Enviado por Accion Proletaria el
El uno de Agosto de 2004 Paraguay ha sufrido, según todos los medios de comunicación, “la mayor tragedia civil de su historia”. Oficialmente han muerto más de 440 personas ( entre ellos, 45 niños), 139 permanecen desaparecidas y 451 están heridas a causa del incendio de unos grandes almacenes, los Ycuá Bolaños (BBC Mundo 02/08/2004). La decisión de cerrar a cal y canto las puertas para “evitar robos y saqueos”, convirtió todo el edificio en un enorme horno crematorio para víctimas sorprendidas e indefensas.
Este terrible y trágico episodio, lejos de ser un “accidente de verano” más, es un ASESINATO DELIBERADO, consecuencia directa de la lógica del beneficio capitalista que, como “ley suprema”, condiciona y determina la vida y la muerte en esta sociedad.
Por encima y por debajo de la versión “definitiva” que nos de la burguesía, sus medios de comunicación o su “justicia” , lo bien cierto es que, UNA VEZ MAS, cientos de trabajadores ó sus familias pierden brutal e inesperadamente la vida. Tal es así que varias personas se han suicidado porque no podían soportar haber perdido a todos sus seres queridos en apenas unos minutos de “un placido domingo”. Borrón y cuenta nueva, nos sugerirán. Sufrimiento y resignación, nos recomendarán. Pero, la clase obrera no puede aceptar, sin más, esta brutal agresión contra hermanos de clase sin reflexionar. Nuestros muertos merecen nuestra solidaridad de clase, nuestra solidaridad de lucha. Denunciamos esta barbarie capitalista y queremos mostrar nuestra solidaridad con las víctimas y sus familias denunciando las mentiras y medias verdades de la burguesía.
El cinismo y la hipocresía sin límites de la clase capitalista
La fiscal encargada de “investigar” las causas del incendio ha llegado tras “sesudas investigaciones” a la conclusión de que “...dos de las tres puertas de ingreso y salida del centro comercial Ycuá Bolaños estuvieron cerradas pero no con candados...” (Nuevo Mundo 20/08/2004). Es más, como el individuo que dio la orden de cerrar las puertas murió abrasado en el incendio( y claro esta, no puede declarar), la “justicia” no ve indicios de “delito deliberado” de los propietarios en este asunto.
Sin embargo, esta “seria opinión de la justicia” que intenta justificar la criminal actuación de los responsables directos de la matanza pasa, deliberadamente, por encima de algunos hechos que demuestran todo lo contrario. En primer lugar “...según la policía, el incendio se originó por la combinación de gases concentrados en los conductos de la cocina o de la panadería del local, que se encontraban obstruidos por falta de mantenimiento... la policía de Asunción asegura que el local no contaba con salidas de emergencia...” ( El País, 02/08/2004). Es decir, el local no estaba construido siguiendo las normas de seguridad que “exige la ley”, no estaba mantenido para poder tener abierta sus instalaciones al público. En segundo lugar, como declaró el Presidente del III Cuerpo de bomberos de Paraguay, Rafael Valdez, “...al carecer casi por completo de ventanas el local se convirtió en un horno y dada la falta de capacitación en temas de emergencia del personal, estos fueron (junto al cierre de las puertas que ratifica en sus declaraciones, ndr), los principales locales que contribuyeron a la magnitud de la tragedia...” ( El País, 03/08/2004). No solo el local no reunía las condiciones de mínima seguridad para albergar a cientos de personas, además era una ratonera que no contaba ni con personal capacitado, ni recursos en ante un incendio. Pero, a pesar de todo ello los “honorables empresarios dueños del local” disponían de todos los permisos municipales para tener abierto. La brutalidad de la matanza ha obligado a crear una comisión de “investigación” del senado que no ha tenido más remedio que reconocer que “...creemos que una gran responsabilidad del incendio la tiene el municipio de Asunción por haber permitido el funcionamiento de un local no habilitado....” (CNN en español.com, 18/08/2004). Para completar el círculo de la mentira y el cinismo, varios medios de comunicación en España han informado que el local estaba asegurado “contra incendios” por la muy reputada y “seria” compañía española MAPFRE.
Los hechos demuestran que estaban reunidas todas las condiciones de inseguridad, irresponsabilidad, falta de mantenimiento y de medios, eso “supervisadas legalmente por las autoridades competentes”, para que la voracidad sin limites de los dueños del Ycuá Bolaños, encendiera la chispa que ha provocado este terrible y pavoroso asesinato.
Todos son responsables de reducir hasta lo indecible los medios de seguridad y protección en los que se desenvuelve nuestra vida cotidiana. Todos, y en primer lugar el estado capitalista, son responsables de reducir cada vez más los presupuestos de sanidad, educación, protección y, por ello, estas “catástrofes” se producen más y más a lo largo y ancho del planeta. Nada tiene que ver que Paraguay sea un país poco desarrollado para explicar el asesinato en clave local o particular.
El 15 de Julio en pleno centro de Madrid el incendio de una subestación eléctrica creo el caos. Más de 40.000 viviendas sin luz, edificios destruidos, gases contaminantes, etc... Y como siempre la explicación oficial nos dice que “.....en esta ocasión el sistema antiincendios no funcionó por causas que se desconocen...” (El País, 16/07/2004), mientras que los que lo sufren día a día declaran que “...esto se veía venir porque en el último año hemos denunciado 12 veces vibraciones procedentes de la subestación..” (Antonio Lobo, presidente de una asociación de vecinos próxima a El País, idem). ¿Fallos de mantenimiento, imprevisión, empresarios avaros,...?. En todos los casos, como el incendio de una escuela en India en Julio, o las inundaciones que azotan Europa cada año, la canícula que mató el verano pasado a miles de personas, como en los atentados terroristas de todo tipo, vemos por doquier el desprecio que tiene la burguesía por las condiciones de vida y trabajo de la clase obrera.
¡ No nos dejemos engañar por las falsas “soluciones” que nos da la clase enemiga!
Sin embargo esta realidad, histórica y mundial, que nos afecta a todos los obreros del mundo en mayor o menor grado, antes o después es deformada con “explicaciones” que nos llevan a callejones sin salida. Ahora resulta que el único problema es la “avaricia” (real y repugnante) de los individuos propietarios del centro comercial. Ahora resulta que el único objetivo que deben perseguir las víctimas y sus familias es evitar que “...Juan Pavía y su hijo Daniel tengan una celda en la que haya alfombra, aire acondicionado y televisión....”. Todo esto no es más que una repugnante y vil treta que nos impide ver que es el capitalismo que se descompone , las condiciones de vida en las que nos obliga a vivir en su decadencia y, los Estados e instituciones que nos lo imponen los culpables de éste y otros muchos hechos.
Nuestra lucha, la de toda la clase obrera, es por defender nuestras condiciones de trabajo y vida a ultranza. Defender nuestros intereses en contra de la lógica del beneficio y la ganancia del capital. Nuestro combate es el luchar como clase unida y solidaria contra las CAUSAS que producen masacres como la de Asunción. La única y la más eficaz ayuda que podemos prestar a la memoria de nuestros muertos y de sus familias es reforzar nuestra solidaridad y nuestra voluntad de luchar contra el capitalismo. Nuestra rabia y nuestra indignación debe convertirse en conciencia y organización, en ganas de luchar.
Vyborg, 25/08/2004