Enviado por CCI Online el
En Grecia, tras la tercera consigna de huelga general de los sindicatos, incluyendo al más influyente que es el Pame, nuevas manifestaciones tuvieron lugar el miércoles 26 de septiembre en Salónica y Atenas que contó con más de 30 000 trabajadores. La ira era tal que una vez más vimos violentos enfrentamientos con la policía y esta vez incluso entre policías en huelga y las fuerzas del orden!
En España, decenas de miles de manifestantes llegaron gritando su rabia el martes 25 de septiembre ante un Parlamento protegido por 2 000 policías. El sábado 29, apenas cinco días después y evidencia del profundo descontento, el Parlamento se vio nuevamente rodeado durante toda la noche.
En Italia, 30 000 funcionarios estaban en la calle el viernes 28 en Roma para protestar contra un nuevo paquete de austeridad sobre pensiones y "reclasificaciones".
En definitiva, la última semana de septiembre estuvo marcada por la creciente ira en muchos países de Europa frente a los ataques brutales y él anuncio de nuevos planes de austeridad sin fin. En México los ataques más inmediatos se perfilan bajo la nueva “Reforma laboral”, no existen situaciones “griegas”, “españolas” o “mexicanas”, todos los trabajadores en todo el mundo están siendo atacados.
Estas luchas son nuestras luchas
Obviamente, ante todas estas medidas drásticas, los responsables son los funcionarios designados por los gobiernos así como los partidos de oposición y los sindicatos; la 'troika' de la Unión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional. Casi todo el mundo quiere hacernos creer que el problema de la crisis podría resolverse país por país y nos machacan la ilusión de que todo el mundo no se encuentra en el mismo barco, que es posible para algunos evitar lo peor, para que otros puedan relanzarse si hacen los "esfuerzos necesarios". En México la burguesía nos recalca que “no la estamos pasando tan mal como los europeos” (Felipe Calderón dixit). Nos dicen que nuestra economía “está blindada” y nos hacen creer que nuestras vidas estarían separadas de los trabajadores europeos y de otras partes del mundo. Lo cierto es que somos una misma clase trabajadora en todo el mundo, una clase que sufre el mismo yugo de explotación, que apenas sobrevive y que es aplastada cada vez que se revela aisladamente. La burguesía hace todo lo posible para evitar la toma de conciencia de que todos los trabajadores son atacados y que en este sentido pertenecen a una misma clase mundial.
¿Quiénes son nuestros enemigos?
No hay ninguna salida a la crisis; eso es claro e inequívoco, aunque el deseo de un futuro económico más brillante es una esperanza que tiene todo el mundo. La pobreza y la miseria son el futuro para todos en este sistema capitalista. Hace más de 40 años que se anuncia diariamente que habrá un mejor mañana si estamos de acuerdo en los sacrificios de hoy. ¡Pero cada sacrificio abre la puerta a otros peores! Incluso, no es falta de voluntad por parte de los capitalistas o los Estados, esto el resultado de la inmersión en la bancarrota inexorable que requiere esta ley implacable de creciente brutalidad de los ataques.
Entonces, ¿qué hacer?, ¿cómo luchar? A pesar del descontento creciente que ha llevado a enfrentamientos con la policía, las “jornadas de acción” como la que recientemente vivimos en México a propósito del 2 de octubre, muestran su esterilidad. Décadas de esta forma de “acción” lo demuestran… son en cambio un medio para encuadrar a los trabajadores detrás de las banderas sindicales y atraparlos entre las vallas de la policía y el sonido de los altavoces de los dirigentes sindicales impidiendo cualquier discusión.
El ejemplo de España es muy llamativo. El año pasado, el movimiento de los indignados fue una demostración real y potente de la voluntad de la población y la clase obrera que colectivamente, fuera de los sindicatos, discutió las maneras de combatir los ataques y expresar su indignación contra las condiciones de miseria impuesta por el Estado español. Lo más significativo fue la creación de espacios de discusión en las calles a través de asambleas generales libres y abiertas a todos, una apertura a los sufrimientos y luchas en todo el mundo. En España, cuando un trabajador "de otra parte" tomaba el micrófono para ir en solidaridad con el movimiento y a veces para contar cómo la pasaban en su terruño, la simpatía fue inmediata y palpable, cálida y entusiasta. En ese momento, ninguna bandera ni nacional ni regional eran visibles y aquéllos que querían limitar la lucha en la acción separatista no eran particularmente bienvenidos, en cualquier caso sus discursos no causaban ningún entusiasmo. Y es que el movimiento de los indignados no permaneció encerrado en la frontera hispana, "dio pasitos" en muchos países, en Israel o Estados Unidos con el movimiento de los "Ocupar".
La burguesía es conciente del peligro potencial que supone la maduración de estas ideas "absurdas" (ante sus ojos) en los cerebros de los explotados; ella sabe que nunca es bueno, desde su punto de vista, que un sentido de solidaridad en la lucha se desarrolle entre los trabajadores, mucho menos a nivel internacional. Hoy, a principios de octubre, se lleva a cabo una enorme campaña de la burguesía que intenta inyectar progresivamente el veneno nacionalista y la defensa de las “instituciones”, sus instituciones. Así, el IFE (Instituto Federal Electoral) salió de las recientes elecciones como un “instituto ciudadano ejemplar”, el Tribunal Federal Electoral “hizo cumplir la ley”, los ciudadanos “ejercieron su derecho” y la izquierda se mostró “más civilizada que nunca”…a excepción de Obrador que sigue insistiendo en que Peña Nieto hizo trampa y hoy anuncia la creación de un nuevo partido de izquierda…¡una “nueva institución” destinada a controlar a todos aquéllos que dejen de creer en la “institución llamada PRD”!. El movimiento “#yo soy 132” está integrado a la defensa de la legalidad, de la democratización de los medios y demás linduras sujetas en el corsé de las “instituciones nacionales”. Hoy es el PAN y el PRD los que enarbolan la bandera de la “democracia sindical”, vieja consigna del izquierdismo en los años 70 y 80... ¿Se volvió el PAN de izquierda?, ¿por fin el PRD asume su dicho de “amigo de los trabajadores? ¡¡NO!! Esas escaramuzas en las cámaras de diputados y senadores de la burguesía son solo una sórdida lucha por posiciones. Además, no hay en el fondo ninguna contradicción en que el PAN se sume hoy a la demanda de “democracia sindical”, esa consigna solo busca recredibilizar un órgano que ya no pertenece a los trabajadores, es una consigna que siempre ha sido ajena al campo del proletariado… ¡parece radical pero es pan con lo mismo!
Lo que demostró el movimiento de los Indignados en España desde sus primeros días y los debates que se desarrollaron en su seno, fue la esperanza en otro mundo. Esta esperanza, la confianza que la clase obrera debe tener en sí misma, deben desarrollarse y vivirse en sus luchas ya que son potentes alicientes para enfrentar y superar las trampas que nos tiende la burguesía todos los días. Esto le permitirá salir de los movimientos repetitivos que solo conducen a la desmoralización y la desmovilización. El gran ejemplo lo tendremos en México el 20 de noviembre: los sindicatos organizarán una gran “jornada de acción” para encerrarnos en callejones sin salida, para vaciarnos, para matarnos las ganas de protestar y oponernos a esta vida a la que nos condena el capitalismo.
La gravedad de la crisis, si bien hace crecer en nosotros un profundo descontento, también contiene algo tremendo; revela que no se trata de doblar a tal o cual patrón o gobierno en turno sino de cambiar drásticamente el sistema, de luchar por la liberación de toda la humanidad y acabar con las cadenas milenarias de opresión. ¿Seremos capaces? ¿Nosotros, la clase obrera, podremos hacer esa tarea? ¿Cómo hacerlo? Frente a la barbarie creciente y a la incapacidad manifiesta del capitalismo para ofrecer algo distinto a la miseria, todas estas preguntas surgen y pasan por la cabeza, conscientemente o no. El proletariado tiene la fuerza para recuperar la confianza en sí mismo, en su capacidad para unirse y vivir la solidaridad en su seno... el amanecer comenzó a despuntar en el horizonte. Se acerca el día en que las palabras de Karl Marx cobrarán todo su significado: " las revoluciones proletarias como las del siglo XIX, se critican constantemente a sí mismas, se interrumpen continuamente en su propia marcha, vuelven sobre lo que parecía terminado, para comenzarlo de nuevo, se burlan concienzuda y cruelmente de las indecisiones, de los lados flojos y de la mezquindad de sus primeros intentos, parece que sólo derriban a su adversario para que éste saque de la tierra nuevas fuerzas y vuelva a levantarse más gigantesco frente a ellas, retroceden constantemente aterradas ante la vaga enormidad de sus propios fines, hasta que se crea una situación que no permite volverse atrás y las circunstancias mismas gritan: Hic Rhodus, hic salta!1” (18 Brumario).
CCI, octubre de 2012
1 ¡Aquí está la rosa, baila ahora !. El significado de esta alocución nos dice que llega un momento en que ya no hay vuelta atrás y debemos enfrentar los problemas.