La Izquierda italiana

Documento - La Primera y la Segunda Internacional ante el problema de la guerra

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Fue respecto a la guerra de los Balcanes, en vísperas de la Iª Guerra mundial, cuando los revolucionarios, especialmente Rosa Luxemburg y Lenin, afirmaron, en el Congreso de Basilea en 1912, la posición internacionalista característica de la nueva fase histórica del capitalismo: «Ya no hay guerras defensivas ni ofensivas». En la fase imperialista, decadente, del capitalismo, todas las guerras son igualmente reaccionarias. Contrariamente a lo que ocurría en el siglo XIX, cuando al burguesía llevaba todavía a cabo guerras contra el feudalismo, los proletarios no tienen ya ningún campo que apoyar en las guerras. La única respuesta posible contra la barbarie guerrera del capitalismo decadente es la lucha por la destrucción del capitalismo mismo. Estas posiciones, ultraminoritarias en 1914, en el momento del estallido de la Iª Guerra mundial, iban a ser, sin embargo, la base de los mayores movimientos revolucionarios de este siglo: la Revolución rusa en 1917, la Revolución alemana en 1919, que pusieron fin a la sangría iniciada en 1914. Hoy, por vez primera desde el final de la IIª Guerra mundial, la guerra se ceba en Europa, otra vez en los Balcanes, y es indispensable volver a apropiarse de la experiencia de de la lucha de los revolucionarios contra la guerra. Por eso publicamos aquí este artículo que resume perfectamente un aspecto crucial de la acción de los revolucionarios frente a una de las peores plagas del capitalismo.

Documento – El antifascismo formula de confusión (Bilan, mayo del 34)

Presentación de la CCI

El antifascismo resiste. A la vez que se desencadenaban las campañas sobre la extradición de Pinochet, los sectores democráticos de la burguesía (o sea prácticamente todos los sectores) lanzaron otra campaña sobre el tema del antifascismo, contra la subida al gobierno austriaco del FPÖ de Georg Haider. Durante la reunión europea de Lisboa del 23 de marzo del 2000, el conjunto de jefes de Estado y de gobierno se pusieron de acuerdo para confirmar sanciones a Austria mientras mantenga miembros del partido de Haider en su gobierno.

11.Relaciones entre la mayoría y la minoría

A lo largo de la evolución de la crisis de la Fracción la C.E. se dejó guiar por este doble criterio: por un lado evitar medidas disciplinarias y por otro insistir en el sentido de lograr que los compañeros de la minoría se coordinasen con vistas a formar una corriente en la organización. Esta tendería a demostrar que una corriente se había apartado de las bases fundamentales de la organización, mientras que otra - la nueva - se mantenía como la verdadera y fiel defensora de esos principios . Esta confrontación polémica sólo podría tener lugar en el Congreso.

Repetidas veces, en la reunión parisina del veintisiete de septiembre que vio nacer el Comité de Coordinación, la C.E. exhortó a la Fracción a que aguantara una situación en la que la minoría gozaba de un régimen de favor – no participaba en el esfuerzo financiero necesario para la vida de la prensa y a la vez escribía en ella. La única meta de la C.E. era evitar que la ruptura se hiciese sobre cuestiones de procedimiento.

6.La crisis en la fracción

 

La crisis surgida en la Fracción, como consecuencia de los sucesos de España, ha dado un primer paso en su evolución. Las divergencias fundamentales, enunciadas en el comunicado precedente, se han vuelto a manifestar en las discusiones que han habido en el seno de la organización. Estas discusiones no han tomado aun el camino de la clarificación de lo que es fundamental en la controversia; sobre todo porque la minoría no ha podido, por ahora, analizar los sucesos de España de manera que ello le sirva para confirmar las posiciones centrales que defiende.


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