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Publicamos a continuación la contribución que nos ha enviado un compañero próximo para proseguir la clarificación sobre el significado de la pandemia de Covid-19 y sus repercusiones en el proletariado. Nos parece sumamente importante que en las actuales condiciones de confinamiento y de aislamiento físico que como dice el propio compañero, las campañas de la burguesía pretenden convertir en aislamiento social, se tomen todo tipo de iniciativas para desarrollar el debate, la denuncia de las patrañas de la burguesía. Eso mantendrá un clima de solidaridad de clase cuando juntarnos físicamente es imposible. Que cunda el ejemplo.
Compartimos además una gran parte de lo que señala este compañero. Nos gustaría precisar que en nuestro análisis tal y como hemos mostrado en los artículos que aparecen en nuestra web[1], la motivación esencial para retrasar la puesta en marcha de medidas de confinamiento es la resistencia capitalista para detener la producción y perder ganancias y, sobre todo, ventajas competitivas frente a otros rivales[2]. Por eso ese retraso, como señala también esta contribución, es común en países con gobiernos de izquierdas o de derechas, "feministas" o "ultra -cristianos".
También queríamos aportar un matiz a la denuncia que hace este artículo a la campaña de "ovaciones" a los sanitarios, que es efectivamente una perversión organizada desde todas las instancias del Estado burgués, de un sentimiento sincero de solidaridad que nace entre los trabajadores ante el esfuerzo realizado por sus hermanos del sector sanitario. Esa perversión aprovecha y utiliza a conveniencia del Estado la expresión individual -e individualista- de la solidaridad que es completamente estéril y no tiene nada que ver con la SOLIDARIDAD PROLETARIA DE CLASE.
Los trabajadores debemos denunciar esa manipulación repugnante de la solidaridad que pretende conducirla al terreno de la UNION NACIONAL y la IDEOLOGIA DE GUERRA. Contra ello hemos de buscar medios para expresar la solidaridad en un terreno de clase. Uno de ellos, escribiendo contribuciones para la prensa revolucionaria.
CCI
La enfermedad COVID-19 ha puesto al Estado español en una situación que no sabe manejar, una situación que resalta de forma escandalosa que la sociedad capitalista es una sombra de una sociedad humana, incapaz ya incluso de mantener a la población explotada en condiciones que permitan nuestra explotación de forma consistente en el tiempo. La tragedia humana de los hospitales palidece frente a la tragedia que está por venir, cuando haya pasado la epidemia y llegue el momento de la “reconstrucción” y los “sacrificios”. La clase obrera tiene una posibilidad de responder, pero para ello es crítico entender qué está haciendo la burguesía. Pese a los miles de muertos que ha habido ya y a los miles que quedan por llegar a causa del virus, esta es en realidad la calma que precede a la tormenta. Hay que tener los ojos bien abiertos.
Repasando lo que está sucediendo en España estas últimas semanas, el interrogante más grande que surge es por qué el conjunto de la burguesía, desde el gobierno hasta los medios de comunicación, tardó tanto en reaccionar. Estos días varios medios escriben sobre el “sesgo de retrospectiva”, argumentando que es muy fácil pensar retrospectivamente que estaba claro que la situación se iba a desarrollar así cuando, en realidad, no estaba tan claro en su momento. En este caso, ese es un argumento que no tiene pie. La única información necesaria para poder prever esta situación es la presencia de un virus tan contagioso como este. Ante la ausencia de medidas, ¿cómo es posible pensar que no va a extenderse? Y, sin embargo, eso es lo que defendió no sólo el gobierno sino también los medios de comunicación y el conjunto de los partidos políticos de la burguesía. Es probable que, en el caso de España, se quisiera esperar al 8 de Marzo, para no quitar el protagonismo mediático a la pseudo- polémica entre el feminismo y el anti- feminismo[3] con la que la burguesía ha estado envenenando nuestra mente en los últimos tiempos. Parece probable también que las consideraciones económicas hayan jugado un papel importante en la demora de la reacción de la burguesía. Pero en conjunto es un asunto que no está nada claro y que se ha repetido tanto antes como después en otros países. Tenemos que estar atentos, tanto por las posibles intenciones siniestras detrás de una espera intencionada como por las implicaciones que tendría que estas esperas sean consecuencia de la ineptitud de una burguesía de facultades decadentes.
Otro aspecto al que los revolucionarios tenemos que prestar mucha atención, probablemente la máxima atención, es al manejo de la tensión social durante esta situación de cuarentena generalizada. Los medios con los que hoy cuenta la burguesía para manipular la conducta de los trabajadores no tienen precedente alguno: además de los medios clásicos, estos días, la mayoría de la población está manteniendo el contacto social mediante redes sociales en las que algoritmos maquiavélicos deciden (y llevan cuenta de) qué ven sus usuarios, cuándo y cómo. El nuevo rito de los aplausos a las 20:00 ejemplifica bien en qué dirección nos están empujando: la de una masa estúpida, ebria de nacionalismo, admiración al Estado y gregarismo agresivo. Los chivatazos a la policía e insultos desde las ventanas a quienes aparentan saltarse la cuarentena dan testimonio del peligro y la efectividad potencial de esta estrategia de la burguesía. Un elemento de esta campaña de “unidad nacional” especialmente llamativo está siendo el de las mascarillas caseras: decenas de artículos periodísticos y cientos de publicaciones en redes sociales exaltando el heroísmo estajanovista de quienes fabrican a mano mascarillas de tela “para ayudar”. Pese a la obsesión (supuesta) de los medios con “combatir bulos”, dan su visto bueno y animan a participar en la producción de estas mascarillas que resultan totalmente inútiles frente al coronavirus. El parecido entre los artículos que loan esta actividad inútil pero patriótica y la propaganda de la era estalinista es llamativo.
Otro factor al que hay que estar muy atentos, además de denunciar, es la intervención amplísima del ejército. Los medios se centran en la Unidad Militar de Emergencia (UME), cuyas actividades son más fáciles de justificar desde una perspectiva de “gestión de la crisis”: por ejemplo, labores de desinfección. Sin embargo, el despliegue militar va mucho más allá de la UME y de ese tipo de labores. La tarea principal de los militares está siendo patrullar las calles, en un movimiento claramente intimidatorio. Diversos cuerpos militares se dejan ver por las calles vacías, acrecentando nuestra sensación de indefensión frente al Estado, ya de por sí bastante acentuada por el aislamiento domiciliario. Es difícil saber cuál es la intención concreta del Estado con este movimiento, y hay que estar alerta. La burguesía ha demostrado incontables veces su disposición a masacrar (activamente) trabajadores en caso necesario.
Por último, una pequeña observación sobre la terminología con la que se nos bombardea: el término “distanciamiento social” llama bastante la atención, porque el distanciamiento necesario para prevenir el contagio no es social sino físico. La burguesía, sin embargo, nos quiere aislados socialmente, con nuestras relaciones humanas reducidas a la interacción con sus “redes sociales” y los ritos de éxtasis nacionalista que nos dicten.
Lo peor está por llegar, y llegará después de la cuarentena. Es necesario estar muy atentos a cómo se desarrolla la situación, qué trampas y estrategias está llevando a cabo la burguesía y cómo podemos denunciarlas y combatirlas. El proletariado está en una situación de debilidad, pero eso podría cambiar rápido. El capitalismo está mostrando de forma muy clara su verdadera naturaleza, de una forma tan patente que no hay medio de propaganda ni técnica de manipulación social que pueda ocultarlo por completo. Estemos alerta.
Comunero
[1] Ver principalmente Covid 19: O el proletariado mundial acaba con el capitalismo o el capitalismo acaba con la humanidad https://es.internationalism.org/content/4548/covid-19-o-el-proletariado-mundial-acaba-con-el-capitalismo-o-el-capitalismo-acaba-con ; Covid-19: Síntoma de la etapa terminal de la decadencia capitalista https://es.internationalism.org/content/4541/covid-19-sintoma-de-la-etapa-terminal-de-la-decadencia-capitalista y Pandemia de COVID-19 en Francia: ¡La negligencia criminal de la burguesía! https://es.internationalism.org/content/4551/pandemia-de-covid-19-en-francia-la-negligencia-criminal-de-la-burguesia
[2] No olvidemos que el mundo se halla inmerso en una violenta guerra comercial y esta no ha desaparecido con la pandemia, así hay países que no quieren vender a otros, material sanitario urgente o suben desmesuradamente los precios de tales productos. ¡Para las naciones y para los capitalistas individuales lo único es la ganancia y la acumulación!
[3] Sobre la ideología feminista ver Huelga feminista: contra las mujeres y contra la clase obrera https://es.internationalism.org/accion-proletaria/201804/4291/huelga-feminista-contra-las-mujeres-y-contra-la-clase-obrera