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El 15M ha puesto de actualidad uno de los instrumentos más importantes de la lucha
contra el capital: la organización asamblearia. Las asambleas abiertas son los lugares en
los que se pone de manifiesto el descontento generalizado, ante las dificultades
crecientes de la vida, y donde se toman las decisiones que nos permiten confrontar esta
situación.
Las "Asambleas" son la forma en las que se concreta nuestra democracia real y donde
se asumen posiciones, que a todos nos vinculan unificando las distintas perspectivas de
lucha frente a la única causa común a todas ellas: el capitalismo.
En el momento actual en que se encuentra el "movimiento" es importante una defensa
continuada y paciente de las "Asambleas". Defender las asambleas es una de las
cuestiones más importantes de las que hemos de hacernos cargo. Son una de las
principales armas que disponemos a la vez que prefiguran nuestra manera de entender la
organización social futura. Hemos de defender las "Asambleas Abiertas" de todos los
intentos externos de manipulación, principalmente por parte de sindicatos, partidos,
asociaciones, medios de comunicación, grupos como DRY, policía, agentes del Estado,
etc...pero al mismo tiempo hemos de preservarlas de nuestros propios errores.
Tras el 15M y durante las primeras semanas surgieron asambleas de ciudad en muchos
lugares. La evolución del "movimiento" extendió estas asambleas a los barrios, pueblos,
comarcas, universidades, etc... Se iniciaron asambleas entorno a cuestiones capitales
como los desahucios, el paro, etc... Inicialmente eran verdaderas "Asambleas Abiertas"
que daban forma a impulsos más o menos generalizados aunque fuera con las
confusiones y la inexperiencia que a todos nos caracteriza. El reflujo del "movimiento"
hizo que estas asambleas dejaran de ser tal para pasar a ser "grupos" más o menos
numerosos.
El impulso inicial hizo que muchos de nosotros viéramos la necesidad de dar
continuidad al "movimiento" recogiendo las experiencias habidas y preparando las
bases para "ir más allá" cada vez. En muchos barrios y pueblos o entorno a cuestiones
más concretas como los desahucios o el paro, han seguido trabajando grupos activos
donde se reúnen quienes muestran mayores inquietudes o preocupación. Esto se está
haciendo con el nombre de "Asamblea de..." cuando en realidad han dejado de ser
verdaderas asambleas populares pareciéndose más a "grupos de trabajo" o a "grupos de
discusión". Estos "grupos" responden a la legítima necesidad de permanecer
organizados y unidos entorno a las cuestiones que nos preocupan y además permiten
que maduren las condiciones para futuras asambleas masivas.
Un grupo de 25 o 50 personas (generalmente los mismos siempre) no son una auténtica
asamblea de barrio, de ciudad o de afectados. Es la asamblea de quienes así se reúnen,
pero no debe confundirse esto con las asambleas abiertas, masivas y representativas.
Confundir esta cuestión nos puede llevar, quizás de manera no consciente, a tomar una
cosa por otra y atribuirnos una representatividad de la que carecemos, con lo que
estaríamos actuando de la misma manera que queremos evitar.
Existe también el riesgo de caer en un activismo que se aleja cada vez más de la lucha
contra el capital y sus ataques a nuestras condiciones de vida. El riesgo contrario es
también posible; esto es la inactividad aduciendo que nos falta representatividad. El
hecho de organizarnos en "grupos" de trabajo o de discusión no es algo solamente
"legítimo" sino que además es necesario.
El resurgir del movimiento asambleario tendrá lugar sobre bases más firmes y con
perspectivas más audaces, pero ello exige la defensa continuada de las asambleas,
evitando los ataques externos, por una parte, y su perversión, por otra. Las verdaderas
asambleas volverán cuando se agudice y extienda la lucha sobre cuestiones sociales y
que en definitiva, aunque quieran negárnoslo, serán una forma de la lucha de clases.
Aunque el peligro mayor venga de fuera del "movimiento" sobre todo mediante los
aparatos del Estado: sindicatos, partidos, prensa y policía, es también vital tener
presente los peligros internos generados por nosotros mismos. De momento hemos de
ser conscientes de lo que somos: "grupos minoritarios activos, de trabajo o de
discusión, y que funcionamos de manera asamblearia". Y esto no es poca cosa. Es la
base necesaria para el resurgir de asambleas masivas y combativas. Nos han declarado
la guerra hemos de responder unidos y organizados.
CH