Solidaridad con los militantes de la CCI en México amenazados

Printer-friendly version

            No pertenezco a la CCI pero soy un simpatizante, conozco su plataforma, leo su prensa, me comunico y discuto con su sección en España y, para los mal pensados, nadie me ha dicho que escriba estas líneas sino que es una respuesta directa a un escrito (por llamarlo de alguna manera porque ni siquiera tiene ese rango) que vi en la web de la CCI el 26/9/06 y que si no recibieron al día siguiente fue por problemas que tuve en la conexión con Internet. Por tanto lo envío tal como me salió del corazón y de la cabeza y no se, aunque tampoco me importa, cual de las dos cosas tiene mayor importancia porque la solidaridad no es solo cosa de neuronas.

            “Con asombro e indignación leo un escrito de alguien que se hace llamar la “H muda” amenazando a los militantes de la CCI en México con darles una “putiza” expresión que no se emplea en España aunque es lo que aquí llamamos paliza. El texto de la amenaza, por el estilo y las expresiones, esta escrito con resentimiento pero sobre todo con la impotencia y el miedo que brota de la falta de argumentos políticos. Yo no quiero insultar al autor o autores, aunque la verdad es que la ocasión es apropiada para una réplica corrosiva que dejaría en un puro hazmerreír el texto de la amenaza, sino llamar su atención sobre que la tradición del movimiento obrero es absolutamente contraria a esos comportamientos de amenazas, de atentados, terrorismo, etc., propios de los explotadores y sus lacayos conscientes o no. La violencia de clase no tiene nada que ver y es opuesta a la del texto de la amenaza y, desde ahora, creo que los responsables de las amenazas deben quedar invitados a una discusión sobre el fondo de lo que denuncian, como también acerca del papel de la violencia; en tal caso, aunque las diferencias sean de gran calado, entenderé que se trata de gente honrada y borraré el primer pensamiento que acudió a mi cabeza cuando leí el escrito, y fue, aunque todo ello se movía en el mundo burgués, cuando en agosto de 1936, al inicio de la Guerra Civil española, en un acto en la Universidad de Salamanca, siendo rector Miguel de Unamuno, que había flirteado políticamente con todos (hasta con el marxismo) y estando presente el general franquista Millán Astray (fundador de la legión extranjera en España) este gritó ¡muera la inteligencia, viva la muerte! Esto no convierte, para mi, a los miembros de la CCI en una gente lista ni a los redactores del texto en unos tontos y potenciales asesinos, pero fue lo que pensé en ese instante. Pero plantear así la diferencia entre amenazados y amenazadores  seria una frivolidad y lo coherente estriba en profundizar donde están las posiciones de unos y otros cosa que no concierne a esta toma de posición.

            La amenaza de esta gente no debe quedar disuelta en el olvido que impone la tiranía mediática de la actualidad, hay que tenerla muy en cuenta porque es un grano más que se une a otros anteriores efectuadas por otros grupos o personas y pueden crear el ambiente adecuado para pasar de las palabras a los hechos, contra una organización proletaria que no se muerde la lengua a la hora de denunciar a los enemigos de la clase obrera pero, sobre todo, a los más peligrosos, a sus falsos amigos.

 Esto no es un articulo sino una toma de posición, en caliente, de solidaridad internacionalista y proletaria contra unos militantes amenazados. Pues bien, sepan que aunque no nos conocemos ni siquiera a nivel de correspondencia y aunque hay miles de kilómetros de distancia (les escribo desde Barcelona) conozco bien sus posiciones y se que se caracterizan por su interés por la discusión y la crítica concebida como un arma del proletariado y que son de los pocos que tienen el coraje de expresar públicamente sus errores (¡otros no se equivocan nunca!) y todo eso tiene sus riesgos como son las amenazas que sufren en México, a pesar de ello, repito, su lucha, sus posiciones, su moral política es la de muchos proletarios anónimos y, en lo que me concierne, sepan que las amenazas hechas por elementos turbios, en tanto que no tienen el valor de dar la cara,  tanto si se hacen realidad como si no, las entiendo hechas como contra mi mismo como simpatizante que soy. No están solos, los obreros honrados del mundo, estoy seguro, están a su lado. La amenaza, aunque se lleve a cabo, o el miedo nunca destruirán la conciencia revolucionaria. Hoy los medios de comunicación y transporte han hecho del mundo un lugar reducido y eso tiene sus ventajas para ejercer, no la hipócrita solidaridad burguesa que algunos practican en vuelos organizados (Chiapas, por cierto, es un lugar preferido por los llamados antiglobalizadores y demás izquierdistas españoles) sino la solidaridad internacionalista real, es decir, la que se traduce en hechos concretos y efectivos, hoy solo con la pluma pero si hace falta también con la espada, la clase obrera no dejara abandonado a sus mejores hombres. Por ahora yo solo soy un grano de arena de esa clase. Saludos fraternales y solidarios.”

Germán

Barcelona, 26 de septiembre de 2006

Vida de la CCI: