Adjunto | Tamaño |
---|---|
![]() | 108.43 KB |
El 22 de septiembre una joven emigrante de 19 años moría a manos de la Marina Real marroquí cuando intentaba llegar a España. Al conocerse se produjeron protestas en su ciudad natal, Tetuán, norte de Marruecos, protagonizadas por jóvenes indignados por este nuevo asesinato.
Con ocasión de un partido de fútbol, miles de jóvenes se concentraron en los alrededores del estadio coreando gritos contra “el estado represor marroquí” y pidiendo venganza por la muerte de la joven. “Una vez dentro del estadio la cólera no cesó y, por primera vez en la historia del país, el himno nacional fue silbado por la gran mayoría de los asistentes, entre gritos de “no quiero ser marroquí”, “renuncio a mi nacionalidad” y otros parecidos”[1]. Terminado el partido, los manifestantes acudieron a la playa de Martil donde la joven fue asesinada. Después, se dirigieron a la plaza de Mechouar, centro de la ciudad, donde la policía logró finalmente dispersarlos.
Estas protestas se unen a otras que se han producido en Agadir, esta vez contra la restauración del servicio militar. Se enlazan con las manifestaciones a principios de año en Jerada (zona carbonífera del nordeste marroquí, cercana a la frontera argelina) en respuesta a la muerte de dos mineros atrapados cuando intentaban extraer carbón en una mina abandonada, las cuales comenzaron a fines de 2017 y continuaban en marzo 2018[2].
Cabe señalar que el diario El País tuvo la desfachatez de calificar de “promovidas por ultras” las protestas de Tetuán y Agadir[3], cuando el propio autor del artículo cita uno de los cánticos escuchados en las manifestaciones que reza “No queréis que estudiemos, no queréis que trabajemos y no queréis que seamos conscientes, solo nos queréis dóciles y resignados, para que os sea fácil dominarnos y gobernarnos” , lo cual poco tiene que ver con las ideologías bárbaras y reaccionarias de los ultras (populistas, extrema derecha etc.).
Con un escalofriante desempleo juvenil y una total precariedad laboral, los jóvenes se insurgen contra la explotación y la represión que soportan, mostrando un rechazo contra la nación marroquí, aunque, expresión de desorientación, en las manifestaciones de Tetuán aparecían banderas españolas, agitando la tramposa ilusión de que España sería un país de acogida para la emigración.
La clase obrera es una clase de emigrantes. En el siglo XV la acumulación primitiva de capital se levanta sobre el sudor y la sangre de millones de campesinos y artesanos arrancados de sus aldeas de origen y empujados a concentrarse en las ciudades de los países originarios del capitalismo (principalmente Gran Bretaña y Holanda). Otra fuente del primer desarrollo capitalista, que se prolonga hasta el siglo XIX, es la trata de esclavos que dio lugar a enormes desplazamientos forzados de mano de obra. Según National Geographic, entre los siglos XVI al XIX 12 millones de esclavos negros fueron trasladados del África atlántica a América. En la época de apogeo del capitalismo la emigración hacia los “nuevos continentes” (América, Oceanía) atrajo nuevas masas procedentes de los países europeos. “Durante la ola de inmigración europea al continente americano entre 1870 [2] y 1930 [3] los países que más europeos recibieron fueron Estados Unidos (27 millones), Argentina (más de seis millones), Brasil (más de cuatro millones), Canadá (cuatro millones), Cuba (610 000) y Uruguay (500 000)”[4]
Sin embargo, “a partir de los años 20 del siglo XX, con la decadencia del capitalismo, la tendencia se invierte: enormes masas humanas huyen de la pobreza, la guerra y otras calamidades, que golpean Asia, América del Sur y África, para concentrarse en las grandes metrópolis industriales de Europa y América”[5]
El capitalismo forja la fuerza de trabajo que explota a base de la emigración (primero interior y después entre países). Las grandes metrópolis industriales de Europa y Norteamérica, con una bajísima tasa de natalidad, necesitan renovar su fuerza de trabajo con la sangre nueva de los emigrantes. Una parte de ellos son imprescindibles para la continuación de la explotación asalariada. Ahora bien, estos capitalismos, golpeados por la crisis que se arrastra desde hace 50 años, necesitan tirar siempre hacia abajo los salarios y las condiciones de TODOS SUS TRABAJADORES, nativos o extranjeros, para ello un medio privilegiado es someter a los emigrantes a condiciones de ilegalidad, racismo y discriminación, lo cual les permite, por una parte, imponerles salarios mucho más bajos y condiciones de trabajo mucho peores, y, simultáneamente sembrar la división en las filas de la clase obrera, con esas monsergas reaccionarias de que “nos roban el trabajo”, “ son delincuentes”, “degradan la seguridad social” etc. Como denunciamos en la Resolución sobre la situación internacional de nuestro 22º Congreso[6] “Haciendo que los inmigrantes entren ilegalmente, los criminaliza y así les obliga a trabajar por una miseria en condiciones abominables sin ningún derecho a beneficios sociales. Por otra parte, al obligar a personas a arriesgar sus vidas para entrar, el régimen de frontera se convierte en una especie de mecanismo de selección bárbara, donde sólo lo consigue el más atrevido, decidido y dinámico”.
Hoy, sin embargo, con la entrada del capitalismo en una fase más grave de su decadencia, lo que llamamos la Descomposición[7], la emigración sufre un cambio radical: cada vez más toma la forma de una huida desesperada de grandes masas humanas que tratan de zafarse de los flagelos de la guerra imperialista, las catástrofes medioambientales y climáticas, la miseria extrema, los genocidios y la violencia más salvaje. “El millón de rohinyás que el año pasado cruzaron las aguas que separan Myanmar de Bangladesh para huir del ejército birmano. Los 2,5 millones de refugiados afganos —de primera, segunda y tercera generación— que viven al otro lado de su frontera por qué no pueden volver. Los 6,1 millones de sirios que se han visto obligados a escapar con las manos vacías de su país”[8]. Lo que sucede no es emigración sino algo cualitativamente mucho más grave: EXODO. Como prosigue el artículo citado “Todas las personas que viven fuera de su país de origen suman 257 millones y representan casi el 3,5% de la población mundial. Según los datos de las Naciones Unidas, jamás la cifra de expatriados había sido tan alta como en 2017, ni en números absolutos ni el porcentaje sobre la población total”.
Para el objetivo de hundir en el abismo las condiciones de todos los trabajadores y para controlar el éxodo de personas, el capitalismo europeo y americano está recurriendo a un mecanismo brutal de control de fronteras, muros anti- emigrantes como el de Trump, campos de concentración etc. La Unión Europea que se presenta como campeona de la democracia y el humanitarismo está perpetrando un GENOCIDIO en el Mediterráneo: “A Europa no le ha hecho falta construir un muro, como prometió Donald Trump en Estados Unidos: solo dejar que la gente se ahogue en el Mediterráneo a bordo de botes hinchables, pesqueros o pateras. Es la frontera más peligrosa del mundo, y también una de las más tecnificadas: los buques anfibios y las corbetas y las fragatas y los aviones y los drones y los helicópteros y los radares siguen ahí, pero están desplegados para proteger las fronteras europeas, no para asistir a los desgraciados que intentan llegar a sus orillas”.[9]
El complemento de esta política bárbara de exterminio es otra barbarie más: la delegación de las tareas “sucias” de persecución y devolución de emigrantes a países con “moral laxa” en “derechos humanos”, como Marruecos, Turquía o Egipto y ¡no hablemos del Estado “fallido” libio donde bandas de delincuentes salidos del viejo régimen de Gaddafi (tan elogiado por los gobernantes demócratas europeos) esclavizan a los emigrantes y los someten a tratos sanguinarios!
Llegar al supuesto “paraíso” europeo se ha convertido en una terrible prueba de obstáculos: primero, la aventura de llegar a las “plataformas de acceso” a la nueva Jerusalén europea (Marruecos, Turquía, Libia, Egipto), en la que un porcentaje desconocido se pierde en el camino y muere por las penosas condiciones de la travesía. La segunda etapa es pasar por el infierno de los campos de concentración o los depósitos de esclavos libios. La tercera es aún más arriesgada: cruzar el Mediterráneo donde miles perecen en el intento. La cuarta etapa son los centros de “acogida” en los países europeos donde muchos son devueltos. La quinta etapa es la ¿vida? de clandestinidad, trabajos de fortuna, ¿viviendas? super -hacinadas; finalmente una mínima parte de ese flujo humano consigue el “premio” de un permiso legal de residencia a cambio de un trabajo retribuido miserablemente. Este “proceso de selección” nada tiene que envidiar a los campos de exterminio nazis por mucho que se disfrace con la cínica palabrería democrática del “bienvenidos” o los gestos hipócritas como los de Sánchez con el Acuarius.
El capital marroquí tiene un papel destacado en todo este montaje criminal del que saca subvenciones y prebendas para sus negocios parásitos. Esto ya fue desarrollado en tiempos del gobierno Zapatero que llegó a “acuerdos” con el Estado marroquí para esa hipócrita y canallesca “delegación” del trabajo sucio[10]
Los resultados de esta política de la Unión europea en colaboración con sus “socios” del Norte de África se pueden medir en el número de muertos oficiales que se dan cada año en el Mediterráneo: según datos de la Organización Internacional de Migraciones, en 2014, 3.283 personas desaparecieron intentando atravesar el Mediterráneo, en 2015, 3.793, 5.143 en 2016, 3139 en 2017 y en 2018 1549, hasta ahora.
Los jóvenes proletarios en Marruecos, más allá de sus ilusiones sobre “poder emigrar a España”, han comenzado a dar una tímida respuesta a esa política envuelta en hipocresía y cinismo democráticos. Sin embargo, la lucha contra la barbarie que todo el capitalismo ejerce sobre los emigrantes no puede ser asumida por un sector del proletariado, necesita que avancemos pacientemente hacia una respuesta unida de todo el proletariado mundial. Sabemos que el camino es muy largo y difícil, pero solamente si tenemos clara la meta podremos dar pasos reales hacia él.
Es preciso comprender:
1º La barbarie del capitalismo contra los emigrantes no ataca únicamente a esta masa en éxodo desesperado, ATACA A TODO EL PROLETARIADO MUNDIAL y, por ende, a toda la humanidad explotada y oprimida. Jamás hemos de perder de vista que esa barbarie tiene como repercusión la caída incesante de las condiciones de vida de obreros nativos y extranjeros en todos los países
2º La burguesía populista de los Trump, Salvini, Orban, Le Pen etc., y la burguesía democrática de los Merkel, Sánchez, Macron etc., comparten LA MISMA BARBARIE. No podemos elegir entre la peste y el cólera, los dos son peor. El proletariado tiene que luchar contra todos los bandos capitalistas. Populistas, derecha “civilizada” e izquierda “humanitaria” son EL MISMO ENEMIGO.
3º Lo que hay detrás de la gigantesca crisis migratoria que sacude el capitalismo mundial es la agravación de su descomposición, su deslizamiento gradual pero irreversible hacia una barbarie cada vez más brutal. Solo el proletariado mundial con el desarrollo de sus luchas podrá poner fin a esta deriva terrible. El punto de partida es el lema que se gritaba en una manifestación de emigrantes en España: NATIVA O EXTRANJERA LA MISMA CLASE OBRERA.
Smolni 18-10-18
[1] https://www.lavanguardia.com/internacional/20181001/452107868815/colera-en-marruecos-por-la-muerte-de-la-joven-tiroteada-por-la-marina-real.html [4]
[2] Ver Jeune Afrique, https://www.jeuneafrique.com/518049/societe/maroc-la-contestation-se-poursuit-dans-lancienne-ville-miniere-de-jerada/ [5]
[5] De nuestro artículo Para luchar contra el racismo hay que luchar contra el capitalismo, https://es.internationalism.org/accion-proletaria/201712/4258/para-lucha-contra-el-racismo-hay-que-luchar-contra-el-capitalismo [8]
[7] Ver nuestras Tesis sobre la Descomposición, https://es.internationalism.org/revista-internacional/200712/2123/la-des... [10]
[8] https://www.lavanguardia.com/internacional/20181007/452118270755/mapa-aises-mas-ciudadanos-extranjero-expatriados.html [11]
[9] https://www.lavanguardia.com/internacional/20180929/452052865482/costa-tunez-mediterraneo-cadaveres-muertos-universo-africa.html [12]
[10] Ver Crisis de la emigración en la frontera hispano – marroquí: la hipocresía de la burguesía democrática. https://es.internationalism.org/accion-proletaria/200510/206/crisis-de-la-emigracion-en-la-frontera-hispano-marroqui-la-hipocresia-d [13]
Adjunto | Tamaño |
---|---|
![]() | 126.94 KB |
Los acontecimientos en torno a la visita de Trump a Europa han confirmado muy claramente las principales ideas desarrolladas en el Informe sobre las tensiones imperialistas de la CCI (junio de 2018)[1], en particular la idea de que los Estados Unidos de América ahora se han convertido en el principal propagador de la tendencia al "sálvese quien pueda" a nivel mundial, hasta el punto de empezar a destruir los instrumentos de su propio "orden mundial".
La cumbre de la OTAN de julio en Bruselas estuvo marcada por las ruidosas y amenazantes demandas del presidente estadounidense Trump de que los miembros europeos de la OTAN aumenten lo más rápida y masivamente posible sus presupuestos militares, primero al 2% e incluso al 4%, una cantidad que los Estados Unidos dicen haber estado gastando durante algún tiempo.
La queja de Trump de que el gigantesco nivel de gasto militar de Estados Unidos constituye una carga terrible para la economía norteamericana y su competitividad no es ciertamente una noticia falsa. La financiación, durante una década, de una maquinaria militar presente en todos los continentes del mundo, y el precio económico de los fiascos de Estados Unidos en Afganistán e Irak están sofocando la economía estadounidense. Este es el producto inevitable del cáncer del militarismo. Y, sin embargo, el presupuesto corriente de los Estados Unidos ha asignado de nuevo una parte mucho mayor al gasto en armamento que durante los años anteriores -y esta orientación fue impulsada tanto por el Partido Demócrata como por los Republicanos[2]. Así que, a pesar de la advertencia de que los crecientes costos del militarismo están socavando el desempeño general de la economía estadounidense, tarde o temprano el impulso militarista obliga a todos los gobiernos del mundo a sacrificar cada vez más recursos y gastos a este insaciable Moloch. El hecho de que las empresas armamentísticas obtengan de ello magníficos beneficios, no impide el debilitamiento de la economía en su conjunto. El ejemplo de Rusia en los años 70 y 80 sirve de advertencia: el peso paralizante de su sector militar, la carrera armamentística imposible de ganar con los Estados Unidos, fue un factor clave en el colapso de todo el régimen estalinista.
Al mismo tiempo, las amenazas de Trump de que si los ‘aliados’ europeos no aumentan sus presupuestos militares de acuerdo con las demandas de los EUA, este país podría ir por su cuenta, incluso abandonar la OTAN, lo llevan a un conflicto directo con aquéllos que hasta ahora han defendido los intereses imperialistas globales del capital estadounidense.
Ciertamente hay una lógica en la antipatía de Trump hacia la OTAN, que en muchos aspectos es un vestigio de la época de los bloques y cuyo papel en el mundo multipolar actual se ha vuelto cada vez más incierto. En la época de la Guerra Fría, la OTAN era el instrumento central de un bloque militar con los Estados Unidos a la cabeza, lo que le permitía imponer sus propias decisiones y una disciplina a nivel de todo el bloque. E incluso después del colapso del bloque ruso en 1989-91, la OTAN ha seguido siendo una estructura de poder dominada por Estados Unidos, un medio para preservar la hegemonía global estadounidense y oponerse a las tendencias centrífugas entre sus antiguos aliados. En particular, la OTAN se utilizó para instalar más tropas en Europa Central y Oriental, haciendo avanzar la ofensiva estadounidense contra Rusia. La OTAN sigue sirviendo de escudo contra Rusia a los ojos de varios países de Europa del Este.
Por supuesto, por debajo de todo esto, las tendencias avanzando al "sálvese quien pueda", de tensiones crecientes entre los Estados-nación, han actuado para debilitar de forma constante e irreversible la dominación estadounidense de la OTAN y de sus antiguos aliados. Pero las amenazas de Trump de retirarse de la OTAN siguen estando en conflicto directo con los intereses del ala militar estadounidense, que no quiere abandonar lo que queda de la posición de liderazgo de Estados Unidos dentro de la OTAN, y mucho menos abandonar la OTAN con él. Esta facción de la clase dominante entiende que mantener la hegemonía estadounidense es más que un problema económico. La cumbre de la OTAN y las poco sólidas amenazas de Trump revelan la realidad de los efectos del cáncer del militarismo, pero también el hecho de que la clase dominante estadounidense está profundamente dividida en cuanto a sus orientaciones militares.
Al mismo tiempo, los resultados de la cumbre de la OTAN no hicieron sino reforzar la determinación de los países miembros europeos de aumentar sus gastos militares y ganar más margen de maniobra fuera de la zona de control de los Estados Unidos. Los ultimátums de Trump fueron un buen pretexto para que aquellos aceleraran este proceso, reforzando las ambiciones europeas de desarrollar nuevas estructuras militares dentro o fuera de la UE, en particular entre Francia y Alemania, pero también con el Reino Unido (independientemente del Brexit). Así que vemos que el peso global del militarismo no se desvanece: cuando las anteriores estructuras de poder militar se erosionan, esto sólo crea nuevas tensiones y nuevas alianzas militares, aunque sean efímeras. Como con cualquier pandilla, cuando el jefe principal se debilita o se derrumba, los gangsters de segunda clase generalmente forman nuevas alianzas antes de que empiecen a enfrentarse entre sí...
Inmediatamente después de la cumbre de la OTAN, Trump realizó una breve visita al Reino Unido, cuya política, él señaló, “es algo confusa". Entonces él mismo procedió a aumentar la confusión al aparecer para socavar los esfuerzos de Theresa May para improvisar juntos un acuerdo Brexit, declarando que ésta no había hecho lo que él le había pedido y que el acuerdo con la UE que ella proponía descartaría un acuerdo comercial con Estados Unidos -después de haber elogiado previamente al alto funcionario rebelde Boris Johnson diciendo que podría ser un "gran primer ministro". Los daños causados por todo esto estaban hechos, a pesar de la furiosa ostentación en la conferencia de prensa en Chequers donde Trump permaneció lado a lado con May. Y después de definir a la UE como un "enemigo" antes de su cumbre con Putin, la actitud de este presidente “alborotador” hacia la UE -que había sido establecida como parte del bloque occidental y a la que los Estados Unidos continuaron apoyando en el orden mundial post 89- claramente es paralelo a su actitud hacia la OTAN.
Luego vino la Cumbre Trump-Putin en Helsinki. Esto demostró sobre todo que la clase dominante en los Estados Unidos tiene un presidente a la cabeza que está actuando cada vez más por su cuenta o que solamente insiste sobre intereses muy específicos, en particular con cálculos económicos a corto plazo. En lugar de ser una fuerza centralizadora para dirigir las fuerzas militares y de seguridad, actúa no sólo sin consultarlas, sino incluso expresa una mayor fe en las palabras de Putin que en las de su aparato de seguridad como lo recuerda la intromisión rusa en las elecciones de los Estados Unidos. Es obvio que Trump se ha vuelto más impredecible que nunca y que las correcciones ridículas de sus afirmaciones más extravagantes no pueden ocultar el verdadero atolladero en el que se encuentra la clase gobernante de Estados Unidos.
De la misma manera que su actitud en la cumbre de la OTAN mostró las divisiones dentro de la clase dominante, el fiasco de la reunión con Putin destaca los crecientes conflictos dentro y entre los aparatos militar y de seguridad y la Casa Blanca, dentro y entre ciertas ramas de la industria y alas importantes del Estado. La oposición a las ambiciones imperialistas rusas ha sido profundamente arraigada en la política imperialista de Estados Unidos desde 1945 y ha sido reforzada por la agresiva política exterior de Putin. La idea de que Trump, y con él ciertas fracciones de la clase dominante, podrían estar dispuestas a hacer todo tipo de acuerdos con Putin, o incluso actuar como sus secuaces, es una fuente de ansiedad considerable en las fracciones más serias de la clase dominante de Estados Unidos que no están convencidas por el argumento de que Estados Unidos podrían aliarse útilmente con Rusia contra la mayor amenaza planteada por China y como contrapeso a la Unión Europea.
Cuando Trump llegó al Reino Unido, fue "bienvenido" por decenas, incluso cientos de miles de manifestantes encolerizados por sus declaraciones racistas sobre la inmigración, su admisión abierta de abuso sexual, su alabanza para la "gente fina" de la derecha fascista. Pero estas manifestaciones estaban claramente en un terreno burgués, no sólo porque estaban animadas abiertamente por los portavoces de la clase dominante como The Guardian y The Evening Standard. Su enfoque era sobre todo Trump el hombre: su piel naranja, su peinado, sus manos y pene pequeños, el hecho revelador de que el significado de ‘trump’ es ‘cera’. El problema con todo esto es que oculta lo que realmente está en juego en la situación. Hace 10 años, los banqueros fueron responsables de una crisis económica que se encuentra enraizada en las contradicciones impersonales del capital, así, hoy Trump es culpado por el creciente caos político, económico y militar, cuando al final él es sólo el producto de este caos, que deriva de la subyacente realidad que estamos viviendo a través de la desintegración y la descomposición de todo un sistema social. Una de las pancartas de la manifestación en Londres decía: "¿podemos por favor dejar que las personas inteligentes manejen las cosas ahora?". Pero reemplazar a Trump con un político más inteligente y más responsable no detendrá el deslizamiento del capitalismo en el abismo de la barbarie. Sólo una decidida lucha contra el capital mundial, una lucha destinada a su derrocamiento, puede ofrecer esperanza a la humanidad.
DA, 24.7.18
[1] Ver https://es.internationalism.org/content/4350/analisis-de-la-evolucion-reciente-de-las-tensiones-imperialistas [17]
[2] El 16 de marzo de 2017, el presidente Trump presentó su petición al Congreso de 639 mil millones de dólares para el gasto militar -54 mil millones de dólares, que representan un incremento del 10%- para el año fiscal 2018, así como 30 mil millones de dólares para el año fiscal 2017 que termina en septiembre... El Congreso aumentó el presupuesto a un total de 696 mil millones de dólares. 61 mil millones de dólares igualan o incluso sobrepasan todo el presupuesto militar de Rusia cada año. Encima, es más que lo que la administración de Trump pidió originalmente. Esto compite con dos grandes picos de gasto durante el gobierno del presidente George W. Bush, en el 2003 y 2008, que fue para financiar la guerra en Irak. "Hoy en día, recibimos el presupuesto militar más grande en la historia, revirtiendo muchos años de disminución y falta de predictibilidad de fondos" (secretariode defensa Jim Mattis, https://www.npr.org/sections/parallels/2018/03/26/596129462/ [18] how-the-Pentagon-plans-to-spend-that-extra-61-billion?t=1532333040329).
Enlaces
[1] https://es.internationalism.org/files/es/marruecos.pdf
[2] https://es.wikipedia.org/wiki/1870
[3] https://es.wikipedia.org/wiki/1930
[4] https://www.lavanguardia.com/internacional/20181001/452107868815/colera-en-marruecos-por-la-muerte-de-la-joven-tiroteada-por-la-marina-real.html
[5] https://www.jeuneafrique.com/518049/societe/maroc-la-contestation-se-poursuit-dans-lancienne-ville-miniere-de-jerada/
[6] https://elpais.com/internacional/2018/10/06/actualidad/1538779468_520645.html
[7] https://es.wikipedia.org/wiki/Emigración_europea
[8] https://es.internationalism.org/accion-proletaria/201712/4258/para-lucha-contra-el-racismo-hay-que-luchar-contra-el-capitalismo
[9] https://es.internationalism.org/revista-internacional/201711/4256/22-congreso-de-la-cci-resolucion-sobre-la-situacion-internacional
[10] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200712/2123/la-descomposicion-fase-ultima-de-la-decadencia-del-capitalismo
[11] https://www.lavanguardia.com/internacional/20181007/452118270755/mapa-aises-mas-ciudadanos-extranjero-expatriados.html
[12] https://www.lavanguardia.com/internacional/20180929/452052865482/costa-tunez-mediterraneo-cadaveres-muertos-universo-africa.html
[13] https://es.internationalism.org/accion-proletaria/200510/206/crisis-de-la-emigracion-en-la-frontera-hispano-marroqui-la-hipocresia-d
[14] https://es.internationalism.org/tag/geografia/africa
[15] https://es.internationalism.org/tag/3/45/descomposicion
[16] https://es.internationalism.org/files/es/trump_en_europa.pdf
[17] https://es.internationalism.org/content/4350/analisis-de-la-evolucion-reciente-de-las-tensiones-imperialistas
[18] https://www.npr.org/sections/parallels/2018/03/26/596129462/
[19] https://es.internationalism.org/tag/geografia/estados-unidos