Las protestas que se suceden en Perú por todo el baile de presidentes, derriban a Vizcarra y acaba de anunciarse la renuncia de Merino, su verdugo, muestran la crisis política de la burguesía, pero muestran también que ese caos político es aprovechado por la burguesía para encadenar a sectores del proletariado en la trampa de la democracia y de elegir bando entre los bandidos burgueses que se pelean a muerte entre ellos. Los manifestantes no luchan por intereses de clase proletaria sino por un "Perú mejor", por "fortalecer la democracia", es decir, por objetivos que refuerzan su explotación, su miseria, su exposición a la pandemia. El proletariado necesita luchar por su AUTONOMIA DE CLASE y ese es el único camino para finalmente superar en una larga y dura lucha la barbarie, el caos, la enfermedad, el desempleo, la miseria galopante que es lo único que nos "ofrece" el capitalismo en TODOS LOS PAÍSES.