Economía Política. Las tendencias de la economía capitalista”. Cuadernos de P y P nº 35.

Es esta ley de bronce, esta implacable lógica fundamento de la naturaleza del capitalismo, es la pretenden escamotearnos los antiglobalizadores para justificar su ideología reformista o sea la ilusión de un capitalismo con rostro humano.

La burguesía tiene suficiente experiencia en materia de mistificación para saber que en las viejas ollas es donde se cuecen los mejores guisos. Y el potaje antiglobalizador que le ofrece hoy al proletariado, pese a apariencia “novedosa”, tiene el regusto de ese viejo puchero que es el reformismo.

Querernos hacer creer que sería posible una gestión “diferente” y “humana” del capitalismo es la mayor estafa de las perpetradas por este movimiento que se califica a sí mismo como “lleno de esperanza”, pero que en realidad no persigue otro objetivo que impedir que la clase obrera llegue la conclusión de que el capitalismo se halla en una situación de bancarrota histórica irreversible, que sólo puede “ofrecer” miseria y barbarie, ya desde su entrada en su periodo de decadencia a comienzos del siglo XX.

La contribución de los anarquistas al engaño de la globalización

A la clase dominante se le plantea sin embargo un problema: ¿Qué hacer con quienes no se dejan seducir, o los que se muestran insatisfechos con un FSE tan netamente reformista? ¿Qué hacer con los que se muestran reticentes a esta descomunal mascarada de inspiración estalinista en la que todos los “debates” estaban previamente preprogramados? No pasa nada. Los “altermundialistas” lo tenían todo previsto, incluso la organización de un “contra-foro”, el llamado Foro Social Libertario (FSL) que celebró al mismo tiempo en Saint-Ouen.

“Los libertarios proponen reivindicaciones inmediatas de ruptura con el capitalismo”. Reclaman, “no una reforma de la economía capitalista sino su abolición”, contrariamente al FSE que “no pone en cuestión la economía de mercado” (página Internet de presentación del FSL).

Así pues el FSL, animado por las organizaciones oficiales del anarquismo (CNT, Alternativa Libertaria, Federación Anarquista, OCL,..), se presentaba y se promocionaba utilizando un vocabulario copiado del de los revolucionarios. Pero dejémoslo claro, no se trata más que de un escaparate para atraer a los elementos a los elementos más reticentes o que buscan una perspectiva de ruptura, y acabar encarrilándolos al regazo reformista de la antiglobalización. Como prueba de ello veamos los asuntos discutidos y las propuestas realizadas por el FSL “para intentar construir alternativas”: “el acceso de todos a la cultura”,  “una educación igualitaria para todos” o “un mejor reparto de las riquezas”, o sea temas calcados de los programados por el FSE y que son expresión de puro y simple reformismo.

Y ello sin hablar de la ideología autogestionaria a la que tan apegados están los anarquistas y que ha sido retomada por la antiglobalización en su conjunto con la famosa consigna de la “democracia participativa”. Una peligrosa ideología que incita a los obreros a organizar su propia explotación en las fábricas o que lleva a las poblaciones a gestionar directamente la miseria sin que jamás puedan solucionarla, como en el caso de Porto Alegre.

No sorprende pues que los libertarios se sumaran al cortejo de la manifestación del 15 de noviembre, o que Alternativa Libertaria animara un debate en el seno de la FSE sobre la “actualidad de la autogestión”, ni que el Foro de Saint-Ouen estuviese previsto en el mismo marco que el FSE. En efecto, en la página  web del FSE y en su rúbrica “En torno al FSE”, se encontraban todas las informaciones concernientes al “contra-foro anarquista”. El anarquismo oficial es pues una componente cien por cien de la antiglobalización. Un eslabón de la cadena en la que tiene una función clave: hacer de enganche para llevar a los elementos más críticos y más rebotados ante la barbarie del mundo capitalista a la trampa reformista de los “altermundialistas”.

La revolución proletaria es la única solución a la crisis del capitalismo

“Otro mundo es posible…pero, sobre todo, que no sea el comunismo”. He ahí el “leit motiv” del  movimiento antiglobalización: ponerle trabas a la clase obrera en su difícil esfuerzo de reapropiación de su conciencia de clase. En la ideología antiglobalización no hay lugar para la clase obrera, sino para “multitudes”…de ciudadanos, evidentemente. ¡Nada de lucha de clases!, sino movilizaciones ciudadanas a cuál más interclasista: desde la lucha por los derechos de los homosexuales o de  las mujeres, hasta el combate por un “mundo sin pesticidas” o por “la protección de los animales de laboratorio”. ¡Ni hablar de revolución proletaria!, más bien perfeccionamiento de la democracia burguesa, que es la forma más refinada de la dictadura de la burguesía contra los explotados.

Frente a la ofensiva antiglobalización contra el proletariado enfilada a obnubilar la conciencia de clase de éste, los revolucionarios no pueden quedarse con los brazos cruzados. Tienen por el contrario la responsabilidad de reafirmar que únicamente la sociedad comunista puede representar un porvenir para la humanidad y que sólo la clase obrera es portadora de ese nuevo mundo. “Dado que la abolición de la explotación equivale, en lo fundamental, a la abolición del salariado, sólo la clase que sufre esta forma específica de explotación, es decir el proletariado, puede ser portador de un proyecto revolucionario.”…”El proyecto comunista del proletariado... es perfectamente realizable, no sólo porque el capitalismo ha creado las premisas para tal sociedad sino porque es el único proyecto que puede sacar a la humanidad del marasmo en que se hunde” (De la serie “Quién puede cambiar el mundo” Revista Internacional nº 73).

Ese fue el sentido de la intervención de la CCI: venta de su prensa (en seis idiomas) y la difusión de una octavilla en la web del FSE y en la manifestación del 15 de noviembre, así como intervenciones orales en los debates del FSL. Todo ello ilustra la decidida voluntad de la CCI de defender las posiciones marxistas y de demostrar por qué la antiglobalización (desde ATTAC a los anarquistas del FSL) es una trampa montada contra el proletariado.

Sólo si la clase obrera es capaz de desarrollar sus luchas en su propio terreno reivindicativo contra el sistema capitalista, el proletariado podrá señalar la perspectiva de que no hay otro mundo posible que el comunismo.

 

Azel (26 noviembre 2003).

Traducido de Revolution Internationale (órgano de la CCI en Francia) nº 341.

Corrientes políticas y referencias: 

  • Antiglobalización [4]

Noticias y actualidad: 

  • Foros sociales [5]

Llamamiento de un simpatizante a los grupos de la Izquierda Comunista

  • 4701 lecturas

Presentamos a continuación amplios extractos del llamamiento que dirige un lector, simpatizante de la CCI y de toda la Izquierda Comunista, a la unidad y el trabajo en común de los grupos de la Izquierda Comunista.

Nosotros apoyamos en lo esencial este llamamiento, particularmente la indignación que expresa frente a la incapacidad de los grupos de la Izquierda Comunista de superar el sectarismo para plantear una respuesta de clase unida frente a la guerra;  aunque hay formulaciones concretas y análisis que, como nuestros lectores conocen por nuestras publicaciones, planteamos en otros términos. El lector tiene toda la razón cuando dice que todos los grupos de la Izquierda Comunista estamos unidos por el internacionalismo y que ello traza una frontera de clase respecto a los grupos de la burguesía. Hay organizaciones dentro del aparato político de la burguesía que dicen reclamarse del “cambio de sociedad” y la “liberación de la humanidad” pero que en realidad sirven al interés nacional del capital, a la guerra y a la explotación, es decir, a todo lo contrario de lo que proclaman: actúan por la conservación de esta sociedad de explotación y por la opresión de la humanidad. Son los grupos estalinistas, maoístas o los que dicen reclamarse de Trotski pero también el movimiento “anti-globalización” o “alter-mundialización”, que proclama vagamente que “otro mundo es posible” para convencernos de que “otro capitalismo es posible”. Por eso es muy importante que los grupos de la Izquierda Comunista sepan trazar la línea roja que los separa de todos esos falsificadores y embaucadores, a pesar de que el anquilosamiento en un comportamiento sectario ha hecho imposible que puedan plantearse (como pide nuestro lector) Conferencias Internacionales hoy, y de que, por otra parte, la formación de un Partido Comunista Internacional (que también menciona) no sea una perspectiva a corto plazo.

Es cierto que los grupos de la Izquierda Comunista tienen entre sí muchas diferencias pero esas diferencias se ubican dentro de un marco común que es el programa que les une de lucha contra el capitalismo, contra la guerra, contra el interés nacional del capital. Es sectario e irresponsable enarbolar las diferencias para ocultar lo que nos une y evitar un debate franco y sistemático sobre ellas para lograr su clarificación.

Es una irresponsabilidad tremenda como denuncia justamente el lector el no trabajar en común invocando esas diferencias, que en realidad se ponen como pretexto, olvidando y dejando de lado los puntos de unión. Es una irresponsabilidad terrible frente a las guerras imperialistas que se suceden y que amenazan ser cada vez más destructivas, es una irresponsabilidad suicida frente a la agravación de la crisis del capitalismo, es una irresponsabilidad ciega ante la realidad que madura en el proletariado de luchas y de desarrollo de nuevas minorías que buscan una perspectiva revolucionaria. Es algo por lo que elementos revolucionarios como este lector o grupos nuevos que surgen en el proletariado internacional pedirán cuentas, pues la situación histórica se va agravando y, como señala el lector, está en juego la disyuntiva Revolución Comunista Mundial o Destrucción de la Humanidad.

De manera serena y tenaz, hemos de luchar por conseguir que los grupos de la Izquierda Comunista se doten de un marco donde poder colaborar frente al enemigo común y poder debatir y clarificar las divergencias. Este combate es una de las orientaciones centrales de la actividad de la CCI[1].

LLAMAMIENTO DE UN LECTOR A LOS GRUPOS DEL MEDIO POLITICO PROLETARIO

España / País Vasco / 12 noviembre 2003

Estimados camaradas:

Después de mirar con frialdad la guerra de EE.UU. en Irak veo con pena la labor que ha hecho la Izquierda Comunista. Me parece increíble la falta de unión que han demostrado las diferentes organizaciones revolucionarias en esta guerra contra Irak. Todas las organizaciones cada cual en su rincón sin buscar una unión con las otras y unir las pocas fuerzas militantes que tenemos. Creo que se podría haber hecho una hoja conjunta entre todas las organizaciones de la Izquierda Comunista. Pero ha podido más el orgullo herido y la soberbia, el temor a que nos puedan quitar algún militante, el tener a cada cual encerrado en su capilla, el evitar que los militantes se relacionen con las otras organizaciones revolucionarias.

Es una pena que cada grupo fuera con su hoja a las manifestaciones contra la guerra cuando se podría haber repartido una hoja común que habría dado más fuerza y solidaridad. Pero cada grupo se cree el ombligo del mundo y que los demás no son nada.

¿Por qué tanta discordia, unos grupos criticando a otros, sin saber lo que realmente dijeron, sino simplemente zinzaneando unos contra otros? ¡Así no se consigue nada! Hay varios grupos que se consideran el único partido y que los demás no son nada. ¡Al menos podrían unirse ellos, esclarecer lo que los junta y lo que los separa y formar un Partido Comunista Internacional de verdad!

El PCI, el BIPR, la CCI, podrían debatir en torno a una mesa qué les separa y qué les une. Una vez hecho esto se podría discutir lo que les separa para ver las posibilidades de limar las diferencias.

Con la guerra de Irak se ha visto que todos los grupos son internacionalistas y que eso es lo más importante frente a los grupos de la burguesía. ¿Por qué no organizar Conferencias Internacionales de la Izquierda Comunista?

Hay que reaccionar pues la siguiente guerra nos va a hacer más daño y además la burguesía está preparando ataques muy fuertes contra la clase obrera de todo el mundo. Sí las minorías revolucionarias de la clase obrera no se van unificando iremos de guerra en guerra y eso nos va a quemar, nos irán destruyendo ideológicamente y luego nos destruirán físicamente. Por eso os pido que os unáis. ¡Esa unidad que tanto necesita el proletariado para desarrollar su conciencia!

Yo, como simpatizante de todas las organizaciones de la Izquierda Comunista, os ruego que hagáis Conferencias Internacionales. Hay que hacer un frente común contra la burguesía imperialista y destruir de una vez el capitalismo, sediento de sangre obrera y queriendo destruir la humanidad. ¡Por eso tenemos que destruir el capitalismo para que no destruya a la humanidad!

Se que hay muchas dificultades para unirse pero se podría hacer un esfuerzo, porque hay que partir de lo que más nos une que es el Internacionalismo que nos diferencia de los trotskistas, los maoístas y los estalinistas, porque esos grupos defienden el nacionalismo de la misma forma que los grupos terroristas de toda calaña.

Se que os pido mucho pero debemos debatir las cuestiones que nos unen y las que nos separan pues hoy el capitalismo está moribundo y nos destruirá porque solo busca el Beneficio y sacar la máxima plusvalía a la clase obrera pero eso tropieza con que cada vez hay más sobreproducción y más destrucción de la humanidad.

Solo la clase obrera y sus minorías revolucionarias pueden enfrentarse contra la burguesía y su capitalismo de Estado. Los órganos de la burguesía son sus partidos, los sindicatos –que se meten dentro de la clase obrera-, su policía y su ejército. Todos colaboran para destruir el proletariado. El poder de la burguesía se defiende mediante los medios de comunicación que alienan la mente de la clase obrera. Y, sin embargo, sus minorías revolucionarias dispersas y desmoralizadas, cada una en su rincón, sin contacto con las demás. ¿Cómo pueden así contribuir a la única solución que es la Revolución Proletaria Mundial que destruya el capitalismo desde arriba hasta abajo y una la clase obrera mundial, la única que puede hacerlo, en Consejos Obreros en todo el planeta?

Hoy el planeta Tierra tiene que defenderse de la amenaza de su destrucción. Puede que las futuras generaciones se encuentren con la destrucción de la Tierra sin ningún signo de supervivencia. Por una parte, cada Estado masacra al proletariado pero, por otro lado, cada Estado se enfrenta con los demás en una guerra imperialista. Ahora bien, si la clase obrera se niega a la guerra y se levanta por sus propios intereses entonces todos los Estados son capaces de unirse contra el proletariado porque éste es la única clase revolucionaria.

Todos los proletarios tienen que unirse en su propio país y en el mundo entero. Proletarios de todos los países ¡uníos! Revolucionarios de todos los países ¡uníos! Porque no hay otra solución que Revolución Comunista Mundial o Destrucción de la Humanidad.

Saludos comunistas a todos los grupos de la Izquierda Comunista

Salud camaradas

SOC

[1] Ver nuestras propuestas cara a la guerra de Irak y las respuestas recibidas en la REVISTA INTERNACIONAL nº 113

Vida de la CCI: 

  • Cartas de los lectores [6]

URL de origen:https://es.internationalism.org/accion-proletaria/200601/401/accion-proletaria-n-174-15-enero-15-marzo

Enlaces
[1] https://es.internationalism.org/tag/situacion-nacional/espana [2] https://es.internationalism.org/tag/2/31/el-engano-del-parlamentarismo [3] https://es.internationalism.org/tag/2/40/la-conciencia-de-clase [4] https://es.internationalism.org/tag/corrientes-politicas-y-referencias/antiglobalizacion [5] https://es.internationalism.org/tag/noticias-y-actualidad/foros-sociales [6] https://es.internationalism.org/tag/vida-de-la-cci/cartas-de-los-lectores