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Revolucion Mundial nº 84, Enero - Febrero 2005

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Ante los ataques de la burguesía, los trabajadores no tienen otro camino: ¡La lucha masiva y consciente!

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Por todos lados del planeta, la agravación de la crisis viene haciendo que los programas de los Estados sean más agresivos, arreciando los ataques contra los trabajadores, y la estrategia que se aplica es la misma para regiones industrializadas que para la periferia, siguiendo el mismo mandato tanto los gobiernos de izquierda como de derecha. Así en 2003 en Francia, Austria y Brasil se modifican las condiciones de pensión. Para 2004, en Alemania, Holanda y México las condiciones de vida de los trabajadores se afectan gravemente con los planes de austeridad aplicados contra la salud y pensiones y para 2005, ya se anuncian mayores ataques. Es en ese marco que, para México se establece la llamada “Ley del ISSSTE”, que no tiene otro objetivo que completar la agresión iniciada contra los trabajadores del IMSS, y así poder profundizar y extender los niveles de explotación…

Pero estos golpes contra los asalariados no son vistos ya con pasividad, la miseria que acarrea no es sólo miseria, es también un factor de reflexión que desenmascara al capitalismo y muestra que no hay un futuro prometedor en el capitalismo y que lo único que puede ofrecer es más explotación, desempleo y mayor miseria. Las movilizaciones que los trabajadores de la industria automotriz llevaron a cabo en Alemania en julio y octubre, aún cuando expresan muchas dificultades para manifestar su fuerza, son ya ejemplos claros de que la solidaridad en el interior de la clase y la manifestación masiva y conciente, son las armas principales que los trabajadores tienen para enfrentar las agresiones de la burguesía.

Las “Reformas a la seguridad social”, ataques directos contra los trabajadores

Luego de imponer una modificación a las condiciones de pensión y jubilación contra los trabajadores del IMSS, la burguesía se prepara para generalizar el ataque hacia los trabajadores que laboran para el Estado, imponiendo una pretendida reforma al ISSSTE.

Estos ataques son presentados como reformas, pero es preciso señalar que la época en que era posible la aplicación de reformas que ofrecieran una mejora al conjunto de la población, corresponde a la fase de desarrollo del capitalismo. Actualmente, en la fase de decadencia (abierta desde las primeras décadas del siglo XX) no hay posibilidad alguna de la aplicación de reformas, si se les denomina de esta forma es con el fin de hacerlas aparecer como medidas de beneficio social, que combatirán la actitud egoísta y de privilegiados de algunos sectores de los trabajadores (como lo sugería la campaña desatada contra los trabajadores del IMSS). Sin embargo. estas acciones no expresan un mejoramiento colectivo, sino la quiebra del capitalismo, que no tiene más camino que comprimir aún más las condiciones de vida de los asalariados. Por eso la “Ley del ISSSTE” no es una medida que beneficiará a los trabajadores, sino es un programa que busca reducir la parte del salario que los trabajadores reciben de forma indirecta (en servicios médicos, así como de pensión); es un mecanismo desesperado de la burguesía para proteger su ganancia incrementando la miseria de los trabajadores.

La burguesía de la región, anuncia para el 2005 el avance de la agresión por medio de sus “reformas”(al ISSSTE y la laboral), para lo cual viene ya preparando el accionar de su principal arma de ataque: el sindicato. El sindicato oficialista o “independiente”, “charro” o democrático, cumple siempre el papel de saboteador, por ello los trabajadores para poder enfrentar las seudo reformas del Estado, requieren ante todo reflexionar sobre las trampas que el sindicato prepara para maniatar el descontento. El ejemplo más cercano es la acción del SNTSS, que con su actuación hipócrita haciéndose pasar como combativo, logró enredar a los trabajadores del IMSS en una dinámica de desgaste y desmoralización, para, al final dejar pasar la agresión, presentándose incluso como una víctima. Es este ejemplo el que los trabajadores deben de tomar en cuenta en su proceso de reflexión para asegurar que las movilizaciones logren exponer su verdadera potencialidad e impongan su fuerza y sometan a estos saboteadores de las luchas.

La agudización que se presenta en la crisis es ya anunciada con el incremento de los niveles de inflación en cerca del 6%, pero sobre todo con el ridículo aumento al salario mínimo de 1.7 pesos (aproximadamente ¡14 centavos de dólar!) y las llamadas reformas a la seguridad social que se buscan imponer; ante ello el único camino para los trabajadores es el de la lucha, pero para que ésta sea un verdadero combate que enfrente la degradación de sus condiciones de vida y sea preparación de los que serán los enfrentamientos decisivos que pongan fin a este sistema de explotación, es necesario, ante todo, que reflexionen sobre el significado de la solidaridad proletaria, de la potencia que significa y de cómo el sindicato trata de eliminarla o falsificarla para evitar que la fuerza organizada y expresada masivamente de la clase actúe como un solo puño.

Tatlin / diciembre-2004

Situación nacional: 

  • Mexico [1]
  • Situación económica [2]

Victoria electoral de Bush. Una situación difícil para la burguesía norteamericana

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Jamás una elección presidencial americana había sido puesta en la escena por los medios de información burgueses como la que se desarrolló en los entre el candidato demócrata J. Kerry y el del partido republicano G. W. Bush.

La victoria de Bush relanza la campaña antinorteamericana

Todos los días, los periódicos, las pantallas de televisión estuvieron invadidas de reportajes y de comentarios destinados a persuadirnos de la importancia vital de esta elección, para nuestro porvenir y el del mundo. En las potencias imperialistas, como Francia, el mismo Estado orquesta toda una campaña ideológica, presentando a J. Kerry, como alternativa, ciertamente un poco inexperto y falto de envergadura, pero más honesto y sobre todo menos belicista y guerrero que G. Bush. Esta propaganda tenía por objetivo, a partir de las elecciones en EUA, involucrar a los trabajadores en un ambiente chauvinista, al alimenta la propaganda anti-norteamericana. Por eso, la reelección de Bush, a pesar de la campaña de repudio orquestada por las mismas fuerzas imperialistas opositoras a los EUA, es recibido con satisfacción. Desde la invasión de Irak, la propaganda ideológica de estos Estados no ha cesado de hacer responsable a G. Bush y a los halcones de la administración norteamericana del estado de guerra en Irak, así como del desarrollo del terrorismo en dirección a los países occidentales. G. Bush ha sido presentado como irresponsable, extremista y peligroso. Todo esta justo para poner por delante la irracionalidad de la política de la administración Bush. Así, no es el capitalismo en quiebra el que se ha convertido irracional y radicalmente mortal para la supervivencia de la humanidad, sino solamente la actual administración Bush. La reelección de Bush, el mantenimiento en el poder de los sectores más arcaicos del partido republicano van a permitir, de este modo, a la burguesía continuar orquestando de mejor modo, con aún más amplitud, su confusa campaña antiyanqui. Así, no podrán más que reforzarse las campañas ideológicas de mistificación nacionalista contra la clase obrera mediante la utilización cada vez más importante de la fuerza militar por parte de los EUA, que se encuentra atrapado en el lodazal iraquí y confrontado a un proceso irreversible de debilitamiento de su liderazgo mundial. Esas campañas ideológicas, producto de tensiones interimperialistas, permiten al mismo tiempo a las potencias imperialistas, criticas de las acciones militares de la mancuerna EUA-GB, esconder sus propios intereses guerreros en el mundo.

La reelección de Bush: expresión del debilitamiento en curso de la primera potencia mundial

Todos los comentaristas y otros politólogos burgueses norteamericanos habían analizado que, dada la ausencia total de envergadura de los dos candidatos, y la poca diferencia entre sus programas respectivos, incluso sobre los planes económicos y sociales, J. Kerry habría ganado las elecciones presidenciales si hubiera asegurado la victoria en el Estado de Ohio. Hace poco tiempo aún, este estado norteamericano poseía la más grande concentración de actividad industrial por habitante de los EUA, por el contrario, al curso de los últimos años la desindustrialización cada vez más rápida y brutal ha dejado sin recursos y sin empleo a una gran parte de la población. A pesar de una movilización muy grande del electorado demócrata, Ohio ha finalmente votado mayoritariamente por el partido conservador, constituyéndose verdaderamente en un microcosmos electoral diferente de lo que ha pasado a nivel nacional. La carta electoral de esas elecciones en los EUA muestran una vasta extensión dominada por el voto republicano, y algunas zonas demócratas reagrupadas sobre las franjas litorales del Atlántico y del Pacífico, en las grandes ciudades portuarias como Nueva York, Boston, Baltimore y San Francisco. En lo que es nombrada “La América Profunda”, los llamados de J. Kerry a votar por el partido demócrata no han encontrado eco favorable. Como lo afirman los propios comentaristas burgueses, los dos candidatos han mentido en sus campañas de una manera caricatural, sin que esto haya tenido ninguna incidencia sobre la movilización electoral relativamente más fuerte que durante el escrutinio presidencial precedente. Las motivaciones electorales de una mayoría de los electores norteamericanos se encontraron determinadas por factores que hacían llamado a todo, menos a la razón y a la lucidez. G. Bush se ha presentado como el defensor intransigente de la moral cristiana, de la fuerza y de la grandeza del pueblo americano. El New York Times revela que “numerosos norteamericanos afirman no haber votado en función de cuestiones políticas, sino en función de valores. Han votado por el que comparte su creencia y su modo de vida. Las palabras que salen a colación regularmente en las encuestas realizadas en todo el país a los electores son de este tipo: fe, familia, integridad y confianza”. La “América Profunda”, los sectores rurales sumidos por los efectos de la crisis en una miseria creciente y en la desmoralización, en ausencia total de perspectiva han sido particularmente permeables a estos temas místicos, permitiendo satanizar al extranjero (al musulmán fanático) como el responsable de todos los males. Además, la mediocridad del conjunto de la campaña electoral, la ausencia de luchas de envergadura del proletariado, y la falta de una alternativa visible de frente a la descomposición de la sociedad, ha llevado al repliegue sobre sí o sobre la comunidad. La irracionalidad, producto del miedo y de la impotencia, ha dominado esas elecciones.

El debilitamiento de la coherencia del conjunto de la burguesía norteamericana a fin de defender de mejor manera el interés nacional se ha expresado igualmente en el contenido programático electoral del candidato demócrata: “A todo lo largo de la campaña, los electores no han sabido por qué se presentaba J. Kerry. Ellos querían conocer la forma en que veía al mundo y jamás lo dijo”. (New York Times). “Los republicanos han utilizado el argumento que Kerry sería un presidente muy indeciso para proteger al país”, estima Los Angeles Times. Si J. Kerry no ha expresado una visión del mundo diferente de la tristemente achacada a la persona de G. Bush, es que simplemente J. Kerry y los demócratas no la tenían. Sobre la cuestión iraquí, que es actualmente la más espectacularmente dramática, planteaban lo mismo: el reforzamiento ineluctable del imperialismo norteamericano en el lodazal iraquí. La ausencia de toda solución alternativa a la huída guerrera, han hecho necesariamente imposible al candidato demócrata proponer otra política diferente a la de Bush. Le era igualmente imposible, en efecto, prever un retiro de las fuerzas armadas norteamericanas en Irak, así como de atraer a las potencias rivales, como Francia o Alemania, a ese lodazal aún a través de la ONU. Aún si una mayoría de la burguesía norteamericana había escogido apoyar al candidato Kerry, lo que se traducía, entre otras cosas, en ataques contra Bush provenientes del propio partido republicano, tal ausencia total de una política alternativa real no podía más que dejar el camino libre a la montaña de los reflejos más arcaicos y abrir así la vía a la victoria de G. Bush.

Como lo dijimos en RM 83, la elección de uno u otro candidato no constituía el mayor reto para la burguesía americana. Sin embargo, el hecho que el candidato de su elección no haya sido electo a causa de una dificultad para canalizar a esta parte del electorado particularmente permeable a los temas más arcaicos y obscurantistas, constituye una expresión del debilitamiento de la potencia norteamericana. En efecto, el impasse frente al cual está confrontado el liderazgo norteamericano sobre la escena mundial lleva a una cierta dificultad de la burguesía de esta región para controlar su juego político.

De frente a la política imperialista de los EUA que no puede de todas maneras expresar y desarrollar sino una dirección militar y guerrera, la permanencia del equipo Bush por los cuatro años que vienen prevé una evolución de la situación mundial aún más dramática y bárbara. De frente a esta realidad, las fuerzas imperialistas opositoras a EUA (principalmente Francia y Alemania), seguirán refugiándose detrás de la campaña antinorteamericana que será orquestada cada vez con mayor amplitud. Pero la clase trabajadora no tiene nada que esperar de las elecciones burguesas en los Estados Unidos como no tiene nada que esperar en las elecciones de ningún país del mundo. Por el contrario tiene que tomar conciencia que el capitalismo se hunde aún más en el caos y en la barbarie.

Tino / 18 de noviembre

Geografía: 

  • Estados Unidos [3]

Asesinato político: Un medio de la burguesía para dirimir sus conflictos internos

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En efecto, se trata de un crimen perpetrado en la elite del poder económico y político de la burguesía y, por ende, tiene como telón de fondo la disputa por el poder político estatal. Ya en RM 83 (nov-dic 2004) alertábamos sobre el hecho de que “la burguesía no llegará fácilmente a un acuerdo y no se descarta que se repitan los escenarios en los que están presentes ajusticiamientos y detenciones”. Este argumento no es producto de una “adivinación”, es una percepción basada en un seguimiento puntual de la vida de la burguesía y sus pugnas, que como nunca en varios años han alcanzado cuotas de polarización tan altas como cuando se sucedieron los crímenes de Posadas, Colosio y Ruiz Massieu. Desde el 2000, la CCI ha venido analizando estas pugnas de los capitalistas precisamente en su curso hacia la disputa por el control del Estado burgués. Para comprender el desarrollo de la historia desde una visión materialista, como lo hace el marxismo, se requiere tener una claridad de la actuación de la clase dominante y poder así desmitificar el significado de la democracia, de sus personalidades y el momento particular que vive el sistema. Este seguimiento nos permite entender que este crimen es parte de ese proceso de desgarre que vive la burguesía y que la lleva a romper al conjunto de sus partidos políticos, y a que cada una de sus fracciones en su desesperación por apuntalarse, se asocie cada vez más abiertamente con grupos del narcotráfico. Es ese mismo seguimiento que permite comprender cómo a pesar de que la burguesía comprende la necesidad de un “respiro” para dar un poco de cohesión a su interior, se ve imposibilitada de parar su disputa sobre quién será su representante en el gobierno…

De esta manera, son evidentes las tendencias profundas de la descomposición dentro de las filas del capital donde la dinámica que se enseñorea es cada vez más la del “cada uno por sí mismo”, una posición que ha estado dificultando desde hace mucho el accionar unido de la burguesía en su conjunto.

En este caso, el asesinato E. Salinas, es un crimen de Estado que se inscribe directamente en el curso del conflicto cupular de la burguesía dentro del cual la fracción a la que pertenece la familia Salinas ha tenido en los últimos años un protagonismo central.

El escenario que la burguesía enfrenta es un verdadero terreno minado en el que por todas partes hay explosiones de conflictos: No sólo son los escándalos de corrupción respaldados con videos, ni las disputas legaloides entre diputados del PRI y PRD con Fox; son la cantidad diversa de pugnas que se presentan en cada elección de los Estados, y por cada coto de poder, son las amenazas continuas que se arrojan cada fracción, involucrando incluso a sus sectores más duros como el ejército; es a fin de cuentas la imposibilidad que presenta la clase dominante para cohesionarse.

Es evidente que no es posible saber todo lo que hay detrás de las pugnas de la burguesía, no obstante con los pocos elementos que deja escapar es posible percibir un escenario de ataques, que tienden, a agudizarse cada vez más, y este crimen es muestra evidente de esto. De manera que, como decíamos arriba, no se trata de “descubrir” quienes son los asesinos directos, al proletariado de nada le sirve “descubrir” qué grupo en particular llevó este ajustes de cuentas, más bien de lo que se trata es de que sepa clarificar hasta qué punto las pugnas dentro de su enemigo de clase pueden afectarle directamente ya sea viéndose enrolado para apoyar a tal o cual fracción burguesa, o bien, resintiendo una parálisis política con el impacto social de este tipo de crímenes que tanto amplifican los medios de divulgación del capital. En efecto, los capitalistas saben cómo utilizar este tipo de casos , y revertir los efectos negativos de su descomposición contra el proletariado, de tal manera que si la clase obrera está operando en este momento un esfuerzo importante de retoma de la reflexión sobre la naturaleza del sistema de explotación y sobre las perspectivas de la lucha, este tipo de conmociones pueden significar un trastorno que por lo menos interrumpe momentáneamente el proceso.

A pesar de la fractura notoria de la burguesía, ésta se preocupa por mantener el control ideológico de los asalariados, integrándolo como carne de cañón de las rivalidades, y la mejor forma de hacerlo es encajándolo en la trampa democrática, así este crimen puede ser usado para empujar a los trabajadores a tomar partido por alguna fracción, induciendo a establece su elección para el proceso electoral, por eso, como hemos venido insistiendo, los trabajadores deben evitar caer en la trampa que le tienden, llamándolos a “cerrar filas” para defender un nuevo proyecto de nación del color que sea (PRI, PAN, PRD) con el pretexto de que de otra manera el país se hará pedazos en medio del tipo de conflictos como el que nos ocupa. ¡Ningún apoyo a la burguesía!, la clase obrera tiene otros intereses y otro proyecto histórico.

RR / diciembre-04

Situación nacional: 

  • Mexico [1]
  • Conflictos interburgueses [4]

Linchamientos en Tláhuac: La burguesía aprovecha la desesperación y la violencia ciega

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Esta dinámica no proviene sólo de la ignorancia y del atraso de las regiones, es en realidad una expresión de la dinámica del capitalismo agonizante. Este tipo de violencia irracional no es propio de los países periféricos, apenas en el año 2000, habitantes de El Ejido, en Almería, España, llenos de fiebre xenófoba, intentaron linchar a un grupo de inmigrantes, y con similares características actúan los “cabezas rapadas” y los hooligans de los países industrializados.

En el linchamiento de Tlahuac, lo que subyace en el fondo, más allá de si fue inducido por la guerrilla, el narco o una provocación gubernamental, es la expresión de la desesperanza, la actuación inmediatista, sin perspectiva de futuro, es la práctica de una masa que al reconocer que las instituciones burguesas no ofrecen seguridad de ninguna índole, toman justicia por su propia mano, pensando que esto soluciona un problema, pero que no ve que el verdadero problema es el sistema que crea la violencia, no sólo por la inseguridad que viene de su actitud corrupta y de complicidad, sino fundamentalmente de la que ejerce cotidianamente en el sometimiento y la explotación. ¿Qué mayor violencia puede haber que la explotación y la miseria a la que el capitalismo condena a los trabajadores?

El caso Tláhuac, no es un hecho aislado y se perfila como un acto típico, producto de la descomposición capitalista, pero que además no hay que perder de vista que esto es utilizado por la clase en el poder: la burguesía, ya por incapacidad o por efecto del enfrentamiento entre sus fracciones, decidió no rescatar a sus perros guardianes, no obstante ahora lo usan como elemento para avivar el enfrentamiento y ejercer presión entre los gobiernos de Fox y de López Obrador. Este enfrentamiento, además, lo extienden para atacar la conciencia de los trabajadores, al inducirlos a tomar partido por alguna de las fracciones en disputa.

Los trabajadores no deben dejarse engañar, deben tener claro que este no es un problema de la llamada sociedad civil, es un problema ante el que deben reflexionar y sacar las lecciones, comprender que la turba, a pesar de su accionar aparentemente masivo, es desesperado y ciego, que rompe con cualquier posibilidad de un accionar solidario y consciente. La vigilancia a cargo de la propia población que ya no confía en la policía, desarrollado bajo los marcos del capitalismo, lejos de ser una alternativa, es una peligrosa arma utilizable por el propio Estado. Los trabajadores deben tener claro que sólo la revolución proletaria acabará con la inseguridad que nos ofrece el capitalismo.

Vania / diciembre 2004

Situación nacional: 

  • Mexico [1]

Irak : El capitalismo se hunde en la barbarie guerrera

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Ninguno de estos conflictos encuentra solución durable, como revela por ejemplo, la situación en el Cáucaso o en los Balcanes (donde ya no se habla de guerra) una zona en gran parte destrozada y destruida que conoce cada día enfrentamientos interétnicos directamente atizados por la presencia en el lugar de las grandes potencias imperialistas. Por su parte, no faltan factores de agravación del caos. Así, la muerte de Arafat abre un periodo de guerra civil en Palestina que, de aumentar, no va a atenuar los antagonismos y las rivalidades con Israel. Un nuevo foco de tensiones guerreras probablemente se va a encender en Costa de Marfil, esta vez con Francia en primera línea, el campeón de la paz en Irak...para contrarrestar las ambiciones americanas.

Un intento desesperado para estabilizar la situación en Irak

Es un hecho innegable de que Faluya va a ser necesariamente reconquistada por el ejército americano. En un primer momento la ciudad ha sido tomada bajo un diluvio de bombas y obuses. Luego el asalto se llevó a cabo. El 8 de noviembre se desencadenó esta operación denominada “furia fantasma” para cercar a Faluya. Esta ofensiva contra la ciudad rebelde comenzó después de que el mismo primer ministro irakí Iyad Allaoui atizara el fuego, ministro de un gobierno interino instalado en el poder y apoyado por Estados Unidos. La ciudad de Faluya está hoy reducida a ruinas, pero al parecer la población civil (según los medios de comunicación burgueses) salió totalmente ilesa de todos los bombardeos intensivos y el asalto progresivo de casa en casa. Es verdad que la mayor parte de la población, aterrorizada con justa razón por los anuncios de la ofensiva de la armada americana sobre la ciudad, había huido masivamente hacia los campos de los alrededores. A la vuelta de su éxodo, cuando la ofensiva terminó, esta población civil no encontró más que una ciudad totalmente destruida, donde el caos y la guerra continuarán desarrollándose. Este asalto de la armada americana garantizada ideológicamente por la participación de algunos miles de soldados irakies reclutados a cambio de unos cuantos dólares, ha necesitado el cierre de las fronteras con Siria y Jordania. En un editorial de Los Angeles Times se afirma que “peor hubiera sido no hacer nada, y entregar la ciudad a la guerrilla que la habría erigido en ejemplo para las otras ciudades irakies”. Así el estado mayor de la armada americana habría tomado la opción menos mala al atacar la ciudad sabiendo que “esta operación originaría victimas, tanto entre civiles como entre los combatientes, y podría levantar las reacciones apasionadas e inflamadas con los árabes más allá de Faluya y de Irak” (Ibid).

Las raíces profundas de esta ofensiva aparecen claramente en la carta del primer ministro irakí enviada a Kofi Annan, secretario general de la ONU, en la cual afirma que su ”gobierno no tiene otra opción que la de tomar medidas firmes y radicales para terminar con la violencia que arriesga con llevar al país hacia confrontaciones que comprometan la celebración de las próximas elecciones”. En efecto, es de una extrema importancia para el imperialismo americano que las elecciones que se celebrarán en unas semanas puedan desarrollarse en una aparente serenidad y seguridad permitiéndolas aparecer junto al gobierno elegido como legítimos. Eso permitiría a Estados Unidos dar toda la credibilidad ideológica posible a su intervención militar. De hecho, la perspectiva de la evolución de la situación en este país es completamente opuesta a la pacificación y estabilización. La guerra civil permanente que reina en el triángulo sunita, la repetición de las ofensivas militares como las que se han visto estos últimos meses, la ofensiva sobre Samara en el mes de octubre, no han aportado alguna tregua durable. La invasión de Faluya ha provocado por otra parte inmediatamente una respuesta violenta con escaramuzas militares en Mosul así como atentados terroristas y tomas de rehenes. El Heralde Tribune no esconde la realidad: “La celebración de elecciones es cada vez más incierta...Los insurgentes se hacen cada vez más fuertes y audaces. Si esta dinámica no puede ser revertida, Washington tendrá que dar marcha atrás y reexaminar completamente sus objetivos de fondo”.

Contrariamente a lo que afirma la prensa burguesa, es más que probable que el hundimiento del imperialismo americano en el lodazal irakí y su debilitamiento irreversible en tanto que primer potencia mundial le empujen hacia una huida militar hacia adelante más incontrolable. Es de prever que la Conferencia Internacional sobre Irak en Egipto, que debe celebrarse el 25 de noviembre próximo y reunirá a todos los actores regionales, los representantes de la organización de la conferencia islámica, Rusia, los estados europeos así como Estados Unidos, no será más que una engañifa, tras los discursos diplomáticos oficiales se expresarán los apetitos feroces y divergentes de cada uno de los participantes. El Estado irakí está inmerso en un proceso de descomposición irreversible, reflejo del caos que gana al conjunto de la región. La ejecución macabra de 49 reclutas del pseudo “nuevo ejército iraki” el 29 de octubre es una dramática concretización de esto. El capitalismo en su conjunto, en Costa de Marfil, en Irak y en un número creciente de regiones del mundo es el único responsable de este hundimiento de partes enteras del planeta en un caos más y más sangriento.

Ante el desencadenamiento de un caos sangriento, el futuro está en la lucha de la clase obrera

El fracaso histórico de este sistema moribundo no puede más que producir situaciones como en Irak, en Costa de Marfil o Medio Oriente. Este proceso dejado a su dinámica no puede más que continuar sumergiendo a otros países de la región, tales como Siria o Irán. La clase obrera y el conjunto de la humanidad no tienen nada que esperar de parte de este sistema en plena putrefacción. El único futuro que nos han reservado, es de una barbarie creciente. No existe más que una sola perspectiva que puede poner definitivamente un término a la locura mortal del capitalismo: la destrucción de este sistema decadente y la construcción de otra sociedad, sin clases y sin explotación. Una sociedad que, aboliendo las fronteras nacionales, pondrá fin a la guerra y a las masacres. Una sociedad que sólo el proletariado mundial está obligado a edificar. Porque es una clase explotada e internacional, una clase que no tiene patria y que sufre todos los efectos de la crisis insoluble del capitalismo, el proletariado tiene entre sus manos el futuro de la humanidad. No es más que unificando sus luchas, desarrollando su solidaridad sobre su propio terreno de clase que el proletariado podrá cumplir su tarea histórica de enterrador del capitalismo.

El infierno cotidiano en el cual se hunde a las poblaciones en Irak como en Medio Oriente constituye un llamado a los obreros de los países de Europa occidental. Es con el desarrollo de sus combates, en estos países situados en el corazón del capitalismo, que puede surgir una dinámica de luchas revolucionarias hacia el derrocamiento del capitalismo. En este sentido, la única solidaridad que los proletarios del mundo entero podrán aportar a sus hermanos de clase de los países azotados por la guerra, es llevar el combate contra los ataques que les inflige su propia burguesía nacional, contra la explotación , el desempleo y la miseria.

Ante la guerra y la crisis del capitalismo, más que nunca, la clase obrera debe hacer vivir su grito de combate: “¡Proletarios de todos los países, uníos!“.

Tino, 19 de noviembre

Noticias y actualidad: 

  • Irak [5]

II Conferencia Panamericana de la CCI: Las responsabilidades de los revolucionarios hoy

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La CCI realiza este tipo de reuniones regionales en el sentido de concretar la vida internacional de la CCI. No somos partidarios de la visión federalista donde cada parte de una organización sería “independiente” del resto y donde el total sería una suma aritmética de las partes; la CCI concibe la unidad de la organización en un solo programa internacional y donde cada sección territorial es una delegación del conjunto de la organización, en ese sentido, no somos “mexicanos”, “norteamericanos” o “europeos”, somos militantes de la clase obrera y defendemos el mismo programa de la revolución comunista mundial. Es con ese espíritu que realizamos nuestras conferencias y congresos.

Los retos actuales para las organizaciones revolucionarias

En la historia del movimiento obrero la honestidad y la probidad de los militantes han sido un aprendizaje y un terreno de defensa de los medios de lucha de la clase obrera. El marxismo tuvo que luchar contra las teorizaciones de Bakunin, que veían en el bandido un “modelo de revolucionario”. Carlos Marx dedicó tiempo y esfuerzo para responder a las calumnias del bonapartista Vogt; los revolucionarios han creado la práctica de los “jurados de honor” para defender la honorabilidad de un militante que ha sido calumniado, Trotsky mismo llamó a un tal jurado para defenderse de las mentiras vertidas por el estalinismo. El robo, la mentira y la calumnia no son parte de los métodos de la clase obrera, al contrario, son su antítesis. La clase obrera en su lucha por liberar a la humanidad de siglos de explotación no puede hacer uso de medios que van en contradicción con los fines que persigue, no luchará contra las mentiras propagadas por la ideología burguesa a través de “nuevas mentiras”, tampoco aspira a suprimir las relaciones de explotación capitalista por una “nueva forma de explotación”, lo que distingue la conciencia de la clase obrera es justamente su esencia desmitificadora de la ideología burguesa como premisa para avanzar hacia sus objetivos revolucionarios. El proletariado revolucionario no obra según la divisa jesuita de “el fin justifica los medios”. Es por ello que el movimiento obrero debe recuperar y defender, con la misma fuerza que se defiende el programa, los comportamientos proletarios.

Esta Panamericana ha tenido que discutir y pronunciarse sobre este punto en relación a los recientes acontecimientos en el medio político internacional([1] [6]). En particular, hemos confirmado dramáticamente que el BIPR se está metiendo en camino peligroso al justificar el robo y las mentiras de la FICCI. Tenemos que subrayar que los militantes no hacen una “inversión personal” al entrar a una organización revolucionaria y que los materiales y fondos de ésta no pertenecen a los individuos sino a la organización como un todo, “justificar” que unos individuos partan de la organización llevándose lo que puedan (materiales, dinero, archivos, etc.,), bajo el pretexto que sea, es pasar de contrabando al campo proletario actitudes típicas del izquierdismo y el lumpenproletariado. Haremos lo que esté de nuestra parte para hacer entender al BIPR de su camino suicida al lado de la FICCI.

La lucha actual de la CCI en el Medio revolucionario internacional pasa por la defensa de:

-el método de la clarificación de las posiciones políticas, del debate, antes de emprender cualquier reagrupamiento sin principios. Es la clarificación de las posiciones políticas del medio para acceder a un futuro reagrupamiento;

-el método para analizar la lucha de clases como un movimiento mundial e histórico. La clase obrera de los países “subdesarrollados” no tiene metas diferentes a las de sus hermanos de los países industrializados;

-el método para analizar el curso de la historia. No podemos decir que las revueltas en Argentina 2001 eran una “insurrección” o que las luchas contra la “privatización del gas” de los indígenas de Bolivia eran casi “revolucionarias”, aunque sea potencialmente. El curso de la historia sitúa cada expresión en su real contexto, no es una lucha por si misma la que determina un periodo histórico;

-el método de la defensa de la organización, es también la defensa de un comportamiento proletario. La revolución social no puede sustentarse en el robo, el pillaje y la calumnia. Esos métodos no pertenecen a la clase obrera y las organizaciones comunistas deben combatirlos y, sobre todo, excluirlos de sus propias filas.

La clase obrera inicia el camino de la recuperación de su identidad

Otro aspecto de la Panamericana que fue objeto de profundas discusiones es la situación histórica actual. Por una lado la crisis económica empieza a hacer estragos aún en las economías del “primer mundo”, los despidos se suceden, la pobreza aumenta sin freno, la mendicidad va en aumento, la mitad de la población infantil mundial está siendo víctimas de conflictos guerreros, crisis, hambrunas, abandono, marginación… ¡Y la burguesía nos habla de progreso y un mundo mejor!

No obstante la profundización de la crisis capitalista, nuestra conferencia ha decidido centrar sus esfuerzos en un aspecto de la situación internacional: el “giro” en la lucha de clases([2] [7]). Cuando hablamos de un cambio en la situación de la lucha de clases no se trata de esperar movimientos masivos espectaculares, se trata más bien del inicio de un tortuoso camino que comienza a andar el proletariado y que implica la recuperación de su identidad como clase portadora del futuro. La caída del bloque del Este, falsamente llamado comunista, produjo un retroceso en la confianza y perspectiva de cambio, después vinieron acontecimientos que acentuaron la desorientación y provocaron una desmoralización e impotencia que redujeron al proletariado a un estado de confusión y postración profundas como, la guerra del Golfo en el 91, la desintegración de Yugoslavia, la guerra en el Kosovo y como remate la nueva “cruzada contra el terrorismo”… Sin embargo, el retorno profundo de la crisis con los ataques contra la clase obrera desde principios de este nuevo siglo ha empezado a despertar la combatividad de la clase obrera. Las luchas en Europa, están expresando un renovado intento de la clase por recuperar su unidad, su solidaridad y su identidad de clase. Este cambio en la situación mundial es lento y ninguna impaciencia activista aportará una aceleración voluntarista. Los sindicatos están fácilmente retomando y conduciendo las luchas a callejones sin salida, el desempleo está jugando en lo inmediato como un factor de temor e inhibición de las luchas...

Es una responsabilidad de las fuerzas revolucionarias el formar parte activa de esta recuperación del proletariado. Sería sumamente irresponsable el engañar a los obreros mostrando luchas “ejemplares” ahí donde el descontento obrero fue ahogado en el interclasismo (como Argentina en 2001), tampoco estamos para “regañar” al proletariado en espera de luchas “puras”, nuestra responsabilidad es denunciar ante los ojos de la clase los obstáculos que ésta encuentra en su combate y colaborar para hacer avanzar lo más lejos posible la reflexión y empujar hacia la conciencia de la necesidad de destruir al capitalismo.

Finalmente, la Panamericana ha concluido que existe un momento histórico particular, por un lado una crisis que está empujando la combatividad obrera y que pone las condiciones para una recuperación del proletariado, la emergencia de una minoría internacional que busca acercarse a las posiciones de la Izquierda Comunista (no se trata sólo del NCI de Argentina, son diversas expresiones en el resto del mundo), de una nueva generación que promete reforzar el combate actual y contribuir a la construcción del futuro partido mundial.

Si pudiéramos resumir esta Panamericana, diríamos que ha sido una reunión de la convicción, de la convicción militante de luchar en todos los planos para hacer avanzar la causa del comunismo.

Revolución Mundial / diciembre-04.

1 [8]Ver la Revista Internacional No. 119 y el artículo sobre el NCI en este RM.

2 [9]Ver Revista Internacional No. 119.

Vida de la CCI: 

  • resoluciones de Congresos [10]

2ª Conferencia Panamericana : Resolución sobre la situación nacional en México

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El avance de la crisis

1. Desde la reaparición de la crisis capitalista a finales de la década de los 60, las medidas que la burguesía, a nivel planetario ha puesto en práctica, desde las monetaristas, hasta sus variantes diversas de políticas liberales, han sido presentadas como “hallazgos científicos” que solucionaran la crisis. Envueltos en sus marasmos “teóricos”, presentan pretendidas evidencias de como el sistema encuentra la solución a sus contradicciones; así, con todo un lenguaje doctoral anunciaban en los ochenta a las economías asiáticas, tanto “tigres” como “dragones”, como la muestra de la renovación de la capacidad expansiva del sistema, luego trasladarían su esperanza a los “mercados emergentes” latinoamericanos y a los “nuevos mercados” que representaban las regiones en proceso de apertura ante la implosión del bloque del Este. En los noventa era la “nueva economía”, la “globalización” y el crecimiento “imparable” de la economía norteamericana el argumento usado para declarar la inmortalidad del capitalismo… ahora, el sueño del arrastre económico de China y la renovación de sus políticas económicas por la vía de las instituciones, es lo que la clase dominante usa para sostener el mito de la fortaleza del capitalismo y de su capacidad para ofrecer mejoras al conjunto de la humanidad, deduciendo con ello que la crisis es solo una expresión aislada, temporal y particular de algunas regiones. Empero, más allá de los discursos la realidad expone la imposibilidad de que el capitalismo encuentre una salida duradera a su crisis, porque no es la manifestación de una crisis más, su profundidad y duración expone de manera abierta y clara el carácter de la decadencia capitalista, que los revolucionarios de inicios del siglo XX reconocieron se abría desde la I Guerra Mundial, y con ello marcando la necesidad objetiva para la transformación radical de la sociedad.

2. A lo largo del planeta la crisis viene tomado mayor peso; esta realidad pretende esconderse en el repunte de algunas las cifras contables de algunas regiones, es el caso de la economía mexicana que al anunciar tasas de crecimiento del PIB alrededor del 5% para el período que viene, permite a la burguesía afirmar que la “crisis ha pasado”. Pero la crisis que viene sometiendo al capitalismo al asumir una forma crónica y permanente, hace posible, incluso, la manifestación de procesos de crecimiento relativo de corto plazo, pero ello no implica su salida, es evidente que las medidas de Capitalismo de Estado, han permitido a la burguesía llevar una “administración de la crisis” que suaviza la caída general, evitando desplomes escandalosos como en 1929.

En México, aunque se pregona una estabilidad, la burguesía ha tenido que abandonar sus proyectos más importantes: ante la nulidad de resultados, a olvidado su sueño de expandir la agricultura de exportación promovida a través de la modificación a la propiedad ejidal en los años 90, y ni siquiera ha podido echar a andar el proyecto del corredor industrial maquilador y agroindustrial, llamado Plan-Puebla-Panamá. De manera que en contraste con las “cifras alegres” que certifican la “buena salud de la economía, es notoria la quiebra casi total en que se haya el campo, así como las crecientes dificultades de sectores industriales, como el del acero, que requieren de forma continua del apoyo estatal para poder sobrevivir.

3. Un hecho evidente de la agudización de la crisis económica es la acentuación de la miseria y el crecimiento de los niveles de explotación a los que condena a la clase obrera. Por un lado gran cantidad de trabajadores son lanzados al desempleo (incluso tomando la cifra oficial del desempleo, se indica que se ha llegado a los niveles más altos: 4.35%), y por otro, aquellos que permanecen laborando lo hacen con ritmos de trabajo intensivos o en condiciones sumamente precarias, lo que se expresa claramente en el crecimiento del empleo denominado por la misma burguesía como “informal”. Estos ataques aunque son dinámicas históricas tendenciales del capitalismo, en tanto es una respuesta de la burguesía a la afectación que sufren sus ganancias y que define el proceso de pauperización de los asalariados, se han acelerado en la región desde fines de los setenta y hoy toman una mayor profundidad a partir de la afectación de las condiciones de jubilación y pensiones, que implica una reducción indirecta del salario.

La aceleración de las pugnas burguesas

4. El creciente peso de la crisis y la dificultad presente en la burguesía para poder establecer un marco que defina sus relaciones y les de forma duradera es lo que a nivel mundial marca la dinámica del sistema. Este perfil general, al que reconocemos como un fenómeno peculiar que expone la fase de descomposición del sistema, es una fase histórica del capitalismo que no deja de definirse con características específicas en la región. Desde la pasada Conferencia Panamericana, se reconocía una dificultad de la burguesía de la región para poder establecer una cohesión, lo cual no sólo se ha venido confirmando en los dos últimos años, sino además ha tomado un proceso de agudización, que se acelerarse en la medida que se acerca el 2006, año en que la burguesía ha de decidir que individuo y cual de sus fracciones es la que se colocará a la cabeza del gobierno. Esta disputa ha venido ocupando una dimensión tal, que en ella toman presencia sectores que mantenían una actuación escondida o silenciosa. Ahora vemos actuar de forma muy abierta a grupos del narcotráfico en alianza con personajes de la política nacional (lo mismo en Sinaloa, Tijuana, Oaxaca o Veracruz) e incluso el clero y el ejército tienen una abierta y permanente actuación.

5. El conjunto de partidos con que la burguesía cuenta para llevar a cabo su circo electoral y apuntalar la mistificación democrática, se encuentran atravesados por pugnas, en tanto suelen ser los principales terrenos que la clase dominante usa en sus disputas:

- Por un lado en el PRI actúan diversos grupos que se disputan canonjías de poder, que hace esté presente una lucha feroz en donde incluso los viejos grupos, como el Atlacomulco, se fracturan para hacer alianzas lo mismo con el núcleo dominante de Madrazo, que con los sectores comandados por Esther Gordillo, de manera que ahora no es ya una separación, como lo era hace unos años, entre “modernizadores” y “dinosaurios”, es una fractura mayor que anuncia nuevos ajustes de cuentas muy al estilo de los ocurridos durante la segunda mitad de los 90.

- Aun cuando sectores del PAN marcaron acuerdos para presentar al gobierno de Fox como una especie de tregua para homogeneizar a la clase dominante, no logra establecer la cohesión, ni siquiera al interno de su propio partido, que desde la misma campaña se ensanchan las diferencias. El grado de fractura es tan notorio, que incluso ha hecho salir a la luz la presencia de grupos de accionar secreto como el “Yunque”, y cada vez son más abiertas las alianzas del gobierno con núcleos del PRI (como el de Gordillo).

- El PRD, que se formó de los desechos del PRI y agrupaciones del aparato de izquierda del capital (entre otros los estalinistas del PSUM y del PMT), fue un logro de la burguesía al crear su organización de izquierda más importante, sin embargo fue un poco “tardía” en tanto que el paso de la historia, con la caída del bloque estalinista y la aceleración de la descomposición fragilizaba esta estructura, notándose inmediatamente una lucha, entre lo que ellos mismos nombran como “las tribus”. Esta lucha se ha acelerado en los últimos dos años, en la medida que sectores de la burguesía empezaban a reconocer como posible candidato a la presidencia para el 2006 a López Obrador (jefe de gobierno del DF), lo cual ha llevado a que como parte de esta tensión permanente en las filas de la burguesía se instrumenten campañas (como la de los videos del caso Bejarano) con las que cada fracción busca ganar presencia o por lo menos disminuir la de su oponente.

Bajo esta fractura de la burguesía, sus instrumentos de intervención y dominio ideológico son poco efectivos, por lo que incluso puede recurrir al uso de “candidatos ciudadanos” con la finalidad de lograr acuerdos de corto plazo entre los sectores de la burguesía y por otro avivar la campaña sobre la democracia, que la misma división de la clase dominante ha fragilizado, como se percibe en la poca atención que han engendrado en la población algunos de los procesos electorales del período pasado.

6. A diferencia de lo que ocurría en los gobiernos priístas, done había un “calendario político” para marcar los tiempos de la designación de los “presidenciables”, ahora, la pugna para definirlo ha iniciado en 2003, justo a la mitad del gobierno de Fox. Esta pugna que se establecía en los gobiernos priístas en el último año del sexenio, se ha visto adelantada no por la ruptura de las tradiciones “presidencialistas”, como indican los voceros del gobierno, sino por la extensión de las pugnas de la burguesía, que no logra estructurar una disputa dentro de reglas aceptadas por todos. Si en los gobiernos priístas se definía al sucesor presidencial por el llamado “dedazo”, es decir por decisión directa del presidente saliente, era esto posible dado que existía un marco de cohesión de la burguesía, y el hecho de que una decisión de la sucesión se dejará a un individuo era un aspecto secundario que la clase dominante podía aceptar en tanto los proyectos que se seguían estaban definidos, el problema se presenta justamente cuando no hay acuerdo, por eso, es posible reconocer ya el ambiente de confrontación que con pretexto de la sucesión presidencial tomará lugar, lo cual representa una carga para el proceso de reflexión de los trabajadores: en lo general se avizora una campaña que buscará envolver a los trabajadores en la ilusión de la democracia, pero por otro, cada bando de la burguesía intentará hacer que los asalariados tomen partido por ellos.

Por ello, la responsabilidad que los revolucionarios tienen ante el proletariado de frente a los próximos procesos electorales, no es de especular quien será el nuevo presidente, la responsabilidad vital es la denuncia clara y contundente de la mistificación electoral y democrática, pero sobre todo la denuncia de que ninguna de las fracciones de la burguesía es “progresista”, ni puede ofrecer verdaderas mejoras.

7. Las pasadas elecciones de los EUA marcaron una cierta heterogeneidad en la burguesía de México, sin embargo no creó graves fisuras en cuanto a su disciplina de frente a EUA. Aún cuando puede haber diferencias en las campañas guerreras impulsadas por Washington y crear discrepancias en la forma en que debe de actuarse, el conjunto de los grupos de la clase dominante se pliegan esos mandatos políticos. No es por ello cierta esa imagen que hacen aparecer la relación entre los gobiernos de México y EUA como “tensa”. Esa pretendida tensión o frialdad del gobierno de Bush hacia el mexicano, no expresa una ruptura, es más bien un llamado de atención, con lo que lo obliga a radicalizar su postura sobre otras vertientes de sus relaciones y que lo hace, por ejemplo, promoviéndose como interlocutor con el ELN de Colombia, procurando aislar a las FARC, a las que las fuerzas imperialistas de la Unión Europea le han mostrado su “simpatía”.

El giro que ha dado la lucha de clases

8. En la totalidad del planeta, dada la evidente agudización de la crisis capitalista, la clase obrera viene recibiendo feroces ataques en contra de sus niveles de vida. Lo mismo en las regiones gobernadas por partidos de derecha o de izquierda, no importa si se trata de un país industrializado o de la periferia, por todos lados es notorio el despido masivo, la intensificación de las jornadas de labor y la afectación a las prestaciones que forman parte del salario (servicios médicos, jubilaciones...), ninguna región se encuentra librada de esta dinámica. Ante tales ataques, ha habido un incipiente proceso reflexivo, que aún cuando muestra grandes dificultades, evidencia un proceso hacia la maduración de la confianza de clase en sus fuerzas, este proceso reflexivo no se expresa ya solamente en la definición de minorías que avanzan clarificándose sobre el significado de la guerra y acercándose a la Izquierda Comunista –y que exponía el evidente desgaste de la campaña sobre la “muerte del comunismo”–, sino además, aunque de manera lenta, en las luchas reivindicativas, en la manifestación masiva, como, desde 2003 se han visto en algunas regiones del mundo. Este proceso, nos permite, sin caer en esquematismos mecánicos, reconocer un viraje importante en la lucha de clases. Es notorio que aún cuando es un proceso incipiente en el que el sindicato ha logrado encuadrar las luchas, se han podido observar manifestaciones de descontento acompañadas de expresiones reales de solidaridad clasista, como se ha notado en las recientes movilizaciones de Alemania. Como es obvio, esta dinámica no tiene una tendencia lineal, en tanto que la burguesía no puede permitir que un proceso reflexivo se lleve pacíficamente; en ese plano está el impulso que ésta hace por colocar a la cabeza de las movilizaciones al sindicato, principal instrumento de la clase dominante para sabotear la combatividad, pero además se encuentra la creación misma de expresiones alienantes, como el “altermundismo” (y sus combinaciones, desde el zapatismo y el chavismo-bolivariano, hasta los promotores del “impuesto Tobin”), pero también las campañas sobre la democracia y los procesos electorales son trampas que el proletariado ha de enfrentar en su avance reflexivo.

9. En los últimos tiempos la burguesía de la región ha venido aplicando programas de una gran severidad, centrándose en el ataque a los servicios de pensión y jubilación, lo que implica una afectación al salario y un incremento de los niveles de explotación, es esto lo que ha empujando a respuestas importantes por la clase, como la llevada a cabo por los trabajadores del IMSS. Hemos visto durante los últimos meses de 2003 y durante algunas semanas del mes de marzo del 2004, como las expresiones de descontento de los trabajadores han llegado a cuestionar seriamente al sindicato, aunque es evidente que el aislamiento de estas movilizaciones y la manipulación y chantaje realizado por el sindicato y las Cámaras de diputados y senadores, logró recuperar el control y no sólo hacer pasar el golpe, sino además agotar y esterilizar la combatividad.

Esta afectación a las condiciones de jubilación y pensión ha iniciado con los trabajadores del IMSS, sin embargo es apenas el anuncio del proyecto que busca establecerse en el conjunto de los asalariados, de manera que ahora el golpe se dirige hacia los afiliados al ISSSTE. Por eso para evitar que el descontento explote y se extienda, la burguesía viene preparando sus armas: partidos de izquierda y derecha, sindicatos y medios de divulgación, los cuales ya desde ahora vienen trabajando para llevar el golpe sector por sector, y todo indica que busca iniciarlo con el magisterio, que cuenta con cierta tradición de lucha, pero también con una sólida estructura sindical (SNTE-CNTE), con la que buscará aislar y provocar un desgaste que le permita generar una “lección” para el conjunto de la clase y hacer pasar así las medidas. No es raro que este ataque se acompañe de una propuesta para modificar la “ley laboral”; esto se acopla adecuadamente a la trampa sindical, en tanto podrán usar, como ilusión, la contención momentánea de estas leyes y en cambio dejar pasar la afectación a pensiones y jubilaciones.

10. La dinámica que sigue la clase obrera en el ámbito internacional, defendiendo sus condiciones de vida y profundizando en su proceso de reflexión, se encuentra con un peso adicional no menos importante, que tiene que ver con las dificultades presentes al interno del Medio Político Proletario, expresado no sólo por el abandono por parte del BIPR de argumentos programáticos, como el concepto de decadencia, sino fundamentalmente por el avance peligroso de su oportunismo organizativo. Esta deriva de uno de los principales grupos de la Izquierda Comunista es una debilidad para la clase obrera. Por otra parte, hay que reconocer que una carga más que el proletariado enfrenta en su difícil proceso de reflexión, es el accionar oscuro de aventureros y grupos parásitos (como la “FICCI”) contra las organizaciones revolucionarias. Los ataques de estos aventureros y parásitos, que se exponen ya por medio de calumnias e insultos, con la finalidad de desprestigiar el honor, o bien con hipócritas acercamientos de seducción, hacen un verdadero trabajo de destructivo que la burguesía ve con agrado, lo cual obliga a los revolucionarios a un mayor esfuerzo por la defensa de las experiencias históricas de los combates proletarios, de los comportamientos comunistas y de la tradición teórica del marxismo.

RM, diciembre-2004

Situación nacional: 

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Vida de la CCI: 

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Después de Arafat: Hacia nuevas masacres en Medio Oriente

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Con la muerte de Arafat la burguesía ha perdido a uno de los suyos. Es por eso que los medios de divulgación y los dirigentes no solamente árabes sino también occidentales, se han movilizado para rendirle un último y vibrante homenaje, como la ceremonia de sus funerales en El Cairo y sobre todo después, en Ramallah, la cual se transmitió por las cadenas de televisión del mundo entero, cuando sólo se trataba de un jefe de Estado más.

Arafat: un feroz enemigo del proletariado

Tenía otros títulos de “gloria” otorgados por sus congéneres. Ese que nos han presentado como un “gran hombre”, una gran figura de estos últimos cincuenta años, que se ha convertido, después de su muerte, en un héroe legendario del mundo árabe, era ante todo un gran proveedor de carne de cañón, un enemigo feroz del proletariado.

Detrás del mito de la creación de un Estado palestino, Arafat condujo y envió, durante treinta años, a generaciones de obreros a hacerse masacrar fanáticamente en la arena de las guerras imperialistas, por la “causa incondicional” más típicamente burguesa, el nacionalismo. Ha sido uno de los pioneros del reclutamiento masivo de niños de apenas una decena de años o de adolescentes para enviarlos a masacrar tanto en las filas de los “fedayines” como en las fuerzas armadas de Fatah o como mártires kamicazes portadores de bombas mortales. Ha animado a los niños aún muy jóvenes a participar activamente en la Intifada. La defensa de la “causa palestina” a la cual habría consagrado su existencia permitió a Arafat recibir el apoyo de una gran parte de la burguesía, en el marco de los enfrentamientos imperialistas, simbolizado por la admisión oficial de la OLP a la ONU en 1974, bajo nutridos aplausos de la concurrencia, aún cuando todavía estaba bajo la protección de la URSS. Tuvo derecho a honores oficiales en su vida, esta vez bajo el alto patrocinio directo de la burguesía norteamericana con la atribución del premio Nóbel de la Paz en 1994, compartido con el primer ministro israelí, Isaac Rabin, por los acuerdos de Oslo en septiembre del 93. Recibió el apoyo y la admiración de hombres de derecha como de izquierda y particularmente, de todas las organizaciones izquierdistas por haber sido un indefectible campeón de la mistificación de las “luchas de liberación nacional”, bajo la divisa de la “defensa heroica del pueblo palestino”.

Su pasado es como el de cualquier jefe de banda que ha cumplido la mayor parte de su “carrera” comandando atentados terroristas ciegos y particularmente sanguinarios contra el “enemigo israelí”. Se ha impuesto como jefe de guerra a la cabeza de la OLP a punta de pistoleros, chantajes y arreglos de cuentas. Adquirió su estatus político de la misma manera, eliminando sin piedad y frecuentemente de manera sangrienta a sus principales competidores. Déspota, devorado por la ambición, imbuido de poder, atascado en un medio corrupto hasta la médula, rodeado de cortesanos que rápidamente se convirtieron en títeres o rivales potenciales, su conducta mafiosa de pequeño cabecilla, era el producto del capitalismo decadente que lo engendró. Acumuló las funciones de líder político, jefe del ejército y de las fuerzas de represión en el seno de la Autoridad palestina, no vaciló jamás en presionar, matar y hacer presa a su “pueblo palestino” que pretendía “defender”. Es así que nunca dejó de reforzar todos los medios de opresión y explotación de las masas palestinas. Su función esencial también fue la de contener implacablemente, en nombre del mantenimiento del orden y codo a codo con el ejército israelí, toda tentativa de rebelión y las protestas desesperadas de una población amordazada, golpeada, reventando de hambre, que se hunde en una miseria cada vez más atroz mientras sigue siendo diezmada, enlutada y aterrorizada por los bombardeos, por las masacres y por el pesado tributo pagado cotidianamente por la Intifada.

Hacia un nuevo desencadenamiento del caos y de la barbarie guerrera

La muerte de Arafat representa igualmente para la burguesía un verdadero terremoto no solamente por la situación de Palestina, del Cercano y Medio Oriente, sino que va a modificar la situación para el conjunto de estados árabes y va a tener repercusiones en la evolución del conjunto de las relaciones internacionales.

Así, en ese nido de bandoleros imperialistas, bajo el pretexto de la defensa de la causa palestina y del reforzamiento de la amistad con los diferentes Estados árabes, Francia se ha frotado las manos para de nuevo “echar el resto” con el fin de allegarse los favores de dirigentes árabes y palestinos, una manera de meter cada vez más la nariz imperialista en el Medio Oriente. Por lo pronto ha logrado un primer gran golpe diplomático haciendo hospitalizar a Arafat en el hospital militar de la región parisina donde finalmente murió. No contento con precipitarse sobre la cabecera de la cama de Arafat, Chirac ha podido también llevar a una nube de dirigentes de la OLP y de la Autoridad palestina, multiplicando los tratos con ellos y con otros líderes árabes. En exclusiva, el gobierno francés fletó un avión y le rindió honores militares en una ceremonia digna de los homenajes de un verdadero jefe de Estado, antes de transferir sus restos a El Cairo y después a Ramalah. En Palestina, durante los funerales, el mundo ha podido ver flotar en concierto desde las ventanas la bandera palestina y francesa, mientras que la masa mostraba las fotos de Chirac al lado de su líder. Francia, que pretende actuar en nombre de la paz, no ha hecho otra cosa sino echar gasolina al fuego al intentar poner obstáculos a los intereses de los EUA.

Por otro lado, este acontecimiento favorece ante todo considerablemente al régimen de Sharon en Israel cuyo primer objetivo, proclamado en los últimos meses, era el de eliminar, incluso físicamente al líder palestino. No es sorprendente que los rumores sobre el envenenamiento de Arafat difundidos por los servicios secretos de Israel, el Mossad, hayan circulado con insistencia entre varios dirigentes palestinos y que sean compartidos por el 80% de la opinión pública de Gaza y Ramallah. La eliminación de Arafat que divide y debilita al campo palestino no puede sino reforzar al equipo de Sharon en su política de acelerar el retiro de las fuerzas israelíes de la franja de Gaza para mejor cercar a Cisjordania y aislarla totalmente a través de la continuación de la construcción de un muro a su alrededor. La burguesía israelí sabe desde ahora que se encuentra en una situación de fuerza para imponer sus dictados. Es un acontecimiento que anima a una huida acelerada de la peor política, agresiva y belicista de Sharon, que tiende al estallamiento completo de los palestinos por parte del estado israelí.

Pero, la desaparición de Arafat arregla igualmente los asuntos de la burguesía norteamericana ya que hacía algunos meses, a través de las exigencias israelíes que reclamaban su partida como preámbulo para la reanudación de cualquier negociación, el personaje Arafat se había convertido en un obstáculo, sinónimo de bloqueo en la situación del Cercano Oriente. La Casa Blanca también apuesta a la desorientación, el riesgo de caos y a las divisiones entre los palestinos para tratar de meter la mano en su beneficio.

Sin embargo, las declaraciones optimistas sobre el “desbloqueo” de las negociaciones avanzadas conjuntamente por Israel y EUA, así como por una gran parte de la prensa europea, no deben generar ilusiones. La perspectiva abierta por la muerte de Arafat no es en ningún caso un paso hacia la paz sino que va a provocar una nueva acentuación de las tensiones imperialistas. No hay ninguna duda de que Israel y los EUA van a acentuar al máximo las presiones sobre los palestinos, desorientados y divididos.

Se trata de un debilitamiento considerable del campo palestino. Con el entierro de Arafat, se asiste de hecho al entierro definitivo de los acuerdos de Oslo de 1993. Es el fin de la esperanza de construcción de un Estado palestino en el futuro que esos acuerdos habían destellado durante diez años.

La procesión de los dirigentes palestinos a la cama de Arafat en Paris mientras éste agonizaba lentamente, no ha arreglado el espinoso problema de su sucesión. Es claro que a pesar de las divisiones y las rivalidades en el campo palestino, la corrupción, la represión y el descrédito que pesaba sobre Arafat, era un “jefe” histórico que concentraba todas las llaves del “poder” de ese mini Estado (de la Autoridad palestina, de la OLP, del brazo armado del Fatah) y era un símbolo de unidad. Su desaparición abre una caja de Pandora y da entrada a una ávida guerra entre las diferentes fracciones palestinas. Entre todos los múltiples clanes, ninguno parece estar en condiciones de imponerse. Aún si la “vieja guardia” ha acallado momentáneamente sus divisiones para nombrar a un director provisional y decidir elecciones en enero para darse un “jefe”, todos esos hombres de aparato, reducidos al estado de simples burócratas arribistas, están ausentes en el terreno y son incapaces de controlar tanto a la población como a una organización militar totalmente dividida y amordazada, cuya cohesión sólo pudo ser mantenida por la autoridad y la personalidad de Arafat. En cuanto a los pequeños mafiosos jefes de guerra, su autoridad no supera la de un barrio o una pequeña ciudad. Tres ejemplos bastan para mostrar el carácter difícil de la situación: a menos de 48 horas de la muerte de Arafat y de la nominación de Mahmoud Abbas (conocido también con el nombre de guerra de Abou Ammar) como nuevo jefe de la OLP, este último sufrió un atentado que se saldó con dos muertos en una ceremonia de condolencias en Gaza que congregaba a dirigentes palestinos. Otra ilustración, el primer discurso del nuevo presidente de la Autoridad palestina, Rawhi Fatuo, era inaudible, mostraba una inexperiencia y la mayor parte de sus comentarios eran “¿quién es y de dónde sale eso?”. En fin y sobre todo, dos de los principales brazos militares de los más influyentes, el Hamas y el Djihad islámico, han anunciado, de entrada, que boicotearán las elecciones para jefe de la Autoridad palestina en enero. Estos aparatos militares están totalmente divididos como lo atestiguan las luchas y rivalidades imperialistas latentes entre el Hamas, el Hezbollah, el Djihad islámico, las Brigadas de Mártires de Al-Aqsa (ahora rebautizada como Brigada Yasser Arafat), el Fatah (apoyados por tal o cual Estado), al igual que las rivalidades entre los dirigentes políticos Mahmoud Abbas, actual primer ministro de la Autoridad, Ahmed Qorei, que controla las fuerzas de seguridad, el más “popular” jefe del Fatah en Cisjordania, Marwan Barghouti, el jefe del Fatah Farouk Kaddoumi y no hay que descartar al antiguo ministro del Interior Mohamed Dhalan.

No sólo la situación es portadora de un sangriento arreglo de cuentas por la sucesión de Arafat, sino que también engendra un recrudecimiento de los atentados suicidas mortales en una población palestina reducida a la desesperanza y fanatizada por el odio y por una histeria nacionalista en la cual ha abrevado durante años. Esta espiral de violencia cada vez más incontrolada peligra con echar fuego en la pólvora abarcando una parte aún más amplia del Medio Oriente.

Win / 18-11-04

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