La población de los países de la periferia del capitalismo afronta el drama de las deportaciones, el desplazamiento, la huída de condiciones violentas e infrahumanas como es el caso de los desplazados del Oriente Medio que huyen a Europa buscando mejores condiciones de vida y debido al terror impuesto por el Estado Islámico, el estado sirio y todos los bandos en conflicto . A los que se suman grandes desplazamientos de contingentes humanos desde África y Europa del Este. Este también es el drama que se vive en la frontera colombo-venezolana, donde desde hace años habitan cientos de miles de desplazados por el conflicto interno colombiano entre el Estado, la guerrilla y el paramilitarismo; otros, en búsqueda de mejores condiciones de vida. Todos víctimas de un sistema capitalista que desde hace más de un siglo entró en decadencia y hoy se hunde en la descomposición[1], arrastrando a la humanidad a la barbarie.
Hoy la población de la amplia frontera colombo venezolana sufre de nuevo las consecuencias de los conflictos de intereses de las clases dominantes de ambos países.