Enviado por Revolucion Mundial el
La fractura de la burguesía en la región es de tal magnitud que no deja de notarse en todos sus estructuras. Al interno de los partidos es posible ver la multiplicación de pugnas: en el PRI ya no sólo es el pleito de los años 80 y 90 entre los “modernizadores” y los “dinosaurios”, ahora, el ensanchamiento de los conflictos multiplica los grupos en oposición y los escenarios de confrontación. En el PRD las cotidianas luchas entre las “tribus” revelan las dificultades de la burguesía por mantener cohesionado su aparato de izquierda. Las declaraciones encontradas de Calderón con Fox, así como rechiflas hacia Espino, presidente del PAN, hacen ver que también este partido es escenario de confrontaciones de las diversas fuerzas burguesas.
Esta división, que se ensanchó en las elecciones y complicó para la burguesía la decisión para designar a su equipo de gobierno, no ha disminuido, por el contrario se acrecienta cada día más, ampliando los campos de batalla, así, hemos visto que sectores a los que la burguesía procuraba mantener alejados de la disputa toman presencia, a saber: clero, narcotraficantes y ejército.
En los últimos meses se ha visto participar activamente a los militares en el intento por reordenar el mercado de drogas, estas acciones han sido acompañadas de una campaña publicitaria con la que tratan de limpiar su imagen, que, si ya eran reconocidos como una institución criminal [1], su desprestigio ha crecido por el asesinato, sin motivo, que una patrulla militar ha hecho de una familia, así como las violaciones de mujeres que han realizado en Coahuila, Michoacán y Veracruz (en este caso la víctima, que era una anciana, murió por la agresión)... por estos acontecimientos, consideramos necesario dar algunos elementos sobre lo que sucede alrededor de este sector.
Ejército y narcotráfico en una disputa temporal
Al tomar el gobierno Calderón lo hace con la oposición de diversas fracciones de la burguesía (ni aún al interno de su partido encuentra apoyo unánime), lo que lo obliga a buscar aliados y apoyos, que si no le permiten imponer disciplina en su clase, por lo menos le otorga una postura de fuerza. Ese es el motivo que ha llevado a Calderón a otorgarle atención mayor a los militares. Se han escuchado argumentos de que este sector (primordial para la burguesía) expresaba desacuerdos con el trato que se le venía dando al sacar a la luz el papel que jugó en la guerra contra la guerrilla de los 70 y 80, haciéndose público (algo sabido ya, aunque no reconocido oficialmente) que los campos militares eran centros de reclusión y tortura. El conjunto de la burguesía se ha preocupado por resanar la fachada de los militares, de manera que se le ha exculpado de su participación en la masacre estudiantil del 68, y se disculpa su papel de torturadores, señalando que no fue la institución sino los individuos... En ese proceso de limpieza del “honor” de la soldadesca crecen las presiones entre los grupos que comercian con la droga, disputándose las regiones y el apoyo de las autoridades civiles y militares.
Es conocida la incorporación de las mafias criminales con marinos y soldados, el mismo General Obregón (durante los años 20) había advertido sus debilidades al decir que “no había general que soportara un cañonazo de 50 mil pesos”. Desde la puesta en práctica de la “operación cóndor”, durante los 70, los grupos de narcotraficantes encontraron que la mejor forma para sobrevivir era buscando la protección de funcionarios de gobierno, dándose a los militares un dominio particular de esta tarea. Sólo por las presiones de la burguesía norteamericana es que se ha conocido la participación de los militares en estas estructuras mafiosas. Recuérdese que el avión “Aravá”, perteneciente a la SEDENA, en los 70 fue usado para trasladar a guerrilleros y lanzarlos (estando aún vivos) al mar y posteriormente (1979), ese mismo avión es ubicado por la policía norteamericana como medio de transporte de droga.
La división de la burguesía ha hecho que los diferentes grupos busquen la forma de hacer el trabajo difícil de sus oponentes, de forma que la alianza con las pandillas del narcotráfico que permitía llevar de forma ordenada el comercio de la droga se ha dificultado, haciendo que la mafia busque crear su propio ejército permanente con desertores de los núcleos de elite del ejército (como lo ha hecho el “cártel del golfo” al crear su grupo los “Z”, sostenido con miembros del GAFES y “kaibiles” del ejército guatemalteco), y que no respeten los territorios de sus competidores, creando un caos en el que las rupturas y las alianzas se presentan de forma muy rápida[2].
En este caos, que convierte al país en un verdadero campo de batalla, la actuación del ejército toma un aspecto relevante, en tanto que le permite, por un lado, asegurar un papel privilegiado dentro del grupo de la burguesía en el poder, y por otro le abre el paso para rehacer sus alianzas financieras y políticas con el narcotráfico, que posibilite poner orden. De no lograrlo se puede ganar el disgusto del Tío Sam, y presionar para repetir el esquema del “Plan Colombia” con el que los núcleos de la burguesía de la región pueden perder movilidad política y cuotas económicas en el control del negocio de la droga.
De manera que el proceso de militarización que se sigue no es un asunto propio de la derecha, es una dinámica a laque ha sido arrastrada la burguesía para buscar ordenar su vida política, no es de extrañar que esa misma estrategia estuviera contemplada por el PRD, que en voz de Obrador ofrecía “dar mayor facultades al Ejército mexicano para combatir al narcotráfico.” (Proceso, 3-02-2007).
No es posible perder de vista que esta militarización aunque es producto de la pugna presente al interno de la burguesía, y servirá a uno de estos sectores, es aprovechada también para brindar un servicio al conjunto de la clase dominante (y en ello todos los sectores están de acuerdo): crear un ambiente de terror, manteniendo el patrullaje de los militares como una amenaza hacia los trabajadores, después de todo, el ejército aunque su tropa es formada con campesinos y artesanos depauperados, así como de jóvenes desempleados (y desesperados), al ser reclutados, son usados como un cuerpo represivo que sirve fielmente a la burguesía, y en tanto no reconozcan la función a la que son sometidos, están condenados a ser simple carne de cañón y sujetos desclasados que en una ceguera política total cumplen al pie de la letra los designios de sus amos.
Tatlin/19-junio-07
Notas:
1. La burguesía trata de presentar a los militares como héroes, sobre todo por la aplicación de los planes de rescate ante desastres (DN-III), sin embargo quien puede olvidar que en los sismos de 1985, era el ejército quien impedía el rescate de las obreras textiles dado que lo prioritario era proteger las cajas fuertes y la maquinaria.
2. Los diferentes cárteles de la droga se han dividido por el momento en dos bandos: cárteles del golfo, de Juárez y de Tijuana, en oposición a la unión de los cárteles de Sinaloa, del “Milenio” y desertores del de Juárez. Sin embargo los intereses encontrados hace que estas alianzas se modifiquen continuamente.