Desde que el ciclón Nargis devastó Birmania, la
población teme con terror la llegada de una nueva tormenta. Días más tarde, la
provincia de Sichuan, en China, es sacudida por un terremoto. En Birmania, hay
probablemente cerca de 100,000 muertos y desaparecidos, mientras que un millón
y medio o dos millones de supervivientes son amenazados por el hambre. En
China, el número de víctimas sobrepasa 80,000 muertos y más de cinco millones
de personas se encuentran sin refugio.¿Tales catástrofes son realmente
naturales e inevitables? ¿Son la suerte o la fatalidad las responsables?
¡Ciertamente no!