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Publicamos a continuación un texto firmado Aurora Despierta que llama la atención sobre uno de los aspectos de la actual crisis del capitalismo: el peligro de un colapso alimentario. Compartimos plenamente esta llamada de atención y muchos de los argumentos y análisis que emplea el texto.
El texto suministra argumentos, datos, análisis, de mucho interés para el debate actual en el medio internacionalista del proletariado. El colapso alimentario que plantea se liga a un posible crisis humanitaria planteada por la propagación rampante de la gripe A, a los efectos de la crisis económica que hoy están siendo banalizados pero que son muy graves en todos los terrenos y a una crisis ecológica cuya agudeza planteamos en el Punto 8 de la Resolución sobre la Situación Internacional de nuestro reciente Congreso[1].
El texto hace muy bien en plantear la raíz de la amenaza de colapso alimentario en la evolución reciente de la agricultura mundial con un sometimiento acelerado de las áreas campesinas a la producción capitalista lo que tiene un triple efecto:
- Ruina de las poblaciones campesinas y éxodo acelerado de las mismas hacia las grandes ciudades
- Orientación de la producción a gran escala hacia las semillas transgénicas, la producción de biocombustibles y otros cultivos industriales que trae como consecuencia el abandono de muchas especies perfectamente válidas no solo en una agricultura de subsistencia sino para una plena satisfacción de las necesidades alimentarías. El "progreso" del que alardea el capitalismo con estos proyectos es más destrucción, ruina y retroceso que auténtico desarrollo.
- Agravación de la crisis ecológica por deforestación, abandono del cuidado de acuíferos, bosques, entorno vegetal etc.
Si bien el texto plantea todas estas cuestiones con profundidad e interés, hay afirmaciones en él que estimamos requerir un debate cuidadoso al cual desde ahora animamos.
En primer lugar, el texto plantea la posibilidad de formular «exigencias concretas al capital para evitar el colapso alimentario, que sea de modo que se cuestione su lógica de funcionamiento, no subordinándonos a lo que es "realista", aceptable para él (sus beneficios y poder), sino que lo desenmascare a los ojos de las más amplias masas del mundo (trabajadores, técnicos, científicos) y que favorezca nuestras condiciones de vida cuando definitivamente sea suprimido». Hay en el planteamiento preocupaciones justas (ganar para la lucha del proletariado a sectores sociales más amplios de tal forma que se contribuya a aislar al Estado Capitalista) pero ¿es un medio adecuado el formular una especie de "reivindicaciones de transición" que se sabe que el capitalismo no puede conceder?
En segundo lugar, el texto parece plantear una suerte de "co-responsabilidad" del proletariado con la burguesía en el desastre al señalar: «Si la burguesía tiene culpa por representar al capital, nosotros debemos asumir nuestra responsabilidad por representar al trabajo alienado que lo produce, para no seguir sosteniendo esta civilización ni ninguna otra que siga coartando las potencialidades humanas de superación como especie e individuos».
Si la preocupación es animar al proletariado a asumir su responsabilidad histórica se trata de un propósito justo. Pero para ello no debemos caer en planteamientos que dan a entender que el proletariado también sería responsable de la presente situación histórica pues bajo el capitalismo actual el proletariado no está organizado ni tiene una voluntad colectiva. No tiene una presencia política permanente como clase, a pesar de la existencia de, hoy por hoy, pequeñas organizaciones y de minorías que expresan su esfuerzo histórico en ese sentido. No tiene ni partidos ni organizaciones que representaran su movimiento como clase. Es a través de la unificación de sus luchas y de la organización general que nace de ella -los Consejos Obreros- y en la que la formación de un Partido de Clase tiene un papel crucial, como el proletariado puede constituirse como una fuerza social que actúa con una voluntad propia. Pero tal salto social plantea una crisis revolucionaria.
Colapso alimentario. Otra faceta de la próxima Mega-Crisis del capitalismo
Aurora Despierta
Una amenaza más cuyas consecuencias serían catastróficas, sobre todo para los más pobres del planeta, la mayoría. No podemos confiar en que la burguesía la evite. Nuestra responsabilidad.
No es tremendismo, sino la conclusión a la que ha llegado un experto como Lester R. Brown. «En seis de los nueve últimos años, la producción mundial de cereales ha sido inferior al consumo, lo cual ha conllevado una merma persistente de las reservas. Al iniciarse la cosecha de 2008, los excedentes equivalían a 62 días de consumo, casi un record de mínimos».
La Humanidad, autoalienada creando y sosteniendo a diario el capitalismo en su fase de decadencia, en este siglo no hará sido medio salir de un problema para meterse en otro más grave. La propia dinámica del capital los ha causado o cuando menos agravado. La crisis creciente del capitalismo y la conjunción de todos esos problemas, desembocará en el proceso de la Mega-Crisis: crisis por los límites del capitalismo (de la acumulación por la tendencia a la baja de la tasa de ganancia, del mercado por la ausencia de consumidores solventes fuera del mundo capitalista), energética (fin de la era del petróleo) climática, demográfica. Por no hablar de cómo afectará todo ello al planeta y los demás seres vivos. Y a esta cadena debemos añadir también la crisis alimentaria.
El crecimiento de la población mundial y de la capacidad adquisitiva en sectores de China e India, supone un gran aumento anual de la demanda de cereales de modo directo e indirecto, al desear carne y derivados (leche, huevos) de animales que se alimentan de cereales consumiendo un porcentaje gigantesco de su producción.
También representa una demanda enorme de cereales la producción de etanol para sustituir a los combustibles derivados del petróleo en los vehículos a motor. «La cuarta parte de la cosecha de este año en EEUU (suficiente para alimentar a 125 millones de estadounidenses o 500 millones de indios) se destinará a los automóviles. Sin embargo, aunque la cosecha de grano estadounidense se dedicara íntegramente a la producción de etanol, no llegaría a cubrir el 18 por ciento de las necesidades nacionales de automoción. Con el cereal necesario para llenar el depósito de 90 litros de un todo-terreno podría alimentarse una persona durante un año».
Es decir, ya hoy, existe para el capital una demanda con importante capacidad adquisitiva concretada en los propietarios de automóviles y los consumidores de los países ricos que podrán pagar el etanol, los cereales, la carne y derivados de los animales que de ellos se alimentan, frente a la mayoría de la población en Asia, África, y parte de Latinoamérica, que justo basan su alimentación directamente en los cereales. Si la producción de cereales además no puede cubrir satisfactoriamente toda esta diversidad de demandas, por la ley de la oferta y la demanda, aumentará su precio, por lo que la producción irá orientada a los bolsillos con más dinero, y la población con muy bajos recursos, que es la mayoría de la Humanidad, mal sobrevivirá en la carestía.
Si a esto añadimos los efectos de la mercantilización de la ingeniería genética con los alimentos transgénicos que convierte a los agricultores en totalmente dependientes de las semillas modificadas que les provean las empresas capitalistas del ramo, con sus precios, veremos que disminuye aun más la capacidad de auto-sustentación de los campesinos y por tanto de su capacidad también para proveer a las masas pobres, proletarias y semi-proletarias de su ámbito geográfico.
La industrialización capitalista de la producción agrícola, siempre con la meta de la máxima rentabilidad económica, está suponiendo también una auténtica hecatombe en la capacidad de alimentación de la especie al provocar que se dejen de utilizar y desaparezcan miles y miles de especies de todo tipo de vegetales que podrían hacer importantes aportaciones por su diversa capacidad de adaptación al clima, plagas, etc cuando a causa del cambio climático varíen las condiciones de la producción agrícola. Y no cabe esperar que los productos transgénicos consigan un gran salto en los rendimientos de las cosechas. Además de los riesgos que pueden suponer por contaminación de las demás especies o enfermedades humanas, que rompan los equilibrios del ecosistema y nos lleve a situaciones caóticas.
La satisfacción de la demanda de alimentos también está amenazada por tres importantes factores: las pérdidas de agua dulce y suelo fértil, y el cambio climático.
Hoy día ya estamos viviendo un gravísimo problema con la reducción de los recursos de agua dulce, en particular por el agotamiento de los acuíferos "fósiles" que contienen el agua almacenada hace millones de años en capas profundas del subsuelo y que no son renovables, ni siquiera a ritmo lento por el agua de lluvia. Este agua "fósil" es ya fundamental para el riego de gran parte de los campos del mundo, sobre todo para los cultivos de alto rendimiento.
La capa superior del suelo, fina capa fértil en la que se cultiva, ha necesitado eras geológicas para formarse, no se renueva si no en siglos y se pierde con facilidad debido al pastoreo, la sobreexplotación agrícola, la deforestación, la erosión de la lluvia y el viento. La desertización producida por estos factores y el avance de los desiertos debido al viento, reducirá aun más la tierra cultivable disponible. Cuando no es el cemento el que se lo come, por ejemplo para favorecer el tránsito de vehículos impulsados por etanol.
El aumento de las temperaturas por el cambio climático reducirá mucho las cosechas, tanto mayor cuanto más acusado sea.
Para evitar el desastre Brown propone varias medidas que menciono brevemente. Detener el crecimiento demográfico eliminando la necesidad de los más pobres de tener muchos hijos para que alguno sobreviva y pueda asegurar su vida (sobre todo la vejez), con medidas como asistencia sanitaria elemental, educación primaria y erradicación de la pobreza. Luchar contra el cambio climático con inversiones masivas en energías renovables. Eficiencia en el consumo de agua y medidas de protección del suelo.
Haciendo un paréntesis. Hay una propuesta concreta que Brown no hace aunque conoce el problema y que me parece muy necesaria. La producción de carne de vacuno destina mucha tierra de cultivo para el consumo animal, que podría orientarse directamente al humano, evitando de paso las enormes cantidades de gases de efecto invernadero que libera el ganado vacuno y dejando de sacrificar seres vivos que se estresan, sufren y son capaces de mantener ciertas relaciones sociales de grupo, al menos en condiciones más acordes con su naturaleza.
Sin entrar en mayores consideraciones de detalle para las que tampoco estoy cualificada, mi opinión sobre medidas de este tenor es que, aun siendo en teoría posibles en el capitalismo, en su época de decadencia y futuro próximo son, unas más que otras, muy difíciles de conseguir si no imposibles en la práctica, y lo que es fundamental, a tiempo, para evitar la catástrofe alimentaria, como también teme Brown.
El capitalismo en su conjunto y cada burgués en particular, se rigen por el criterio de satisfacer las necesidades humanas sólo en la medida y en la forma en que le permiten obtener el máximo beneficio posible (según la correlación de fuerzas con las clases subordinadas) para acumular capital. En cuanto que las necesidades humanas no lo permitan, las ignorará todo lo posible mientras asegure la reproducción de la fuerza de trabajo que necesita para explotar, aunque debe considerar también que haya quien pueda consumir sus mercancías (dos necesidades que pueden ser conflictivas para el capitalista individual). La burguesía se organiza por medio de los Estados, que se enfrentan por defender los intereses en conflicto de sus respectivas burguesías; y en cuanto a las masas trabajadoras o desprovistas de cualquier acceso a la producción, llegado el caso, se las abandona a la hambruna, el genocidio o las matanzas de la guerra, como tantas veces lo ha demostrado sobre todo desde el siglo XX.
Aunque haya sectores importantes de la burguesía más dinámicos, con una visión menos cortoplacista, más estratégica del capitalismo, siguen impelidos a lograr el rendimiento a corto plazo, y son frenados o entorpecidos por el peso de otros sectores del capital con intereses anclados en el actual modelo económico capitalista (energías fósiles, etc.), con más dificultades tecnológicas o financieras para reconvertirse, adaptarse competitivamente al cambio que se necesita.
Todo esto apunta a que el capitalismo pierda la carrera contra el tiempo para evitar el colapso alimentario y todos los conflictos inter-burgueses, inter-estatales y de lucha de clases que originará.
¿Y qué hay de los trabajadores/as del mundo?. Si el tiempo apremia para la burguesía, más aun para nosotros pues seremos los más afectados no sólo en los bolsillos, sino en los estómagos, si no en algo peor, sobre todo los de los países más pobres. Si la burguesía tiene medios pero no puede por el funcionamiento del capital y sus motivaciones como clase, los proletarios/as del mundo no tendremos los medios en tanto no expropiemos a la burguesía y desmantelemos sus estados, y sólo podremos si superamos todos los lastres políticos, ideológicos, organizativos y espirituales que nos atan a un movimiento obrero histórico fracasado por la integración en el capitalismo o planteamientos impotentes para suprimirlo.
Si avanzamos como seres humanos trabajadores/as en la vía de la autoliberación de todas las alienaciones que producimos y soportamos en lo material (trabajo asalariado), social (género, ciudadanos sometidos al Estado por el voto) y espiritual (valores, mentalidad, psicología, hábitos, aspiraciones, relaciones personales y con los demás seres...), tendremos que cuestionar nuestra misma condición de clase que nos degrada como seres humanos, produce el capital (plusvalía acumulada) y sostiene esta civilización que se vuelve contra nosotros y la Naturaleza entera. La superación de toda división social clasista del trabajo, del machaque de la Naturaleza, de nosotros como parte de ella y los demás seres, el hermanamiento de toda la especie, precisa del desarrollo de nuestra capacidad crítica y de todo nuestro potencial creativo, pues de lo contrario tampoco seremos capaces de resolver los problemas sociales que son la raíz de nuestra falta de armonía con la Naturaleza al punto de poner en peligro algo tan básico como nuestra seguridad alimentaria.
Este avance se manifestará en la capacidad de luchar los trabajadores/as de los países ricos contra el capital y sus estados, en apoyo de la lucha de las masas depauperadas de los países pobres a las que se les negará el acceso a la alimentación, pues su derrota sería el anuncio de la nuestra, al debilitar el frente mundial de los trabajadores/as ante un capital mundial cada vez más crecido y con necesidad de apretar las tuercas a sus servidores para superar su crisis senil.
No podemos lavarnos las manos como si no fuese con nosotros, cuando estaríamos siendo copartícipes de la dinámica del capital que prefiere satisfacer necesidades cuestionables (automóvil con etanol, más carne de la necesaria...) y negar lo más básico a millones de personas. Nuestra indiferencia y pasividad son co-creadoras del capitalismo que nos oprime, exprime y expulsa de la vida a las masas más pobres y débiles socialmente para enfrentarse a la mega-máquina del capita-Estado. No podemos seguir reproduciendo por supuestas "exigencias" o "imposibles" económicos la matanza de nuestros semejantes pues entonces tampoco seremos capaces de evitar la extinción de muchas más especies vegetales y animales. No podemos ser cómplices -por mirar a otro lado- de los genocidios que provocaría el colapso alimentario, pues estaríamos a la altura de quienes no movieron un dedo contra los genocidios tan abundantes en el pasado siglo. En la medida que dejemos que maten a nuestros semejantes estaremos matando en nosotros mismos nuestra humanidad, nuestra capacidad para rebelarnos contra este sistema y defendernos cuando nos llegue el turno de una u otra manera.
Si planteamos exigencias concretas al capital para evitar el colapso alimentario, que sea de modo que se cuestione su lógica de funcionamiento, no subordinándonos a lo que es "realista", aceptable para él (sus beneficios y poder), sino que lo desenmascare a los ojos de las más amplias masas del mundo (trabajadores, técnicos, científicos) y que favorezca nuestras condiciones de vida cuando definitivamente sea suprimido.
Brown dice: «El costo de este proyecto de supervivencia no ascendería a más de 200.000 millones de dólares anuales, la sexta parte del gasto militar actual en el mundo». Ya lo sabemos. Exijamos medidas contra el colapso alimentario, y si han sacado dinero debajo de las piedras para dárselo a la banca con esta crisis, que lo saquen para la alimentación no saqueando más nuestros bolsillos y exprimiéndonos en el trabajo, sino echando mano a las rentas de la burguesía y a los presupuestos represivos y militares de los estados, cuestionando así que pretendan resolverla unos a costa de otros, es decir, de las masas trabajadoras del propio o de otro país, que somos siempre las que pagamos los platos rotos.
Si la burguesía tiene culpa por representar al capital, nosotros debemos asumir nuestra responsabilidad por representar al trabajo alienado que lo produce, para no seguir sosteniendo esta civilización ni ninguna otra que siga coartando las potencialidades humanas de superación como especie e individuos.
Lectura de expertos recomendadas y fuente de las citas: "Crisis alimentarias. ¿Una amenaza para la civilización?" Lester R. Brown. Revista "Investigación y Ciencia" número de julio de 2009 (edición española de "Scientific American"). Otro, sobre la producción de carne de vacuno: "Alimentación y efecto invernadero" Nathan Fiala, "Investigación y Ciencia" número de abril de 2009.
Textos importantes: Roi Ferreiro "Capitalismo y ecología. Un enfoque integral". Roi Ferreiro "Un presente entre dos mundos". En www.geocities.com/cica_web
Artículos míos relacionados publicados en Kaosenlared: "Sin petróleo, el socialismo ¿tendrá su oportunidad?. Mega-Crisis. Pronóstico, plazos y estrategia. Hacia 2030." (4-XII-2008). "Crisis. Otra víctima: aplazamiento lucha contra cambio climático. Más cerca Mega-Crisis capitalista. Futuros" (16-X-08). "Capitalismo en crisis pero ¡nosotros también!. Programa Transformaciones. Mega-crisis próxima. Cosmovisión." (10-X-08).
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