Enviado por CCI Online el
En los últimos meses están surgiendo reuniones de parados en diferentes ciudades[1]. Estas tentativas expresan las primeras respuestas a una de las consecuencias más dolorosas de la actual crisis del capitalismo: el desempleo masivo[2].
En general han sido convocadas por sindicatos minoritarios situados "a la izquierda" de CCOO y UGT que les han llamado "Asambleas de Parados"[3].
La experiencia de más de 90 años de luchas obreras ha demostrado que los sindicatos -sean minoritarios o mayoritarios- actúan según una lógica que va a favor del Estado y de los capitalistas y en contra de los intereses obreros. Es, al fin y al cabo, la lógica sindical.
Sin embargo, eso no quiere decir que podamos esperar una lucha obrera pura, que se presente de golpe liberada del sabotaje sindical. Eso es imposible, ya que el Estado burgués ha integrado a los sindicatos en su estructura de dominación y los utiliza como un mecanismo permanente para controlar y sabotear las iniciativas obreras. Por ello, la clase obrera y sus minorías revolucionarias tienen que librar una batalla por tomar a cargo la lucha, liberarla del control sindical y lograr que responda plenamente a sus propios intereses y objetivos.
Además, hay que dejar claro que muchos militantes de los sindicatos son obreros que, pese a estar afiliados a esos organismos, desean luchar honradamente por sus intereses como clase, unidos e independientes del Estado y sus diferentes fracciones. El verdadero problema para una lucha obrera no es que haya afiliados sindicales dentro de ella. Tampoco lo es que los sindicatos hayan tomado la delantera y la convoquen antes de que surja de la iniciativa independiente de los trabajadores. El verdadero problema es conquistar el control colectivo de la lucha, romper el monopolio sindical de la negociación y de la "organización" de la lucha, hacer en definitiva que ésta desarrolle la unidad y la solidaridad entre los trabajadores. Conseguir esto lleva a una confrontación no solamente con los aparatos sindicales sino, lo que es más importante, con la lógica sindical, con la ideología sindicalista.
La lógica de la lucha obrera contra la lógica sindical
Participamos activamente en una reunión, celebrada el pasado 1 de abril en Barcelona, junto con un simpatizante muy próximo que ha llevado una actividad en diversas reuniones y grupos de parados[4].
Asistieron unas 50-60 personas. En ella se planteó la disyuntiva entre lógica sindical y lógica de la lucha obrera autónoma y lo queremos ilustrar con una serie de experiencias concretas que allí se dieron.
- Las Asambleas deben ser controladas por los obreros mismos
Lo primero que vimos es que la Mesa era auto-proclamada y desde el inicio fue marcando las pautas respecto a las movilizaciones, las reivindicaciones, los planteamientos políticos ("Que la crisis la paguen los ricos"[5]). Sin embargo, una vez se desarrolló el debate y a lo largo de éste, hubo participantes que dijeron que la mesa debía ser elegida y nombrada por la Asamblea; que todos tenían derecho a presentar sus propuestas y a ser elegidos para la Mesa, que las propuestas debían ser discutidas y votadas por el conjunto de los asistentes, incluidas cosas como la de los locales y los sitios donde hacer las asambleas.
Aquí tenemos la primera línea de confrontación entre la lógica sindical y la lógica obrera. Mientras los sindicatos intentan hacer de la asamblea una mera cámara de registro que acepta las propuestas, estrategias y discursos de los dirigentes de turno, la lógica obrera se basa en la discusión, participación y decisión colectivas. La Mesa debe ser elegida por los obreros y ha de ser revocable en cualquier momento.
- Las Asambleas deben estar abiertas a todos los trabajadores
¿Qué fuerza vamos a tener si concebimos la lucha como únicamente de los parados? ¿Afecta el paro únicamente a los compañeros que sufren hoy bajo sus garras?
¡No y mil veces no! El paro afecta a todos los trabajadores. Todos los trabajadores hoy activos son desempleados en potencia. Un precario es un parado que trabaja de vez en cuando y hoy ¡casi un 35% de la "mano de obra" está precarizada! Un autónomo es un parado que hace unos cuantos trabajos ocasionales y que aparece legalmente ¡como empresario! El paro es un factor de represión utilizado sobre quienes todavía conservan su empleo: muchos de ellos piensan: "me voy a callar, no voy a pedir nada pues me pueden tirar fácilmente a la calle".
El paro es un problema de toda la clase obrera y todos unidos como trabajadores debemos enfrentarlo.
¡Es un suicidio librar una lucha solamente como "parados"!. Si planteamos una lucha como parados, como un grupo social aislado, sin el arma de la huelga masiva, de la solidaridad general, mal lo tenemos. Encerrar la lucha en una problemática de "parados" es llevarla al aislamiento, la insolidaridad y por tanto a la derrota más amarga.
Cuando en las reuniones de parados lo que prevalece -como consecuencia no solamente de la acción saboteadora de los sindicatos sino de la lógica nefasta del sindicalismo- es una lucha de "parados", con reivindicaciones "solo para parados" y acciones "solo de los parados" el resultado es que la gente se desmoraliza y se desmoviliza y a las reuniones cada vez viene menos asistentes.
De nuevo, aquí se pudo ver la confrontación entre lógica sindical y lógica obrera. La lógica sindical se basa en el sector, la categoría, la particularidad. La empresa, el sector de actividad, la situación particular, son las coordenadas donde se mueve la lógica sindical y jamás las podrá poner en cuestión. Por eso la lógica sindical lleva -aún teniendo "las mejores intenciones"- a cortar el cuerpo obrero en múltiples trozos separados y aislados entre si: activos, parados, emigrantes, precarios, autónomos, jubilados... La lógica sindical, del sector, la categoría, la nacionalidad, etc., lo que hace es reproducir las estructuras propias del capitalismo. El capitalismo se basa en la COMPETENCIA y la DIVISION: individuos, sectores, categorías, naciones, etc., que compiten a muerte por su supervivencia. La lógica sindical reproduce la división y competencia propias del sistema capitalista.
Frente a la lógica sindical y capitalista de la división y la competencia se alza la lógica obrera de la UNIDAD Y LA SOLIDARIDAD, de las cuales pudimos ver algunas expresiones en la reunión de Barcelona. Un emigrante planteó «La Asamblea tiene que estar abierta a precarios, jubilados, activos, estudiantes», otro participante señaló «hemos de organizarnos activos y parados». Un tercero propuso que las asambleas y las manifestaciones que se celebren «han de estar abiertas a todos los trabajadores».
Parados, activos, emigrantes, estudiantes, jubilados, precarios... todos hemos de unirnos en una misma lucha, y una forma concreta y práctica de caminar hacia ello es pelear para que TODAS LAS ASAMBLEAS SEAN ABIERTAS A TODOS LOS TRABAJADORES SIN DISTINCION DE CATEGORIA, SECTOR O NACIONALIDAD.
- ¿Movilizaciones de presión o movilización de extensión de la lucha?
La Mesa propuso, y además ya se ha anunciado públicamente (ver Kaosenlared), una concentración de presión en la Plaza de Sant Jaume (sede de la Generalitat). Aquí se ve un rasgo típico del planteamiento sindical (de la lógica sindicalista): la lucha obrera se concibe como presión a los gobernantes para que "gobiernen para el pueblo", para que "actúen según los intereses de los votantes". Con ello nos inoculan una peligrosa y desmovilizadora utopía: la ilusión de que los gobernantes han sido "elegidos por el pueblo", la ilusión de que el Estado Capitalista, del cual ellos son expresión, sería un órgano "para todos los ciudadanos". Son ilusiones que se ven desmentidas día tras día por las actuaciones concretas de esos señores, que solo responden a los intereses del Capital Nacional en su conjunto.
Frente a ello se alzaron voces que ponían en duda esa acción. Uno dijo: «no solo hay que ir al Ayuntamiento, hay que ir en manifestación a las oficinas de paro, a las fábricas, a convencer a la gente y recogerla». Otro señaló «hay que hacer asambleas que luego salgan en manifestación y hacerlo en barrios que pueda sumarse toda la población».
Ir a pedir a los gobernantes que "actúen como debe ser" nos debilita y nos aísla; ir a los barrios y a los polígonos industriales, a las oficinas de paro, para plantear una LUCHA COMUN, para gritar "somos como tú, únete", nos da la fuerza de la unidad y del desarrollo de la solidaridad y nos permite establecer una RELACION DE FUERZAS con el Estado que tiende a poner en evidencia que es un órgano egoísta de la minoría explotadora.
Un asistente planteó, justamente, el problema de ¿Dónde repartir hojas elaboradas por la Asamblea? Mientras unos hablaban de ir a las Ramblas, de sacar comunicados para la prensa, de hacer declaraciones ante periodistas, este compañero dijo «las hojas las hemos de difundir en los barrios, en la universidad, en las fábricas, en las oficinas de paro, ¡para que se enteren los verdaderos interesados!».
- ¿"Soluciones concretas" al desempleo?
La lógica sindical plantea "soluciones concretas" a los problemas. Respecto al desempleo: compañeros sindicalistas, con toda la buena voluntad del mundo, hablaron de "reparto del trabajo existente"; también desde la mesa se señalaron medidas de nacionalización; hubo entre los asistentes quién dijo que el dinero repartido entre los bancos se debería exigir que se repartiera entre los parados.
Estas medidas no solucionan nada porque no ponen en cuestión la explotación sino que al contrario la refuerzan. ¿Por qué? Porque envueltas en gritos radicales están pidiendo que el capitalismo "sea bueno", "tome medidas a favor del pueblo", es decir, están pidiendo que la explotación siga siendo explotación. De estas engañifas ya dio buena cuenta hace más de siglo y medio el Manifiesto Comunista: «Otra forma de este socialismo, menos sistemática, pero más práctica, intenta apartar a los obreros de todo movimiento revolucionario, demostrándoles que no es tal o cual cambio político el que podrá beneficiarles, sino solamente una transformación de las condiciones materiales de vida, de las relaciones económicas. Pero, por transformación de las condiciones materiales de vida, este socialismo no entiende, en modo alguno, la abolición de las relaciones de producción burguesas -lo que no es posible más que por vía revolucionaria-, sino únicamente reformas administrativas realizadas sobre la base de las mismas relaciones de producción burguesas, y que, por tanto, no afectan a las relaciones entre el capital y el trabajo asalariado, sirviendo únicamente, en el mejor de los casos, para reducirle a la burguesía los gastos que requiere su domino y para simplificarle la administración de su Estado.
El socialismo burgués no alcanza su expresión adecuada sino cuando se convierte en simple figura retórica.
¡Libre cambio, en interés de la clase obrera! ¡Aranceles protectores, en interés de la clase obrera! ¡Prisiones celulares, en interés de la clase obrera! He ahí la última palabra del socialismo burgués, la única que ha dicho seriamente.
El socialismo burgués se resume precisamente en esta afirmación: los burgueses son burgueses en interés de la clase obrera».
Como dijo un compañero en la asamblea: «hay que lograr el fin del capitalismo». Y para avanzar en ese camino no se trata de pedir "reformas" de un sistema social cada vez más inhumano, y a la vez enredado en contradicciones explosivas, sino de unir las luchas inmediatas contra la explotación a la lucha general por la abolición de la explotación.
Acción Proletaria CCI 15-4-09
[1] Ver kaosenlared.net/especial/asambleadeparadosyparadas.
[2] Desde Acción Proletaria nº 204 hemos iniciado una serie sobre el Desempleo masivo. Ver /accion-proletaria/200903/2525/explosion-masiva-del-desempleo-en-2009-el-desempleo-expresa-la-quiebra
[3] En una de estas reuniones un asistente señaló que «en estos momentos la asamblea de parados de Barcelona es un bluf».
[4] A quien agradecemos calurosamente su iniciativa y movilización.
[5] «Para intentar revertir esta situación se había convocado desde un grupo de parados de la campaña "Que la crisis la paguen los ricos" esta primera asamblea de parados», del "Informe de la assamblea" aparecido en Kaosenlared.