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La burguesía es una clase hipócrita. Una vez que desplazó a la nobleza feudal en el plano económico y político, y se consolidó como la nueva clase dominante, tuvo que tirar al traste de la historia todas las ilusiones que había creado de que con el advenimiento del sistema capitalista se iban a superar las calamidades que la humanidad había vivido en las sociedades del pasado. Las consignas de “libertad, igualdad y fraternidad” de la Revolución Francesa de 1789, que están escritas con letras de oro en la mayoría de las constituciones nacionales, en realidad pasaron a conformar junto con las instituciones de la democracia burguesa, todo el aparataje jurídico-ideológico para justificar y mantener la dominación del capital sobre el trabajo.
Ya el proletariado en el siglo XIX se encargó de desnudar la hipocresía de la clase burguesa, al iniciar sus luchas contra las brutales condiciones de explotación que imponía el capital en plena expansión a nivel mundial, lo que dio origen a sus primeras organizaciones unitarias (las tradeuniones) y políticas (La Liga de Los Comunistas), y principalmente al primer programa del proletariado: El Manifiesto Comunista.
Todo el siglo XX ha dejado al desnudo la hipocresía, la mentira y el cinismo de la burguesía. En nombre del “bienestar de la humanidad” y de la democracia, se desataron dos guerras mundiales y un sinfín de guerras localizadas, que han causado los mayores desastres vividos por la humanidad en toda su historia, clara expresión de la decadencia del modo de producción capitalista (nota). Pero hay una mentira mayor en el siglo XX: “La idea de que los regímenes estalinistas del antiguo bloque de los países del Este, o países como China, Cuba y Corea del Norte hoy, sean expresiones de comunismo o marxismo es en realidad la Gran Mentira del siglo XX, una mentira perpetuada deliberadamente por todas las facciones de la clase dominante, desde la extrema derecha a la extrema izquierda”i.
Finalizamos el siglo XX e iniciamos el XXI con “nuevas” mentiras de los líderes de las principales potencias, con los USA a la cabeza: la prosecución de las agresiones imperialistas, como las guerras de Afganistán e Irak, justificadas bajo el manto de las “ayudas humanitarias”.
La hipocresía y el cinismo no lo practican sólo las grandes potencias imperialistas
Pero al lado de esta gran mentira del imperialismo norteamericano, existen otras “nuevas” como la del “Socialismo del siglo XXI” promovida por Chávez y la izquierda, la cual es complementada con una de las campañas que utiliza el chavismo para vender a nivel interno y externo su proyecto “revolucionario”: la campaña contra “el imperialismo de Bush”. Mediante esta campaña ensordecedora, acusando a Bush de todos los males de la humanidad y de la propia miseria que se vive en Venezuela, intenta ocultar que su gobierno próximo a cumplir 7 años, es un continuador de los planes de hambre de los gobiernos del pasado, pero esta vez masificando la pobreza a través de la ideología del “socialismo del siglo XXI”, casi calcado del “socialismo real” que implantaron las burguesías del exbloque ruso.
Toda esta perorata contra “el imperialismo norteamericano”, lo que persigue es posicionar mejor a la burguesía venezolana en la geopolítica de la región, aprovechando las dificultades e impopularidad de la política imperialista de Estados Unidos. De la misma manera que EEUU utiliza su poderío económico y militar para someter a los países intervenidos y a las otras potencias imperialista, Chávez utiliza el arma del petróleo para imponer “acuerdos” a las burguesías mas débiles de la región, principalmente en el área de El Caribe. De la misma manera que USA justifica su intervención por razones “humanitarias”, Venezuela la justifica como ayuda “al progreso” de los pueblos y para “superar la pobreza”, obviamente siempre y cuando no se opongan a su estrategia de plantarse como una potencia de respeto en la región. Esto no tiene otro nombre, sino imperialismo.
Tanto Bush como Chávez son un par de cínicos e hipócritas, que no tienen el menor escrúpulo por la humanidad.
La izquierda y el altermundialismo: caja de resonancia del chavismo
De la misma manera que USA invierte ingentes recursos para desarrollar su política imperialista, proporcionalmente, así lo hace el chavismo: promueve y financia eventos internacionales a nivel interno y externo, como el “XVI Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes” celebrado en Caracas en agosto pasado (una vieja celebración del estalinismo), donde un “Tribunal Internacional Antiimperialista” hizo un juicio a Bush; brinda apoyo material a líderes y movimientos sociales en AL, como Evo Morales en Bolivia, los piqueteros en Argentina y el Movimientos de Campesinos Sin Tierra en Brasil, para sólo mencionar algunos; y ha desarrollado una red de medios de comunicación a nivel interno y externoii. Todos estos recursos gestionados por grupos, partidos, organizaciones e intelectuales de izquierda y altermundialistas.
Todos ellos cumplen la función de ser caja de resonancia del chavismo, y contribuyen a ocultar y manipular la terrible miseria que padece el proletariado y la población venezolana en su conjunto. Damos sólo dos ejemplos de ello:
-para intentar ridiculizar a Bush ante sus seguidores, Chávez lo acusa de inhumano, racista e incompetente por los devastadores efectos del huracán Katrina en Nueva Orleáns (ver artículo sobre este desastre en esta revista). Pero lo que no dice el chavismo es que la mayoría de los damnificados de los deslaves de 1999 en el litoral central venezolano (afectado nuevamente por inundaciones en febrero de 2005iii todavía siguen deambulando por el país viviendo en condiciones miserables.
-Caracas es una de las ciudades más violentas e inseguras de América Latina: ocupa el lugar 24 de 34 ciudades principales de la regióniv. A nivel nacional cada 2 días es asesinado un taxista o chofer de transporte público, lo que ocasiona frecuentes manifestaciones de indignación con bloqueo de las rutas principales de la capital y otras ciudades.
La pauperización de la población es creciente, lo que intenta ocultar el gobierno, como lo dijimos, a través de sus campañas mediáticas. Con el cuento de que se trata de un gobierno “revolucionario”, han desplazado del poder a parte de la vieja burguesía para darle continuidad a un sistema inhumano, sustentado en la explotación y sometimiento del proletariado.
Ante las calamidades que sufre la población, los sectores de la burguesía que se oponen al chavismo lo catalogan de incapaz. Ante este planteamiento hipócrita de la burguesía opositora debemos decir: no se trata de que Chávez, Bush o tal o cual gobernante o gobierno sea incapaz, es la clase burguesa en su conjunto, sea de izquierda o de derecha, que es incapaz de solucionar la barbarie que vive la sociedad ya que defienden al sistema capitalista, que desde inicios del siglo pasado dejó de ser un sistema progresivo para la humanidad.
Los proletarios debemos decir: ¡Basta de mentiras! ¡Basta de hipocresía!
El proletariado venezolano y mundial no sólo debe dejar al descubierto las mentiras de los Bush o los Chávez, sino que debe hacer y defender su verdad: la revolución proletaria.
Internacionalismo. Octubre 2005
i “La izquierda comunista y la continuidad del marxismo” texto que se puede leer en el sitio de la CCI en Internet www.internacionalism.org/esp.
ii El gobierno de Chávez financia: 16 medios impresos en Caracas, mas 72 a nivel nacional; 13 emisoras o cadenas de radio y TV, entre ellas Telesur. Fuente: semanario Descifrado en la calle.
iii Al respecto ver el artículo “INUNDACIONES EN VENEZUELA
Detrás de las “catástrofes naturales” está la responsabilidad del Capitalismo” en Internacionalismo Nº 54.
iv Revista América Economía, mayo 2005.