La década que se extiende entre 1914 y 1923 es una de las más intensas de la historia de la humanidad. En ese corto lapso de tiempo se vivió una guerra terrible, la Primera Guerra mundial, que puso fin a 30 años de prosperidad y progreso ininterrumpido de la economía capitalista y del conjunto de la vida social; frente a dicha hecatombe se levantó el proletariado internacional encabezado por los obreros rusos en 1917 y hacia 1923 los ecos de aquella oleada revolucionaria empezaron a apagarse, aplastados por la reacción burguesa.