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La crisis surgida en la Fracción, como consecuencia de los sucesos de España, ha dado un primer paso en su evolución. Las divergencias fundamentales, enunciadas en el comunicado precedente, se han vuelto a manifestar en las discusiones que han habido en el seno de la organización. Estas discusiones no han tomado aun el camino de la clarificación de lo que es fundamental en la controversia; sobre todo porque la minoría no ha podido, por ahora, analizar los sucesos de España de manera que ello le sirva para confirmar las posiciones centrales que defiende.
La C.E., basándose en las nociones programáticas que defiende la Fracción respecto a la construcción del partido y frente a las divergencias capitales que no sólo hacen imposible una disciplina común sino que la transforman en un obstáculo que impide la expresión y desarrollo de posturas políticas, ha considerado que hay que llegar, en lo organizativo, a una separación tan neta como la existente en lo político; terreno en el que ambas concepciones son, en realidad, un eco de la oposición existente entre capitalismo y proletariado.
La C.E. ha comprobado que también la minoría se orienta en esa dirección (la separación), pues esta última acaba de constituir un “Comité de Coordinación”. Este Comité ha tomado una serie de decisiones que la C.E. se ha limitado a registrar sin oponerle la menor crítica y tomando las medidas necesarias para facilitar la más completa actividad de la minoría. Sin embargo, la C.E. ha estimado que no debe aceptar la petición de reconocimiento de la Federación de Barcelona, ya que ésta se ha constituido sobre la base del alistamiento de milicias que se han ido convirtiendo, progresivamente, en órganos dependientes del Estado Capitalista. La divergencia con miembros de la Fracción, sobre esa cuestión de las milicias, podrá todavía someterse a la apreciación del Congreso de nuestra Fracción; teniendo en cuenta que las divergencias tienen como telón de fondo la cuestión de la solidaridad, afirmada en los documentos fundamentales de la organización. Pero la situación no es la misma para aquellos que quisieran entrar en la organización sobre la base política del alistamiento en las milicias, pues sólo el Congreso podrá zanjar si esto está o no en contradicción con los documentos programáticos de la Fracción. Por eso, la C.E. ha decidido: no reconocer la Federación de Barcelona y contabilizar los votos de sus componentes en los grupos a que pertenecían antes de irse. La C.E. vuelve a afirmar que la unidad de la Fracción, rota por los sucesos de España, sólo podrá reconstruirse si se excluyen ideas políticas que lejos de producir una ayuda solidaria al proletariado español lo que hacen es dar crédito ante las masas a fuerzas que le son profundamente hostiles y que el capitalismo utiliza para exterminar a la clase obrera de España y de todas partes.
Comunicado de la Comisión Ejecutiva. Bilan nº 35. Septiembre 1936