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El objeto de esta tercera edición de nuestro folleto sobre la Guerra Civil Española de 1.936 es, en primer lugar, reponer las existencias ya agotadas de la segunda edición. Esto es indicador del interés que este problema histórico despierta no solo en España sino en otros países como Gran Bretaña, Bélgica, Holanda, Alemania, Rusia, Brasil etc.
Pero este interés no es solo producto del esfuerzo de elementos proletarios que quieren conocer y sacar lecciones de esta trágica experiencia del proletariado. También, es resultado de una campaña de los medios burgueses que airean los acontecimientos de 1936 y dan cancha a grupos radicales (trotskistas, anarquistas etc.), directores de cine (en los últimos años se han producido dos películas famosas sobre el tema: Tierra y Libertad y Libertarias), académicos etc., cuyo “balance de 1936” parece “diferente” e incluso “opuesto” al que predomina en la versión oficial pero que en realidad constituye el vehículo de mistificaciones más refinadas y por tanto más eficaces para crear confusión en la conciencia de la clase obrera.
Para combatir estas mistificaciones y contribuir a una reflexión sólida y lo más amplia posible, el grueso de este libro está dedicado a textos publicados en la época, es decir, en los años 30, por organizaciones proletarias de entonces. La mayor parte son de BILAN (Fracción Italiana de la Izquierda Comunista en el exilio), organización que presentamos en el siguiente texto y que, a nuestro juicio, fue la única capaz de denunciar la guerra del 36 como una guerra imperialista en cuya orgía de sangre murieron más de un millón de personas. También fue la más clara en llamar al derrotismo revolucionario como ya habían hecho los revolucionarios en 1.914 frente al matadero que constituyó la Primera Guerra Mundial.
La guerra del 36 fue el preludio de la Segunda Guerra Mundial. Las grandes potencias de la época se implicaron directamente en el conflicto perfilándose en él los dos bandos imperialistas que se enfrentarán de 1.939 a 1.945: el bando franquista es apoyado por Alemania e Italia y el bando del Frente Popular por la Rusia de Stalin y las democracias (Gran Bretaña y Francia).
Ante la matanza que durante 3 años inundó de sangre las tierras españolas las organizaciones que decían reclamarse de la clase obrera, empezando por los “socialistas”, siguiendo con los “comunistas” y acabando con los trotskistas y los anarquistas, proponían a los obreros y los campesinos españoles comprometerse de lleno en la guerra, eligiendo el campo republicano frente al bando fascista y uniéndose a la burguesía “democrática” y a las potencias mundiales “garantes de la libertad”. Solo una pequeña minoría, con BILAN a la cabeza, tuvo el coraje de continuar la posición de los revolucionarios de 1914: la lucha contra los dos bandos burgueses, el llamamiento a los obreros y campesinos de los dos frentes a desertar de la guerra militar y volver a sus casas para, uniéndose con los obreros de la retaguardia, llevar la lucha contra todo el Estado Capitalista, tanto en su rama franquista como en su rama republicana. Era retomar y llevar más lejos el impulso inicial de los obreros españoles que luchando en su terreno de clase en los días posteriores al 18 de julio del 36 fueron capaces de parar la intentona golpista de Franco (que dicho sea de paso el gobierno del Frente Popular dejó preparar impunemente con premeditación y alevosía a los generales facciosos) y del cual hubo una nueva manifestación, esta vez en condiciones muy diferentes, en mayo de 1.937 cuando los obreros de Barcelona tras una valiente lucha son masacrados por las fuerzas de asalto gubernamentales y traicionados por el POUM y los anarquistas que además forman parte descaradamente de los gobiernos de la Generalitat y de la República.
Nosotros nos reivindicamos del trabajo político de BILAN que en esa época difícil para el proletariado – de derrota y contrarrevolución, los tiempos de Hitler y los procesos de Moscú- se mantuvo fiel a su combate histórico y fue capaz de enriquecerlo con toda una serie de aportaciones sacando lección de los intensos acontecimientos que de forma rápida y concentrada se suceden entre 1914 y 1939: la guerra imperialista de 1914, el intento de revolución proletaria de 1915-23, la contrarrevolución en Rusia y a escala mundial, la tremenda depresión de 1929 y la barbarie a una escala todavía más salvaje de la 2ª Guerra Mundial.
Ahora bien, reivindicarnos de BILAN no significa despreciar la contribución de otros grupos proletarios de la época. Por eso publicamos textos del Comunismo de los Consejos y de grupos de México y Bélgica que desde el trotskysmo se orientaron hacia las posiciones de BILAN. Del mismo modo, analizamos el esfuerzo de grupos que, aunque cayeron en la trampa de apoyar la guerra en nombre del antifascismo y la “revolución social”, trataron de defender una posición proletaria: es el caso de la Sección Bolchevique Leninista, cuyo militante más destacado fue Munis, y de los Amigos de Durruti que, desde el terreno del anarquismo, trataron de defender una posición de clase y se rebelaron contra la colaboración descarada de la CNT con las fuerzas de la burguesía.
No pretendemos elevar BILAN a los altares. Todo lo contrario, BILAN reconocía con humildad que iba a tientas y que no tenía una solución acabada para los múltiples problemas que se le presentaban al proletariado y al conjunto de la humanidad. Dentro de BILAN había un debate vivo y una minoría se dejó llevar por los cantos de sirena de la “revolución en marcha en España”. Publicamos textos de esta discusión con los puntos de vista de la mayoría y la minoría. Este debate, como corresponde a la tradición histórica del movimiento obrero, no se llevó a puerta cerrada sino que se expresó públicamente en la revista.
De la guerra española se han escrito miles de libros. Unos ofrecen la visión maniquea del franquismo que la presenta como una “cruzada” contra la masonería y el “comunismo rojo”. En las postrimerías del régimen franquista y sobre todo desde 1975, cuando el Estado burgués español se da el barniz de la “democracia”, los libros que aparecen son más “neutrales”: reparten culpas entre ambos bandos y presentan la contienda como una tragedia que sólo podría superarse mediante la “democracia” la cual sería la gran solución al reconciliar las dos Españas.
Frente a estos dos enfoques, se desarrolla otro más crítico y radical que reclama el “protagonismo” de la clase obrera y rechaza la visión franquista y la democrática porque coinciden ambas en la defensa del orden burgués. Se trata de la posición del anarquismo y del trotskysmo.
Ahora bien, pese a su aparente oposición a las dos versiones anteriores en realidad defienden el mismo terreno: glorifica la guerra antifascista, es decir, la matanza de unos obreros contra otros en nombre de una causa al servicio del capitalismo; defiende al Estado burgués en su forma “democrática” y “republicana” haciendo elegir este disfraz de la dictadura capitalista frente a la otra forma menos presentable por su violencia descarnada, la franquista.
Esta visión pretende dar la palabra al proletariado y lo presenta como actor de una “revolución social” desarrollando con ello la peor de las mistificaciones: en vez de llamar al pan pan y al vino vino, es decir, a la guerra imperialista guerra imperialista la transforma por arte de birlibirloque en una “revolución social”. La guerra imperialista, la quintaesencia de la barbarie, el sufrimiento y la degradación es disfrazada de lo que es diametralmente opuesto: la Revolución social, la expresión más avanzada de liberación, conciencia y emancipación colectiva. ¡La mejor forma de atacar el comunismo y apuntalar el capitalismo es travestizar sus expresiones más espantosas como revoluciones !.
Los trotskistas y los anarquistas, estos “defensores de la clase obrera”, vuelven a repetir la misma maniobra de 1936 que la burguesía desarrolló ante la reacción espontánea de los obreros contra el golpe de Franco: enrolarlos en la guerra en nombre de la “revolución social”, de “ganar al fascismo para a continuación construir el socialismo”.
En esta mistificación tomaron la delantera los más “radicales”: el POUM y la CNT. Los textos de BILAN y los de otras corrientes proletarias que publicamos denuncian con claridad la traición cometida por el POUM y la CNT-FAI como último banderín de enganche que utiliza la burguesía republicana para desviar a la clase obrera de su terreno de clase y llevarla al matadero.
¿Por qué hoy, cuando nos dicen que todo eso de la “revolución” es cosa del pasado, los grandes medios de comunicación dejan un hueco a los grupos y personalidades que nos presentan España 1936 como teatro de una “gran transformación social”, como una “verdadera revolución mucho más profunda que la Revolución rusa de 1917”?.
En los años noventa hemos asistido junto a la campaña anticomunista posterior a la caída del Muro de Berlín donde se denigra al comunismo equiparándolo al estalinismo (cuando la realidad histórica nos muestra que éste fue el enterrador de la Revolución de Octubre del 17), a una promoción del anarquismo como verdadero movimiento revolucionario frente a los Bolcheviques y Lenin que serían unos meros conspiradores que instauran su dictadura mediante un golpe de estado.
Presentar al anarquismo como “vanguardia” del impulso revolucionario y a España 1936 como “modelo” de revolución social, no supone ninguna contradicción con la campaña anticomunista. En realidad es su continuación y reforzamiento. Por mucho que los medios más entusiastas de la burguesía proclamen el triunfo del capitalismo y un “Alicia en el país de las maravillas” con los ensueños de INTERNET y la “nueva economía”, el capitalismo es muy consciente de que semejantes músicas celestiales necesitan el contrapunto crítico de ideologías y modelos aparentemente muy radicales pero que en el fondo defienden el orden capitalista por otros medios. La llamada “revolución” española de 1.936 y el endiosamiento del anarquismo suponen una tergiversación de la historia que persigue fundamentalmente atraer a todos los elementos que expresan un esfuerzo de conciencia en las filas del proletariado hacia el pantano de confusión que constituyen las posiciones anarquistas.
El anarquismo se presenta como una ideología “anti-sistema”, ante las diferentes facetas de la vida social parece situarse en las posturas más radicales y extremas. Del mismo modo, toda una serie de fenómenos de 1936 (las colectividades, las milicias antifascistas, la CNT) son rodeados de una vaga aureola de “liberación” y “acción revolucionaria”. Contra semejantes imposturas, el libro que presentamos trata de mostrar, haciendo hablar a los hechos, adonde conduce el anarquismo y cual fue la realidad de su “modelo revolucionario” experimentado en España.
La historia del siglo XX es la de la decadencia del modo de producción capitalista. Todas las guerras son producto de esa decadencia histórica. En 1.914 los revolucionarios denunciaron la matanza imperialista y llamaron al proletariado a la revolución. La oleada revolucionaria de 1.917 a 1.923 (cuyas culminaciones son las revoluciones en Rusia y en Alemania) supuso el mayor intento del proletariado por derribar el capitalismo y construir una sociedad comunista. La burguesía para derrotar la revolución utilizará todas las armas en sus manos: acelera el fin de la guerra, coloca en los gobiernos a la izquierda del capital y un largo etcétera. La guerra civil española de 1.936-39 forma parte de la segunda carnicería mundial donde la burguesía utilizará la alternativa tramposa fascismo-antifascismo como un pinza criminal para llevar al matadero a los obreros.
En la actualidad la burguesía agita el peligro fascista de los Haider, Le Pen, Pinochet... A diferencia de 1.936 no nos encontramos en un período de contrarrevolución que ponga a la orden del día los regímenes fascistas como puntilla de la derrota del proletariado. El curso histórico está abierto, dependiendo el futuro de toda la humanidad del desarrollo de la lucha de clases: el triunfo del proletariado nos llevará a la construcción de la sociedad comunista, el triunfo de la burguesía a la barbarie más atroz con el peligro de la extinción incluso de la vida en el planeta bien por medio de una Tercera Guerra Mundial o a través de una agonía lenta del modo de producción capitalista como vemos en la actualidad: crisis económica, hambrunas en la mayor parte del mundo, proliferación de las interminables guerras locales que incluso ya han llegado a suelo europeo, contaminación y envenenamiento de la naturaleza y los alimentos... La única solución para el porvenir de la humanidad es la revolución comunista.
En esas condiciones lo esencial para la burguesía es enfrentar a un proletariado que no está derrotado. En ese objetivo agitar el espantajo fascista sirve de aval a los regímenes “democráticos”, les permite aparecer como más humanos, más justos, más protectores y con el chantaje de “¡que viene el ogro fascista!” hacer tragar medidas económicas, sociales y represivas que sí intentaran ser instauradas por los Gil y Gil, Haider y Cía. suscitarían fuertes movilizaciones. La experiencia española de 1936 es muy aleccionadora al respecto y aporta claves para desmontar el engaño antifascista de la burguesía
El libro que exponemos a la consideración de los lectores ha supuesto un esfuerzo considerable para nuestras limitadas fuerzas militantes. Hemos recibido una valiosa colaboración de lectores y simpatizantes.
Uno de ellos, que se reclama del comunismo de los consejos, ha traducido textos de grupos de esta corriente directamente del holandés, dos de los cuales aparecen en esta edición y otros que nos ha aportado recientemente los integraremos en futuras ediciones. Le agradecemos calurosamente esta contribución.
Otros compañeros han realizado la ingrata tarea de transcribir al ordenador diferentes textos. Les agradecemos igualmente esta aportación imprescindible. Al saludar estos esfuerzos hacemos un llamamiento para que cunda el ejemplo. La ayuda para publicar libros necesarios para el armamento teórico y político del movimiento obrero es vital y abarca desde traducciones, trascripción al ordenador hasta aportaciones económicas y suscripciones.
El libro que publicamos no es por supuesto completo. En primer lugar, sería interesante incorporar más textos representativos de las diferentes posiciones adoptadas por el Comunismo de los Consejos. A este respecto las nuevas traducciones aportadas por el lector antes mencionado son de gran valor.
Pensamos que será necesario hacer un estudio más sistemático del anarquismo y de la historia y evolución de la CNT. También deben ser abordadas algunas corrientes críticas frente a la orientación dominante en la CNT: Bernieri, el libro de Vernon Richards. Del mismo modo hay que evaluar la posición lamentable que adoptó Trotsky y que fue seguido por las diferentes corrientes trotskistas. Respecto al POUM, que no era específicamente trotskista, habrá que analizar el mito del “valor revolucionario” de una corriente “crítica” que surgió en su seno y que desorientó en su momento a la minoría de BILAN.
Por último, estamos interesados en publicar tomas de posiciones, debates y correspondencia que se produzcan actualmente en los elementos y grupos proletarios. Las críticas, las polémicas de los lectores, serán bienvenidas.
ACCION PROLETARIA 29-3-2000