La sorpresa de las recientes elecciones europeas ha sido los 5 diputados obtenidos por una nueva fuerza aparentemente surgida de la nada: Podemos. Sectores de jóvenes, algunos restos degenerados de lo que en su día fueron las Asambleas del 15 M[1], lo han apoyado creyendo que algo podrá hacer en la lucha contra el increíble deterioro de las condiciones de vida de la inmensa mayoría al que estamos asistiendo. Para ver si esta expectativa tiene fundamento necesitamos empezar por una pregunta: ¿Es “el voto” un medio que tendrían los explotados para luchar por sus condiciones de vida?