Enviado por Accion Proletaria el
El Foro Social Mundial (FSM) que se venía celebrando anualmente en Porto Alegre (Brasil), ha sido montado este año en Bombay (India) entre el 16 y el 21 de enero. El FSM de Bombay no ha sido diferente a otros encuentros del mismo tipo, es decir, tenía todos los atributos de una inmensa feria (de hecho ha tenido lugar en el Parque Nacional de Exposiciones -donde suelen hacerse habitualmente las Ferias comerciales) con pronunciados aromas “étnicos” y “tribales”. El espectáculo fue innegablemente gigantesco con cerca de 80.000 personas venidas de 132 países que participaron en los 1200 foros organizados en torno al FSM. Incluso un número aún mayor se sumó a la manifestación anti-americana organizada el último día del Foro, el 21 de enero
El FSM tenía todo el aspecto de una gran fiesta social y política aunque ningún partido u organización política estuviese presente con sus siglas o sus banderas. Parecía estar hecha para todos los gustos. Había numerosos seminarios y talleres sobre todo tipo de temas y gran cantidad de programas y espectáculos culturales que se desarrollaron simultáneamente en las diferentes sedes del circuito del Foro Social. Todo el recinto del Foro estaba ocupado por una enorme muchedumbre agitada, ruidosa, inquieta, ocupada en una u otra actividad.
Entre los participantes había también numerosos jóvenes que parecían encantados, como si su participación en este foro fuese para ellos la etapa más importante etapa del camino para lograr otro mundo sin imperialismo, sin ninguna clase de capitalismo, ni de guerra, de polución, explotación, represión, dominación o de discriminación. Había gran cantidad de carteles, pósteres y pancartas dedicadas al tema estrella: “Otro mundo es posible”. La mundialización fue denunciada como el mayor de los monstruos y la causa de todos los males sociales, políticos y económicos del mundo entero. El imperialismo –eso sí, únicamente el imperialismo norteamericano- fue presentado como la cosa más diabólica del mundo actual. Había carteles que insistían en el derecho a la nacionalidad y a la independencia nacional. Himnos a la democracia y al control democrático fueron ensalzados en consignas y carteles. También los había que reivindicaban los derechos humanos, los derechos de los refugiados y los de protección del ambiente. Se podían ver y oír igualmente consignas contra la ocupación de Irak, reivindicando el final de esta ocupación y la libertad de la población iraquí para elegir su propio régimen político y social. Otros eslóganes iban dirigidos también contra la ocupación de Afganistán. En fin, todo ello daba la imagen de un calidoscopio político abigarrado y cegador. Reivindicaciones por los derechos y la emancipación de las mujeres se difundían en abundancia. Consignas contra la segregación así como contra los ataques a los Dalit (“Intocables” –miembros de la casta inferior), y a favor de la armonía comunitaria y por los derechos y la emancipación de los Dalit eran abundantemente difundidas, con el objetivo de aportarle un “toque indio” a este gran “show internacional”. No obstante, el más atrayente de todos los mensajes fue la llamativa fórmula: “Otro mundo es posible”.
La burguesía mima al FSM
Hemos mostrado en diferentes ocasiones cómo la burguesía mundial, desde que se hundió la burguesía estalinista en la ex-URSS, ha hecho todo lo posible para aniquilar la conciencia de la clase obrera. Ha intentado abatir cualquier idea que vaya en el sentido de la necesidad de destruir el sistema capitalista. Los ideólogos del capital han martillado día tras día que “No hay alternativa a la economía de mercado”. Esta propaganda engañosa ha impactado ciertamente en la clase obrera. Sin embargo, con la profundización de la crisis, que extiende cada vez más la miseria y las guerras genocidas por el planeta entero, se ha manifestado patentemente el cinismo y la hipocresía de esta mentirosa propaganda. La clase obrera ha vuelto a encontrar el camino de sus combates de clase y ha iniciado un proceso en el que comienza a hacerse preguntas, a poner en cuestión el sistema capitalista. Además, esa misma situación ha provocado en el seno de la población en general y por todo el mundo, una cólera legítima contra los causantes de las guerras, los bandidos imperialistas.
La burguesía ha detectado este fermento que va surgiendo en el seno del proletariado y se ha visto obligada a buscar nuevos instrumentos de mistificación para contener ese proceso emergente. El FSM, con sus simulacros “alternativos”, se ha revelado como un importante instrumento de la burguesía no únicamente para contener a la clase obrera, sino además como instrumento añadido de las rivalidades imperialistas. Los medios de difusión burgueses de todo el mundo han echado el resto para ayudar a la burguesía con el FSM.
Bastante antes del inicio del FSM 2004, estos medios -televisión, prensa, radio- burgueses en India, siguiendo fielmente los pasos de sus socios occidentales, hacían propaganda de las virtudes del Foro. La televisión y la prensa indias han cubierto el evento con interés y “buen hacer”. El mundo indio del comercio y de la industria le han concedido “el respeto que se merece” como expresión legítima de la oposición. También se han volcado con ellos el partido Congreso Nacional Indio (CNI) - en su día partido dominante en India y que gobierna hoy en Bombay- así como el partido burgués Dalit (republicano) socio del CNI en el gobierno de coalición de Bombay. Estos últimos han aportado un toque “étnico” al FSM. La mayoría de los foros estuvieron presididos por políticos indios de alto rango conocidos por sus relaciones con las “castas inferiores” como V. P. Singh (ex-primer ministro indio célebre por haber provocado enfrentamientos entre castas para reforzar el Estado indio) y R. K. Naryanan, ex-presidente indio. Ambos han sido, en un momento u otro, pilares del partido CNI.
Pero los principales organizadores del FSM en India han sido los partidos estalinistas –el PC Indio-M (M,..¡de “marxista”!) y el PCI, que han movilizado ampliamente a sus aparatos. De hecho el Buró del FSM en Bombay asentó sus reales en un inmueble del partido estalinista (el “Estalingrado Plaza”), y las organizaciones juveniles de los estalinistas han proporcionado el “voluntariado” para el FSM. Los intelectuales estalinistas ornaron con su presencia los estrados de numerosos foros del FSM,...
Como en otras partes del mundo, los estalinistas indios así como los maoístas han hecho un esfuerzo por adaptarse a ese cuestionamiento del capitalismo que se está desarrollando en el seno de la clase explotada; pero como leales servidores del capital que son, esos estalinistas de todo pelaje lo hacen para desviar este proceso de puesta en entredicho del sistema por el proletariado.
También estuvieron presentes en el FSM de Bombay numerosas de las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) que dan cobertura ideológica a los ataques llevados a cabo por los Estados contra el salario social. Y no faltaron a la cita las omnipresentes personalidades de la “orbita” de Le Monde Diplomatique, ni el líder de los agricultores franceses José Bové. Tampoco los parlamentarios laboristas británicos: Clare Short, Jeremy Corbin; ni W. Mandela y otros tantos consortes.
Según diferentes fuentes la burguesía ha soltado una enorme cantidad de dinero para hacer posible el FSM de Bombay (29,7 millones de dólares, según una de ellas). Una proporción considerable de este montante ha sido provista por fundaciones: la Oxfam, la Fundación Ford,… El Estado capitalista y el imperialismo indio han tendido igualmente su mano caritativa para asegurar el éxito de este Forum “¡Antiimperialista y anticapitalista!”. De hecho, diversas fracciones tanto de derechas como de izquierdas de la burguesía mundial - a través de diferentes ONG, de donaciones y contribuciones de fundaciones y de “trustes” completamente capitalistas, o de partidos y de organizaciones de masa de izquierda -, han sufragado la enorme carga financiera que representa la organización de tan vasto espectáculo, con un objetivo político bien definido y deliberado: reforzar la defensa del sistema capitalista mundial decadente.
El FSM de Bombay ha hecho suyas todas las consignas y eslóganes conocidos y por conocer. Ha habido foros sobre “comercio justo”, sobre democracia ciudadana, sobre autogestión y sobre otros muchos temas del mismo género. El toque de color indio al gusto de las necesidades de los estalinistas del país y de la burguesía Dalit (casta inferior) ha consistido en las consignas del anticomunalismo y la “emancipación Dalit”.
Sin embargo, el tema estrella del show del FSM de Bombay ha sido el imperialismo; lo que la terminología maoísta denomina la “mundialización imperialista”. El antiimperialismo del FSM no ha sido otra cosa que antiamericanismo. Con el recinto lleno de eslóganes del tipo “Estados Unidos fuera de Irak”, “Bush fuera de Afganistán”, el FSM se sumaba al coro de los rivales imperialistas de Norteamérica. No se ha oído denuncia alguna de otros gángsteres imperialistas tales como Francia, Alemania, Rusia o China, por no mencionar al propio bandido imperialista local, el Estado indio. Así las cosas cualquier esfuerzo para comprender las raíces del imperialismo, quedaba anegado.
Los Foros “alternativos” al servicio de la misma causa burguesa que el FSM
Si el FSM de Bombay ha constituido, sin lugar a dudas, la pieza más importante del espectáculo, dos espectáculos paralelos – imitando lo que sucediera en el FSE de París (ver artículo en el número anterior de AP) - fueron organizados al mismo tiempo por grupos maoístas rivales y ambos bajo el mismo tema: el antiimperialismo y el antiamericanismo.
Así el Foro “Mumbay (Bombay) Resistencia 2004”, el más numeroso de estos dos, se desarrolló en los locales de la Escuela de Veterinaria, frente a la sede del FSM, a iniciativa de la ILPS (Liga Internacional de las Luchas del Pueblo), red internacional de grupos maoístas y de sus partidarios de otros países, europeos (incluidos, por ejemplo, Turquía, Italia, Alemania, Bélgica, Gran Bretaña, Grecia, etc.). Los organizadores indios eran en realidad tapaderas de grupos maoístas como el Grupo de la Guerra del Pueblo (MPWG), que intentó recientemente asesinar al ministro del Estado de Andhra al sur de India. El MR-2004 se concebía no como oposición al FSM, sino como un movimiento paralelo a éste, como se pudo comprobar en las numerosas personalidades, sobre todo indias (por ejemplo Arunditi Roy, Nandita Ras, Vandana Shiva y otros), que intervinieron tanto en las reuniones del FSM como en las del MR-2004. Gran número de participantes se desplazaban de un Foro a otro.
El principal tema del MR-2004 era también el mismo que el del FSM: el imperialismo, la mundialización imperialista, aunque con tonos más “radicales” en la denuncia del imperialismo norteamericano, pero se guardaba un cómplice silencio sobre los apetitos imperialistas de los rivales de Estados Unidos, entre los cuales India no está entre los menores. Una cobertura radical al antiamericanismo del FSM, eso es todo lo que la retórica maoísta se ha limitado a aportar.
Aunque estas dos manifestaciones hayan servido ambas para canalizar el descontento de la población hacia el terreno del capital y del nacionalismo, había una cierta diferencia entre las audiencias de los dos Foros. La del FSM era marcadamente internacional con predominio urbano pequeño-burgués y entre ella se movía un tropel de grupos “étnicos” y “tribales” proponiendo espectáculos folclóricos. Al MR-2004, donde también había una importante participación internacional, asistía sobre todo la pequeña-burguesía radical y los campesinos.
Un tercer foro se celebró simultáneamente en Bombay: la “Convención contra la mundialización imperialista”. Fue más reducida y duró solo tres días. Tuvo lugar no lejos de los lugares de encuentro de los otros dos Foros y fue organizada por otro de los numerosos grupos maoístas (Nueva Democracia). Dejando a un lado las oscuras diferencias entre el FSM y esta tercera convención, esta demostración, puramente local, contó con un único extranjero, un alemán que incorporaba el toque “blanco” al evento
La intervención de la CCI
La CCI intervino en los tres Foros. Como en el FSE de París en noviembre de 2003, el objetivo de la CCI no fue el de intervenir en las conferencias, etc. Nuestros camaradas, llegados de distintos lugares de India intervinieron con hojas, folletos, publicaciones periódicas,... Durante esas intervenciones mantuvimos cientos de discusiones sobre este acontecimiento. Las cuestiones que surgían una y otra vez en las discusiones fueron:
- la idea del comercio justo, la mundialización y la antimundialización;
- ¿Qué otro mundo es posible?;
- ¿Es Estados Unidos la única potencia imperialista?;
- la naturaleza de las alternativas maoístas (Democracia del Pueblo, Nueva Democracia).
No puede haber nada equitativo en el comercio, ya sea libre o esté protegido. El mercado ha sido y será siempre favorable a los capitalistas más fuertes o a los Estados capitalistas más potentes. La CCI ha defendido siempre que el carácter mundial del capitalismo no es una novedad. El capitalismo ha sido un sistema mundial desde su creación y abarca todo el planeta desde finales del siglo XIX. Ya en 1848, en el Manifiesto Comunista, Marx y Engels demostraron la naturaleza internacional del sistema capitalista. Manifestaron entonces que la destrucción del sistema capitalista por el proletariado no podía llevarse a cabo si no era por medio de una revolución mundial. Hoy, en el periodo de decadencia y de descomposición del capitalismo, el proletariado no ha de defender las particularidades nacionales contra la naturaleza internacional del sistema capitalista. Al contrario, su tarea es destruir este sistema a escala mundial al mismo tiempo que destruye el marco de los Estados nacionales y sustituirlo por la comunidad comunista universal. Todos los discursos sobre el comercio justo o equitativo, la antimundialización o sobre “otro mundo es posible”, sin poner por delante la perspectiva comunista, suponen un fortalecimiento de la mistificación reformista y tienen por objetivo parar el naciente proceso de toma de conciencia que se está operando en el seno de la clase obrera.
A propósito del imperialismo la CCI ha insistido en que no es algo característico de tal o cual nación, o de tal o cual facción de la burguesía. Hoy, el capitalismo como un todo es imperialista, de lo que se deriva que todas las naciones, grandes o pequeñas son imperialistas. Éstas se mueven por los mismos apetitos imperialistas y sólo las diferencia su capacidad para satisfacerlos. Que la burguesía inglesa parezca comportarse como el “perrillo faldero” de los USA, que naciones como Francia, Alemania y Rusia reciban los puntapiés de los norteamericanos, o que Pakistán, Irak o India sean habitualmente maltratados por el Tío Sam, no quiere decir que estas naciones no sean imperialistas. En un mundo gobernado por la ley del más fuerte, todos estos países no son algo distinto que gángsteres de menor envergadura obligados a satisfacer sus apetitos imperialistas dentro de los límites impuestos violentamente por el “padrino” americano. La tarea de la clase obrera, en contra de lo que propugnan el FSM, MR-2004 y los otros, no es seguir el juego de los pequeños imperialismos contra los Estados Unidos.
Estas discusiones nos han llevado frecuentemente a tener que enfrentar las “alternativas” de los maoístas –su patriotismo, la demagogia de Democracia del Pueblo, o de Nueva Democracia. La política de los maoístas, insistimos, es opuesta a la que ha defendido siempre el proletariado: el internacionalismo. En el apogeo del capitalismo, en 1871, cuando según su punto de vista el nacionalismo alemán era aun progresista, Marx y Engels adoptaron una posición internacionalista frente a la guerra Franco-Prusiana. Los socialistas alemanes fueron encarcelados por haberse negado a secundar la defensa de la patria alemana. Durante la 1ª Guerra mundial los comunistas defendieron el internacionalismo. Lenin lo primero que hizo fue mantener un duro y despiadado combate contra la traición patriótica de Kautsky y consortes. Contrariamente a los marxistas, quienes han hecho siempre del internacionalismo la piedra clave de su política, los maoístas y los estalinistas proclaman alto y fuerte su patriotismo. Esto concuerda perfectamente con su naturaleza de clase pues son los defensores más firmes del capital nacional, del Estado nacional. La teoría de la “India hipotecada” (o del mismo género la “Turquía, Irán, Siria, África del Sur,… hipotecada”, según los maoístas de los respectivos países) mantiene a la clase obrera bajo el yugo del capital nacional.
El maoísmo le dice a la clase obrera de los países del Tercer Mundo: “no luchéis por la destrucción del sistema capitalista y de sus aparatos nacionales. Mejor, donad vuestra vida al Estado nacional que está hipotecado”. Contra todos esos discursos nosotros hemos puesto por delante que la tarea de la clase obrera es, sobre todo, luchar por la destrucción del capitalismo y del imperialismo de su propia burguesía, y trabajar por la construcción de una sociedad sin clases, sin dinero y basada sobre la eliminación de los Estados nacionales.
Communist Internationalist, sección de la CCI en India (31 enero 2004).