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Contexto actual de la guerra
Con la invasión rusa a Ucrania, la reacción de los EEUU y sus aliados de la OTAN ha sido de imponer durísimas sanciones económicas a Rusia consistentes en:
1) Excluir a determinados bancos rusos del sistema financiero SWIFT. El sistema SWIFT posibilita las transacciones financieras, pagos y cobros, a diferentes entidades públicas como privadas en más de 200 países. Esto implica que las instituciones financieras rusas quedaron aisladas. Pero esta medida también golpea a los países o empresas proveedoras de alimentos, metales, tecnologías, etc., ya que Rusia se ve imposibilitada en pagar sus compras efectuadas antes del conflicto. De esta exclusión se salvan dos instituciones financieras que guardan relación directa con las transacciones en materia de energía: Sberbank y Gazprombank, ya que Europa debe asegurarse el flujo en materia energética en su provecho.
2) Se han congelado los activos del Banco Central de Rusia.
3) Los países occidentales también impusieron prohibiciones a la exportación de bienes, tecnología y servicios para la industria aeroespacial, que se suman a otras tantas acciones contra el estado ruso y sus jerarcas del Kremlin como también a las familias adineradas de Rusia.
4) Los operadores de los estados occidentales y de algunos aliados de los EEUU en otras partes como Japón, Australia y Corea del Sur, han presionado para que muchas empresas emblemáticas del capitalismo opten por apartarse de Rusia, por tanto, nada se vende, ni se compra a Rusia.
Dicho esto, este cordón sanitario impuesto por “el mundo libre y democrático” del capitalismo junto con las destrucciones y perturbaciones ocasionadas por la propia guerra, afecta de manera directa a aquellos países que tienen intercambios comerciales con Rusia. Por esta razón los trabajadores en América Latina se ven afectados drásticamente, precarizándose cada vez más sus condiciones de vida, la crisis económica que se aceleró con la pandemia, ahora encuentra un nuevo factor de aceleración con la guerra de Ucrania.
Repercusiones en América Latina
En los últimos años la cuenca del Mar Negro, que está limitado por Rumania, Bulgaria, Turquía, Georgia, Ucrania y Rusia, ha aumentado su producción de trigo y también de girasol. En el año 2019, Rusia era el mayor productor y exportador global del trigo. Ucrania es el quinto país productor y exportador de esta gramínea1. Argentina ocupa el séptimo lugar, y según la Bolsa de Comercio de Rosario, Argentina, es uno de los centros más importantes del comercio de granos en el mundo, al ser un alimento básico, el resto de Latinoamérica (Latam) está obligado a importarlo. Al estar bloqueada la cadena de suministros, y por efecto directo de las sanciones y la guerra, los precios de los commodities están creciendo, no solo el trigo sufre esta presión alcista, sino también el cobre y el petróleo.
Esta alza en los precios de los commodities, tendrá implicaciones en las economías de la región dependiendo de cuánto están sujetas a las exportaciones hacia Rusia o a las importaciones desde Rusia. El caso del trigo es ejemplificador, si solo Argentina es un importante productor y exportador del Trigo, el cierre del mercado ruso lo beneficia enormemente, pero hoy por hoy, Argentina está sufriendo una de las peores sequías que se haya vivido en el país austral. Por tanto, no podrá suplir al gigante ruso y, es más, se verá en la necesidad de importar la gramínea como el resto de Latam. Otro tanto, podemos hablar del petróleo, en el caso del Ecuador, por ejemplo, el precio referencial para el petróleo ecuatoriano WTI llegó a un tope promedio de $ 94 dólares el barril, esto beneficia a las arcas fiscales ecuatorianas, pero perjudica a los países que se ven en la necesidad de importar combustible.
En lo económico debemos señalar que Latam, desde el 2014 ya venía sufriendo la desaceleración de su economía, según la Cepal para el 2019 solo iba a crecer 0,1 % y para el 2020 llegaría a 1,3 %. La región muestra una desaceleración económica generalizada y sincronizada a nivel de países y de sectores, completando seis años consecutivos de bajo crecimiento, señaló la CEPAL en su informe presentado en diciembre del 2019.
Pero la historia fue otra, sobrevino la pandemia y la región cayó a un nivel inimaginable, a -6,722 % de su PIB en el 2020, es decir, sufrió una contracción fortísima.
Según la CEPAL Latam creció en el 2021 alrededor de 5 % del PIB. Pero la misma CEPAL indica que esta cifra es engañosa debido a un efecto rebote en las economías altamente interrelacionadas y por tanto tiene efectos pasajeros (esto se comprende por el resultado del confinamiento y las restricciones del comercio que provocó una drástica contracción de la demanda aparejada con el cierre de las cadenas de suministros y de los sectores de producción, al abrirse los mercados los sectores se vuelcan a realizar compras masivas e incrementa los valores macroeconómicos) 2.
Se prevé que la economía latinoamericana se situará en el 2022 a un 2 % de crecimiento económico y que de manera histórica es muy pero muy abajo comparado con la década de los 70s del siglo pasado. Ahora bien, visto así la cosa, América Latina le agarra la guerra en medio de una situación muy delicada en términos económicos, es decir, en una situación difícil en su proceso de recuperación del cataclismo de la pandemia. Dicho de otra forma, sufrirá un hundimiento aún mayor a los niveles prepandemia de la economía regional y mundial, por lo cual no podrá recuperarse o volver a los niveles iniciales. Con la guerra desatada en Ucrania, solo hace tirar más peso al naufrago, generar más presión al deterioro de las condiciones de vida de los trabajadores, precarizando más su condición no solo de la clase obrera, sino también de las capas no explotadoras del resto de la sociedad.
Las respuestas de las burguesías latinoamericanas: ¡Cada una a la suya!
Las repercusiones a nivel político en relación con la guerra en Ucrania se manifiestan en los diversos estados burgueses de la región y sus políticos de turno. Por tanto, se comprendería muy bien que países como México tenga una postura medio ambigua, que Venezuela al igual que Nicaragua y Cuba se alineen a Rusia, o que Argentina tenga la misma postura. Pero el panorama más extraño lo brindó Brasil, donde Bolsonaro se declaró "neutral" y su vicepresidente, el general Hamilton Mourao, lo puso en vereda. Mourao condenó la invasión y pidió apoyo militar para Ucrania. Entretanto, el embajador de Brasil ante la ONU dijo que Rusia había "cruzado la línea roja". Finalmente, acercaron sus posiciones3.
Pocas semanas antes de las acciones rusas sobre Ucrania, el presidente de Argentina, Fernández y su homólogo de Brasil, Bolsonaro, viajaron a Moscú. No para mediar en el conflicto ucraniano, sino para congraciarse con Putin: Fernández ofreció su país a Rusia como portal hacia Latinoamérica; Bolsonaro declaró su solidaridad con Rusia. Ambos hicieron oídos sordos a las advertencias desde Washington en vista del despliegue de tropas rusas en la frontera con Ucrania.
La burguesía en la región juega sus fichas de cierto modo, tratan de ajustarse a la situación que ofrece el panorama internacional que se abre ante la guerra de Ucrania y vemos como los diferentes lideres de la región toman posición como Bolsonaro que de ser un fanático de Trump ha pasado a ser un fanático de Putin. Esto se ha visto con mayor claridad el pasado 2 de marzo, cuando la Asamblea General de la ONU votó sobre una resolución que llama a Rusia a detener su ataque a Ucrania y a abstenerse de ejercer todo tipo de amenaza similar contra cualquier país miembro de esa organización. Se ve una clara injerencia de la OTAN y EE. UU sobre la ONU por supuesto. La mayoría de los países latinoamericanos votó a favor. Bolivia, Cuba, El Salvador y Nicaragua se abstuvieron. Venezuela criticó la resolución.
Son claras las relaciones de Rusia con Nicaragua, Cuba y Venezuela, eso explica el comportamiento de estos países frente al conflicto, que dependen mucho de Moscú. Esto muestra a la región dividida en cuanto a la imposición de sanciones. Colombia socio de la OTAN aprueba las sanciones, mientras México y Brasil las rechaza. Aparte de la Burguesía brasilera que vive de la producción agrícola no les conviene. Este país importa el 69% de sus fertilizantes de Rusia; la izquierda mexicana con López Obrador tiene sus propios argumentos disidentes a las sanciones, sin embargo, sigue teniendo como socio a EE. UU, su socio del libre comercio, con el que desarrolla casi el 90% de su comercio exterior. La burguesía sea del país que sea, ve por sus propios intereses y corre en el sentido del cada uno a la suya y el sálvese quien pueda, con la guerra en Ucrania este aspecto se pronuncia cada vez más.
Venezuela apoya abiertamente a Rusia en el conflicto. Sin embargo, la reunión del 5 de marzo entre los representantes del gobierno norteamericano con sus homólogos venezolanos sorprendió a todo el mundo. Es indudable que Washington este buscando alternativas al petróleo ruso.4
Por otro lado, en Perú Pedro Castillo ha sido muy tibio en manifestarse en relación con la Guerra en Ucrania haciendo un llamado para que los países del mundo “resuelvan sus conflictos a nivel diplomático y no con las armas”, este señalamiento lo ha hecho en medio de un clima de inestabilidad política en Perú, con solicitudes de vacancia en su contra y escándalos de corrupción.
Colombia está en plena campaña electoral. Entre los candidatos está el dirigente izquierdista Gustavo Petro, él se pronunció sobre la guerra señalando “Qué Ucrania ni qué ocho cuartos...". El Burgués izquierdista señaló además “Colombia tiene muchos problemas internos como para inmiscuirse de cualquier manera en el conflicto europeo”. Guillermo Lasso de Ecuador condenó a Rusia. Del mismo modo, Uruguay estuvo entre los primeros en condenar la agresión en Ucrania. Y para sorpresa de algunos, el izquierdista chileno Gabriel Boric, ha estado entre los que expresan rechazo a la posición de Moscú, sin embargo, algunos miembros de su coalición izquierdista tienen cercanías y simpatías por Washington.
La guerra empeora las condiciones de vida de los trabajadores
La guerra ha venido a ser un bombero que intenta apagar el fuego echándole más fuego a la situación. La guerra es una manifestación de la decadencia capitalista, reflejada en su crisis económica histórica, pero también una muestra del alcance y la profundidad al que nos está llevando la fase final del capitalismo, la fase de su descomposición5. Esta situación monstruosa desarrollada por la guerra imperialista es la manifestación más extrema de la barbarie capitalista que echa más leña al fuego destructor de la pandemia, la crisis económica, la catástrofe ecológica… 6 .
La guerra empeora las condiciones de vida de los trabajadores y como ya lo hemos señalado antes Si la pandemia marcó una aceleración de la descomposición capitalista a varios niveles (social, sanitario, ecológico, etc.), la guerra en Ucrania es un duro recordatorio de que la guerra se ha convertido en el modo de vida del capitalismo en su época de decadencia, y que las tensiones y los conflictos militares se están extendiendo e intensificando a escala mundial7.
El proletariado será el que va a pagar los platos rotos una vez más, en medio de este caos, en medio de esta aceleración de crisis económica agravada por la guerra, desplazando a la pandemia como factor acelerador de la crisis económica que ha venido golpeando desde la aparición del Covid-19. El alza fortísima de los precios de los productos de la canasta básica, como es el pan, los costes del pasaje de la transportación, incremento en los precios de los aceites, y demás productos necesarios para la higiene, como los desinfectantes, entre otros, son una muestra del terrible golpe a los miseros salarios de los trabajadores.
Esta alza no se debe solo por las dificultades que enfrentan algunos sectores de las economías de la región Latam, por las sanciones sobre Rusia, sino por las presiones inflacionarias que vienen dándose desde mucho antes del conflicto ruso-ucraniano, como lo señalamos antes, ocasionados por la Pandemia del Covid.
El incremento de la presión sobre la inflación desatada por la guerra en Ucrania pauperiza cada vez más las condiciones de vida de los trabajadores en la región con el incremento del coste de vida, de los alimentos y el transporte básicamente.
Así pues, la guerra que acaba de empezar es un acontecimiento dramático de la máxima importancia, en primer lugar, para Europa, pero también para el mundo entero. Ya se ha cobrado miles de vidas entre los soldados de ambos bandos y entre los civiles. Ha arrojado a cientos de miles de refugiados a las carreteras. Provocará nuevas subidas del precio de la energía y de los cereales, sinónimo de frío y de hambre, mientras que, en la mayoría de los países del mundo, los explotados, los más pobres, ya han visto cómo se hunden sus condiciones de vida a causa de la inflación. Como siempre, es la clase que produce la mayor parte de la riqueza social, la clase trabajadora, la que pagará el precio más alto por las acciones bélicas de los amos del mundo.
Esta tragedia bélica no puede separarse del conjunto de la situación mundial de los dos últimos años: la pandemia, el agravamiento de la crisis económica, la multiplicación de las catástrofes ecológicas. Es una clara manifestación del hundimiento del mundo en la barbarie 8.
¿Cuál es la perspectiva?
La burguesía en la región está claramente dividida como en el resto del mundo. No encuentra norte. Sus respuestas son tan inmediatistas que dejan agujeros negros en su caminar. La burguesía tiene muy estrecho el margen de maniobra. Ella sabe de su gran limitación. Por ello no debemos de sorprendernos de los giros bruscos de algunas figuras políticas que hacen un recorrido de izquierda a derecha en un abrir y cerrar de ojos. Lo que motiva sus gesticulaciones y cambios de chaqueta es la mejor defensa del interés nacional de su capital y, desde el punto de vista histórico, la respuesta de la clase obrera.
Por eso el terror y el desplazamiento militar en torno a la guerra de Ucrania, por los dos bandos (Rusia-Ucrania) los presupuestos millonarios aprobados en los países centrales de Europa para armamentos y otras situaciones vistas en este conflicto bélico, no es más que un anuncio que hace la burguesía internacional, una señal que manda a todo el mundo y a los trabajadores en particular. Ellos promueven y repiten constantemente que todos debemos de asumir los sacrificios que nos impondrá la guerra y sus consecuencias, y es indudable que serán todos los trabajadores del mundo los que pagarán la mayor cuota, como ya lo estamos viendo actualmente en todo el mundo y en particular en América Latina.
La crisis económica será un enorme peso político sobre la burguesía, sus posibilidades de moverse se restringen mucho más. El proletariado será el que lleve la peor parte y no tiene un norte tampoco de momento. Lo que ocurre en Ucrania lo va a comprender más cuando pague más por el pan, el aceite o el transporte público.
Sin embargo, la única fuerza capaz de parar todo este caos y barbarie en el planeta: es la clase obrera. Con su unidad, su solidaridad mundial desarrollándola como clase, es la única capaz de parar toda esta locura capitalista de destrucción. Las luchas obreras masivas y conscientes en todo el mundo deben mostrar el camino e ir preparando la destrucción de este sistema responsable de todas las guerras y barbarie que amenaza a la humanidad: el SISTEMA CAPITALISTA.
No queremos la paz que ofrecen los estados asesinos, no debemos tomar posición por ningún bando, por ningún país, debemos denunciar a todos los estados capitalistas, a todos los partidos que llamen al nacionalismo o a apoyar alguna bandera nacional. Solo debemos retomar las viejas consignas del movimiento obrero histórico internacional, que están más vigentes que nunca hoy en día:
¡Los proletarios no tienen patria!
¡Proletarios de todos los países, ¡uníos!
Secciones y núcleos en Centro y Sudamérica de la Corriente Comunista Internacional 24042022
1. Dato obtenido del Observatorio de Complejidad Económica (OEC) del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).
2Datos según Cepal.
3 https://www.msn.com/es-us/noticias/mundo/el-conflicto-en-ucrania-divide-...
4https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-60657073
5https://es.internationalism.org/revista-internacional/200510/223/la-desc...
6https://es.internationalism.org/content/4793/conflicto-imperialista-en-u...
7https://es.internationalism.org/content/4795/guerra-imperialista-en-ucra...
8https://es.internationalism.org/content/4793/conflicto-imperialista-en-u...