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El miércoles 12 de mayo el Gobierno Zapatero anunció el ajuste más duro de la historia de la democracia. No ha sido sin embargo ninguna sorpresa. En febrero cuando el mismo Zapatero lanzó sus primeros grandes golpes (pensiones, reforma laboral etc.) dijimos: «las medidas que ahora se han anunciado que ya de por si constituyen una carga de profundidad contra nuestras condiciones de vida, no son más que el primer capítulo de una larga cadena de ataques que van a inundar nuestras vidas con las lacras terribles de la miseria, el desempleo, el estrés, el agotamiento, la ansiedad por el futuro...»[1]. Del mismo modo, hasta un periódico tan pro-gubernamental como El País reconoce francamente que se esperan nuevas medidas de ajuste.
El ataque mundial a las condiciones de vida de todos los trabajadores
Zapatero y compañía decían que "empieza la recuperación" y anunciaban a todo trapo "la salida del túnel". La realidad es que hemos entrado en una nueva etapa superior y más grave de la crisis mundial del capitalismo caracterizada por la insolvencia de los Estados. Resulta difícil saber hacia dónde van las cosas, ¡ni los propios capitalistas ni sus serviciales gobernantes lo saben!, pero lo que todo el mundo reconoce es que estas medidas precipitarán nuevas recesiones, nuevas contracciones de la producción, acompañadas por la explosión bien sea de la inflación, bien sea de la deflación.
Estas medidas vienen impuestas por la necesidad de evitar el hundimiento del euro que acarrearía peligros enormes de desestabilización para toda la economía mundial y al mismo tiempo son la única manera que tienen los Estados para seguir endeudándose, seguir pidiendo prestado "a los mercados" sumas incalculables que habrá que pagar más adelante.
El capitalismo -atacado por una crisis incurable- huye sin descanso de sus propias contradicciones a través de una loca carrera de endeudamiento que lo sumerge en una espiral sin salida.
Los Gobiernos dan palos de ciego sin saber hacia adonde van. Pero sus palos caen siempre sobre las mismas costillas: ¡las de los trabajadores y la gran mayoría de población laboriosa! Eso es lo único que saben y pueden hacer.
Los Planes de Austeridad proliferan en todos los países. Islandia, Grecia, Portugal, España, Irlanda... El nuevo Gobierno inglés tiene como prioridad absoluta imponer recortes de 70.000 millones de libras. En Francia, Italia y Alemania, se anuncian igualmente duros ajustes.
El veneno de la división la mejor arma que tienen para colarnos los ataques
Todos los trabajadores somos atacados, todos debemos unirnos por encima de las divisiones de sector, empresa, nacionalidad, región y nación.
Los Gobiernos, la Oposición, la Patronal y los Sindicatos, se esfuerzan por sembrar en nuestras filas el veneno de la DIVISION. No saben cómo hacer frente a la crisis pero tienen una canallesca experiencia en todo tipo de maniobras de división.
En Grecia, la propaganda de todos los partidos y sindicatos apunta con el dedo acusador a los trabajadores alemanes por "no querer ayudarles". Recíprocamente, en Alemania, la campaña se centra en que ¡los trabajadores alemanes no tienen que pagar los "excesos" de los trabajadores griegos!
Aquí en España nos dicen que Zapatero se ha arrodillado ante la Unión Europea, que no ha tenido agallas para defender una "postura nacional". Rajoy pide que "le voten porque tiene la solución". Una solución nacional y española, una, grande y libre...
Estas "salidas nacionales a la crisis" no son únicamente una vulgar engañifa, son sobre todo un medio de dividir a los trabajadores, de impedirles que vean que la única salida posible es la unidad y la solidaridad internacional de todos los trabajadores, el desarrollo de luchas que se orienten hacia su unificación internacional.
Pero las maniobras de división no se acaban ahí. Así, Zapatero anunció que "se limitaría" a funcionarios públicos, pensiones y beneficiarios del cheque bebé, dando a entender que los trabajadores del sector privado o los parados no se verán afectados. Para reforzar la maniobra, los sindicatos limitan sus movilizaciones a los funcionarios y Rajoy rechaza la congelación de pensiones pero aprueba el tijeretazo a los funcionarios. Por su parte, dos periódicos tan rivales como El Mundo y El País coinciden en sacar sendas "encuestas" donde en grandes titulares proclaman «más del 50% de los ciudadanos están a favor de que se aplique la reducción salarial a los funcionarios».
Es decir, quieren dejar solos y aislados a los trabajadores funcionarios. Los presentan como chivos expiatorios para pegarles un palo y luego continuar con los trabajadores del sector privado, los parados, los estudiantes etc. Quieren que nos refugiemos en la idea suicida de "esto a mi no me afecta".
¡Es mentira! ¿Acaso no han establecido ya los sindicatos y la Patronal unos Pactos para el sector privado donde se ajustan los salarios y se permite a los empresarios la patente de corso del "descuelgue"? ¿Acaso no nos espera a todo el mundo la subida del IVA? ¿Acaso no hay numerosos grupos de trabajadores afectados por atrasos salariales? ¿Acaso no hay en curso una NUEVA Reforma Laboral? ¿Acaso no han programado recortes enormes para los Ayuntamientos y las Comunidades Autónomas? ¿Acaso no han aprobado un recorte de las prejubilaciones? ¿Acaso no reconoce El País en su edición del domingo 16 que «los ajustes salariales se extenderán al sector privado»?
¡No podemos caer en esa trampa! ¡El ataque es global y frontal! ¡Salarios, pensiones, prestaciones de desempleo, precariedad, sanidad, educación, condiciones laborales etc., TODO ESTA AMENAZADO POR EL ATILA DE LOS PLANES DE AUSTERIDAD.
¿Hay una salida social a la crisis?
Mientras a los trabajadores se nos aprieta el cinturón, mientras la miseria y la pobreza se extienden como plaga hasta el extremo de que muchos barrios de Nueva York, Londres, París, Madrid o Atenas se parecen cada vez más a África, vemos que el salario anual de los directivos de las empresas del IBEX es de UN MILLON de euros (300 veces el salario mínimo), que los banqueros se jubilan con rentas de hasta 85,7 millones de €.
Esto hace que el Señor Cayo Lara de IU nos proponga « ¿por qué no se pueden plantear medidas para que los beneficios de la banca se dediquen a dar una salida social a la crisis?» (Entrevista en El País, 16-5-10).
Es intolerable que los grandes gerifaltes económicos y políticos del capitalismo se enriquezcan de manera insolente mientras por todos los lados prolifera la pobreza y el sufrimiento. Pero esa es una ley propia del capitalismo. Bajo el capitalismo no hay ni habrá "salidas sociales donde se repartan equitativamente las cargas". A medida que avanza la crisis se agudiza una tendencia ya denunciada por Marx hace siglo y medio: en un polo se acumulan las riquezas faraónicas de una minoría cada vez más pequeña y en el otro polo se extiende la pobreza de una mayoría cada vez más grande. Bajo el capitalismo la miseria de la gran mayoría es la condición de la riqueza de una exigua minoría.
Bajo el capitalismo son imposibles "salidas sociales" como es imposible la "preservación de los más desfavorecidos" o el "bienestar para la mayoría". ¿En qué ha quedado la promesa demagógica del Señor Zapatero de que "no se tocarían los derechos sociales? El capitalismo tiende siempre a empobrecer a la gran mayoría. Eso no tiene solución bajo el capitalismo. La única solución es destruirlo.
Los planes de lucha de los sindicatos
La "respuesta proporcionada" que han anunciado CCOO y UGT consiste en manifestaciones el 20 de mayo y una huelga para el 2 de junio limitada exclusivamente a los funcionarios. Esto ha provocado una justificada indignación en muchos trabajadores que ven esas "acciones" como una vulgar estafa divisionista.
¡No en balde el Señor Zapatero que recibió enseguida a los líderes sindicales antes incluso que sus amigos de la Patronal se apresuró a "respetar las protestas de los sindicatos"! ¡Los líderes "socialistas" insisten una y otra vez en "saludar" el comportamiento responsable de los sindicatos!
Este sospechoso entusiasmo, estas entrevistas privadas, hacen a muchos trabajadores pensar que el capitalismo no solamente planifica sus ataques brutales sino que planifica igualmente un sucedáneo de respuesta, una especie de ocupación preventiva del terreno social, por parte de los sindicatos, para aguar nuestra lucha, debilitarnos, dividirnos, llevarnos a un callejón sin salida.
Recordemos el paripé del 23 de febrero donde los sindicatos montaron manifestaciones "contra los recortes en las pensiones" ¡y ahora Zapatero anuncia una congelación brutal de las pensiones saltándose a la torera el Pacto de Toledo y los sindicatos limitan las cosas "a los funcionarios"!
Ante esta ocupación del terreno, ante toda esta planificación preventiva por parte del Estado capitalista, ¿qué podemos hacer los trabajadores?
Está claro que necesitamos una lucha fuera de esos cauces trampa en los que se nos obliga a jugar un partido donde el árbitro pita en nuestra contra y unos que visten "nuestra camiseta" solo piensan en como meternos goles en nuestra propia puerta.
Las luchas obreras tienen que surgir desde los propios centros de trabajo, por decisión y control de la Asamblea General de todos y abierta a los demás trabajadores sin distinción de sector, empresa, raza etc. Las luchas para tener fuerza deben extenderse, pedir solidaridad, ocupar la calle con manifestaciones y concentraciones.
Los funcionarios no deben aceptar la cárcel de aislamiento que les han preparado los sindicatos. Allí donde tengan un mínimo de fuerza deben realizar asambleas abiertas a trabajadores de los demás sectores, a estudiantes, a opositores que se han visto afectados por el brutal recorte de la Oferta Pública de Empleo[2]. Los trabajadores de los demás sectores deben dejar de lado el tópico del "funcionario vago y privilegiado" y ver en el ataque que ahora lanzan un ataque a todos.
Todos los que vemos la estafa sindical, que vemos la necesidad imperiosa de luchar, hemos de agruparnos para impulsar propuestas de acción. No podemos lamentarnos ni quedarnos pasivos. No dejemos las manifestaciones sindicales en manos de sus convocantes, acudamos a establecer contactos con otros trabajadores, a impulsar reuniones para ver cómo luchar. No dejemos que nos impongan una FARSA, peleemos por una LUCHA DE VERDAD.
La sociedad capitalista mundial camina hacia convulsiones cada vez más graves, hacia la miseria, el desempleo y la barbarie. La situación es grave y los trabajadores estamos todavía lejos de tener una fuerza social internacional para oponer una salida revolucionaria que corte de raíz tanto sufrimiento. Pero desde ya hemos de pelear con las fuerzas limitadas que tenemos. Conciencia, solidaridad, unidad, son las palancas donde apoyarnos.
Corriente Comunista Internacional 16-5-10
[1] Ver Golpe a las pensiones, reforma laboral, recortes presupuestarios: el Capital y su Estado nos atacan en todos los frentes. https://es.internationalism.org/node/2780
[2] Ver Una miserable Oferta Pública de Empleo que profundiza el desempleo, https://es.internationalism.org/node/2833