Balance de las reuniones públicas sobre la Declaración Conjunta de grupos de la Izquierda Comunista sobre la guerra en Ucrania.

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Tras la publicación de la Declaración Conjunta por grupos de la Izquierda Comunista (Corriente Comunista Internacional, Voz Internacionalista e Istituto Onorato Damen)[1], estos grupos celebraron dos reuniones públicas en línea, una en italiano y otra en inglés, para discutir y aclarar la necesidad de la Declaración Conjunta y las tareas de los revolucionarios frente a la guerra imperialista y las nuevas condiciones mundiales. Las reuniones se desarrollaron en un ambiente serio y cordial; las diferencias de opinión no impidieron una camaradería o una animada discusión. La importancia de la Declaración Conjunta es que sigue el espíritu de la Conferencia de Zimmerwald de 1915, donde los revolucionarios fueron capaces de acordar una declaración internacionalista conjunta frente a la Primera Guerra Mundial. En la década de 1930, por otro lado, los comunistas de la Izquierda Italiana y la Izquierda Holandesa se opusieron a la guerra española pero no fueron capaces de producir una declaración conjunta. De manera similar, durante la Guerra Chino-japonesa, la Segunda Guerra Mundial y la Guerra de Corea, los comunistas internacionalistas fallaron en la tarea de elaborar y transmitir una declaración conjunta. Es innegable que hoy los grupos de la Izquierda Comunista no tienen la influencia que tenían los revolucionarios en 1915. Sin embargo, una voz común es necesaria, no por sus consecuencias inmediatas, sino por la perspectiva de batallas futuras. No es posible reflejar las discusiones de ambas sesiones en un artículo breve, pero queremos dar un resumen de los temas discutidos.

La Reunión Pública en italiano

En la reunión en italiano, todos los participantes, sin excepción, evaluaron la naturaleza de la guerra como imperialista y subrayaron la necesidad de defender el internacionalismo, es decir, no apoyar a ninguno de los campos imperialistas. Rechazando las ilusiones pacifistas, vieron a la clase obrera y la lucha de clases como la única fuerza capaz de oponerse a la guerra. Los participantes, sin excepción, destacaron la importancia de la Declaración Conjunta. Los participantes consideraron que, aunque la situación actual no es comparable a la de 1915 y los revolucionarios no tienen la influencia que tenían sobre la clase obrera en 1915, el espíritu de la conferencia de Zimmerwald, como una brújula, sigue siendo válido hoy. La conferencia de Zimmerwald es una referencia para los revolucionarios, a la que se refieren en su lucha contra la guerra imperialista. Sólo un participante declaró inválida la referencia a la conferencia de Zimmerwald, argumentando que las corrientes que firmaron la declaración conjunta no tienen la influencia de Lenin o Luxemburgo sobre la clase trabajadora. Otros respondieron que la importancia de una declaración conjunta reside en una voz común de posiciones internacionalistas que las corrientes de la Izquierda Comunista anteriormente no habían podido expresar ante la guerra.

El hecho de que otros grupos de la izquierda comunista se negaran a firmar la declaración conjunta refleja la debilidad del medio político proletario. La mayoría de los participantes deploró la negativa de otros grupos comunistas de izquierda a referirse a Lenin sobre la necesidad de una respuesta común, a pesar de las diferencias teóricas. En Zimmerwald, los participantes tenían diferencias de opinión y análisis, pero esto no les impidió expresarse al unísono. La mayoría de los participantes no estuvo de acuerdo con las razones dadas por la Tendencia Comunista Internacionalista [[2]] para no firmar la declaración conjunta. Mientras algunos de los participantes hablaron de continuar el debate con la TCI para animarles a firmar la declaración conjunta o, al menos, a desarrollar acciones conjuntas con ellos, otros subrayaron que debemos evitar entrar en discusiones polémicas y seguir adelante sin prestar atención a los demás. En cualquier caso, todos los participantes en la reunión compartieron la opinión de que la propuesta “Ninguna Guerra salvo la Guerra de Clases” impulsada por la TCI representa un enorme retroceso respecto de su propia tradición política, delegando efectivamente a la clase trabajadora en general las funciones que las vanguardias revolucionarias deberían estar cumpliendo en la clase.

Los participantes subrayaron que no es posible luchar contra la guerra sin luchar contra el capitalismo. Después de la guerra, la inflación aumentó no sólo en la periferia del capitalismo, sino también en los centros metropolitanos y, por tanto, aumentó el costo de vida del proletariado, lo que significa que el nivel de vida de la clase trabajadora disminuyó. Las condiciones de vida y de trabajo de la clase trabajadora, con el estallido de la guerra imperialista en curso, empeorarán y pueden inducir, en un futuro más o menos cercano al proletariado a reaccionar contra los continuos ataques lanzados por el capital.

Otro punto de discusión destacó que la lucha del proletariado puede desarrollarse en una dirección revolucionaria sólo si se basa en la continuidad histórica de las posiciones de la Izquierda Comunista. Por supuesto, esto no significa que sólo los grupos comunistas de izquierda puedan apoyar estas posiciones, sino que deben servir como punto de referencia para mostrar el camino a seguir. Durante la discusión se acordó que es tarea de los revolucionarios trabajar para construir el futuro partido internacional e internacionalista del proletariado, sin el cual todas las eventuales luchas de la clase trabajadora estarán inevitablemente condenadas a la derrota. Y esta es la perspectiva de la declaración contra la guerra imperialista firmada por los distintos grupos adherentes.

La Reunión Pública en ingles

En la sesión en inglés (en la que los camaradas del IOD no pudieron participar), como en la sesión en italiano, los participantes evaluaron inequívocamente la naturaleza de la guerra como imperialista y, rechazando cualquier ilusión pacifista, vieron a la clase obrera y la lucha de clases como única fuerza que podía contrarrestar la guerra. En la reunión, excepto el delegado de la TCI/CWO, los participantes destacaron la importancia de la Declaración Conjunta. Un participante afirmó que, aunque no estaba totalmente de acuerdo con la Declaración Conjunta, la apoyaba. Al igual que en la reunión italiana, los participantes, con excepción del delegado de la TCI/CWO, también afirmaron que, aunque la situación actual no era comparable a la de 1915 y los revolucionarios no tenían la influencia que tenían en la clase obrera en 1915, el espíritu de la Conferencia de Zimmerwald debe actuar como una brújula, que sigue siendo válida hoy, como un punto de referencia para los revolucionarios en la lucha contra la guerra imperialista.

En la reunión, el delegado de la TCI (CWO) tuvo la oportunidad de exponer los motivos de su negativa a firmar la declaración conjunta. Expuso sus razones, pero sus argumentos no sólo no convencieron a los participantes, sino que alimentaron más discusiones. El representante de la TCI/CWO afirmó que no firmar la declaración no era una cuestión de principios, pero la TCI/CWO consideró que los criterios para quiénes debían firmar eran demasiado estrechos. Según el camarada: ellos quieren reunir a quienes estén de acuerdo con la iniciativa “Ninguna Guerra salvo la Guerra de Clases” (NWBCW); al firmar la Declaración Conjunta, la TCI respaldaría implícitamente la visión de la CCI sobre el parasitismo; ellos trabajan con Controversias y el Grupo Internacional de la Izquierda Comunista, y la CCI no; la CCI ha calificado de parásitos a camaradas que han estado luchando durante años; quizás la TCI pueda atraerlos de regreso a la izquierda comunista a través de la propuesta NWBCW.

Varios participantes que fueron antiguos miembros de la CCI rechazaron la afirmación del representante de la TCI/CWO de que cada militante que abandona la CCI es etiquetado como parásito, afirmando que nunca han sido privados de ninguna actividad y que los camaradas de la CCI siempre están muy abiertos a la discusión y la solidaridad. Destacaron que el problema del parasitismo está relacionado con un comportamiento no proletario.

Algunos participantes intervinieron criticando la iniciativa NWBCW; sin embargo, el Presidium pidió a los participantes que pospusieran la discusión sobre NWBCW hasta la próxima reunión pública. En las discusiones se argumentó que los internacionalistas no pudieron emitir una declaración conjunta frente a la Guerra Española del 36, la Segunda Guerra Mundial, la Guerra de Corea, etc. Hoy la adopción de la Declaración Conjunta fue un golpe al sectarismo en el Medio Político Proletario y un paso adelante. Algunos camaradas que al comienzo de la reunión habían dado crédito a la TCI por negarse a firmar la Declaración Conjunta quedaron convencidos por la discusión de la necesidad de esta última. Un camarada dijo en las conclusiones que creía que el debate era constructivo, incluso si las diferencias entre la CCI y la TCI eran significativas. Estas diferencias deben articularse más y desarrollarse en debates comunes. Otro participante afirmó que, aunque no estaba de acuerdo con algunas de las posiciones de la CWO, estaba convencido de que la Izquierda Comunista no podría llevar a cabo sus tareas históricas sin la participación de grupos como los bordiguistas o la TCI. Según él, es una lástima que no hayan comprendido la importancia de esta acción ante la guerra de Ucrania.

La opinión predominante en la reunión fue que, aunque sólo una minoría de todos los grupos de la Izquierda Comunista firmó la Declaración Conjunta, esta última seguiría convirtiéndose en un punto de referencia en la tradición comunista de izquierda, al que otros grupos y militantes podrían referirse.

Voz Internacionalista

Istituto Onorato Damen

Corriente Comunista Internacional

15 de junio de 2022

desarrollo de la conciencia y la organización proletaria: 

Rubric: 

Boletin Discusion n 1 Izquierda Comunista