A raíz del artículo “España 1936: La izquierda desvía la lucha obrera y somete al proletariado al Estado burgués” (colocado en nuestro portal Internet), recibimos un correo electrónico de un lector (al que nos referiremos como “G”) que se reivindica del anarquismo, en él marca diferencias con el análisis que planteamos. El mensaje finaliza utilizando un lenguaje fuera de tono en la discusión proletaria, recurre a calificativos en vez de argumentos, por ejemplo, asegura que los militantes de la CCI somos “cupulitas de políticos de academia aunque digan estar fuera de ella”. El proletariado en tanto requiere de la discusión y el debate de ideas para forjar su conciencia, le son ajenas las formas injuriosas que la burguesía y la pequeñaburguesía utilizan en sus relaciones; justamente el combate desarrollado por Marx y el Consejo General de la AIT en contra del bakuninismo, no fue por el hecho de que se reclamaran del anarquismo, sino fundamentalmente por la intriga y el accionar conspirativo de éstos, creando sociedades secretas y paralelas a la misma AIT. Dicho esto, recobraremos esa tradición proletaria y privilegiaremos el debate, reconociendo, que las preocupaciones planteadas por G son sinceras y requieren abordarse para romper mitos que la clase dominante esparce a través de su aparato de izquierda.
1936: el mito de la revolución española
Es una costumbre, lo mismo por los historiadores oficiales que por la burguesía y su aparato de izquierda, al referirse a los acontecimientos de España 1936, denominarla como “guerra civil” o “revolución española”, hay incluso los que en un mayor atrevimiento lo refieren como una experiencia revolucionaria más profunda que la emprendida por el proletariado ruso en 1917. Sin embargo la realidad expone que ni fue guerra civil, y menos aún revolución, fue más bien una guerra imperialista, en la que se enfrentan dos fracciones de la burguesía española, por un lado Franco, apoyado por la burguesía alemana e italiana, por el otro la república (representada por el Frente Popular, que sumaba a estalinistas del PCE, trotskistas del POUM y anarquistas de la CNT) sostenida por la URSS y otras fuerzas imperialistas democráticas, como la que representaba el gobierno de México, con Lázaro Cárdenas al frente. Esta confrontación fue la preparación de la Segunda Guerra Mundial. Es bajo ese marco que desarrollamos el planteamiento de que la clase obrera fue aplastada no sólo por la derecha encabezada por Franco, sino también por el accionar de la izquierda, representada por el Frente Popular, en el que participó también la CNT-FAI. Aprovechando su prestigio entre los trabajadores, logró que éstos se tragaran el engaño de que ante el franquismo el “mal menor” era confiar en el gobierno burgués republicano. En el artículo referido por nuestro detractor presentamos argumentos de cómo la izquierda y entre ella los anarquistas de la CNT, exponen abiertamente su subordinación al Estado burgués y su actitud antiobrera: “unas [organizaciones] como el PCE, el PSUC –consagrados como grandes partidos del orden burgués–, el PSOE y UGT, asumiendo directamente también ellas el papel de verdugos, otras, como CNT, FAI, o el POUM, empujando a los obreros a abandonar su terreno de clase en nombre del “frente antifascista” para arrojarlos en brazos de sus asesinos y a la guerra imperialista. La presencia de ministros anarquistas y cenetistas en el gobierno de Cataluña, y después en el gobierno central de Caballero fue un pujante factor que el Frente Popular rentabilizó para engañar a los obreros. Los anarquistas tuvieron un papel estelar en la maniobra de la burguesía, ocupándose de engañar a los obreros sobre la naturaleza de clase del gobierno y del Frente Popular...”
Por presentar esta reflexión lleva a que G nos diga: “... me da tristeza que de repente hablen sin saber lo que paso, basados en mentiras, para empezar, la revolución en España fue siempre defendida por los anarquistas quienes nunca pugnaron por un orden burgués como ustedes lo afirman... ”
Los hechos, empero, son contundentes y muestra como la CNT, encuentra su prueba de fuego en 1936, siendo incapaz de mantenerse en la trinchera proletaria integrándose al aparato del Estado. Ya en el artículo referido, citamos a la prensa cenetista (Solidaridad Obrera, 4-11-1936) en la que aseguran: “El gobierno [del Frente Popular] en la hora actual, como instrumento regulador de los órganos del Estado, ha dejado de ser una fuerza de opresión contra la clase trabajadora, así como el Estado no representa ya el organismo que separa la sociedad en clases...”. Pero, si eso no logra convencer, recobremos argumentos de militantes anarquistas: “Los Amigos de Durruti” (1937-39), que se mantienen firmes en el terreno proletario, y denuncian claramente el carácter contrarrevolucionario del gobierno republicano y el colaboracionismo de la CNT: “La Generalidad (1) no representa nada. Su continuación fortifica la contrarrevolución. La batalla la hemos ganado los trabajadores. Es inconcebible que los comités de la CNT hayan actuado con tal timidez que llegasen a ordenar ‘alto el fuego’ y que incluso hayan impuesto la vuelta al trabajo cuando estábamos en los lindes inmediatos de la victoria total. No se ha tenido en cuenta de dónde ha partido la agresión, no se ha prestado atención al verdadero significado de las actuales jornadas. Tal conducta ha de calificarse de traición a la revolución que nadie en nombre de nada debe cometer ni patrocinar. Y no sabemos como calificar la labor nefasta que ha realizado Solidaridad Obrera y los militantes más destacados de la CNT”. (Manifiesto del 8-05-1937).
La reflexión que presentamos no es una acto arrogante, es un esfuerzo por recuperar la experiencia de la clase obrera, y colaborar en el proceso de toma de conciencia. Es indudable la diferencia existente entre la CNT y “Los Amigos de Durruti”, ambos son anarquistas no obstante, mientras los primeros se integran orgánicamente con la burguesía, formando parte de lo que llamamos el anarquismo oficial, los otros exponen un verdadero esfuerzo (aunque incompleto) con una orientación claramente proletaria (2).
Este aspecto de la historia nos permite entender también la dificultad presente en el anarquismo, que se mantiene dentro del capitalismo dando continuos tropezones que los aleja del terreno de clase. Por ejemplo, en 1914, mientras anarquistas como Malatesta y Flores Magón asumen una postura proletaria de denuncia a la “Gran guerra” como una carnicería imperialista, en la que los trabajadores no podían tomar partido (asumiendo una postura cercana a la impulsada Lenin, Trosky y Luxemburgo), otros, como Kropotkin y Federico Urales, toman partido por una fracción imperialista, en este caso la de los aliados, a los que consideran como el “mal menor”.
El anarquismo es una corriente heterogénea, a la que, como tal, no se le puede caracterizar como burguesa (a diferencia de corrientes como el estalinismo o el trotskismo), en ella incluso se expresan esfuerzos de reflexión, pero habría que marcar que no es gracias a la vitalidad de sus argumentos, sino son a pesar de ellos. Muchos proletarios muy honestos son envueltos en el anarquismo y aunque intentar canalizar ahí su combatividad, ésta es contenida y desgastada, porque el anarquismo no puede ofrecer una alternativa revolucionaria, el ejemplo de este esfuerzo valiente, pero incompleto y esterilizado, lo representan “Los Amigos de Durruti”.
De frente a los sucesos de España 36, bien podríamos sintetizar y sacar la lección histórica recobrando el análisis de la Izquierda Comunista Italiana, que fue de las pocas fuerzas militantes que mantuvieron una defensa intransigente de los principios proletarios: “Si en el curso de una conflagración social como la que tuvo lugar en Barcelona, los trabajadores no son empujados a atacar al Estado capitalista, sino a defenderlo, entonces es una colaboración de clases y no una lucha de la clase la que ha ganado el día… Socializar una empresa cuando se mantiene al aparato de Estado intacto, es un eslabón en la cadena que ata al proletariado a su enemigo de clase…” (Bilan 1937).
El combate de Marx contra el bakuninismo: defensa de la organización revolucionaria
Otro de los comentarios expuestos por G en su correo giran en torno a la concepción de la organización y la conducta militante defendida por Marx en contra de la conspiración de Bakunin, al interno de la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT). Sobre ello nos dice: “... según la historia es en el anarquismo donde siempre ha militado la clase trabajadora desde la internacional, pues cuando Marx y su camarilla sedienta de poder quisieron prohibir la entrada de los anarquistas a la internacional estos llegaron en la representación de las organizaciones obreras de distintas partes del mundo y cuando paso esto prohibieron la entrada de estos sectores obreros organizados y lo prohibieron por que Marx y su camarilla desde siempre han querido ser ellos los dirigentes, la hegemonía, y cualquier posición diferente era coartada... ”
Más adelante completa diciendo: “... Marx y su grupo se apoderaron autoritariamente de la Internacional alejándola de sus objetivos, una coordinación proletaria internacional...”
No tenemos el suficiente espacio para ampliar los argumentos, no obstante nos esforzaremos por sintetizar los argumentos que nos permitan demostrar la validez del combate de Marx y el Consejo General de la AIT.
Intentando borrar los hechos históricos el anarquismo pretende resumir el debate de Marx contra Bakunin, diciendo que se impuso el autoritarismo, sin embargo precisemos los hechos: Bakunin apegado al pasado y su accionar de aventurero, desde 1864 participa en sociedades conspirativas, algunas de corte liberal, en donde se acomodaba sin ningún rubor junto a personajes de la burguesía, como fue el caso de la “Liga por la Paz y la Libertad”. A través de una de sus creaciones: la Alianza Internacional de la Democracia, es que Bakunin propone, en 1868, incorporarse a la AIT, enviando un mensaje en el que le dice a Marx: “Tu vez mi querido amigo, que soy tu discípulo y me enorgullezco de serlo”, no obstante se rechaza su ingreso hasta que no desintegre su Alianza, para no presentarse como una estructura paralela, lo cual él acepta, y según su testimonio, cumple, lo que lleva a ser aceptado en febrero de 1869.
Pero si sus palabras eran de alabanzas para Marx y a la AIT, sus hechos eran desleales, dado que mantiene en secreto a la Alianza como un órgano paralelo, en donde además él es l gran dictador: otorga “grados”, impone lineamientos y disciplina de acero según lo dicta el “Catecismo Revolucionario” (salido de la pluma del provocador y oscuro personaje Sergei Nechayev)... Basta ver el perfil que hace de un revolucionario para entender que la ideología de la “Alianza” no tiene raíz proletaria: “Un revolucionario sabe solamente una ciencia: la de la destrucción, todos los sentimientos de afecto, todos los débiles sentimientos de parentesco, amistad, amor y gratitud deben ser suprimidas…” En este mismo tenor se encuentran su “Programa”, en el que, paradójicamente se expresa justamente aquello que el compañero G acusa a los comunistas cuando dice: “Marx y su grupo se apoderaron autoritariamente de la internacional alejándola de sus objetivos… volviéndola una elite política que dice aún ser la dirección del proletariado, demostrándose eso hoy cuando compañeros de ustedes hablan de los interese únicos del proletariado, cuando su realidad esta alejada del proletariado”. (el subrayado es nuestro)
Revisando el programa de Bakunin notamos que la organización que propone es una sociedad conspirativa, que según sus palabras es un “Estado Revolucionario mayor”, y su tarea es ser “intermediario entre la idea revolucionaria y los instintos populares”, de forma que para asegurar la revolución basta “cien revolucionarios seria y fuertemente unidos…”. Resulta pues, según Bakunin, que el “pueblo” sólo tiene instintos, mientras la minoría privilegiada es la guardiana de la “idea revolucionaria”…
Es un hecho que núcleos del anarquismo presentan esfuerzos reales para colocarse en la trinchera proletaria, pero hay otros, como el bakuninismo, que es un retroceso histórico. No es extraño que conciba a los bandidos y al lumpenproletariado como la verdadera fuerza social de la transformación y que, haciendo una apología a la ignorancia y la desesperación (propia de los desclazados), declare: “El revolucionario que estudia la revolución en libros nunca será bueno para nada”.
Las ideas anarquistas han tenido sin duda una presencia en la clase obrera, grupos y personajes de esta corriente han expuesto esfuerzos políticos, aún cuando expresan incomprensión. Personajes como Rosmer y Monatte, que desde las filas del anarquismo mantenían posturas honestas, pero además claramente revolucionarias, encuentran en éste medio ataduras que les impide avanzar, por lo que requieren romper políticamente con estas posiciones y acercarse al marxismo. De manera que no se trata de establecer por “decreto” al marxismo como el cuerpo teórico-político que sintetiza la experiencia histórica del proletariado necesaria para conducir su combate emancipador, se trata de reflexionar, a la luz de los hechos históricos, la solidez de sus argumentos.
Tatlin/8-08-09
Notas:
1. Se refiere al gobierno de Cataluña, en el que la CNT contaba con consejeros.
2. Para abundar en los aspectos de España 1936, remitimos a nuestro libro: España 1936: Franco y la república masacran al proletariado, así como Los amigos de Durruti: lecciones de una ruptura incompleta con el anarquismo, en Revista Internacional 102 (3er. Trimestre 2000).
A dos meses de la elección presidencial, por todos los medios de difusión de la burguesía y a todas horas, un solo tema domina: la pelea por la presidencia. Por un lado los grupos de la burguesía que apoyan a López Obrador aseguran que hubo fraude, por el otro, las fracciones igualmente burguesas que sustentan a Felipe Calderón siguen sosteniendo que fue una elección limpia. Después de años y meses completos de propaganda electoral machacando las bondades de la democracia los trabajadores, que han sido arrastrados como nunca a las urnas engañados tras la ilusión de que con un simple voto cambiarían su destino, y sobre todo encandilados por la posibilidad de la llegada de la izquierda al poder (RM93, jul-ago 2006), tienen que soportar de nuevo una campaña por demás sórdida para imponer un solo razonamiento: si hubo fraude, la tarea sería “limpiar la elección” mediante la resistencia civil pacífica; pero, si las elecciones fueron “limpias”, habría que respetar el dictamen de los órganos electorales del Estado. Estos son los términos de la “reflexión” que el Estado capitalista está promoviendo para evitar que los trabajadores tomen conciencia de su condición de explotados, y sean conducidos mansamente a tomar partido por Obrador o Calderón, y nublar entonces la posibilidad de que reconozcan en ambos a simples personeros de la burguesía, que pese a la diferencia del tono de discurso que usan, tienen como único objetivo la perpetuación del capitalismo.
¿Debe la clase obrera defender el voto?
La democracia (y no propiamente la dictadura militar) es el instrumento político más adecuado con que cuenta la burguesía para sostener el sistema de explotación, porque mediante el derecho de voto aparenta la disolución de las clases sociales al “igualar jurídicamente” a trabajadores y burgueses, presentándolos como ciudadanos, haciendo creer que el acto pasivo e individual del voto tiene el poder de elección del gobierno. Con el derecho al voto la burguesía valida la existencia del sistema de explotación, e impone, mediante la invocación de los “mandatos democráticos”, la alineación de todos los trabajadores tras los dictados de la clase dominante, en tanto le hace creer que son copartícipes de las decisiones. Pero en el capitalismo el voto no tiene otra función que la de decidir cada tres o seis años qué miembro de la clase dominante va a dirigir la explotación de las clases oprimidas, por eso en la decadencia capitalista las elecciones parlamentarias son una mascarada hipócrita pero vital para el sostenimiento de la dictadura del capital.
Con las elecciones se refuerza la ilusión de que por este medio los explotados pueden realmente escoger a un personaje que solucione la crisis y mejore sus condiciones de vida y de trabajo. Por ello la república democrática es la hoja de parra por excelencia del dominio burgués, le permite hacer una alternancia en el gobierno y así garantizar la salud de sus mecanismos de dominio, hacer cambio de personas en el poder, de instituciones o de partidos sin que la hegemonía de la clase dominante se vea afectada, pues los partidos políticos con que cuenta son engranes del aparato estatal, no sólo porque están integrados con funciones de gobierno (como diputados o senadores y sostenidos con recursos del Estado), sino además al integrarse en el escenario social como “representaciones” de la “pluralidad política”, inyectan desde diferentes flancos y con diferentes tonos (derecha, izquierda o centro) el veneno ideológico, que permita asegurar el dominio y control de los explotados.
Las ventajas de este esquema político se evidencian –en el caso de México– al ver la confusión que ha extendido, colocando a los trabajadores ante la falsa disyuntiva: estar con Obrador o con Calderón. La clase dominante se esfuerza y gasta altas sumas de dinero por hacer creíble a la democracia y los procesos electorales, porque espera grandes “ganancias” que cobra en el momento en que logra acostumbrar al proletariado a gestionar sus intereses como clase mediante los propios métodos de su enemigo de clase.
¿Deben los trabajadores luchar contra el “fraude” y exigir “elecciones limpias”?
Las fracciones de la burguesía sumidas en unos de sus pleitos más importantes de los últimos años han logrado, una vez más, administrar sus pugnas internas sobre la alfombra de la democracia; las resoluciones más recientes de los organismos jurídicos estatales pretenden, por ejemplo, ganar tiempo, liberar tensiones, promover las negociaciones y, en su caso, el reacomodo de las diferentes fracciones que deberán llegar a algún acuerdo o, en su defecto, producirse alguna resolución impuesta por la relación de fuerzas al interior de la clase dominante; mientras tanto fuera de sus propias divisiones internas el fin último y vital de la burguesía como clase es mantener a las masas explotadas sujetas a la ilusión de que la democracia electoral y parlamentaria es el modelo político perfecto para lograr los cambios sociales, políticos y económicos que siempre han anhelado.
El “fraude electoral”, alrededor de la cual sus diferentes fracciones han embarcado a millones de trabajadores como carne de cañón, ha sido producto, como lo hemos venido documentando (en la serie dedicada durante el último año a este asunto en RM) de las divisiones internas de la burguesía que no lograron alcanzar un acuerdo sobre una orientación política, y designar de forma ordenada al representante que más le conviene para sacar adelante su proyecto económico, político y social, y que ha buscado consolidar desde los últimos veinticinco años. En términos del pragmatismo en que se mueve la clase dominante, el establecimiento de Obrador como presidente le hubiera permitido cumplir (sin implicar ningún peligro) las tareas necesarias para el fortalecimiento del sistema, no obstante la agudización de sus fracturas internas, ha hecho que recurran otra vez a sus viejos esquemas de “fraude electoral” imponiéndose el punto de vista de una de las fracciones.
Estos acontecimientos presentados por el aparato de izquierda del capital como la violación de los “principios democráticos y la institucionalidad”, son la prueba palpable de los efectos deletéreos de la descomposición social generalizada del capitalismo que se convierte cada vez más en el factor central de la dinámica de la sociedad en todos los niveles y en particular en la vida política de la burguesía; dentro de esta última se manifiesta como un fenómeno creciente hacia la indisciplina, al “sálvese quien pueda” y al “cada quién por su lado”, lo que conduce a una tendencia de pérdida de control del juego electoral dado que los conflictos por la disputa del control del Estado son particularmente exacerbados por la agudización y profundización de la crisis económica que todo lo constriñe y obliga a una competencia más feroz y a violentos ajustes de cuentas para ganar la mejor tajada del pastel.
El verdadero fraude es proclamar que la democracia ofrece una alternativa a los trabajadores
El uso del fraude electoral es una manifestación de la fragilidad de la estructura política de la burguesía. En México durante casi tres cuartos de siglo el PRI se mantuvo como el partido único, de Estado (PNR-1929, PRM-1938, PRI-1946-2000) usando el fraude como instrumento convencional, no obstante la existencia de la disciplina y unidad de la burguesía lo permitía, sin llevar a grandes rivalidades. Sin embargo, este modelo de gobierno era demasiado arcaico y tenía que renovarse frente a las exigencias políticas y sociales, y en particular, para enfrentar de mejor manera al proletariado.
Este proceso que arranca a principios de los 80 ha tenido como eje rector estructurar todo un sistema democrático, así puso en práctica un juego de partidos menos burdo, definiendo una mejor geometría política donde es fácil repartir las tareas de control, es decir, identificar a partidos de derecha y de izquierda. En ese sentido es que provoca el nacimiento del PRD (y PT), de la misma forma crea instituciones como el IFE y otros órganos de control y vigilancia con los que renovó el aparato burocrático, buscando quitar el desprestigio ganado cuando el juego electoral tenía dominio total del PRI, fortaleciendo con ello su aparato de dominación al hacer más creíble al sistema democrático.
A pesar de las resistencias encarnizadas de algunas fracciones burguesas identificadas con el aparato anterior, el proyecto ha ido caminando y ha tenido su apuntalamiento mayor en la elección presidencial del 2000 cuando el Estado capitalista logró desplazar del poder central al PRI y encumbrar al PAN, un gran triunfo de la clase dominante al nivel de la campaña democrática, pues a partir de entonces ha podido darle vuelo a la mistificación electoral, al cuento de que “los votos sí cuentan” y que “las elecciones por fin son limpias”. Sin embargo el factor de la descomposición, que comentamos líneas arriba, está afectando la capacidad de acuerdos dentro de la clase capitalista para llevar adelante una determinada orientación en su juego electoral y además está produciendo un cierto grado de pérdida de control de sus mecanismos electorales.
Si comparamos los actuales sucesos con los de 1988, notamos que hay una diferencia sustancial, dado que las fracciones burguesas aglutinadas alrededor de Cárdenas rápidamente negociaron para continuar con sus planes a mediano y largo plazo; ahora, la rivalidad es más aguda, no obstante, lo que los iguala, es la capacidad de acuerdo que la burguesía presenta para trasladar los efectos de su fractura hacia la clase obrera, alimentando la campaña de mistificación de la democracia, retardando así la reflexión por parte de los trabajadores de lo que significa el capitalismo.
La lucha proletaria no pasa por las urnas ni por la defensa de la democracia
En este momento, la agudización de las tensiones entre las diferentes fracciones burguesas se expresa no sólo (como la burguesía intenta simplificarlo) en la exigencia (del PRD) del “respeto al voto” y (por el PAN) en el “respeto a las instituciones”, la disputa expone un enfrentamiento de intereses económicos y políticos, pero en ninguno de los bandos enfrentados los trabajadores tienen algún objetivo o interés común, es una lucha entre fracciones de la clase dominante que cada vez va usando un lenguaje más agresivo, notándose amenazas (de ambos bandos). Unos dicen radicalizarán las manifestaciones, los otros que responderán usando la violencia institucional, mediante la policía y el ejército... el peligro en todo ello es que una masa importante de trabajadores y sectores diversos de la población que ha sido enganchada por la trampa de la “defensa de la izquierda” ante el “peligro de la derecha”, puede ser lanzada hacia provocaciones y ser usada como carne de cañón, desgastando y perdiendo sus fuerzas, culminando a fin de cuentas con el fortalecimiento de alguna de las fracciones de su enemigo histórico: la burguesía.
Aunque es cierto que al interno de la clase dominante se está llevando una intensa lucha, ha sabido involucrar a los trabajadores, haciendo que tomen partido por alguna de las pandillas enfrentadas, pero además inoculan la idea de que el único camino es la democracia, por ello es que tanto derecha como izquierda dicen expresar la verdadera democracia.
El PRD y PAN, a pesar de estar colocados en diferentes bandos de la burguesía, han tenido cuidado de que los núcleos de la población usados como grupos de presión no salga de su control y se enreden en una reflexión falsa (lo mismo sobre la validez del voto, que la formación de una nueva constitución o la convocatoria a una convención nacional), buscando con ello que los trabajadores olviden su condición de explotados y se asuman como “ciudadanos mexicanos”. Pero si la carga ideológica lanzada por derecha e izquierda del capital es sofocante, la parte más radical del aparato de izquierda del capital (desde el EZLN al EPR, y desde el PCM-ml, hasta El Militante) se encargan de reforzar tal campaña: por una parte planteando al fraude como afrenta al derecho al sufragio y a la decisión de la “voluntad popular”, por otra, asustando con el espantajo del “peligro de la derecha”. Con ello lo que hacen de forma velada es reforzar el discurso de la defensa de la democracia y envenenar con la idea de que la “izquierda en el poder” podría ser un “mal menor”, por lo que los trabajadores deberían, entonces, ponerse al servicio (aunque de forma “critica”, tienen algunos el descaro de decir) de Obrador y de la fracción de la burguesía a la que representa.
Ante la presión que la burguesía de la región ejerce sobre los trabajadores, la única opción de la clase trabajadora es recobrar la historia del movimiento obrero y sus lecciones, y a la luz de ello reflexionar:
- que sus condiciones de vida no pueden ser solucionados por algún personaje por más que se diga honesto,
- que los gobiernos de derecha o de izquierda son expresiones del poder de la burguesía, por lo que nada debe esperar de ellos sino explotación, miseria y represión,
- que la campaña actual sobre la democracia va a permitir a la burguesía renovar la cara a su izquierda afectada por el descrédito sufrido en los últimos años y también reforzará un liderazgo en esa ala de su abanico político, lo que resulta en un fortalecimiento de su control sobre la clase obrera,
- que el inmediatismo, la movilización ciega, interclasista, sin objetivos de clase y fuera de su verdadero control, no tiene otro fin que el de confundir, debilitar y fortalecer los lazos de dominio,
- que ante la agudización de la crisis económica que azota al sistema y con ello la elevación de los niveles de explotación, los trabajadores no tienen más camino que el de la lucha, colocando por delante la defensa de sus condiciones de vida.
Es la lucha de los trabajadores, que no pasa ni por las urnas ni por la confianza a sectores o personajes de la burguesía, la única que puede poner fin a esta dictadura del capital.
RR, 25-08-06
La división en el seno de la burguesía mexicana en la batalla por decidir qué fracción va controlar el gobierno se ha agudizado. En ese torbellino se ha arrastrado a una parte de los trabajadores bajo el mito de que la izquierda estaría “del lado de los trabajadores”. La derecha sería “represora” y la izquierda “liberadora”, la derecha lanzaría ataques económicos mientras que la izquierda los eliminaría. Cada vez que el proletariado ha caído en la trampa de estas falsas alternativas, cada vez que ha hecho caso a estas viejas cantaletas lo ha pagado de manera trágica.
La izquierda del capital: un largo historial al servicio de la burguesía
La derecha no ha monopolizado la represión contra la clase obrera, las “izquierdas democráticas”, “antifascistas” y “revolucionarias” se han encargado de inmovilizar al proletariado y han cumplido también su función innoble de masacrar al proletariado. Algunos ejemplos:
-La insurrección obrera de Berlín en 1919 fue masacrada por un gobierno socialdemócrata (Ebert-Scheidemann) con la colaboración activa del “obrero socialista” Noske.
-En 1936 es la izquierda y el “frente popular” los encargados de atar y masacrar al proletariado español en vísperas de la Segunda Guerra Mundial.
-El levantamiento masivo de los obreros polacos en 1970 es arrasado por tanques y milicias comandadas por el “partido obrero”.
-A principios de los 70 el “socialista” gobierno de “Unidad popular” en Chile, con Salvador Allende a la cabeza, reprimió a los mineros con la misma “destreza” que cualquier capitalista sin disfraz y la izquierda “radical” como el MIR (Movimiento de la izquierda revolucionaria) se limitó a “criticar” el uso de la fuerza pero siguió apoyando a Allende[1] [4]. Recientemente la “socialista” Bachelet “no tuvo más remedio” que reprimir a los estudiantes.
-Los 80 y 90 han conocido largos periodos de gobiernos de “izquierda” en Europa (PCF en Francia, PSOE en España, Verdes en Alemania, Socialistas en Suecia, etc.) sin que ello se haya traducido en mejoras en las condiciones de vida de la clase obrera, todo lo contrario.
-Recientemente se ha hablado del “giro a la izquierda” en América Latina sin que la explotación capitalista haya disminuido un ápice y donde lo único que prospera es la miseria.
Estos ejemplos no son “errores” o pequeñas “desviaciones”. Son un muestra (hay muchos más) de que la izquierda del capital no trabaja para el proletariado sino para someterlo. Su ropaje y su lenguaje a favor de “los pobres” engaña pero esa es precisamente su labor: aparentar que bajo el capitalismo puede haber una “solución”.
La burguesía europea no huyó de sus países cuando la izquierda llegó al poder por la sencilla razón que sus programas, sus “proyectos de nación”, no van contra el capitalismo, son simplemente una forma diferente de gestionar el capitalismo, y la izquierda es más eficaz cuando se trata de someter a las masas trabajadores que intentan tomar caminos propios para movilizarse.
Todos los intelectuales y los partidos, las instituciones “democráticas” y las ONG, se esfuerzan en presentarnos “derecha e izquierda” como dos alternativas diferentes. En realidad son dos caras de la misma moneda. El proyecto de nación de AMLO y el del PAN no cuestionan la explotación capitalista (por mucho que su demagogia sea las de “acabar con la pobreza”), las relaciones de producción seguirán intactas y el capital seguirá dominando al trabajo asalariado. El que tengan lenguajes diferentes no altera en nada que ambas alas del aparato político del Estado trabajen en el mismo sentido. Es por ello que, aún cuando la pugna al interno de la burguesía es real y toma como arena de combate la disputa del gobierno, no deja de aprovechar la ocasión para atrapar a importantes núcleos de trabajadores, sometiéndolos en una “masa interclasista”, como ciudadanos aislados “unidos” en un movimiento de “resistencia civil” que va conducido a apuntalar las estructuras capitalistas. La lucha contra “el fraude” es un objetivo que se mantiene dentro del marco de las relaciones del capitalismo, luchar por tener un gobierno “honesto”, un IFE “honesto” no desarrolla una conciencia de acabar con el capitalismo sino ata a los trabajadores a las instituciones que legalizan y validan la dictadura del capital.
Algunas objeciones se nos podrían hacer, por ejemplo, que en el DF, donde gobierna el PRD, hay al menos algún beneficio para los pobres. Tenemos que responder que la burguesía tiene que asumirse como encarnación del “beneficio general” para mantener su poder. El dar algunas pensiones, desayunos, útiles escolares y otros beneficios sociales, no son una prueba de “bondad” sino migajas para mantener las ilusiones en agentes completamente ajenos al proletariado: los partidos políticos y sus “líderes”. Todos los programas sociales, provengan del PRD, del PAN o del PRI, son usados para hacer que el proletariado piense que tal o cual partido o personaje va a “resolver” la inhumana situación en la que los sume el capitalismo decadente. Todo reforzamiento de las ilusiones en la democracia burguesa, en sus instituciones, instrumentos y representantes son puntos a favor de la burguesía y en ello colaboran tanto la izquierda como la derecha.
Todas las fuerzas del capital hoy están abocadas a mantener al proletariado en un terreno inofensivo y estéril: el terreno de la democracia. Mientras los obreros discutan en el marco estrictamente electoral (fraude sí o no, votos por voto, izquierda o derecha, etc.) el capital puede dormir tranquilo ya que ninguna de esas “alternativas” van a cuestionar su dominación. Toda la campaña actual donde la burguesía usa sus propias divisiones para dividir también al proletariado tiene por objetivo:
-Llevar todo el descontento social hacia el terreno podrido de las lecciones y sus resultados.
-Diluir la lucha obrera en el interclasismo de la “resistencia civil”; el sujeto revolucionario, el proletariado, es “transformado” en “ciudadano” atomizado y aislado.
-Hacer que el proletariado “confíe” en los partidos políticos y sus representantes en vez de en sus propias fuerzas y su lucha autónoma.
-Filtrar la idea de que el problema de esta sociedad está en la corrupción y no en las relaciones sociales que definen la producción en el capitalismo.
-Machacar que el voto es una “arma de lucha” que habría que “defender” y no un arma de la burguesía para dividir e ilusionar con un “cambio” que nunca llegará por esa vía.
Si la campaña actual tiene gran publicidad es porque beneficia a la burguesía y no al proletariado. Mientras la clase obrera siga atada a las ilusiones democráticas y siga pensando que bajo el capitalismo las cosas pueden mejorar, tanto derecha como izquierda estarán cumpliendo su función de defensores de las actuales relaciones de explotación.
DAN. 15-08-06
[1] [5] Ver Revista Internacional 115. “Hace 30 años la caída de Allende: Dictadura y democracia son las dos caras de la dictadura capitalista”.
Hace unos días ha llegado un correo electrónico firmado por “La H es muda”, en el que se lanza una serie de insultos y amenazas. Presentamos el texto tal cual llegó, mantenemos los modismos y la jerga, lo mismo que las dificultades ortográficas, no obstante para su lectura adecuada remitimos a la “traducción” que colocamos como pie de página:
KE ES LO QUE PASA CON USTEDES????
SE DICEN REVOLUCIONARIOS Y NO SON MAS KE UN KLUB SOCIAL... BOLA DE MAESTRITOS PEDANTES...
KOMO SE ATREBEN A KRITIKAR LA SEXTA DEKLARACION QUE NI SIKIERA KONOCEN????? YA ME E ENKONTRADO SUS PANFLETOS EN MICHOAKAN,EN EL DEFE Y EN TOLUKA ECHANDOLE MIERDA A LA DIGNA LUCHA DE LOS ZAPATISTAS... LA NETA KE NO LOS ENTIENDO... KOMO PUEDEN DESIR ESTAR KON LA REVOLUCION KUANDO SE LA PAZAN KRIANDO ALMORRANAS EN KUANTO KAFE ENKUENTRAN????
LA NETA LUCHA ESTA KON LA SEXTA, KON LOS INDIGENAS, KON EL MANDAR OBEDESIENDO... LA TEORIA VALE PURA MADRE... KON NOSOTROS LOS ANARKAS, NOSOTROS SI NOS RIFAMOS KON LOS CERDOS EN LA KALLE MIENTRAS USTEDES NOS KRITIKAN DESDE SU KAFESITOS BURGESONES. SUS KOMPAS KE SE SALIERON DE SU SEKTA SON LOS UNIKOS ONESTOS DE TODOS USTEDES... PINCHES AUTORITARIOS DE MIERDA
YA SABEN KULEROS, KUANDO LOS VUELBAMOS A VER BENDIENDO SU MIERDITA DE PERIODIKO EN LAS MARCHAS LES BAMOS A DAR UNA PUTIZA POR KULERITOS...
VIVA LA ANARKIA!!!!!!!
VIVA EL ANARKISMO EL MAOISMO Y EL ZAPATISMO!!!!!!!!
ATENTAMENTE
LA H ES MUDA[1] [7]
Como puede leerse, los ofensivos adjetivos y las amenazas son el efecto de la denuncia que hemos hecho del carácter burgués del EZLN, así como de la “sexta declaración” y la “otra campaña”. Desde la aparición pública del EZLN en 1994, hemos denunciado el peligro que representa para la clase obrera[2] [8]. Mientras que el conjunto de la izquierda del capital se emocionaba y apresuraba a gritar “¡Todos somos Marcos!”, desde nuestra prensa denunciábamos claramente al EZLN como contrarrevolucionario, tanto por su método desesperado, propio de la pequeñaburguesía (expuesto en la promoción que hace de la violencia individual) como por su discurso claramente burgués, que desde su primer declaración apelaba al artículo 39 constitucional para justificar “su rebelión” y proclamaba como principio la “defensa de la soberanía nacional”, la “patria” y sus símbolos. Este mismo discurso chauvinista es el que reproduce en la “sexta declaración” y la “otra campaña”.
Justamente la amenaza que hoy recibimos por denunciar al EZLN como una estructura extraña a la esencia del proletariado, confirma nuestros argumentos en tanto sus seguidores no hacen sino continuar la lógica de los postulados burgueses aprendidos del EZLN, por lo que no dudan en usar la amenaza y la agresión física en contra de los grupos revolucionarios que desenmascaran ante la clase obrera su naturaleza contrarrevolucionaria. La misma afirmación que el correo lleva como centro de su “argumento”: “LA TEORIA VALE PURA MADRE” (sic), es una variación del menosprecio y burla que desde el 94 Marcos hace de la teoría marxista[3] [9].
El combate de la clase obrera se basa en la confrontación de ideas, en los argumentos, en la crítica y, a través de todo ello, convencer. Las agresiones y las amenazas no hacen parte de los métodos proletarios.
Nuestra respuesta
No es la primera vez que en la historia de la clase obrera se lanzan amenazas contra los revolucionarios, ni siquiera es la primera vez que se amenaza a los militantes de la CCI.
En febrero de 1988, los residuos de una banda de izquierdistas adoradores de la violencia, atacaron a varios militantes del Grupo Proletario Internacionalista (grupo que se disolvió para crear la sección de la CCI en México), torturándolos y robándolos (véase la denuncia realizada por la CCI en Revista Internacional nº 53, 2º Trimestre de 1988). De la misma forma el GCI[4] [10], en semejanza al reciente correo, luego de extender un abanico de insultos, termina llamando a asesinar a los militantes de la CCI en México[5] [11].
En ese mismo tenor se encuentra el intento de agresión que sindicaleros del SNTE realizaron en la marcha del 1º de mayo de este año en Pachuca, en contra de nuestra delegación que intervenía distribuyendo una hoja-volante y vendiendo la prensa (agresión que fue evitada por la intervención de los trabajadores). Así mismo, en diciembre de 2005 un grupo neonazi publicó un llamado para agredir a la Reunión Pública organizada por nuestra sección en Suiza…
La clase que detenta el poder bajo el capitalismo, la burguesía, no va dar nunca un curso libre para la actividad de los revolucionarios. La represión y la calumnia han sido siempre usadas contra las minorías revolucionarias y no es extraño que en el periodo actual estemos confrontados a un aumento de un ambiente de amenazas e intimidaciones contra los comunistas y contra la CCI en particular<!--[if !supportFootnotes]-->[6]<!--[endif]--> [12]
De frente a este panorama, los militantes de la CCI afirmamos que no estamos dispuestos a permitir alguna agresión en contra de nuestros militantes. Sabemos que la verdadera fuerza de la clase obrera se encuentra en la solidaridad, por ello llamamos a todos los contactos, simpatizantes y al conjunto de los trabajadores a cerrar el paso a los ataques en contra de los revolucionarios. Ninguna amenaza podrá impedir que los comunistas intervengamos en nuestra clase.
RM
4-julio-2006
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[1] [13]¿Qué es lo que pasa con ustedes?
Se dicen revolucionarios pero no son más que un club social… bola de maestritos pedantes…
¿Cómo se atreven a criticar la sexta declaración que ni siquiera conocen?
Ya me he encontrado sus panfletos en Michoacán, en el DF, en Toluca echándole mierda a la digna lucha de los zapatistas… la neta (la verdad) que no los entiendo… ¿cómo pueden decir estar con la revolución cuando se la pasan criando almorranas en cuanto café encuentran?
La neta lucha (la verdadera lucha) está con la sexta, con los indígenas, con el mandar obedeciendo… la teoría vale pura madre… (la teoría no vale nada) con nosotros los anarcas, nosotros si nos rifamos con los cerdos (nos enfrentamos con los policías) en la calle mientras ustedes nos critican desde sus cafecitos burguesones (burgueses), Sus compas (compañeros) que se salieron de su secta son los únicos honestos de todos ustedes… pinches (desgraciados o un insulto de ese calibre) autoritarios de mierda.
Ya saben culeros (viles) cuando los volvamos a ver vendiendo su mierdita de periódico en las marchas (manifestaciones) les vamos a dar una putiza (una golpiza) por culeritos (por viles)…
¡Viva la anarquía!
¡Viva el anarquismo, el zapatismo y el maoísmo!
Atentamente
La H es muda
[2] [14] Véase en particular la serie “EL EZLN ENEMIGO DE LA CLASE OBRERA” en RM números 72 a 75, así como “La ‘sexta declaración’ y la ‘otra campaña’: Marcos llama a la organización… para la apuntalar al capital, no para destruirlo”, en RM nº 91.
[3] [15] Recuerde la burla del principio internacionalista levantado por el marxismo que hacía en su discurso en Ciudad Universitaria: Disculpen si los aburro… Yo estoy aquí, haciéndoles perder su tiempo… hablando de un niño indígena, en lugar de hablarles de la Revolución Mundial…”
[4] [16] Ver “¿Para qué sirve el Grupo Comunista Internacionalista (GCI)?”, en Revista Internacional nº 124, Trimestre 1º de 2006.
[5] [17] El llamado al asesinato fue publicado por el GCI en “Communisme” nº 43, mayo 1996. Nuestra respuesta: “Los parásitos del GCI llaman al asesinato de nuestros militantes en México”, apareció en todas las publicaciones de la CCI a fines de 1996 e inicios de 1997
<!--[if !supportFootnotes]-->[6]<!--[endif]--> [18] .Por ejemplo, grupúsculos como la FICCI contribuyen a generar un ambiente de progrom y linchamiento contra la CCI.
Mensaje de solidaridad con RM
Inmediatamente de que dimos a conocer la amenaza, la solidaridad de nuestros contactos y simpatizantes se hizo sentir, presentamos enseguida uno de estos mensajes.
Recientemente, Revolución Mundial, la sección en México de la Corriente Comunista Internacional, ha recibido una serie de amenazas anónimas a través de su correo electrónico con la finalidad de intimidar a los miembros de dicha organización (...) Los compañeros de Comunismo o Barbarie reconocemos la coherencia de la CCI. A través de este medio expresamos nuestra solidaridad con los compañeros amenazados y llamamos a los compañeros que han estado en contacto con nosotros a tomar en cuenta el significado de dicha agresión, en un momento en el que la confusión que disemina la burguesía y la izquierda del capital comienza a ser puesta en duda por sectores más amplios del proletariado.
Frente a esos ataques, el proletariado sólo cuenta con su unidad y su conciencia. Hoy en día que la lucha del proletariado requiere de mayor fortaleza y claridad es indispensable nuestra solidaridad con las organizaciones revolucionarias, y en ese ánimo hacemos este llamado (...)
Fraternalmente:
Comunismo o Barbarie
La agudización de la crisis económica, que degrada cada día más las condiciones de vida de los trabajadores ha engendrado expresiones de descontento real, en RM (ver números 92 y 93) hemos referido las importantes movilizaciones que los trabajadores y estudiantes de Francia enfrentaron en contra del CPE. Aunque no en igual magnitud, pero expresando similar decisión, combatividad y claridad es la que se expone en la huelga de los trabajadores de la metalurgia en España, e incluso en regiones de la periferia como Bangladesh, aunque con mayores dificultades, no dejan de presentarse experiencias importantes de lucha. En México también el descontento toma lugar y ya ha buscado expresarse como en el caso de los mineros, principalmente en Michoacán, y por los profesores de educación básica en Oaxaca. El coraje expuesto ha dejado ver su decisión y su fuerza potencial, no obstante la clase dominante ha tomado la delantera y ha logrado meter en verdaderas TRAMPAS a las movilizaciones, esterilizando la combatividad, confundiendo y retardando la reflexión y la verdadera toma de conciencia.
Represión gubernamental, ataques económicos, trampas sindicales y del izquierdismo... el único camino es la reflexión y el combate masivo y consciente de los trabajadores
El descontento minero, alentado por la muerte de 65 de sus compañeros en la mina Pasta de Conchos –provocada por las condiciones peligrosas a las que son obligados a laborar– así como por lo ínfimos salarios que reciben, terminó esterilizado cuando los trabajadores son sometidos por la maniobra encabezada por el sindicato, pero sostenida por la patronal y el gobierno, desviando el descontento a la defensa del cacique Gómez Urrutia, que se encuentra en conflicto con el gobierno federal (1). La maniobra se llevó a niveles tales, que empujaron a los trabajadores de SICARTSA a enfrentarse con policías y marinos, siendo asesinados 2 mineros (ver Suplemento a RM 92).
De igual forma, la combatividad que los profesores de Oaxaca expresaban y manifestaban colocando por enfrente sus exigencias salariales (derivada de la zonificación), ha quedado sometida y escondida al ser atados los trabajadores a una movilización interclasista encabezada por la “Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca” (APPO), en la que a pesar de su pretendida radicalidad y autonomía, no tiene una orientación de clase.
La APPO, al ser una estructura interclasista, pero además dominada por estructuras sindicales e izquierdistas (en donde conviven estalinistas, como el FRP, y una diversidad de grupos seguidores de la “6ª declaración” del EZLN), sofoca las fuerzas de trabajadores al someterlos a una movilización sin objetivos políticos coherentes, pero además son atados al accionar desesperado de las clases sin futuro: la desesperación y el voluntarismo, que, por añadidura, aísla, desmoraliza y ayuda a crear un ambiente adecuado para la provocación. Esta actitud se revela de forma más clara en el desgaste a que se sometió a los maestros. Primero el sindicato (SNTE) los mantiene en un aislamiento mediante el “plantón”, el gobierno (el 14-07-06) secunda el accionar al lanzar las hordas policiales sobre ellos, y aunque los trabajadores logran repeler la agresión, sus reivindicaciones de salario, que expone su condición de clase y su crítica directa al sistema de explotación, queda anulada, desviando el descontento hacia el “mejoramiento” del orden democrático de Oaxaca, pidiendo así la destitución del gobernador Ulises Ruíz, para, como lo señala públicamente la APPO, avanzar en la búsqueda de “la nueva constituyente y la nueva constitución democrática y popular de Oaxaca.” (La Jornada, 24-08-06).
Ante esto los trabajadores requieren reflexionar si el cambio de un funcionario por otro modifica en algo su condición de explotado, y, si es posible que un sistema que se basa en la explotación y la opresión puede engendrar (y acatar) leyes que beneficien a los trabajadores.
Ese desvío de la lucha y la pretendida radicalidad que se ha presentado en Oaxaca, es aprovechado por la burguesía para ocuparlo también como arena de combate y usar la manifestación masiva y las respuestas desesperadas presentes como medios de presión en beneficio de algún sector de la clase dominante. Aún si desde el SNTE se exponen las diferencias entre sectores de la burguesía (por ejemplo la que representa Esther Gordillo) con la apertura y agudización del conflicto las diferentes pandillas buscan afectar o presionar, ya sea atizando mediante provocaciones, o simplemente dejando que se prolongue. Es fundamental tener en cuenta la actitud que las diversas fracciones burguesas han tomado a lo largo de este tiempo. Algunos personajes y grupos de la clase dominante, aún cuando se encuentran distanciados políticamente, ya han cerrado filas en torno al gobernador oaxaqueño, como es el caso del candidato presidencial del PAN, Felipe Calderón... Es indicativo de estas rupturas y alianzas la actitud del gobierno federal, por una parte es notorio que ha dejado crecer el conflicto, pero además busca aislar a Ulises Ruíz, recordemos por ejemplo que el vocero de Fox acusó veladamente al gobierno de Ulises Ruíz de usar grupos paramilitares. Mientras Ruíz negaba ser responsable de los grupos de choque que pretendía recuperar la estación de radio que está en manos de la APPO, el gobierno de Fox lo señalaba.
En todo este conflicto la burguesía no ha dudado en dejar de ocultar su rostro sanguinario, asesinando, torturando y encarcelando, no obstante se ha cuidado de mantener bajo control a este movimiento, y aunque resultara disminuida la fuerza de algún sector burgués, el sistema en su conjunto se fortalece, en tanto logra que la clase trabajadora profundice su confusión. No debe dejar de considerarse que aún cuando la APPO no representa intereses de clase, levanta simpatía en los trabajadores en tanto que, en lo aparente, aparece como una agrupación crítica al poder... pero es esa simpatía es la que a fin de cuentas el aparato de izquierda del capital aprovecha para rematar la trampa, dado que lo que ya se llama “insurrección popular pacífica” es colocada como ejemplo a seguir y si ya era justamente un ejemplo en negativo, ahora se busca extenderlo (como se hizo en Michoacán) con lo cual se profundiza la confusión, en tanto se empuja a engordar la campaña de defensa de la democracia, ya que ahora mediante ese “ejemplo” se promueve el fortalecimiento de la propuesta de López Obrador para realizar una “convención nacional democrática”, el 16 de septiembre. Se adelantan con esto para demoler todo descontento y alentar las ilusiones en la democracia y en la posibilidad de un embellecimiento del capitalismo mediante “un nuevo constituyente que acuerde el proyecto de país al que todos aspiramos.” (Desplegado de la “Asamblea Popular del Pueblo de Michoacán”, La Jornada, 20-08-06)...
La penuria a la que son sometidos los trabajadores no puede ser solucionadas con el simple cambio de un funcionario, de las leyes, o de la ampliación de la democracia, por el contrario, son instrumentos a los que la clase dominante puede echar mano para atrapar a los trabajadores y hacer creer que el capitalismo le puede ofrecer una vida mejor.
Cloe/25-08-06
Notas:
1. El pleito de Gómez Urrutia (“Napito”) contra la secretaría del trabajo en realidad no es sino la parte más visible de un enfrentamiento más al interno de la burguesía, detrás de ello se encuentra la pelea de grupos empresariales mineros enfrentados, donde se mezclan las razones de alianzas políticas y disputas comerciales. Por ello no es raro que mientras unos grupos empresariales apoyan abiertamente al grupo sindical de “Napito”, otros sean los promotores y subsidiarios del grupo sindical que impulsa el gobierno federal.
(Lenin, marzo de 1919)
El texto que presentamos, es una Resolución aprobada por el 1er Congreso de la Internacional Comunista el cual muestra la postura marxista de frente a la democracia. Aún cuando en estas tesis se habla de una “verdadera democracia”, lo cual no compartimos porque expone ciertos niveles de confusión, permiten comprender porque la democracia nada tiene que ver con el combate proletario, y por el contrario, es veneno puro para su conciencia. De la misma forma permite reconocer el abismo existente entre la propuesta marxista sobre la dictadura proletaria y la grotesca dictadura expuesta por el estalinismo.
1. El desarrollo del movimiento revolucionario del proletariado en todos los países ha provocado que la burguesía y sus agentes en las organizaciones obreras forcejeen convulsivamente para encontrar argumentos teóricos en defensa de la dominación de los explotadores. Entre éstos, se pone énfasis particular en el rechazo de dictadura y la defensa de democracia. La falsedad e hipocresía de este argumento, repetido en mil formas en la prensa capitalista y en la conferencia de la Internacional amarilla celebrada en Berna en febrero de 1919, es sin embargo son evidentes para cualquiera que no quiera traicionar los principios fundamentales del socialismo.
2. En el primer lugar, los argumento se basan en conceptos abstractos de “democracia” en general y “dictadura” en general, sin especificar la cuestión de que clase se trata, planteando la cuestión al margen de las clases o por encima de ellas, esa cuestión desde el punto de vista -como dicen falsamente- del pueblo, es una clara burla de la teoría básica de socialismo, a saber la teoría de la lucha de clases que todavía reconocen de palabra los socialistas que se han pasado al campo de la burguesía, pero que en los hechos se les olvida. Pues, en ningún país capitalista civilizado existe “la democracia en general”, existe una democracia solamente burguesa, y no es la cuestión de “la dictadura en abstracto” sino de la dictadura de la clase oprimida, es decir, del proletariado, sobre los opresores y explotadores, o sea la burguesía, con el fin de vencer la resistencia que los explotadores oponen en la lucha por su dominación.
3. La historia nos enseña que una clase oprimida nunca ha llegado ni podía llegar a dominar sin atravesar un periodo de dictadura, esto es, sin la conquista de poder político y la supresión por la fuerza de la resistencia más desesperada y furiosa que no retrocede ante ningún crimen, que siempre oponen los explotadores. La burguesía cuya dominación es defendida ahora por socialistas que expresan su rechazo “la dictadura en general” y están en cuerpo y alma por “la democracia en general”, conquistó su poder en los países civilizados por una serie de insurrecciones, guerras civiles, aplastando por la violencia la dominación de los reyes, de los señores feudales y a los esclavistas, y esfuerzos de restauración. En sus libros y folletos, sus resoluciones de congresos y discursos, los socialistas en cada país han explicado al pueblo miles y millones de veces el carácter de la clase de esas revoluciones burguesas. Por eso, la defensa que hoy hacen de democracia burguesa encubriéndose en discursos sobre “democracia” en general, y los gritos contra la dictadura del proletariado encubiertos en el clamor sobre “dictadura, en general” es una descarada traición al socialismo, el paso efectivo al campo de la burguesía, un rechazo del derecho del proletariado a su revolución, una defensa de reformismo burgués, y esto precisamente en un momento histórico cuando el reformismo ha fracasado a lo largo del mundo y en que la guerra ha creado una situación revolucionaria.
4. Todos los socialistas al explicar el carácter de la clase de democracia burguesa, de parlamentarismo burgués, han articulado ideas expresadas con la más gran precisión científica por Marx y Engels al decir que incluso la república del burguesa más democrática no es nada más que el instrumento por el cual la burguesía oprime a la clase obrera, por la que un puñado de capitalistas oprime a las masas trabajadoras. No hay un solo revolucionario o un solo marxista entre los que vociferan contra la dictadura y a favor democracia que no haya jurado ante los obreros por todo lo humano y todo lo divino que reconoce esta verdad fundamental de socialismo; pero ahora, cuándo el movimiento ha empezado entre el proletariado revolucionario, apuntado a romper esa maquina de opresión y luchar por la dictadura del proletariado, estos traidores al socialismo, presentan a la burguesía como si hubiera hecho a los obreros un don de “democracia pura”, como si la burguesía renunciara a la resistencia y estuviera dispuesta a someterse a una mayoría de trabajadores, como si en la república democrática no hubiera ningún aparato Estatal para la opresión de trabajo por capital.
5. La Comuna de París a la que de palabra honran todos los que desean pasar por socialistas, porque saben que las masas trabajadoras simpatizan con ella ardiente y sinceramente, mostró con particular evidencia el carácter históricamente condicionado y el limitado valor de parlamentarismo burgués y democracia burguesa que son instituciones muy progresivas comparado con las Edad Media pero que en la época de revolución proletaria exigen ser cambiadas inevitablemente. El propio Marx, quién aprecio la importancia histórica de la Comuna, en su análisis de ella demostró el carácter explotador de la democracia burguesa y parlamentarismo burgués bajo las cuales la clase oprimida tiene el derecho una vez en varios años, para decidir qué diputado de las clases poseedoras ha de “representar y aplastar” al pueblo en el Parlamento. Precisamente, cuando el movimiento soviético se está extendiendo a todo el mundo y continua a la vista de todos la causa de la Comuna, los traidores a socialismo olvidan la experiencia práctica y las lecciones concretas de la Comuna de París y repiten la vieja basura burguesa sobre “la democracia en general”. La Comuna no fue una institución parlamentaria.
6. La importancia de la Comuna consiste, en que hizo a un esfuerzo por destruir y absolutamente hasta sus cimientos la máquina Estatal burguesa, con sus funcionarios, su ejército, y su policía, para reemplazarlo por una organización autónoma de obreros sin ninguna separación del poder legislativo y del ejecutivo. Todas las repúblicas democráticas burguesas de nuestro tiempo, incluso la alemana a la que los traidores al socialismo burlándose de la verdad llaman proletaria, conserva ese aparato Estatal. Eso demuestra una vez más, clara y inequívocamente, que el grito en defensa de “democracia en general” es nada más que una defensa de la burguesía y sus privilegios de explotación.
7. “La libertad de reunión” puede usarse como un ejemplo de la reivindicación de la “democracia pura”. Cada obrero consciente que no haya roto con su clase, comprenderá inmediatamente que sería una absurdo monstruoso prometer la libertad de reunión a los explotadores en tiempos y situaciones en las que ellos están resistiéndose su derrocamiento y están defendiendo sus privilegios. Ni en Inglaterra en 1649, ni en Francia en 1793, cuando la burguesía era revolucionaria otorgó la libertad de reunión a los monárquicos y a la nobleza que convocaron a tropas extranjeras y se “reunían” para intentar la restauración. Si la burguesía de hoy, desde mucho tiempo reaccionaria, demanda que el proletariado garantizará de antemano “la libertad de reunión” a los explotadores sin tener en cuenta la resistencia que los capitalistas opondrán a su expropiación, los obreros no harán sino reírse de tal hipocresía burguesa.
Por otro lado los obreros saben muy bien que incluso en la república burguesa más democrática “libertad de reunión” es una frase vacía, ya que los ricos tienen los mejores edificios públicos y privados a su disposición, también tienen bastante ocio para sus reuniones que son protegidas por el aparato burgués de poder. El proletariado de la ciudad y el campo, así como los pequeños campesinos que son la mayoría de la población no tienen nada de todo eso. Mientras dure este estado de cosa, “la igualdad”, es decir, “la democracia pura”, es un engaño. Para conquistar igualdad real, hacer una realidad de democracia de los trabajadores, deben privarse primero a los explotadores de todos locales públicos y privados y sus mansiones, los obreros deben darse el tiempo libre, y la libertad de reunión deben ser defendidas por obreros armados y no por los señoritos de la nobleza ni por oficiales hijos de los capitalistas mandando a soldados que son instrumentos ciegos.
Sólo después de tales cambios es posible hablar de “libertad de reunión”, de igualdad, sin burlarse de los obreros, de los trabajadores, de los pobres. Pero estos cambios sólo los puede realizar la vanguardia de los trabajadores, el proletariado, derrocando a los explotadores, a la burguesía.
8. “La libertad de la prensa” es otra principal consigna de “democracia pura”. Pero los obreros saben, y los socialistas de todos los países le han admitido un millón de veces, que esta libertad es un engaño en tanto las mejores imprentas y suministros del papel estén en manos de los capitalistas, y mientras el poder de los capitalistas siga ejerciéndose sobre la prensa, un poder que se expresa en el mundo entro tanto más cínica y claramente, cuanto más desarrollada este la democracia y el régimen republicano, como ocurre por ejemplo en Estados Unidos. Ganar una verdadera igualdad y democracia real para los trabajadores, para los obreros y campesinos, los capitalistas deben ser privados primero de la posibilidad de conseguir a escritores a su servicio, de comprar casas editoriales y sobornar a la prensa. Y para eso es necesario sacudirse del yugo de capital, derrocar a los explotadores y aplastar su resistencia. Los capitalistas siempre han dado el nombre de libertad a la libertad de ganancias para el rico y a la libertad de los pobres para morirse de hambre. Los capitalistas dan el nombre de libertad de prensa a la libertad del rico para sobornar la prensa, la libertad para usar su riqueza para crear y torcer una llamada opinión pública. Los defensores de la “democracia pura” se revelan una vez más como defensores del sistema sucio y corrupto de la dominación del rico sobre los medios de información de las masa, como engañadores del pueblo lo desvían con bellas y pomposas frases completamente falsas de la tarea histórica concreta de liberar la prensa de la capital. Se encontrarán libertad real y igualdad verdadera en el sistema que los comunistas están instaurando, y en el que será imposible hacerse rico a costas otros, ni habrá ninguna posibilidad objetiva de sujetar la prensa, directamente o indirectamente, al poder del dinero, donde nada obstaculizará los trabajadores (o cualquier grupo de obreros sea cual fuere su número) de tener y ejercer derechos iguales para usar las imprentas y papel que pertenecerán a la sociedad.
9. La historia de los siglos XIX y XX mostró, ya antes de la guerra, lo que es realmente la cacareada “democracia pura” bajo el capitalismo. Los marxistas siempre han afirmado que cuanto más desarrollada, más “pura” es la democracia, más abierta, y cruelmente es la lucha de la clase, y más claramente se manifiesta la “pureza” de la opresión de capital y la dictadura de la burguesía. El asunto Dreyfus en la Francia republicana, la sangrienta represión a los huelguistas en la república libre y democrática de los Estados Unidos, por mercenarios armados por los capitalistas, éstos y mil hechos similares descubren la verdad que la burguesía trata en vano ocultar, a saber, que la dictadura y el terror de la burguesía reina y se manifiestan en la república más democrática, siempre que parezca a los explotadores que el poder del capital esta en peligro.
10. La guerra del imperialista de 1914-18 expuso el verdadero carácter de la democracia burguesa, aún a los obreros atrasados, incluso en las repúblicas más libres. Para enriquecer a grupos de millonarios multimillonarios alemanes e ingleses, docenas de millones de hombres han sido masacrados y en las repúblicas más libres la burguesía estableció la dictadura militar. Esta dictadura del ejército todavía existe aun en los países de la Entente después de la derrota de Alemania. Precisamente la guerra, más que cualquier otra cosa, abrió los ojos de los trabajadores, ha rasgado el falso oropel de democracia burguesa, y reveló al pueblo cuan profundo ha sido el abismo de la especulación y de la codicia, durante la guerra y con motivo de la guerra. La burguesía emprendió esta guerra en el nombre de la libertad y la igualdad; en nombre de libertad e igualdad los mercaderes de la guerra aumentaron su riqueza inauditamente. Ningún esfuerzo de la internacional amarilla de Berna podrá ocultar a las masas el carácter explotador, ahora definitivamente desenmascarado de la libertad burguesa, la igualdad burguesa, y la democracia burguesa.
11. En el país Europeo donde capitalismo se ha desarrollado más, es decir, en Alemania, los primeros meses de plena libertad republicana que siguió a la derrota imperialista, mostró a los obreros alemanes y al mundo entero el carácter de clase real de la república democrática burguesa. El asesinato de Karl Liebknecht y Rosa Luxemburgo no sólo es un acontecimiento de importancia histórica mundial porque los mejores dirigentes de la internacional comunista verdaderamente proletaria perecieron trágicamente, sino también porque se ha puesto de manifiesto el carácter del Estado europeo más desarrollado –puede afirmase sin caer en exageración- del principal Estado en el mundo. Si prisioneros, es decir, las personas que han sido tomadas bajo la custodia del poder Estatal, pueden ser asesinados con impunidad por funcionarios y capitalistas bajo un gobierno de social-patriotas, es evidente entonces que la república democrática en la que esto puede pasar es una dictadura de la burguesía. Aquellos que expresan indignación ante el asesinato de Karl Liebknecht y Rosa Luxemburgo pero no comprende esta verdad demuestra su torpeza o su hipocresía. La “libertad” consiste en una de las más libres y avanzadas de las repúblicas del mundo, en la república alemana, en la libertad para matar impunemente a los líderes encarcelados del proletariado. No puede ser por otra manera mientras se mantenga el capitalismo, pues el desarrollo de democracia no embota sino agudiza la lucha de clases que en virtud y como resultado de la guerra y sus consecuencias, alcanzado su punto de ebullición.
Hoy día en todo el mundo civilizado se está deportando, persiguiendo, encarcelando a bolcheviques; como ha ocurrido en Suiza, una de las repúblicas burguesas más libres, y en Norteamérica, se organizan contra ellos pogromos contra ellos. Del punto de vista de “la democracia en general”, o “democracia pura”, es absolutamente ridículo que países progresistas, civilizados, democráticos, armados hasta los dientes, tengan temor de la presencia en ellos de unas docenas personas de la atrasada, hambrienta y arruinada Rusia, descrita como salvaje y criminal en millones de ejemplares de periódicos burgueses. Es obvio que un sistema social que puede dar lugar a las tales contradicciones tan agudas es en realidad una dictadura de la burguesía.
12. En semejante estado de cosas la dictadura del proletariado no está totalmente justificada, como un medio de derrocar a los explotadores y romper su resistencia, sino también como único esencial medio para la masa de obreros de defenderse. contra la dictadura burguesa que ha llevado. a la guerra y está preparándose para las nuevas matanzas.
La cuestión principal que no entienden los socialistas,- lo cual es una muestra de su miopía teórica, su cautiverio y dependencia en prejuicios burgueses, y su traición política al proletariado-, es que en la sociedad capitalista cuando la lucha de clases inherente a ella se agudiza, no hay nada intermedio entre la dictadura de la burguesía y dictadura del proletariado. Cualquier ilusión de otra tercera vía es el lamento reaccionario de la pequeña burguesía. La prueba de esto es la experiencia de más de cien años de democracia burguesa y del movimiento obrero en todos los países avanzados, y particularmente la experiencia de los últimos cinco años. También lo prueba la económica política, todo el contenido del Marxismo en el que se explica la necesidad económica de dictadura burguesa en toda economía mercantil, un dictadura que puede ser abolida por la clase que a través del desarrollo de capitalismo se desarrolla y crece, se vuelve más organizada y poderoso, es decir, por la clase de los proletarios.
13. Otro error teórico y político de los socialistas es su fracaso para entender que las formas de democracia han cambiado inevitablemente por los siglos desde que aparecía primero en el. Mundo Antiguo, a medida que una clase gobernante fue sustituida por otra. En las. repúblicas de Grecia en las ciudades medievales, en los Estados capitalistas avanzados, la democracia tiene formas diferentes y se aplica en grado distinto. Sería el más grande absurdo asumir que la revolución más profunda en historia, la transferencia de poder de la minoría explotadora a la mayoría explotada –paso que se observa por primera vez en el mundo-, podría tener lugar dentro del armazón de la vieja democracia parlamentaria burguesa, sin los cambios más radicales, sin la creación de nuevas formas de democracia, nuevas instituciones, y de nuevas condiciones para su aplicación, etc.
14. La dictadura del proletariado tiene en común con la dictadura de otras clases, es que como cualquier dictadura, se origina en la necesidad de suprimir a través de fuerza la resistencia de la clase que está perdiendo su poder político. La diferencia fundamental entre la dictadura del proletariado y la dictadura de otras clases, la de los terratenientes de la Edad Media y la de burguesía en todos los países capitalistas civilizados, donde la dictadura de terratenientes y la burguesía ha sido un aplastamiento por la violencia de la resistencia de la inmensa mayoría de la población, es decir, de los trabajadores. La dictadura del proletariado es la supresión por medio de la violencia de la resistencia de los explotadores, es decir, la ínfima minoría de la población, los grandes terratenientes y capitalistas.
De esto se deriva que la dictadura del proletariado debe involucrar inevitablemente no sólo un cambio en las formas y instituciones de democracia, sino también un cambio que produjese una extensión sin precedentes de democracia real, a las clases trabajadoras a quien capitalismo a oprimido.
Y de hecho las formas tomadas por la dictadura del proletariado ya ha sido elaborada de hecho; el poder soviético en Rusia, los consejos obreros en Alemania, (Rätesystem),los comités en Bretaña (Shop-stewards Committees) y las instituciones soviéticas similares en otros países, todas éstas hacen una realidad para las clases laboriosas, es decir, para la aplastante mayoría de la población; de gozar de libertades y derechos democráticos como nunca ha existido ni siquiera aproximadamente en las repúblicas en las mejores republicas democráticas.
El poder soviético consiste en que la base permanente y única del poder Estatal, del aparato Estatal por completo, es la organización de masas de esas mismas clases que fueron oprimidas por los capitalistas, eso es, los obreros y semi-proletarios (campesinos que no explotan trabajo ajeno y que venden constantemente aunque sea solo en parte su fuerza de trabajo). Precisamente las masas que hasta en las repúblicas burguesas más democráticas donde por ley tenían derechos iguales, por medio de mil maneras y artimañas, se han visto privadas de tomar parte en la vida política y el uso de derechos democráticos y libertades, tienen ahora necesariamente una participación continua, y además decisiva en la dirección democrática del Estado.
15. La igualdad de ciudadanos, sin distinción de sexo, religión, raza, nacionalidad de la que la democracia burguesa siempre ha hablado por todas partes pero de hecho nunca ha llevado a cabo y que no podría llevar a cabo debido a la dominación del capitalismo, se ha hecho una realidad completa por el régimen soviético, o sea la dictadura proletaria, pues eso sólo el poder de los obreros que no están interesado en la propiedad privada de los medios de producción y en la lucha para su distribución y redistribución, puede hacerlo.
16. La vieja democracia, es decir, democracia burguesa y el parlamentarismo, esta organizada de tal modo que precisamente las clases trabajadoras son apartadas del aparato administrativo. El poder de los soviéts, es decir, la dictadura proletaria, por el contrario esta organizado de manera tal que ellas se aproximen a la máquina administrativa. La fusión del poder legislativo y del ejecutivo en la organización soviética del estado tiene el mismo propósito, tanto como hacer la substitución de las circunspecciones electorales territoriales por entidades de la producción, como lo son las fábricas.
17. El ejército no sólo era un instrumento de opresión bajo la monarquía; sino también sigue siéndolo en todas las repúblicas burguesas, incluso las más democráticas. Sólo el poder soviético, en tanto que organización Estatal único permanente de las mismas clases oprimido por los capitalistas, está en una posición de abolir la dependencia del ejército al mando burgués y realmente fundir el proletariado con el ejército, al llevar acaba realmente el armamento del proletariado y el desarme de la burguesía, condiciones sin la cuales la victoria del socialismo es imposible.
18. El organización soviética del Estado esta adaptada al hecho de que el proletariado, como la clase concentrada y más conciente e ilustrada por capitalismo, detenta el papel dirigente en el Estado. La experiencia de todas las revoluciones y todo los movimientos de las clases oprimidas, la experiencia del movimiento socialista mundial, nos enseña que sólo el proletariado está en una posición unir y llevar tras de si a los estratos atrasado y dispersos de la población explotada.
19. Sólo la organización soviética del estado puede destruir, de una vez y completamente el viejo aparato, es decir, el aparato burocrático y judicial burgués que permanecía y tenía que permanecer inevitablemente bajo capitalismo, incluso en las repúblicas más democráticas, siendo de hecho para los obreros y trabajadores el mayor obstáculo para la realización eficaz de la democracia. La Comuna de París dio el primer paso histórico mundial en esta dirección, el régimen soviético el segundo.
20. La abolición de poder Estatal es la meta de todos los socialistas con Marx a la cabeza. Mientras esta meta no sea alcanzada, la verdadera democracia, es decir, la igualdad y libertad, es irrealizable. Solo la democracia soviética o proletaria lleva de hecho a esa meta, porque inmediatamente empieza a preparar la agonía completa de todo Estado, asociando la organización de las masas trabajadoras en la participación constante y sin restricción de la administración Estatal.
21. el fracaso completo de los socialistas que se reunieron en Berna, su absoluta incomprensión de la nueva democracia proletaria, se ve muy claramente de los siguientes hecho: el 10 febrero 1919 Branting clausuró la conferencia de la Internacional amarilla en Berna. El 11 de febrero del mismo año sus miembros en Berlín publicaron en el periódico Die Freiheit un llamado del partido “Independiente” al proletariado. En este llamado se reconoce el carácter burgués del gobierno de Scheidemann a quien se le reprocha por querer abolir a los consejos obreros llamados “portadores y defensores” de la revolución y se propone legalizar los consejos obreros, y darles derechos estatutarios, darles el derecho para vetar las decisiones de la Asamblea Nacional y someter la cuestión a un referéndum nacional.
Semejante propuesta refleja la completa quiebra intelectual de los teóricos que defienden democracia y no han entendido su carácter burgués. Este esfuerzo ridículo por unir el sistema de consejos, es decir, la dictadura proletaria, con la Asamblea Nacional, que no es otra cosa que la dictadura de la burguesía, expone la pobreza mental de los socialistas amarillos y socialdemócratas y finalmente su política pequeño-burguesa reaccionaria, así como sus concesiones pusilánimes a la irresistible fuerza creciente de la nueva democracia proletaria.
22.La mayoría Internacional amarilla de Berna al condenar al Bolchevismo pero que no se atrevió por el miedo a las masas trabajador, a votar formalmente una resolución en esta línea, actuó correctamente del punto de vista de clase. Esta mayoría se solidariza completamente con los Mencheviques y Socialrevolucionarios rusos y los Scheidemann en Alemania. Los Mencheviques y Socialrevolucionarios rusos al quejarse de que los bolcheviques los persiguen intentan ocultar el hecho que esta persecución fue provocada por su participación en la guerra civil al el lado de la burguesía contra el proletariado. Scheidemann y su partido en Alemania tomaron parte en la guerra civil en el lado de la burguesía contra los obreros de precisamente de la misma manera.
Es por consiguiente bastante natural que la mayoría de aquellos que asisten a la Internacional amarillo en Berna debe salir en favor de la condena a los bolcheviques. Pero eso no representó una defensa de “democracia pura”; sino que fue la autodefensa de las personas que perciben que en la guerra civil están del lado de la burguesía contra el proletariado.
Por estas razones la decisión de la mayoría de la Internacional amarilla debe describirse como correcta desde el punto de vista de clase. Pero el proletariado no debe temer la verdad, sino al contrario afrontarla y extraer las conclusiones políticas pertinentes.
Enlaces
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[4] https://es.internationalism.org/rm/2006/94_izqder#_edn1
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[6] https://es.internationalism.org/tag/2/36/los-falsos-partidos-obreros
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[19] https://es.internationalism.org/tag/corrientes-politicas-y-referencias/parasitismo
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