Las revueltas de la juventud en Grecia confirman el desarrollo de la lucha de clases

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Las revueltas de la juventud en Grecia confirman el desarrollo de la lucha de clases

Al final del año 2008, hubo simultáneamente en varios países de Europa movimientos masivos de la juventud estudiantil (universitarios y estudiantes de secundaria). En Grecia, en las asambleas generales masivas de estudiantes se evocó incluso un nuevo "Mayo del 68". En efecto, no sólo se movilizaron los jóvenes contra los ataques del gobierno y la represión policíaca del Estado, sino también varios sectores de la clase obrera en solidaridad con las jóvenes generaciones. La agravación de la crisis económica mundial pone cada vez más de relieve la quiebra de un sistema que no tiene ningún porvenir que ofrecer a los hijos de la clase obrera. Pero esos movimientos sociales no sólo son de la juventud. Se integran en las luchas obreras que se están desarrollando a escala mundial. La dinámica actual de la lucha de clases internacional, marcada por el ingreso de las jóvenes generaciones en el escenario social, confirma que el porvenir está en manos de la clase obrera. Frente al desempleo, a la precariedad, a la miseria y la explotación, la vieja consigna del movimiento obrero "Proletarios de todos los países, uníos" es más actual que nunca.

La explosión de cólera y la revuelta de las jóvenes generaciones proletarizadas en Grecia no son, ni mucho menos, un fenómeno aislado o particular. Hunden sus raíces en la crisis mundial del capitalismo y su enfrentamiento a la represión ha puesto al desnudo la verdadera naturaleza de la burguesía y de su terror de Estado. Siguen el mismo camino que las movilizaciones, en un terreno de clase, de las generaciones jóvenes en Francia contra el CPE (Contrato de primer Empleo) de 2006 y la LRU (Ley de Reforma de la Universidad) de 2007 en las que los estudiantes de instituto y universidad se consideraban ante todo como proletarios luchando contra sus futuras condiciones de explotación. La burguesía de los principales países europeos lo ha comprendido muy bien, reconociendo su temor a un contagio que provocaría explosiones sociales similares ante la agravación de la crisis. Por ejemplo y significativamente, la burguesía en Francia acabó retrocediendo precipitadamente y dejando "para más tarde" su reforma de la secundaria. El carácter internacional de la contestación y de la combatividad estudiantil, sobre todo en la secundaria, se está expresando con fuerza.

En Italia, dos meses de movilización estudiantil estuvieron marcados por manifestaciones masivas entre el 25 de octubre y el 14 de noviembre. Se hicieron tras el lema "No queremos pagar por la crisis", contra el decreto Gelmini y sus recortes presupuestarios en Educación Nacional y sus consecuencias: entre otras, la no renovación de los contratos de 87 000 docentes precarios y de 45 000 trabajadores ABA (personal técnico empleado por Educación Nacional) y, también, contra la reducción de fondos públicos para la Universidad[1].

Alemania, 12 de noviembre, 120 000 estudiantes de secundaria bajan a las calles de las ciudades principales del país con consignas como: "Capitalismo es crisis". Así fue en Berlín o en el asedio del parlamento regional en Hanover.

España, 13 de noviembre, miles de estudiantes se manifiestan en más de 70 ciudades contra las nuevas directivas europeas (llamadas "de Bolonia") de la reforma de la enseñanza superior que tienden a la privatización de las facultades y multiplican las prácticas en empresas.

La revuelta de las jóvenes generaciones de proletarios frente a la crisis y la deterioración de su nivel de vida se ha extendido a otros países: sólo ya en enero de 2009, Vilna (Lituania), Riga (Letonia) y Sofía (Bulgaria) han vivido amotinamientos severamente reprimidos por la policía. Senegal, diciembre de 2008: enfrentamientos violentos contra la miseria creciente de unos manifestantes que reclamaban la parte correspondiente de las minas explotadas por Arcelor Mittal; dos muertos en Kégoudou, a 700 km al sureste de Dakar. En Marruecos, 4000 estudiantes de Marraquech se habían alzado a principios de mayo de 2008 contra una intoxicación alimentaria que afectó a 22 de ellos en un comedor universitario. Represión violenta del movimiento, detenciones, penas de cárcel y torturas se han multiplicado desde entonces.

Muchos de ellos se han reconocido en el combate de los estudiantes griegos.

La amplitud de esas movilizaciones ante las mismas medidas del Estado no es de extrañar. La reforma del sistema educativo emprendida a escala europea debe servir para preparar a las jóvenes generaciones obreras a un "porvenir" obstruido y a la generalización de la precariedad y del desempleo.

La negativa y la revuelta de las nuevas generaciones de proletarios escolarizados ante ese muro del desempleo y ese océano de la precariedad que les reserva el sistema capitalista en crisis, se granjean también, por todas partes, la simpatía de los proletarios de todas las generaciones.

¿Violencia minoritaria o lucha masiva contra la explotación y el terror del Estado?

Los medios, que se cuadran a las órdenes de la propaganda del capital, no han cesado de intentar deformar la realidad de lo ocurrido en Grecia desde el asesinato por la policía del joven de 15 años, Alexandros Grigoropulos el 6 de diciembre último. Han presentado los enfrentamientos con la policía como cosa de un puñado de autónomos anarquistas y estudiantes de "ultraizquierda" de medios sociales acomodados, o de vándalos marginales. Y no han parado de transmitir por la tele imágenes de choques violentos con la policía, poniendo sobre todo en escena amotinamientos de muchachos enmascarados quemando coches, haciendo reventar escaparates de tiendas y bancos, cuando no escenas de saqueo de almacenes.

Es exactamente el mismo método de falsificación de la realidad que la que pudimos comprobar cuando la movilización anti-CPE de 2006 en Francia, asimilada a las revueltas de las barriadas suburbanas del año anterior. Es el mismo método al que asistimos cuando los estudiantes en lucha contra la LRU en 2007 en Francia fueron asimilados a "terroristas" y hasta ¡"jemeres rojos"!.

Aunque el foco de los disturbios era el barrio ateniense de Exarchia, es hoy difícil de hacer tragar semejante patraña: ¿cómo es posible que esos movimientos de revuelta se deban únicamente a unos vándalos o a activistas anarquistas cuando se extendieron cual reguero de pólvora a las principales ciudades del continente y hasta las islas y ciudades más turísticas como Chios, Samos, Corfú y Heraclion en Creta?

De hecho, las revueltas se extendieron hasta 42 prefecturas de Grecia, incluso a ciudades en las que nunca antes hubo manifestaciones. Se ocuparon más de 700 establecimientos de secundaria (gimnasios) y unas cien universidades.

Las razones de la cólera

Todas las condiciones estaban reunidas para que el hastío de una gran parte de las jóvenes generaciones obreras atenazadas por la angustia y sin porvenir alguno, estallara en Grecia, país que concentra todos los problemas del callejón sin salida que el capitalismo "abre" a las generaciones obreras jóvenes: cuando a quienes se nombra "generación 600 euros" entran en la vida activa, tienen la impresión de que se les está estafando. La mayoría de los estudiantes deben acumular dos empleos por día para sobrevivir y proseguir sus estudios: suelen ser empleos no declarados y remunerados a patadas; no se les declara una parte del salario, lo cual les recorta sus derechos sociales; se encuentran, sobre todo, privados de seguridad social; no se les pagan las horas extras y les es muy difícil dejar la casa paterna a veces hasta los 35 años por faltarles renta suficiente para pagarse un alquiler. 23 % de los desempleados en Grecia son jóvenes (la tasa de sin empleo entre los 15-24 años es oficialmente de 25,2 %). Como lo dice un artículo de prensa en Francia[2]: "Esos estudiantes no se sienten protegidos en nada ni por nadie: la policía les dispara, la educación los entrampa, el empleo los abandona, el gobierno les miente". El desempleo de los jóvenes y sus dificultades para entrar en el mundo laboral ha ido así creando un clima de inquietud, de cólera y de inseguridad general. La crisis mundial está acarreando nuevos montones de despidos. En 2009, se prevé una nueva pérdida de 100 000 empleos en Grecia, o sea 5% de paro suplementario. Y, al mismo tiempo, 40% de trabajadores ganan menos de 1100 € bruto y Grecia posee la tasa más alta de trabajadores pobres de los 27 Estados de la Unión Europea (UE): 14%.

Y, por cierto, no sólo se echaron a la calle los jóvenes, sino también profesores mal pagados y muchos otros asalariados atenazados por los mismos problemas, la misma miseria y animados por el mismo sentimiento de rebelión. La represión brutal del movimiento, cuyo episodio más dramático fue el asesinato del adolescente de 15 años, no hizo sino incrementar una solidaridad alimentada por un descontento social general. Como decía un estudiante, muchos padres de alumnos estaban también profundamente indignados y airados: "Nuestros padres han descubierto que sus hijos pueden morir así en la calle, a tiros, matados por un policía"[3] y han tomado conciencia de la putrefacción de una sociedad en la que sus hijos no tendrán, ni mucho menos, el mismo nivel de vida que ellos. Han sido testigos, en muchas manifestaciones, de las palizas brutales, de las detenciones sin miramientos, de los disparos con fuego real y brazo tendido de los policías antidisturbios (los MAT) con sus armas de servicio.

Los ocupantes de la Escuela Politécnica, centro de la protesta estudiantil, denunciaron el terror del Estado, pero se oyó esa misma cólera contra la brutalidad de la represión en todas las manifestaciones con consignas como: "Balas para los jóvenes, dinero para los bancos." Y más claro todavía, un participante en el movimiento declaró: "No tenemos trabajo, ni dinero, un Estado en bancarrota por la crisis, y todo lo que se le ocurre como respuesta es dar más armas a la policía."[4]

Esa cólera no es nueva: los estudiantes griegos ya se habían movilizado ampliamente en junio de 2006 contra la reforma de las universidades cuya privatización acarrearía la exclusión de los estudiantes venidos de los medios más modestos. La población también había expresado ya su cólera contra la desidia gubernamental durante los incendios del verano de 2007 que provocaron 67 muertos, un gobierno que no ha indemnizado todavía a las numerosas víctimas que perdieron sus bienes y viviendas. Pero fueron sobre todo los asalariados los que se movilizaron en masa contra la reforma del régimen de pensiones, a principios de 2008 con dos jornadas de huelga general en dos meses que fueron muy seguidas, con manifestaciones que reunían, cada vez, a más de un millón de personas contra la supresión de la jubilación anticipada para las profesiones más duras y la propuesta de anulación del derecho de las obreras a jubilarse a los 50 años.

Ante la cólera obrera, la huelga general del 10 de diciembre encuadrada por los sindicatos sirvió de cortafuegos con el que intentar desviar el movimiento, con el PS y el PC en cabeza, exigiendo la dimisión del gobierno actual y elecciones legislativas anticipadas. Eso no bastó para canalizar la indignación y hacer que cesara el movimiento, a pesar de todas las maniobras de izquierda y sindicatos para atajar la dinámica de extensión de la lucha y los esfuerzos de toda la burguesía y sus medios para aislar a los jóvenes de las demás generaciones y de la clase obrera en general, azuzándolos hacia enfrentamientos estériles con la policía. A lo largo de todos aquellos días y noches, los enfrentamientos fueron incesantes: las violentas cargas policiales a porrazos y lacrimógenos acabaron en detenciones y palizas a mansalva.

Las jóvenes generaciones obreras son las que más claramente expresan el sentimiento de desilusión y de repulsión hacia un aparato político corrupto hasta los tuétanos. Desde la posguerra (1945), tres familias se reparten el poder. Desde hace décadas, las dinastías Karamanlis (derecha) y Papandreu (izquierda) reinan alternativa y exclusivamente en el país a base de componendas y sus correspondientes escándalos. Los conservadores llegaron al poder en 2004 tras un período de chanchullos de todo tipo en los primeros años 2000. Mucha gente aborrece el encuadramiento de un aparato político y sindical totalmente desprestigiado: "El fetichismo del dinero se ha apoderado de la sociedad. Lo que quieren los jóvenes es un ruptura con esta sociedad sin alma ni visión"[5]. Hoy, con el desarrollo de la crisis, esta generación de proletarios no sólo ha desarrollado su conciencia de una explotación capitalista que está viviendo en carne propia, sino que expresa además su conciencia de un combate colectivo proponiendo espontáneamente unos métodos y una solidaridad de clase. En lugar de hundirse en la desesperación, esta generación hace surgir su confianza en sí misma porque está segura de llevar en sí otro porvenir, desplegando toda su energía en alzarse contra la putrefacción de la sociedad que les rodea. Y así, con orgullo, los manifestantes se reivindican de su movimiento: "Somos una imagen del futuro frente a la imagen tan sombría del pasado."

La situación recuerda, sí, Mayo del 68, pero la conciencia de lo que está en juego va mucho más lejos.

La radicalización del movimiento

El 16 de diciembre, los estudiantes ocupan durante unos minutos la emisora de la televisión gubernamental NET y despliegan una banderola que dice: "¡Dejad de mirar la télé. Todos a la calle!" y lanzan este llamamiento: "El Estado mata. Vuestro silencio le da armas. ¡Ocupación de todos los edificios públicos!". Es atacada la sede de la policía antidisturbios de Atenas y se incendia un furgón de la policía. Esas acciones fueron inmediatamente denunciadas por el gobierno como "una intentona de echar abajo la democracia", y también condenadas por el PC griego (KKE). En Salónica, las secciones locales de los sindicatos GSEE (Confederación sindical mayoritaria) y ADEDY (Federación de funcionarios), intentaron confinar a los huelguistas en una concentración frente a la Bolsa del Trabajo. Los estudiantes de secundaria y los universitarios se mostraron entonces decididos a llevarse con ellos a los huelguistas en manifestación y lo lograron. 4000 estudiantes y trabajadores marcharon por las calles de la ciudad. Ya el 11 de diciembre, militantes de la organización estudiantil del Partido comunista (PKS) intentaron bloquear las asambleas para impedir las ocupaciones (Universidad del Panteón, Facultad de Filosofía de la Universidad de Atenas). Esos intentos fracasaron y las ocupaciones se fueron desplegando por Atenas y el resto del país. En el barrio de Agios Dimitrios, el ayuntamiento es ocupado, organizándose una asamblea general en la que participan más de 300 personas de todas las generaciones. El 17, los trabajadores ocupan el edificio sede del sindicato más importante del país, la Confederación General de Trabajadores de Grecia (GSEE) en Atenas. Se proclaman insurgentes e invitan a los proletarios a que acudan para transformar esa sede en lugar de asambleas generales, abierto a todos los asalariados, los estudiantes y los desempleados.

Y lo mismo ocurre, ocupación y asamblea general abierta a todos, en la Facultad de Economía de Atenas y en la Escuela Politécnica

Publicamos aquí la declaración de esos trabajadores en lucha, contribuyendo así en romper el "cordón sanitario" mediático que rodea las luchas con sus mentiras, presentándolas como meras revueltas animadas por unos cuantos jóvenes vándalos más o menos anarquistas que aterrorizarían a la población. Este texto muestra claramente lo contrario: la fuerza del sentimiento de solidaridad obrera que anima a ese movimiento, estableciendo vínculos entre las diferentes generaciones de proletarios.

"O decidimos nuestra historia nosotros mismos o, si no, dejaremos que se decida sin nosotros. Nosotros, trabajadores manuales, empleados, desempleados, interinos y precarios, nacidos aquí o emigrantes, no somos unos televidentes pasivos. Desde el asesinato de Alexandros Grigoropulos el sábado 6 por la noche, hemos participado en manifestaciones, choques con la policía, ocupaciones del centro ciudad y de los arrabales. En múltiples ocasiones hemos tenido que dejar el trabajo y nuestras obligaciones cotidianas para echarnos a la calle junto con alumnos, estudiantes y demás proletarios en lucha.

HEMOS DECIDIDO OCUPAR EL EDIFICIO DE LA CONFEDERACIÓN GENERAL DE TRABAJADORES DE GRECIA (GSEE):

-Para transformarla en un espacio de expresión libre y lugar de encuentro para los trabajadores.

-Para desmentir esas patrañas alentadas por los medios sobre la ausencia de obreros en los choques, sobre la cólera de estos últimos días que sólo se debería a unos 500 "encapuchados", "hooligans", y demás historias ridículas, sobre la presentación de los trabajadores por los telediarios como víctimas de esos choques, ahora que la crisis capitalista en Grecia y el mundo entero está acarreando despidos innumerables, una crisis que los medios y sus dirigentes consideran algo así como "un fenómeno natural".

-Para arrancarle la careta a la burocracia sindical en su vergonzosa labor de zapa contra la insurrección, y, en general, por su función, pues la Confederación general de Trabajadores de Grecia (GSEE), y todo su maquinaria sindical en la que se apoya desde hace tantos años, socava las luchas, negocia nuestra fuerza de trabajo por migajas, perpetúa el sistema de explotación y de esclavitud asalariada. La actitud de la GSEE el miércoles último habla por sí sola: la GSEE anuló la manifestación de los huelguistas que, sin embargo, estaba programada, reduciéndola precipitadamente a una breve concentración en la plaza Sintagma, asegurándose, eso sí, de que los participantes se dispersaran cuanto antes, por miedo a que fueran infectados por el virus de la insurrección.

-Para abrir este espacio por primera vez, como continuidad de la apertura social creada por la insurrección misma, espacio que ha sido construido gracias a nuestras cuotas, pero hasta hoy estábamos excluidos de él. Durante años hemos puesto nuestro destino en manos de salvadores de todo tipo y hemos acabado perdiendo nuestra dignidad. Como trabajadores, debemos comenzar a asumir nuestras responsabilidades y no dejar nuestras esperanzas en manos de líderes "prudentes" o representantes "competentes". Debemos empezar a hablar con nuestras propias voces, encontrarnos, discutir, decidir y actuar por nosotros mismos contra los ataques que nos asedian por todas partes. La creación de colectivos de resistencia "de base" es la única solución.

-Para proteger la idea de autoorganización y de solidaridad en los lugares de trabajo, proteger el método de los comités de lucha y de los colectivos de base, abolir las burocracias sindicales.

Durante todos estos años hemos tolerado miseria, resignación, violencia en el trabajo. Nos hemos ido acostumbrando a contar nuestros heridos, nuestros muertos en esos pretendidos "accidentes" de trabajo. Nos hemos acostumbrado a mirar para otro lado cuando emigrantes, hermanos nuestros de clase, eran asesinados. Estamos hastiados de vivir con la ansiedad de tener que asegurar nuestro salario, poder pagar nuestros impuestos y garantizarnos una jubilación que ahora nos aparece como algo inalcanzable.

¡Estamos luchando para no dejar nuestras vidas en manos de patronos y representantes sindicales, tampoco dejaremos a los insurgentes detenidos en manos del Estado y de su aparato jurídico!

¡LIBERACIÓN INMEDIATA DE LOS DETENIDOS!

¡SOBRESEIMIENTOS DE CARGOS CONTRA LOS INTERPELADOS!

¡AUTOORGANIZACION DE LOS TRABAJADORES!

¡HUELGA GENERAL!

LA ASAMBLEA GENERAL DE LOS TRABAJADORES EN LOS EDIFICIOS LIBERADOS DE LA GSEE"[6]

En la noche del 17 de diciembre, unos cincuenta peces gordos sindicales acompañados de sus fornidos escoltas intentan reocupar los locales, pero acaban huyendo ante los refuerzos estudiantiles, anarquistas en su mayoría, de la Facultad de Economía, ocupada también y transformada en lugar de reunión y discusión abiertas a todos los obreros, que acudieron en ayuda de los ocupantes pregonando a voz en grito: "¡Solidaridad!".

La asociación de inmigrantes albaneses difunde, entre otras cosas, un texto con el que proclama su solidaridad con el movimiento, titulado "¡Estos días también son los nuestros!"

Es significativo el mensaje siguiente difundido por una pequeña minoría de ocupantes: "Panagópulos, secretario general de la GSEE, ha declarado que nosotros no somos trabajadores, puesto que los trabajadores están en el trabajo. Esto, entre otras cosas, pone bien en evidencia cuál es, en realidad, la labor de Panagópulos. Su "labor" consiste en asegurarse de que los obreros estén en su lugar de trabajo, y hacer todo lo posible para asegurarse de que los trabajadores acudan al tajo.
Lo que ocurre es que desde hace unos diez días, los trabajadores no sólo están en su trabajo, sino también fuera, en las calles. Y eso es una realidad que ningún Panagópulos del mundo podrá ocultar (...) Somos gente trabajadora, pero también somos desempleados, a quienes se nos ha pagado con despidos la participación en huelgas convocadas por la GSEE, mientras que ellos, los sindicalistas, han sido recompensados con ascensos, nosotros trabajamos con esos contratos basura entre trabajillo y chapuza, trabajamos sin seguridad, de manera formal o informal, en programas de cursillos o en empleos subvencionados con los que rebajar las estadísticas del desempleo. Nosotros somos una parte del mundo y aquí estamos.
Somos trabajadores insurgentes y punto.
Cada una de nuestras hojas de paga está regada con nuestra sangre, nuestro sudor, es una hoja llena de violencia en el trabajo, de cabezas, rodillas, puños, manos y pies rotos a causa de los accidentes de trabajo.
El mundo entero es fabricado por nosotros, los trabajadores. (...)

Proletarios del edificio liberado de la GSEE"

Se multiplican los llamamientos a una huelga general de tiempo indefinido a partir del 18. Los sindicatos se ven obligados a convocar una huelga de tres horas en los servicios públicos para ese día.

En la mañana del 18, otro alumno de secundaria de 16 años que participaba en una sentada cerca de su instituto en las afueras de Atenas es herido por bala. El mismo día varias emisoras de radio y televisión son ocupadas por manifestantes, en Tripoli, Kaniá (Creta) y Salónica. El edificio de la cámara de comercio fue ocupado en Patras donde hubo nuevos choques con la policía. En Atenas la manifestación enorme allí convocada fue violentamente reprimida: por primera vez, las fuerzas antidisturbios usaron armas de nuevo tipo: gases paralizantes y granadas ensordecedoras. Una hoja dirigida contra el "terror del Estado", firmada por "muchachas en rebeldía" circula a partir de la Facultad de Economía.

El movimiento percibe confusamente sus propios límites geográficos. Por eso acoge con gran entusiasmo las expresiones de solidaridad internacional, por ejemplo en Berlín, Roma, Moscú, Montreal o Nueva York y se hace eco de esa solidaridad: "ese apoyo es importantísimo para nosotros". Los ocupantes de la Politécnica llaman a una "jornada internacional de movilización contra los asesinatos de Estado" para el 20 de diciembre. Para vencer el aislamiento del movimiento proletario en Grecia, el único camino, la única perspectiva, es el desarrollo de la solidaridad y de la lucha de clases a escala internacional que se está expresando con cada vez más claridad ante la crisis mundial.

Una maduración portadora de porvenir

A partir del 20 de diciembre, se producen combates de clase violentos. La tenaza se empieza a apretar especialmente en torno a la Politécnica, asediada por las fuerzas policiales que amenazan con asaltarla. El edificio ocupado del sindicato GSEE le ha sido devuelto a éste el 21/12, tras una decisión del comité de ocupación y votado en Asamblea General. El comité de ocupación de la Escuela Politécnica de Atenas publicaba el 22 de diciembre un comunicado que declaraba: "Estamos a favor de la emancipación, la dignidad humana y la libertad. De nada sirve que nos lancéis gases lacrimógenos, bastante lloramos ya nosotros solos."

Con mucha madurez, siguiendo la decisión tomada en las asamblea general en la facultad de Ciencias Económicas, los ocupantes de esa facultad utilizan el llamamiento a la manifestación del 24 contra la represión policial y en solidaridad con los presos, como un momento apropiado para evacuar el edificio en masa y en seguridad: "por haber surgido un consenso sobre la necesidad de dejar las universidades y sembrar el espíritu de revuelta en la sociedad entera." Este ejemplo será seguido en las horas siguientes por las AG de las demás universidades ocupadas, no cayendo así en la trampa del aislamiento y del enfrentamiento directo con la policía. Se evita así el baño de sangre y una represión más violenta todavía. Las A.G. denunciaron claramente como acto de provocación policial, los disparos contra un furgón de policía, reivindicados por una denominada "Acción Popular".

El comité de ocupación de la Politécnica evacuó el último baluarte de Atenas simbólicamente el 24 de diciembre a medianoche. "Sólo la asamblea general decidirá si (y cuándo) abandonaremos la universidad (...) La decisión de la ocupación de la Asamblea se decide políticamente aquí. El momento de abandonar el edificio lo deciden las personas que lo ocupan y no la policía."

Anteriormente, el comité de ocupación había publicado una declaración: "Al término de la ocupación de la Escuela Politécnica después de 18 días, mandamos nuestra solidaridad más calurosa a todas las personas que han participado en esta revuelta de diferentes maneras, no sólo en Grecia sino también en muchos países de Europa, de las Américas, en Asia y Oceanía. Por todos aquellos con los que nos hemos encontrado y con quienes seguiremos combatiendo por la liberación de los presos por esta revuelta y también para que se prolongue hasta la liberación social mundial."

En algunos barrios, los habitantes se apoderaron del sistema de sonorización instalado por el ayuntamiento para los villancicos de Navidad, y leyeron comunicados exigiendo entre otras cosas la liberación inmediata de los detenidos, el desarme de la policía, la disolución de las brigadas antidisturbios. En Volos, la emisora municipal de radio y las oficinas del diario local fueron ocupadas para que se hablara de los acontecimientos y de las reivindicaciones. En Lesbos, unos manifestantes instalaron una sonorización para transmitir mensajes. En Ptolemaida o en Ioannina, un árbol de Navidad fue decorado con fotos del alumno asesinado y de las manifestaciones junto con reivindicaciones del movimiento.

El sentimiento de solidaridad volvió a expresarse espontáneamente y con fuerza el 23 diciembre, tras la agresión a una empleada de la empresa de limpieza Oikomet, en subcontrata con la compañía del metro de Atenas (Athens Piraeus Electric Railway -ISAP-): le habían echado ácido sulfúrico en la cara cuando volvía del trabajo. Hubo manifestaciones de solidaridad y la sede del metro de Atenas fue ocupada el 27 de diciembre de 2008, mientras que, en Salónica, era a su vez ocupada la sede de la GSEE. Las dos ocupaciones desembocaron en una serie de manifestaciones, conciertos de solidaridad y acciones de "contra-desinformación" (usando, por ejemplo, el sistema de altavoces de la estación del metro para leer los comunicados).

La asamblea de Atenas declaraba en su texto:
Cuando atacan a uno de nosotros, nos atacan a todos nosotros!
Ocupamos hoy las oficinas centrales de ISAP (metro de Atenas) como primera respuesta al ataque asesino con vitriolo lanzado al rostro de Konstantina Kuneva el 23 de diciembre, al volver ella del trabajo. Konstantina está en cuidados intensivos. La semana pasada se peleó contra la compañía al reivindicar la prima de Navidad para ella y sus colegas, denunciando los actos ilegales de los patronos. Antes de eso, su madre había sido despedida por la compañía. A Konstantina ya la habían trasladado lejos de su primer puesto de trabajo. Son prácticas muy corrientes en el sector de las compañías de limpieza que contratan a trabajadores precarios. (...) El dueño de Oikomet (...) es un miembro del PASOK (partido socialista griego). Emplea oficialmente a 800 trabajadores (los trabajadores afirman que es el doble, y en los tres últimos años más de 3000 han trabajado en dicha empresa). El comportamiento mafioso ilegal de los patronos es algo cotidiano. Por ejemplo, los trabajadores están obligados a firmar los contratos en blanco y los patrones escriben después unas cláusulas que aquéllos no conocerán nunca. Trabajan 6 horas y solo se les pagan 4 y media (salario bruto) para no superar las 30 horas (si no tendrían que ser inscritos en la categoría de trabajadores de alto riesgo). Los patronos los aterrorizan, los desplazan, los despiden y los amenazan con dimisiones forzadas. Constantina es una de nosotros. La lucha por la DIGNIDAD y la SOLIDARIDAD es NUESTRA lucha."

Paralelamente, la asamblea de ocupación de la GSEE de Salónica publicaba un texto del que reproducimos algunos pasajes: "estamos hoy ocupando la sede de los Sindicatos de Salónica para oponernos a una opresión que se plasma en asesinatos y terrorismo contra los trabajadores; (...) llamamos a todos los trabajadores a que se unan a esta lucha común. (...) La asamblea abierta de quienes ocupan la central sindical, que vienen de medios políticos diferentes, sindicalistas, estudiantes, inmigrados y camaradas del extranjero han adoptado esta decisión común:
- Mantener la ocupación;
- Organizar una concentración en solidaridad con K. Kuneva; (...)
- Organizar acciones de información y de toma de conciencia en los alrededores de la ciudad;
- Organizar un concierto en el Centro para recoger dinero para Konstantina."

Esa asamblea declaraba además:
"En ningún lugar de la plataforma [de los sindicatos], se mencionan las causas de la desigualdad, de la miseria, de las estructuras jerárquicas en esta sociedad. (...) Las Confederaciones Generales y las Delegaciones sindicales en Grecia son intrínsecamente partícipes del régimen en el poder; sus miembros de base y los obreros en general deben darles la espalda, y (...) optar por la creación de un polo autónomo de lucha dirigido por y para ellos (...) Si los trabajadores toman en manos sus luchas y rompen la lógica de su representación por los cómplices de la patronal, volverán a confiar en sí mismos y miles de ellos llenarán las calles en las próximas huelgas. El Estado y sus sicarios asesinan a la gente.
¡Autoorganización! ¡Luchas de autodefensa social! ¡Solidaridad con los trabajadores inmigrados y Konstantina Kuneva!"

A primeros de 2009, ha habido todavía manifestaciones por todo el país en solidaridad con los presos. 246 personas fueron arrestadas y 66 siguen todavía en prisión preventiva. En Atenas, se detuvo a 50 inmigrantes en los tres primeros días de la revuelta, con penas que iban hasta 18 meses de cárcel en juicios sin traductores. Todos ellos están amenazados de expulsión.

El 9 de enero, jóvenes y policías volvieron a enfrentarse en Atenas, tras una marcha por el centro ciudad de cerca de 3000 docentes, estudiantes y alumnos. En sus banderolas podían leerse lemas como: "El dinero para la educación y no para los banqueros", "Abajo este gobierno de asesinos y generador de pobreza". Hubo importantes fuerzas antidisturbios que realizaron sucesivas cargas para dispersar a los manifestantes y efectuaron múltiples interpelaciones.

Por todas partes como en Grecia, con la precariedad, los despidos, el desempleo, los salarios de miseria que impone la crisis mundial, lo único que el Estado capitalista puede aportar es más policía y más represión. El desarrollo internacional de la lucha y la solidaridad de clase entre obreros, empleados, estudiantes, desempleados, precarios, jubilados, de todas las generaciones, puede abrir el camino hacia una perspectiva de futuro para abolir este sistema de explotación.

W. (18 de enero)



[1]. Cf. Sobre las luchas estudiantiles en Italia, ver nuestra página Web en italiano "Noi la crisi non la paghiamo!" o "La lotta degli studenti, in Italia come in Europa, una tappa importante della lotta di classe" (https://it.internationalism.org/) o en francés: "Mobilisation massive contre la réforme de l'enseignement en Italie" (https://fr.internationalism.org)

[2]. Marianne, semanario francés, n° 608, 13 de diciembre : "Grèce : les leçons d'une émeute" (Grecia: lecciones de una revuelta)

[3]. Libération, diario francés 12/12/2008

[4]. Le Monde, 10/12/2008

[5]. Marianne 13 de diciembre

[6]. La mayoría de los textos reproducidos o las informaciones de la prensa local han sido traducidos en páginas WEB anarquistas: indymedia, cnt-ait.info, dndf.org, emeutes.wordpress.com (en francés) o en libcom.org (en inglés)

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