El
texto del KRAS (1) tiene el objetivo primordial de
poner en evidencia las causas de la derrota de la Revolución
rusa: “La Revolución rusa de 1917-1921
sigue siendo para la mayoría de las “izquierdas”
una “revolución desconocida”, tal como la
nombró hace 60 años el anarquista exiliado Volin. La
causa principal de esa ignorancia no es la ausencia de
informaciones sino más bien la importante cantidad de mitos
fabricados acerca de ella. La mayoría de ellos viene de la
confusión entre la Revolución rusa y las actividades
del Partido bolchevique. No puede uno liberarse de esa confusión
si no entiende el papel real desempeñado por los
bolcheviques en los acontecimientos de aquel entonces (...) Uno de
esos mitos consiste en decir que el Partido bolchevique no era un
partido como los demás sino la vanguardia de la clase
obrera (...) Todas las ilusiones sobre el carácter
“proletario” de los bolcheviques son desmentidas por
la realidad de su oposición a las huelgas obreras ya desde
1918 y por el aplastamiento de Kronstadt en 1921 por los cañones
del Ejército rojo. No se trata de un
“trágico malentendido”, sino de la represión
con metralla de la base obrera “ignorante”. Los jefes
bolcheviques tenían intereses concretos y realizaron una
política concreta (...) Su visión
del Estado como tal, de la dominación de las masas,
significativa de individuos desprovistos de todo tipo de
sentimiento de igualdad, en quienes predominaba el egoísmo
y para quienes la masa no era más que una materia prima sin
voluntad propia, sin iniciativa y sin conciencia, incapaz de
autogestión social. Es el rasgo fundamental de la
psicología del bolchevismo. Es típico de su carácter
dominador. Archinoff denomina esta nueva capa “nueva casta”,
la “cuarta casta”. De grado o por fuerza, con esos
enfoques, los bolcheviques lo único que pudieron realizar
fue una revolución burguesa (...) Intentemos primero
definir qué revolución estaba a la orden del día
en la Rusia de 1917 (...) La socialdemocracia (incluso la de tipo
bolchevique) siempre sobreestimó el grado de desarrollo del
capitalismo y el grado de “europeísmo” de Rusia
(...) En realidad, Rusia era más bien un país del
“tercer mundo”, utilizando un término de hoy
(...) Los bolcheviques se convirtieron en los actores de una
revolución burguesa sin burgueses, de la industrialización
capitalista sin capitalistas privados (...) Al tomar el poder, se
convirtieron en “partido del orden” que no pretendía
desarrollar el carácter social de la revolución. El
programa del gobierno bolchevique no tiene ningún contenido
socialista”.