Huelga salvaje en Antep (Turquía): “Queremos vivir como seres humanos”

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Una lucha autónoma de los trabajadores en Turquía expuesta por nuestra sección en dicho país

Publicamos a continuación el análisis de una huelga en Turquía realizado por nuestra sección en dicho país. Agradecemos a un compañero próximo la traducción del inglés. El proletariado es una clase mundial y necesita el internacionalismo para desarrollar su lucha y avanzar hacia una revolución mundial que nos libere de la barbarie capitalista. Internacionalismo para defenderse contra las movilizaciones que quieren arrastrarlo al terreno de la “lucha nacional” como recientemente hemos visto en Cataluña. Internacionalismo para crear lazos crecientes de solidaridad y unidad con los trabajadores de todos los países. Internacionalismo para aprender de las experiencias de lucha como ésta que vemos en Turquía.

Huelga salvaje en Antep (Turquía): “Queremos vivir como seres humanos” 

“¿Dónde vais?”“Nos vamos hermano, no trabajamos”“Bien, entonces vamos juntos, no trabajemos”

Los obreros textiles de la zona industrial de Antep (o Gaziantep), ciudad situada junto a la frontera con el Kurdistán turco, han protagonizado recientemente una serie huelgas por la mejora de sus condiciones de trabajo, por una mejora salarial y contra los recortes de diversos pluses. La huelga, que comenzó con la participación de 3 a 5 mil obreros según las diversas fuentes, rápidamente se extendió a 7 fábricas de la zona, con un total de 7.000 trabajadores implicados.

Respecto a sus condiciones de trabajo - la jornada de trabajo media es de 12 horas- los obreros manifiestan: «Lo que queremos es un salario justo que nos dé lo suficiente para alimentar a nuestras familias y respete nuestros derechos sociales. No queremos nada más. No tenemos nada contra nadie en particular. Ni tenemos intenciones ocultas, sólo queremos lo que nos merecemos»[1].

Un trabajador que participó en la huelga expresa cómo la burguesía turca, que recientemente ha dado un paso adelante en  su integración en la red internacional de relaciones imperialistas bajo el eslogan de “convertirse en una superpotencia”, ha estado difundiendo falsas esperanzas en sus “comunicados a la nación”: «Nos dicen que nuestra economía es la mejor, sólo superada por China. Nos dicen que somos pioneros en lo que a exportaciones se refiere. Nadie se pregunta cuál es la situación de los trabajadores, cuánto pan podemos permitirnos  cuando volvemos a casa. Nadie se preocupa por nosotros.  Llevamos varios días de huelga, y las reivindicaciones de miles de seres humanos son simplemente ignoradas»[2].

Otra característica importante de la huelga es la reacción contra el sindicato Oz-Iplik-Is, perteneciente a la confederación Hak-Is[3], del cual una parte significativa de los huelguistas son miembros. La huelga desde el principio ha transcurrido de forma independiente al margen de la dirección y control del sindicato, que los obreros no han dudado en criticar. El comunicado más claro acerca de la situación fue realizado por Nihat Necati Bencan, el representante del sindicato DISK[4] en la región de Antep, que pensamos que es interesante citar no sólo por la claridad con que muestra la visión de los sindicatos sobre la huelga, sino también por su ironía: «En cambio, las reivindicaciones de los obreros en 5 fábricas se han expresado a través de delegados elegidos por estos. Sin embargo, ninguna de las direcciones de las fábricas está tomando en serio las reivindicaciones y no se están dando los pasos adecuados para abordar la situación. Se necesitan pasos adecuados para solucionar el problema pronto. De otro modo la oleada de huelgas va a continuar y se va extender»[5].

El acuerdo entre el sindicato y el dueño de una fábrica por  un incremento salarial ridículo, por ejemplo, es uno de los motivos que desató la huelga. Los obreros, cuando se enteraron de que el sindicato había negociado un incremento del 45 TL, prácticamente cero, se lanzaron de manera inmediata a la huelga. De hecho, Mehment Kaplan, el presidente en la región de Antep del sindicato Oz-Iplik-Is, fue retenido en la fábrica durante un tiempo por los obreros, siendo liberado tras haber tenido que escuchar eslóganes como “¡vendeobreros!”. De este modo, los trabajadores llevaron a la práctica su huelga sin intermediarios y contra el sindicato desde el mismo inicio.

A medida que la huelga avanza los lacayos de la burguesía intentan suprimirla  por diferentes medios. El Estado, que envió a sus jaurías de perros a las fábricas desde el mismo comienzo de la oleada de huelgas, se siente muy molesto por las acciones de los obreros fuera del control de los sindicatos. El “consejo” que los policías daban a los trabajadores durante la huelga era revelador: «Si no aceptáis, no encontraréis trabajo en ninguno sitio nunca más. Los empresarios no pueden permitirse más. Aceptadlo y volved al trabajo». Parece que las fuerzas policiales tienen el mismo discurso que la policía de las fábricas, los sindicatos.

Tras 11 días de huelga, esta finalmente terminó con importantes mejoras para los trabajadores. Entre ellas un incremento salarial de 780 TL a 875 TL. Los obreros de la fábrica Motif Textile volvieron al trabajo con un incremento de hasta 905 TL mensuales. También gracias a la huelga, los obreros obtuvieron el derecho a 10 días festivos remunerados.

El atentado que dejó 9 civiles muertos en Antep justo después de la huelga rápidamente transformó la atmósfera de la ciudad y dispersó el ambiente creado por la huelga. En un país como Turquía, donde la opinión pública es tan cambiante y moldeable, las noticias que, como en todos los países, están manejadas por la burguesía, son usadas para frenar movimientos como el descrito y evitar la participación del resto de la clase obrera. De hecho, la clase dominante hace todo lo posible para evitar que los trabajadores ni siquiera sepan de la existencia de estas huelgas. Por ejemplo, mientras los principales medios de turcos de forma repetida informan de la masacre policial contra los mineros en Sudáfrica, sobre las huelgas en la propia Turquía no se dice una palabra, ni en televisión ni en los periódicos. Por supuesto esto no es una sorpresa: forma parte de una estrategia de control de la población. Sin embargo,  los obreros que han vivido la huelga como un producto suyo desde luego han salido fortalecidos.

Los empresarios de algunas de las fábricas implicadas han querido que los trabajadores firmaran un documento que leía “Lamento haber participado en el movimiento”. Los obreros se negaron a firmar tales documentos, vistos como una maniobra represiva de los empresarios.

Esta huelga ha significado un antes y un después para el conjunto de la clase trabajadora en Turquía, que últimamente ha vivido una serie de luchas aisladas en una única fábrica o centro de trabajo,  como la de Tekel[6], la de los obreros de Hey Textiles que fueron despedidos sin razón alguna, y la huelga de Turkish Airlines.

Algunos detalles nos hablan de la importancia de la huelga. Los trabajadores fueron capaces de hacer frente a casi todas sus necesidades a lo largo de la lucha, aparte de alguna pequeña ayuda que les llegó en la última fase de la huelga. Los obreros actuaron juntos en materias como la comida, el transporte y demás, y tomaron todas sus decisiones por medio de un comité que habían formado. Uno de los elementos más importantes de la huelga fue el hecho de que los trabajadores encontraron la forma de actuar fuera de los sindicatos, siendo los proletarios capaces de tomar la iniciativa  y de llevar la lucha por ellos mismos. Por las críticas realizadas hacia los sindicatos durante la huelga, parece evidente que ahora mismo existe una cuestión candente en el medio obrero: No necesitamos a los sindicatos en nuestra lucha.

Además, toda la prensa de la izquierda de la burguesía, al escribir sobre la huelga, que se ha desarrollado completamente de forma independiente de los sindicatos e incluso contra ellos, ha comentado que los obreros estarían debatiendo sobre la necesidad de sindicatos más fuertes. La afirmación de que los trabajadores se encuentran en tal proceso de debate, cuando la lucha se ha llevado a la práctica precisamente fuera de los sindicatos, es una maniobra política. Así que en lugar de hablar sobre la huelga salvaje en sí, la izquierda burguesa lo hace acorde a sus planteamientos pro-sindicales y pro-capitalistas.

También vemos una diferencia importante al comparar la duración de las luchas o huelgas controladas por los sindicatos y las que no lo son. En las primeras, además de generarse un gran malestar hacia los sindicatos, que no son otra cosa que aparatos estatales, se produce la desesperación y el “queme” de los obreros, de forma significativa cuando estos quieren tomar el control de su propia lucha.  Vemos, al contrario, y teniendo en cuenta las experiencias de la clase obrera a nivel mundial, que los movimientos controlados y dirigidos por los trabajadores mismos siempre hacen avanzar la historia del proletariado, y tienden a tener éxito y elevar la moral. Cuando los trabajadores se organizan y controlan la lucha, como hemos visto en esta ocasión, son capaces de concluirla por ellos mismos. Por otra parte, la participación activa de los obreros en la lucha ha obtenido una victoria en apenas 11 días, mientras que las huelgas controladas por los sindicatos a menudo acaban en callejones sin salida, “quemando” la energía de los proletarios y llevándolos a la desesperación durante períodos que a menudo van más allá de varios meses; y esto resulta en nuevas experiencias negativas acompañadas de la decepción de los trabajadores.

 «A pesar de todo hemos conseguido un aumento salarial de 780 TL a 875. No es mucho, pero tampoco es un aumento pequeño. Esta huelga puede que se acabe hoy; nuestra lucha no»[7].

Los obreros, al finalizar la huelga, tomaron la decisión de llevar a cabo una conferencia, organizada por su propio comité de huelga, para debatir sobre sus problemas. Mientras diversas fuentes burguesas han hecho mención más o menos detallada a la huelga, lo que nosotros encontramos más significativo es el hecho de que los obreros estén dotándose de plataformas de discusión para clarificar los elementos positivos de esta huelga salvaje y la lucha.

 «Los sindicatos son totalmente inconcebibles sin la existencia del trabajo asalariado que, por su parte, presupone la existencia del capital. En la medida que el capital es controlado por propietarios individuales,  en competencia entre ellos y representados por diversos individuos y partidos en el gobierno, los sindicatos pueden al menos ser capaces de negociar  una mejora en las condiciones de explotación asalariada. Su función es regular la venta de la fuerza de trabajo, una función que se ha vuelto indispensable para el moderno sistema capitalista. De ahí se deriva su importancia como estructuras complementarias del Estado, si no parte del Estado en sí, en todas partes del mundo actual (…) Su existencia como organizaciones es totalmente dependiente de la continua existencia de la dualidad trabajo/capital (…). Sin embargo, pueden situarse de lado del capital en la medida que no traten de destruir esa dualidad. Al contrario, se han vuelto de forma creciente indispensables para el mantenimiento del sistema capitalista. Como resultado, cuanto más gigantesca y anónima es la concentración del capital, más los sindicatos toman partido por el capital y consideran su papel directamente vinculado al gran “interés nacional»[8].

Nevin 3/9/12

 

[3] Hak-Is es una confederación sindical pro-gubernamental e islamista

[4] DISK, Confederación Revolucionaria (o Progresista, como actualmente es traducido al inglés por la confederación) de Sindicatos Obreros, es el principal sindicato izquierdista del sector privado en Turquía.

[6] Sobre esta lucha ver Turquía: Solidaridad con la resistencia de los trabajadores de Tekel contra el Gobierno y los sindicatos en /cci-online/201002/2777/turquia-solidaridad-con-la-resistencia-de-los-trabajadores-de-tekel-contra-el ,  Huelgas en Tekel (Turquía): ¿Cómo podemos organizar nuestras luchas sin los sindicatos? en /cci-online/201008/2927/huelgas-en-tekel-turquia-como-podemos-organizar-nuestras-luchas-sin-los-sindi así como 2 tomas de posición internacionalistas realizada por grupos proletarios del Perú: Estimados hermanos de clase de Turquía (https://es.internationalism.org/node/2779 ), Pronunciamiento por la solidaridad internacionalista: La combatividad de los trabajadores de Tekel- Turquía dan el ejemplo (https://es.internationalism.org/node/2788 )  y una desde Ecuador: Solidaridad con la huelga de los trabajadores de Tekel –Turquía (/cci-online/201002/2778/solidaridad-con-la-huelga-de-los-trabajadores-de-tekel-turquia )

[8] Munis, “Los sindicatos contra la revolución”, versión en inglés:  https://libcom.org/article/unions-against-revolution-g-munis

 

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