Al-Jazeera [televisora de esa región] ha proclamado en voz alta que las protestas en Irán son "las más grandes desde los disturbios de la revolución de 1979". Las protestas en Teherán [la capital de Irán] comenzaron el sábado 13, y en tanto los resultados de las elecciones comenzaron a conocerse, las protestas empezaron a su vez, cada vez más a volverse violentas. Así manifestaciones en tres universidades de Teherán se tornaron muy violentas y los manifestantes se enfrentaron a la policía y las guardias "revolucionarias" del gobierno. La policía ha cerrado importantes sitios y, a su vez, los manifestantes han atacado comercios, oficinas gubernamentales, estaciones y vehículos de la policía, gasolineras y bancos. Los rumores que salen de Teherán indican que cuatro o más personas ya han muerto en las protestas. El Estado también ha reaccionado con la detención de destacadas figuras "anti gubernamentales ", y lo que es más importante ha saboteado la Internet, que los manifestantes habían utilizado a través de mensajes SMS y páginas web para organizar las protestas. Periodistas occidentales han dicho que "Teherán casi parece ya una zona de guerra".
Que la población y la clase trabajadora está insatisfecha con lo que la sociedad les ofrece, y que hay una creciente voluntad de lucha es muy claro, no sólo por estos eventos, sino también por las recientes luchas en Grecia, así como los últimos años por las luchas en lugares como Egipto y Francia. Solo basta hojear los periódicos para confirmar que la clase obrera está recuperando su voluntad de lucha, a pesar de los temores causados por el retorno de la crisis abierta.
Sin embargo, para los comunistas no basta con vitorear y ver la lucha desde lejos. Es necesario analizar y explicar y presentar una perspectiva. Por el momento, este movimiento en Irán es de un carácter muy diferente al de 1979. En las luchas que condujeron a la "revolución islámica", la clase obrera jugó un papel muy importante. Por los dichos de las personas en las calles que derrocaron el régimen, lo que quedó claro en 1979 fue que las huelgas de los trabajadores iraníes fueron el principal, elemento político que llevó al derrocamiento del régimen del Sha. A pesar de las movilizaciones en masa, cuando el movimiento "popular" - reagrupamiento casi todos los estratos de los oprimidos en Irán - comenzó a disminuir, la entrada en la lucha del proletariado iraní a principios de octubre de 1978, sobre todo en el sector del petróleo, no sólo reanimó la agitación, sino planteó prácticamente un problema irresoluble para el capital nacional, el de la ausencia de un equipo que sustituyera al antiguo equipo gubernamental. La represión fue suficiente para provocar la retirada de los pequeños comerciantes, los estudiantes y los sin trabajo, pero resultó un arma impotente de la burguesía frente a la parálisis económica provocada por las huelgas de los trabajadores.
Esto no quiere decir que el actual movimiento no pueda desarrollarse y no pueda mostrar a la clase obrera como clase en lucha. La lucha de la clase trabajadora en Irán ha sido especialmente militante en los últimos años, especialmente con los 100 mil maestros no oficiales en una fuerte huelga que tuvo lugar en marzo de 2007, donde miles de obreros se sumaron en solidaridad. Mil de ellos fueron arrestados durante esta huelga. Esta fue la mayor huelga de trabajadores en Irán desde 1979. La huelga fue seguida en los siguientes meses por las luchas de miles de trabajadores de la caña de azúcar, de la industria llantera, automotriz y textil. En cuanto a lo que respecta por ahora, es claro que los trabajadores en las calles, aunque por el momento están en la lucha, participan como individuos y no como una fuerza colectiva, es decir no como clase. Es importante destacar, sin embargo, que el movimiento no puede avanzar sin esta fuerza colectiva de la clase obrera. Un día de paro nacional ha sido convocado para el martes de sus desarrollo se podrá tener una indicación del nivel de apoyo dentro de la clase obrera.
Recientemente, los medios de comunicación burgueses ha estado hablando de diversas pretendidas revoluciones llamándolas por colores plantas. La revolución 'naranja', la revolucione' rosa, la revolución de los 'tulipanes' y la revolución de los "cedros", pero todos los medios de comunicación al mismo tiempo han berreado como ovejas sobre la "lucha" por la democracia.
Este movimiento comenzó como una protesta contra las trampas y fraudes en el reciente proceso electoral y los manifestantes originalmente se movilizaron en apoyo de Mousavi. Sin embargo, las consignas rápidamente se radicalizaron. Hay una enorme diferencia entre las débiles protestas de Mousavi líder supremo de la "injusticia" de estas elecciones, y la multitud de cantos invocando "la muerte del dictador y el régimen". Por supuesto, la camarilla Mousavi atemorizada, ahora ha cancelado una serie de demostración para el lunes. Si las masas respetan esta decisión aún está por verse. Por otra parte, ante estos llamados de Mousavi que conminan a la calma, hasta el momento también se han encontrado consignas en contra él mismo.
En contraste con este tipo "revoluciones coloreadas", el comunismo plantea la posibilidad de un tipo completamente diferente de revolución, y un tipo completamente diferente de sistema. Lo que defendemos no es simplemente un cambio de gestión de la sociedad con nuevos jefes "democráticos" realizando exactamente la misma función que los anterior jefes 'dictatoriales', sino una sociedad de productores libres e iguales creada por la propia clase obrera y sobre la base de las necesidades de la humanidad y no en las necesidades de lucro, una nueva sociedad donde las clases, la explotación y la opresión política sean suprimida.
Sabri 15/6/9
Conforme se acercan las elecciones federales intermedias del 5 de julio donde serán elegidos algunos gobernadores, alcaldes, diputados, senadores, y con ellas la renovación del mito electoral como el único medio para que los trabajadores accedan a mejores condiciones de vida y de trabajo, las campañas se intensifican cada vez más con todo tipo de ilusiones que esconden la causa real de la miseria cotidiana de los trabajadores: el capitalismo.
Se nos dice que la población en general está harta de los políticos y los partidos corruptos e ineficientes, que como ciudadanos debemos dar un escarmiento a toda la llamada "clase política" para que aprendan a respetarnos y a cumplir lo que prometen. Nos proponen abstenernos o anular el voto como una muestra de repudio contra ellos, de expresión de la necesidad de que el sistema político debe cambiar, depurarse y hasta moralizarse. También se exige reformar la ley para que se pueda votar por candidatos "independientes" no impuestos por los partidos políticos. Como telón de fondo, están los interminables escándalos políticos que utilizan todas las fracciones de la burguesía para ajustarse cuentas y para desprestigiarse mutuamente en pos siempre de las preferencias electorales. La contraparte de esta postura llama a "ejercer nuestro derecho al voto" y dar un "voto de castigo" contra aquellos partidos políticos que "lo han hecho mal" y elegir a otros que sí funcionen. La burguesía impone los términos de la reflexión "política" que debe hacerse: el problema es el funcionamiento del sistema político, son los partidos y son los políticos, por lo tanto, debemos perfeccionar la democracia y sanear el sistema político.
Algunos grupos de la burguesía están de este modo presionando a algunos sectores políticos que no han operado de manera adecuada a sus intereses como, por ejemplo, las principales televisoras afectadas con la última reforma a la ley electoral que les ha disminuido sus ganancias en cuanto al contrato de spots; también es claro que existe un malestar extendido en la burguesía en su conjunto, por la situación de su aparato político con sus interminables enfrentamientos gansteriles, su ineficiencia para gestionar con un buen nivel no sólo el poder político que les ha conferido de manera alternativa sino también el gran circo electoral que es el principal medio de mistificación (aparte del aparato sindical) con el que cuenta la burguesía. Sin embargo, aún si esto es cierto, la burguesía sabe desviar sus dificultades para golpear a los trabajadores: en efecto está en el interés general del capital como un todo buscar desviar el descontento que se está extendiendo entre los trabajadores por la degradación de sus condiciones de vida y las de sus familias ante los ataques inmisericordes que le asesta la burguesía para descargar el peso de las medidas anticrisis sobre sus espaldas. Este es el verdadero descontento que existe entre la clase obrera y la burguesía quiere desviarlo hacia el "castigo a los políticos". Una verdadera trampa que los trabajadores deben rechazar y también reflexionar que el llamado "derecho al voto", sólo significa una ilusión, pero lo mismo pasa con la anulación del voto, ya que esa pretendida actuación "ciudadana activa" de rechazo y de "protesta", es en realidad una trampa. Todas las opciones que se mueven alrededor del proceso electoral son complementarias en tanto mantienen el objetivo de darle funcionalidad al sistema electoral, manteniendo la ilusión de que sólo por este medio de participación se puede transformar el funcionamiento del modo de producción capitalista y hacerlo más justo y humano.
Para la burguesía su sistema democrático es perfecto y la prueba de que su reinado sobre la sociedad es eterno. Para el proletariado la democracia es el mejor instrumento político con el que cuenta la burguesía para sostener su sistema de explotación porque mediante el derecho de voto aparenta la disolución de las clases sociales al "igualar juridicamente" a burgueses y trabajadores haciendo creer a estos últimos que el voto pasivo e individual que se ejerce en la más completa soledad e impotencia tiene el poder de elección del gobierno y de hacer a todos los "ciudadanos" copartícipes de las decisiones. Las elecciones en este sentido hoy por hoy se mantienen como una mascarada hipócrita vital para el sostenimiento de la dictadura que el capital ejerce sobre la mayoría de la población y en particular contra la clase obrera como clase explotada y revolucionaria llamada a derrocar al capitalismo e instaurar la comunidad humana mundial. Cuando la burguesía se llena la boca vanagloriándose con las virtudes de la alternancia política evita decir que precisamente es esta alternancia la que da brillo a su juego democrático pues los cambios de partidos en el gobierno dan la ilusión de que verdaderamente los electores deciden; evita decir que esta alternancia no afecta en nada a su dominación como clase y que al contrario le reditúa enormemente para renovar sus mecanismos de gobierno pues los partidos políticos tanto de derecha, de centro o de izquierda (PRI, PAN, PRD y el resto de los partidos chicos) son la expresión orgánica del control estatal de los capitalistas y que si se presentan con ropajes y lenguajes diferentes se debe al reparto de tareas que deben hacer para encuadrar a los trabajadores.
Los proletarios requieren más que nunca reflexionar sobre el futuro que les depara el capitalismo en su caída sin freno en el abismo de la crisis y de la miseria material más atroz y oponerse a los ataques de la burguesía que detendrá sus planes económicos sinónimo siempre de sacrificios sin fin para los trabajadores, es decir retomar sus luchas y plantearse desde el principio no sólo la necesidad de enfrentar esos ataques económicos y hacerlos retroceder. Solamente en ese proceso de lucha es cómo el proletariado puede y debe liberarse de este tipo de mistificaciones y de trampas. Este es el único futuro positivo para las masas proletarias que actualmente, en todo el mundo se enfrentan a los mismos problemas y requieren recuperar la confianza en sus propias fuerzas y en sus propios medios de lucha.
RR/junio del 2009
Además del bombardeo mediático que nos receta en dosis masivas la campaña electoral, viene el refuerzo de esos ataques ideológicos de la burguesía que intenta inocularnos más ponzoña a través de noticias acerca de pleitos y ajustes de cuentas entre sus diversas fracciones. Sus especialistas en ventas y en manipulación de masas tienen doble trabajo: por una parte potenciar el periódico lavado de cerebro en las aguas negras de la democracia; y, por otra, cubrir con una cortina de humo intoxicante las expresiones de la putrefacción de la clase dirigente.
La fragmentación de la burguesía sigue su curso y se acelera con la profundización de la crisis. Lo que denunciábamos desde 1989, como resultado de la entrada del capitalismo en un periodo diferente, puede vislumbrarse de forma cada vez más clara a pesar de los esfuerzos por ocultarlo: "La ausencia total de perspectivas de la sociedad actual se expresa con todavía mayor evidencia en lo político e ideológico. Por ejemplo: la increíble corrupción que está aumentando, prosperando en los aparatos políticos, la oleada de escándalos en la mayoría de los países, como en Japón, donde resulta cada día más difícil distinguir aparato de gobierno y hampa gangsteril,... en Bélgica, en Italia y en Francia, en donde los diputados han decidido amnistiarse a sí mismos de sus mangoneos y bajezas".[1]
Desde entonces, la descomposición capitalista se ha extendido y aumentado en todo el planeta mostrando la bancarrota de este sistema. "Entre las características más importantes de la descomposición de la sociedad capitalista, hay que subrayar la creciente dificultad de la burguesía para controlar la evolución de la situación en el plano político. La base de este fenómeno es... que la clase dominante cada día controla menos su aparato económico... El atolladero histórico en el que está metido el modo de producción capitalista, los fracasos sucesivos de las diferentes políticas instauradas por la burguesía, la huída ciega permanente en el endeudamiento... todo repercute obligatoriamente en el aparato político..."[2]. En México, lo que la burguesía auguraba serían las elecciones mejor preparadas[3], ha resultado ser la ventana por donde se descubre la rebatinga cada vez más caótica y sucia por los puestos dirigentes que todavía dan buenos premios a los funcionarios por mantener los mercados lícitos e ilícitos y, desde luego, por facilitar el aumento de la explotación.
La descomposición de la burguesía -el resquebrajamiento del aparato político, su participación en la gestión criminal, la lucha de ‘todos contra todos'- se muestra con acusaciones e insultos, con el uso de la ‘ley' para eliminar adversarios y con los ya cotidianos secuestros, torturas y asesinatos entre miembros y agentes de diferentes fracciones burguesas que no son más que advertencias y muestras de fuerza para que unos y otros abran espacios de influencia política y económica. Para muestra: "Las baterías hoy aparecen enfocadas hacia José Reyes Baeza, a quien legisladores federales del PAN... acusaron abiertamente de proteger al crimen organizado y narcotraficantes ... y donde se secuestra a los adversarios políticos... Humbeto Moreira arremetió contra los panistas y los acusó de que ...'están hasta las chanclas en el narcotráfico'...los calificó de ‘rateros, canguros, corrientes y pandilleros'...acusó a Fox de haberlo presionado para encarcelar a ‘gente inocente' con el fin de ‘encubrir' al entonces titular del Trabajo, Francisco Javier Salazar Sáenz, por el accidente en Pasta de Conchos en donde murieron 65 trabajadores..."[4]. "Otras nueve personas fueron asesinadas durante las últimas horas en Ciudad Juárez, Chihuahua... suman ya 103 las ejecuciones en lo que va de este mes...".[5] "Fue turnada a la PGR la investigación por el asesinato del alcalde panista de Ocampo, Luis Carlos Ramírez López..."[6], etc., etc., etc.
Algunos burgueses tratan de deslindarse de esta escalada de golpes bajos ideológicos y legaloides y los ajustes de cuenta hasta la muerte entre sus filas y también defendiendo sus intereses mezquinos sacan todo su cinismo a relucir. Así por ejemplo, Luis Manuel Pérez de Acha[7] al explicar su impulso al Voto en Blanco dice: "Porque estoy hasta su madre, ya, estoy hasta el gorro de la clase política insensible, corrupta, cerrada, monolítica, ventajista, gandalla, tanto del PRI, del PAN, del PT"[8].
La burguesía ha utilizado toda esta suciedad maquillándola hipócritamente de ‘lucha por el respeto a la ley y defensa de la democracia" tratando de enrolar a toda la población y, en especial al proletariado, en la defensa de uno u otro bando o partido. Intenta evitar que éste reflexione sobre el verdadero origen de la crisis, el desempleo, la miseria, la inseguridad y de todos los males que plagan el capitalismo: el capitalismo mismo.
La perspectiva que ofrece la burguesía es sólo destrucción. Y en el plano político - si no hay respuesta de la clase trabajadora- nos dirigimos a situaciones de ingobernabilidad como las que existen en ciertas regiones de Nicaragua donde toda la sociedad se mueve bajo las amenazas de cientos de ‘maras', bandas de narcotraficantes y asesinos que se disputan las zonas de influencia pagados por cientos de restos de fracciones burguesas. Ese es uno de los ramales en el camino hacia la destrucción que implica la descomposición capitalista.
El cambio no está en las elecciones, ni en la democracia, ni en ninguna institución o proceso que ofrezca mentirosamente ‘mejorar' el capitalismo; no está en manos de la burguesía, ni en los partidos que la representan; no está en esa clase ya caduca históricamente, decadente y enfangada en el lodazal de las luchas intestinas del ‘sálvese quien pueda' y buscando evitar la bancarrota a costa de más explotación de la clase trabajadora y de otras capas.
La única verdadera perspectiva de cambio en contra del futuro de disgregación social, de violencia y de irracionalidad que ofrece la burguesía, es la solidaridad de la clase trabajadora, la unidad y conciencia que se va forjando a través de sus luchas en contra de los despidos y las reducciones de salario. Sigamos el ejemplo de nuestros hermanos de clase de diversos rincones del planeta que con sus luchas se oponen a todas las calamidades del capitalismo decadente.
Héctor/ 8 de junio de 2009.
[1] "La descomposición, fase última de la decadencia del capitalismo". Revista Internacional núm. 62, 3er trimestre de 1990.
[2] Idem.
[3] Ver artículo en este mismo número de RM.
[4] 5 de junio, Por Esto! On line.
[5] 1o de junio. El siglo de Torreón on line.
[6] 2 de junio de 2009. Noticieros Televisa on line.
[7]5 de junio de 2009. Pérez de Acha informa que es amigo del Presidente Calderón, de dos secretarios de estado y de la familia Clouthier; que trabajó en la campaña de Andrés Manuel López Obrador en el 2006, que es concuño de Alfonso Durazo Montaño, y que fue Secretario Particular de Luis Donaldo Colosio y del Presidente Vicente Fox. El Universal on line.
[8] Idem.
Es la misma clase trabajadora la que se da las armas de la crítica, de la reflexión colectiva y de la clarificación de los objetivos, el desarrollo y los medios de su lucha en el marco de un claro avance de los enfrentamientos de clase ya que estos esfuerzos no pertenecen a ninguna organización en especial, sino al proletariado visto como un todo y expresan el tránsito del arduo camino que la clase debe recorrer por su unidad y su conciencia, su organización y su lucha, si quiere desarrollar y ver realizado el papel revolucionario que le ha tocado en la historia.
Asistimos al surgimiento de minorías en búsqueda de una verdadera perspectiva revolucionaria, al resurgir de combates encaminados a polarizar las luchas que en el mundo se desatan y si bien no hay determinismo, fatalidad ni mecanicismo en el proceso, éste se acelera debido al peso de la crisis capitalista y a la respuesta mundial que la clase comienza a dar. Los distintos encuentros convocados por la CCI pero en los que han participado muchas otras organizaciones e individuos del medio internacionalista[1], son una prueba fehaciente de este desarrollo de la lucha de la clase y del fortalecimiento de su medio político y éstos mismos en sus propios pronunciamientos así se lo plantean; en éstos quedaron plasmadas, mediante las discusiones y tomas de posición, las fronteras de clase que separan la lucha revolucionaria de los esfuerzos del capital por recomponerse, maquillándose la podredumbre y decadencia propias[2].
También se discutió respecto al desarrollo actual de la lucha de clases internacional, de la crisis y decadencia del capitalismo y de las formas de lucha y organización obreras; todo dentro del marco de la cultura proletaria del debate y la crítica respetuosa, resaltando los acuerdos y perfilando futuras discusiones sobre los desacuerdos con miras a su profundización y clarificación; manifestando así la voluntad y el esfuerzo de la clase por romper el aislamiento en el que la lógica capitalista inevitablemente la encierra, por reconocerse en su experiencia histórica y constituir un polo internacional de referencia que ayude a orientar la búsqueda futura de nuevos compañeros y su lucha, por la defensa intransigente del internacionalismo y solidaridad proletarias y de la lucha por la revolución mundial y la perspectiva comunista mediante el reconocimiento de la necesidad de una organización proletaria mundial.
Los pronunciamientos avalaron la voluntad y el compromiso de los participantes por dar continuidad a la discusión y coordinación de fuerzas mediante la construcción de espacios de debate por el momento virtuales[3] y posibles intervenciones y reuniones colectivas en las que los afanes por comprender desde una perspectiva histórica y teóricamente sólida, fructifiquen.
El pronunciamiento del encuentro de América Latina plantea:
- el reconocimiento del carácter proletario de la Revolución de Octubre de 1917,
- el rechazo absoluto de cualquier forma de capitalismo de Estado,
- la denuncia de todo tipo de izquierdismo,
- el rechazo categórico del parlamentarismo y democracia burgueses,
- la defensa de la necesidad del Partido Obrero Mundial y,
- la defensa del papel crucial de los Consejos Obreros y de la Autonomía Proletaria.
El Pronunciamiento del Encuentro en México a su vez propone:
- la necesidad de la cultura del debate y del fortalecimiento del medio político proletario,
- la necesidad y posibilidad de la revolución mundial y el rechazo a todo izquierdismo,
- la imposibilidad de la recuperación de los sindicatos, otrora instrumentos de la clase obrera y desde hace ya casi cien años, órganos del capital,
- la agudización de la crisis capitalista y la perspectiva de mayor barbarie del capitalismo,
- el curso histórico hacia enfrentamientos de clase y la aún débil pero patente respuesta de la clase,
- dar continuidad al espíritu del encuentro mediante un blog y,
- la confirmación del carácter internacional y revolucionario de la clase obrera.
¿Recorre el mundo un fantasma? Ante la sabionda pedantería de la burguesía y sus voceros, decimos al mundo que el Comunismo sólo es un fantasma para el inhumano orden burgués pues para el proletariado no hay fantasmagorías ni espectros; el Comunismo no es una ilusión sino el camino necesario y posible que la clase trabajadora esta reaprendiendo recorrer y que tras años de estar aparente vacío, comienza a ser transitado por muchos y cada vez más elementos que consientes de su papel crucial en el desarrollo revolucionario buscan contribuir al avance del proletariado por esta vía difícil pero esperanzadora y cuyo final no es más que el comienzo, el inicio de la verdadera historia de la humanidad.
Medea/Junio-2009
Notas
[1] Particularmente nos referimos a los recientes Encuentros del Medio Internacionalista en América Latina y en México donde participaron además de la CCI, varias organizaciones internacionalistas y diversos compañeros a título individual
[2] Son tajantes las denuncias hechas a las trampas izquierdistas como el "socialismo del siglo XXI" y cualquier tipo de nacionalismo y capitalismo de Estado, que sólo obnubilan, mistifican y entorpecen el desarrollo de la conciencia revolucionaria.
[3] Próximamente, daremos a conocer los nombres y direcciones de los foros que se han creado.
En los últimos seis años hemos visto una reanudación internacional de la lucha proletaria con un carácter que apunta a la simultaneidad y rechazo a los sindicatos. Este viraje, con respecto al retroceso de la combatividad y de la conciencia provocado por la campaña de la "muerte del comunismo" tras la caída del bloque imperialista de la ex URSSS, lo inició la "primavera francesa" del 2003[1] cuando varios millones de trabajadores del sector público de Francia, se manifestaron contra el plan de reforma al sistema de pensiones, Austria le siguió a Francia, en la misma dinámica. En menor grado mayo 2003 en Perú una huelga de casi 300 mil maestros del nivel elemental duró más de 4 semanas a la que se sumaron otros sectores, obligando al gobierno a establecer el estado de emergencia en el país[2]. En septiembre en Gran Bretaña, 2 mil trabajadores en los talleres navales de Humberside, se movilizaron en apoyo al personal interino (eventuales) de la empresa. A estas luchas siguieron a las huelgas ilegales en las oficinas de correos en noviembre y diciembre.
En 2004 a la Huelga salvaje en la British Airways a finales de enero, se sumó la huelga de 100 mil empleados del servicio público la cual fue su primera huelga nacional después de 17 años, y una huelga de 8 000 trabajadores de Land Rover[3], en Solihull, la primera después de 16 años. Esta fue precedida por un piquete de más de 900 trabajadores la semana anterior e implicó a obreros de tres sindicatos. También los trabajadores de Mercedes-Daimler tomaron las calles en Stuttgart y en Bremen, en contra de los recortes de salarios y de subsidios, declararon que no luchaban sólo por ellos, sino por todos los trabajadores, esta planta es la más grande de Alemania.
En el verano de 2005 los trabajadores del aeropuerto londinense de Heatrow estallaron huelgas salvajes. Luego en Suecia a finales de año, 70 mil trabajadores del sector salud han desarrollado diferentes acciones y huelgas en demanda de aumento salarial, en el mismo periodo los trabajadores de la refinería Pret en Lysekil han desencadenado una huelga salvaje, luego los trabajadores del transporte han paralizado la ciudad de Estocolmo por varios días. Igualmente los tres días antes de navidad el metro de NY en EUA estuvo paralizado por la huelga que realizaron los 33 mil trabajadores[4].
En México trabajadores de VW, Sicarsa, y especialmente miles del IMSS se lanzaron a las calles para mostrar su descontento con la política patronal y gubernamental e inicialmente contra el sindicato.
En argentina en este año se desarrollaron importantes oleadas de lucha proletarias, en hospitales supermercados, y el metro, y trabajadores municipales de varias ciudades, maestros de 5 provincias y de las universidades de Córdoba y Buenos aires[5]. Posteriormente en Egipto, Dubai, Bangla Desh hemos visto los gérmenes de futuras huelgas de masas.
En Europa reaparecieron en 2006, con las protestas de los estudiantes en Francia contra el contrato del primer empleo[6]. En Inglaterra más de un millón de trabajadores se manifestaron contra los recortes en las pensiones, siendo significativo que trabajadores católicos y protestantes se manifestaran untos en Belfast. Igualmente miles de trabajadores inmigrantes se han manifestado en EUA contra su estatus de ilegales, y luego nuevamente una gran movilización de los trabajadores del transporte en Nueva York. En Alemania hubo huelgas de doctores e ingenieros[7].
En España la huelga masiva de los metalúrgicos en Vigo donde las asambleas generales con más de 10 mil participantes que se reunían diariamente decidían que hacer, para llamar a sus hermanos de clase (Citroën), mientras que los trabajadores del metal contra su sindicato este mismo día se movilizaron para liberar a sus compañeros detenidos días a antes por la policía, logrando su liberación.
En Bangladesh, ante la represión que sufrieron los trabajadores de la fábrica FS Sweater en Sripu, del 20 al 24 de mayo, casi 2 millones de trabajadores sobre todo de la industria del vestido paralizaron las ciudades con huelgas salvajes (es decir, sin autorización sindical), las secuelas de esta rebelión de los obrera llegó hasta el 7 de junio[8]
En septiembre de 2007 estalló la huelga de 73 mil trabajadores de las 82 plantas de General Motor en EUA, que fue la primera huelga a escala nacional desde 1970[9].
El 2008 empezó con la compañía de ferrocarriles Deutsche Bahn (DB) obligada a conceder el 11% de aumento salarial. El anunció del cierre Nokia en Alemania había desmoralizado a los trabajadores, no obstante la masiva intervención de los obreros de Opel, llamando a los de Nokia a luchar y prometiendo unirse a cualquier eventual huelga, hizo posible la movilización que tuvo lugar en el área del Ruhr contra el cierre en Nokia, en particular, los obreros de la fábrica de automóviles Opel en Bochum se pusieron en huelga durante esta jornada, ¡en solidaridad con los trabajadores de Nokia!
El sector metalúrgico también se había movilizado con huelgas y paros de decenas de miles de obreros del sector público en todo el país.
La huelga indefinida de 10 mil trabajadores del transporte en Berlín la última semana de marzo, por aumento salarial -la más importante y más larga de su categoría desde la posguerra, abrió la perspectiva de que la totalidad de los trabajadores del sector estatal, se pusieran en huelga, ¡no sólo en Berlín, sino en todo el país![10], después 600 mil trabajadores han participado en una serie de huelgas, manifestaciones a principios de noviembre.
En Italia, contra la planeación de suprimir 130 mil trabajos el sector de la educación desarrolló protestas de varias semanas entre octubre y noviembre, las huelgas incluyeron sectores, privados y públicos. A principios de noviembre, una huelga nacional del transporte de un día que se extendió a trenes, autobuses y el metro. También hubo huelgas en Alitalia. En Francia en noviembre hubo una huelga de 4 días en Air France, y una huelga nacional de trenes por 36 horas. En octubre hubo una huelga a nivel nacional en Bélgica contra el alza de precios afectó a varios sectores. En China miles de personas atacaron a la policía y las oficinas gubernamentales en una ciudad del noroeste contra reubicación de los residentes. También ha habido "protestas de trabajo" en las principales regiones de exportación del país, donde miles de fábricas han cerrado estos últimos meses. Hay protestas contra el alza de precios y del desempleo.
En Grecia en octubre hubo una oleada de huelgas que culminó con una huelga de un día a nivel nacional que incluyó al sector público, así como cientos de miles de trabajadores del sector privado, y también una huelga general de los trabajadores de autoservicios al día siguiente. Hubo también una oleada de ocupaciones de escuelas, aproximadamente 300 a través de Grecia durante octubre, y luego vendría la revuelta de finales de diciembre.[11]
Este 2009 en Gran Bretaña, por ejemplo, estuvieron las huelgas salvajes en las refinerías de petróleo a finales de enero. A pesar de todos los esfuerzos de la burguesía por crear división entre los trabajadores "Británicos" y los trabajadores "extranjeros", en la huelga se levantaron banderas internacionalistas en oposición a las nacionalistas que habían predominado al principio).[12]
En las Antillas, por 44 días en Guadalupe y 38 días en Martinica, movilizaciones masivas, paralizaron toda la economía: empresas, puertos, tiendas[13]. Esta lucha fue larga e intensa en tanto que, no es sólo porque fue conducida por la enorme cólera contra la pauperización creciente, sino también por un sentimiento profundo de solidaridad. La primera manifestación en Guadalupe, el 20 de enero, unió a 15 mil personas. ¡Tres semanas más adelante, había cerca de 100 mil manifestantes - casi la cuarta parte de la población! Los huelguistas hicieron todo por ampliar la lucha lo más rápido posible, calle por calle, negocio por negocio, para llamar a más trabajadores y a la población a unirse al movimiento. Esta lucha obtuvo importantes logros para la clase obrera[14].
Recientemente en España se han empezado a realizar reuniones de desempleados que discuten cómo luchar contra el desempleo rescatando la necesidad de luchas autónomas, fuera del control sindical organizadas a través de asambleas generales.
Aquí en México tenemos noticia de que los trabajadores de la armadora automotriz de Silao Gto. han empezado a movilizarse.
La CCI concibe esta situación como un punto bisagra, como un giro en la lucha de clase, donde se desarrollan las condiciones que van a permitir al proletariado recuperar y reforzar su identidad de clase, sentirse parte de una clase con intereses comunes que defender. Esta es la base para cualquier solidaridad de clase, pero también será la base para luchar en el futuro a un nivel superior, para extender y unificar sus luchas. Esta identidad de clase necesita ser desarrollada contra las campañas ideológicas sobre el fin de la lucha de clase, de un ‘mundo alternativo' en el capitalismo y también contra los esfuerzos de la burguesía, particularmente los sindicatos que son los especialistas en dividir a los obreros, los cuales han logrado aun en estas luchas sabotear la unidad y la combatividad obrera en grados diversos.
En estas circunstancias, no esperamos por ahora luchas que de repente rompan con los sindicatos; no esperamos que en lo inmediato sean capaces de evitar caer en las trampas tendidas por la clase dominante. Sin embargo es importante destacar que a pesar de todas las trampas, provocación y tácticas divisionistas del gobierno, patrones y sindicatos, no han podido evitar el incremento en la combatividad y el rechazo a las estructuras sindicales que se está desarrollando ahora. Este lento desarrollo de las luchas tiene el potencial para desarrollar el sentido de identidad de clase y tras ello está la capacidad de la clase obrera de retomar y desarrollar las lecciones de toda la experiencia de los combates en el período de 1968 a 1989.
Cristhian, 15 de junio de 2009
[1] Véase RM nº 75 jul-ago 2003
[2] Ídem
[3] Véase RM 80 may-jun 2004
[4] Véase RM 91-mar-abr 2006.
[5] Véase RM 89 nov-dic 2005.
[6] Véase RM 92, mayo- junio 2006
[7] Ídem
[8] Véase RM nº 93-jul-ago 2006
[9] RM nº 101 nov-dic 2007.
[10] Véase RM 104, mayo-junio 2008.
[11] Véase RM 109
[12] Véase RM 110-may-jun 2009
[13] Véase ‘La lucha masiva nos muestra el camino: solidaridad con los trabajadores de las Antillas [7]', y
https://en.internationalism.org/icconline/2009/02/strikes-antilles [7]
[14] Véase nuestro artículo Guadalupe, Martinica, La Reunión: ¿Por qué la burguesía cedió? En nuestro sitio web
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En la actualidad, ante la agudización de la crisis, un gran número de economistas e intelectuales suspiran por el keynesianismo, y su añoranza se debe a que suponen representó un "orden" benigno acompañado de un proceso de industrialización. Efectivamente al keynesianismo le correspondió acompañar a la industrialización de la región, empero, se olvidan decir que ese proceso se levantó sobre una intensa explotación de los trabajadores y una feroz represión. En este contexto tienen lugar respuestas importantes de trabajadores de la educación, médicos y por supuesto los ferrocarrileros. Estos últimos llevaron a cabo durante 1958-59 una importante movilización que hay que recobrar en la memoria, pero no como un mero recreo de anécdotas o juicios a individuos, sino recuperando las experiencias y analizar el trabajo destructivo que tanto la estructura sindical como los grupos estalinistas (Partido Comunista Mexicano, PCM, Obrero Campesino Mexicano, PCOM y Popular socialista, PPS) jugaron en la derrota de esas movilizaciones.
El proceso de industrialización en México a fines del siglo XIX, encontró un fuerte apoyo en la construcción del ferrocarril, y en la expansión industrial en México durante el período 30-60 vuelve a ser un importante bastión, lo que explica su crecimiento, y con ello el incremento de la masa de asalariados, alcanzando para ese entonces una plantilla de más de 100 mil trabajadores. La importancia de este sector llevó al gobierno de Cárdenas en 1937 a ponerlo bajo el control del Estado; y para poder llevar a cabo este proyecto utiliza al sindicato, en tanto logra que, a través de este, los trabajadores abandonen sus intereses y se plieguen a los de la burguesía nacional. Un claro ejemplo de este trabajo antiobrero de la estructura sindical y del PCM (que en ese entonces compartía la conducción de la Confederación de Trabajadores de México, CTM) se presenta en la huelga ferrocarrilera rota en 1936. Cuando Cárdenas rompe la huelga, aduciendo que requería movilidad para trabajar en la proceso de nacionalización ([1]), el sindicato se encarga de hacer pasar ese golpe (y luego la nacionalización) como triunfos.
No obstante el dominio sindical, los trabajadores resienten el hecho de que la industrialización se acompañara de un crecimiento de los niveles de explotación. El gráfico nos permite ver el ritmo en que la productividad del trabajo se incrementa (y con ello la explotación), mientras los salarios se mantienen comprimidos; tan sólo los niveles presentes en 1940 son recuperados hasta fines de los años 50.
Por ello reconocemos en las movilizaciones de trabajadores durante este período como genuinas respuestas en defensa de sus condiciones de vida. En particular los trabajadores de los ferrocarriles demostraban una combatividad creciente que molestaba al sistema, por lo cual de manera sistemática se impulsaban maniobras sindicales para su contención.
Ya para la década de los 40 la CTM iba perdiendo credibilidad entre los trabajadores por el excesivo corporativismo y su actuar mafioso, que se nota en las pugnas entre las diferentes facciones, por ello el Estado busca ampliar el espectro sindical con "nuevas" estructuras, como lo fue la Central Única de Trabajadores (CUT), formada en 1947, a iniciativa (entre otros) del Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana (STFRM). De esta manera reforzaba el control obrero y la burguesía aprovechaba muy bien sus servicios para sembrar la confusión entre los trabajadores. Por ejemplo la CUT juega un papel importante en la difusión de la ideología nacionalista, empujando a los trabajadores a unificarse en torno al Estado en el momento en que éste negocia el Plan Clayton (1947), con el cual los EUA pretendían la eliminación de barreras arancelarias, amenazando así con la ruina de sectores de la burguesía en México. Luciano Cedillo ([2]), quien fuera representante del STFRM en Monterrey en ese período, de una forma un tanto ingenua, reconoce ese papel anti-obrero del sindicato cuando refiere que para enfrentar tal Plan "... nos aliamos (...) con la Cámara de la Industria de la Transformación, es decir nos aliamos con los patrones..." (Los ferrocarrileros hablan. p138).
Y aún cuando el sindicato de los ferrocarriles nacionales sirvió bien a la burguesía alejado de la CTM y apuntalando a la CUT, al reproducir el mismo esquema de corrupción y pugnas presente en la CTM, hace que su utilidad decaiga, más aún cuando requería hacer pasar un fuerte golpe en contra del salario.
En 1948 la presión inflacionaria golpeaba seriamente las condiciones de vida de los asalariados. El índice de precios de los alimentos se aceleraba de forma notoria: en 1940 este índice tenía un valor del 3.3 y para 1948 alcanzaba el nivel de 10.8, lo que significa que en 8 años este índice de precios se incrementó en 16% ([3]). Ante un panorama así la Confederación Patronal de la Republica Mexicana se adelantaba a advertir que: "Sería catastrófico en estos momentos un aumento general de los salarios..." añadiendo que la única forma de enfrentar las secuelas inflacionarias era mediante "un incremento real y efectivo de la producción..." ([4]). Esa misma posición era la del gobierno de Miguel Alemán. De manera inmediata el aparato sindical, CTM y CUT, se apresuran a ofrecer el apoyo al gobierno. Sin embargo, la CUT presentaba una debilidad para ser usado por la burguesía, por un lado, como lo recuerda Luciano Cedillo: "... en el seno del aparato sindical había inmoralidad..." (De Juan soldado a Juan rielero. Publicaciones Mexicanas, 1963. p40), es decir había un desprestigio que limitaba su poder de dominio de los trabajadores, por otro lado, al interno de la empresa se da una disputa de poder entre el sindicato y la administración. De manera que aunque la CUT y con ella el STFRM se comprometían a contener el descontento de los ferrocarrileros e impedir el estallamiento de la huelga, no aseguraban poder mantener control, sobre todo por el propósito de destituir a la administración. Bajo esos motivos el Estado mediante un golpe de mano, desconoce a los representantes sindicales e impone (el 28-09-1948) como secretario del STFRM a Jesús Díaz de León alias el "charro" (a partir de entonces suele denominarse como "charro" al sindicalismo oficial).
El "charrazo" va acompañado de una toma de instalaciones por parte de la policía y el ejército, la aprensión de sindicalistas como Valentín Campa (de filiación estalinista) y el despido de una gran cantidad de trabajadores. Este suceso sin duda muestra la brutalidad del capital para imponer sus programas de austeridad, y aunque da la apariencia de que es al sindicato a quien se le golpea, son los trabajadores los que en realidad son afectados. No dudamos que el legendario Valentín Campa pudiera estar actuando honestamente, pero el problema no son los personajes, es el papel que la estructura sindical juega en la fase decadente del capitalismo, la colocación de una dirección oficialista para ese momento convenía más para su proyecto de austeridad y de represión, pero a fin de cuentas el trabajo que el sindicato ferrocarrilero venía realizando hasta antes del "charrazo" era también de control de la combatividad. Tanto el sindicalismo charro como el independiente cumplen el mismo papel: la contención de la combatividad obrera, es imposible e ingenuo pretender "rescatar" al sindicato encumbrando personajes honestos en las carteras pues es una estructura del Estado metido en la trinchera obrera.
Aunque la burguesía logró someter el descontento de los trabajadores, no había podido eliminar la inflación que seguía golpeando al conjunto de la clase obrera (el índice de precios de los alimentos para 1957 era de 20.9, disparándose en 1958 hasta 23.4), por ello desde 1957 vuelven las manifestaciones callejeras por aumento salarial. El descontento y la amenaza de expresiones masivas de trabajadores, eran tan reales que el presidente Ruiz Cortines, convocó a la formación de un frente sindical único, y así poder contener mejor el descontento. Aún con mucha dificultad las manifestaciones de los trabajadores lograban ponerse por encima del aparato sindical. Los telegrafistas por ejemplo, logran inicialmente oponerse al sindicato oficial y estallan la huelga, pero la falta de experiencia los lleva a suponer que requerían de un aparato sindical paralelo "no oficialista", con lo cual el capital recupera el control y se asegura de mantenerlos aislados (incluso rechaza abiertamente el apoyo de maestros y trabajadores del correo), asimilando así rápidamente el descontento.
En ese mismo tenor el descontento y confusión se presenta entre los ferrocarrileros cuando en los primeros meses de 1958 exigen aumento salarial. Una experiencia importante es la formación de una "Gran Comisión pro aumento salarial" (mayo de 1958) para dotarse de una organización sostenido con delegados elegidos libremente y con revocabilidad, no obstante la falta de experiencia los lleva a encerrarse en la empresa y no incorporan a esta organización a trabajadores de otras empresas, lo cual hubiera posibilitado una discusión colectiva y una extensión de la lucha. Es entendible que el control que tenía el aparato de izquierda (muchos de los sindicalistas "democráticos" reciben las instrucciones del PCM y el PCOM) impedía esto.
En un inicio esta Gran Comisión (GC) rebasa a la estructura del sindicato, logrando una fuerza que hace que el gobierno cumpla sus demandas. Empero la GC se somete a la estructura sindical, al suponer que el paso siguiente sería ganar las carteras sindicales y entonces democratizarlo. De esa forma la gran fuerza que representó la GC es utilizada para convocar la VI Convención sindical, sembrando con ello la derrota. Así los continuos paros impulsados por la estructura sindical "renovada" en diversas regiones, van generando un aislamiento y un desgaste de las fuerzas proletarias. La demanda salarial que podía aglutinar a otros destacamentos proletarios, es llevada al olvido, colocando al centro la consigna de la democracia sindical, haciendo con ello que cualquier intento de solidaridad quedara esterilizado.
Es evidente que los ferrocarrileros aún cuando mostraban una gran combatividad no contaban con experiencia para orientar su lucha, de la misma forma, la presencia y dominio que ejercían los estalinistas del PCM y el PCOM, lanzaron a los trabajadores a una sumisión hacia el sindicato, e incluso procuraban someter el descontento involucrando a los trabajadores en la protección de la empresa. Por ejemplo, en diciembre del 58, ya establecida la "dirección democrática" con Vallejo a la cabeza, proponen un plan para "elevar el nivel de operación de la empresa", lo que implicaba involucrarse en la definición de precios y aranceles, con lo cual llevan el mensaje de que los trabajadores deben comprometerse en el mejoramiento de la empresa y de la economía nacional.
De manera que en 1959 cuando los trabajadores vuelven a solicitar aumento salarial, el Estado puede explotar adecuadamente esa confusión. Cuando en febrero de 1959 los ferrocarrileros exigen un nuevo aumento salarial, sindicalistas "charros y democráticos" conjugan sus fuerzas para asegurar la derrota. Los democráticos se encargan de someter a los trabajadores a la estructura de izquierda del capital, al proponer que PCM y PCOM (y al inicio el PPS) se conviertan en consejeros, y buscan la fecha menos indicada para el estallamiento de la huelga. Los charros se encargan de abrir paso a la represión
y cerrar con broche de oro el golpe a la combatividad obrera.
De forma que cuando se solicita el aumento salarial, y se tiene una respuesta negativa por parte del gobierno, se les empuja a estallar la huelga justamente en la apertura del período vacacional (25-marzo), aislando así a las movilizaciones. Apenas pasaron tres días cuando la escalada represiva se desata. Policías y soldados son lanzados por todo el país a tomar instalaciones, golpear, apresar y asesinar trabajadores. De manera desesperada los ferrocarrileros resistían, llevando la huelga hasta el 3 de abril, pero ya todo era inútil, el aislamiento en que se encontraban permitió se inflingiera una importante derrota contra el proletariado. Durante esos días fueron detenidos 3,039 trabajadores (imponiendo sentencias por el delito de disolución social a 68 de ellos), se despidió a 9 mil y algunos son asesinados.
Los trabajadores de los ferrocarriles llevaron a cabo un combate importante, del que el proletariado actual y futuro tiene mucho que aprender. Y lo que estas jornadas de lucha nos permiten vislumbrar, es que:
- El sindicato no es ya un instrumento de la clase, por lo cual pretender democratizarlo es una tarea estéril, que además la burguesía sabe utilizar adecuadamente para desviar la atención y esterilizar la combatividad.
- La fuerza de los trabajadores se encuentra en su organización y expresión masiva, por eso el proletariado debe recoger la preocupación que estuvo presente en la formación de la Gran Comisión, en el sentido de tomar en manos su lucha mediante la creación de organismos formados por delegados revocables en todo momento y con la obligación de devolver el mandato a la Asamblea General que lo nombró.
- Las luchas gremialistas o de empresa por más combatividad que puedan expresar están condenados a la derrota, en tanto quedan aisladas, por ello la solidaridad y la unidad de las luchas son vitales. Cuando la separación que impone la producción capitalista y que fomenta el sindicato (por oficio, por empresa, por generación, activos o desempleados...) queda rebasada y se unen, expresan una gran fuerza que son capaces incluso de impedir que la burguesía ponga en acción sus fuerzas represivas.
El esfuerzo y la experiencia de los ferrocarrileros deben ser recuperados por el proletariado para preparar los próximos combates.
Tatlin/junio-2009
[1] Es significativo lo que Mario Pavón (quien fuera asesor del Sindicato Mexicano de Electricistas) dice sobre la disolución: "La huelga de los ferrocarriles Nacionales <de 1936> presentó el brillante ejemplo de una honrosa retirada...". Citada por Miguel Ángel Velasco, dirigente en ese entonces del PCM. (Cuadernos del CIHMO. Los ferrocarrileros hablan. UAP, 1983. p123).
[2] Al referir la actuación de este sindicalista, no juzgamos la honestidad con la que actuó, porque el problema del sindicato no se encuentra en los individuos, sino en la estructura que se engrana en el aparato de Estado.
[3] Datos tomados de Estadísticas Históricas de México. INEGI
[4] Citado por Antonio Alonso. El movimiento ferrocarrilero en México, 1958-1959. Ed. ERA, p75
¿Qué lecciones y qué perspectivas pueden destacarse a 20 años de nuestra constitución?
Para que una minoría de bienintencionados militantes lograra abrazar la causa del internacionalismo proletario hubo que romper con la ideología nacionalista que destilaba el izquierdismo de la región: desde el rancio nacionalismo del PCM (Partido Comunista Mexicano) hasta el radicaloide discurso del guerrillerismo cuyos rescoldos ideológicos aún estaban candentes. Los primeros textos públicos del GPI, embrión de la futura sección de la CCI, tuvieron que asumir una posición de ruptura con el nacionalismo guerrillerista así como con su método de violencia minoritaria. Esas expresiones del izquierdismo basaban su accionar no en un esfuerzo para desarrollar la conciencia de las masas obreras sino en una absoluta desconfianza hacia ellas, lo que a su vez se traducía en la exaltación de la preparación militar de una minoría; su visión de la revolución no era la de un movimiento de masas capaces de organizarse sino que no rebasaba la visión golpista o foquista (guevarismo), incluso cubierta bajo el ropaje de la "liberación nacional". El apoyo que abierta o veladamente estos movimientos brindaban a Cuba, China, Vietnam, El Salvador, Nicaragua o la URSS, no era, por supuesto, una manifestación de su internacionalismo proletario como les gustaba adornarse sino una reafirmación, independientemente de la voluntad y sinceridad de muchos de sus integrantes, de su naturaleza burguesa que los arrojaba en los brazos del "imperialismo rojo".
El combate más importante a este nivel consistió en lograr el reconocimiento de la existencia mundial del proletariado y de sus minorías organizadas y, por tanto, la existencia también de una dimensión internacional de su combate. Con el aporte de la izquierda comunista se logró la comprensión de que el proletariado en México era un batallón de ese ejército mundial y que la militancia revolucionaria no estaba basada en una supuesta defensa de alguna "identidad mexicana" sino justamente en su superación. Esto que se dice fácil tuvo un significado histórico muy importante pues desde entonces, también el proletariado de esta región se beneficia de un proceso de revaloración de toda la experiencia de la clase a la luz del marco marxista: analizar con una visión proletaria la supuesta "Revolución mexicana", reivindicar los aportes del Grupo de Trabajadores Marxistas (GTM)[1] que criticó la nacionalización del petróleo y se opuso a la borrachera nacionalista en vísperas de la II Guerra Mundial; hemos tratado de reconstruir la historia de los sindicatos en México, la presencia del anarquismo en la región, la historia contemporánea la hemos analizado bajo el ángulo marxista (Tratado de Libre Comercio, surgimiento del EZLN, la APO, la reforma del Estado, etc.).
Desde el principio se rechazó la visión mítica del asentamiento en "la montaña", de una presencia "nacional", se trataba ahora de ir a las grandes ciudades con sus grandes centros industriales donde el proletariado respiraba y transpiraba. Igualmente la visión de la clase obrera en Estados Unidos la subvertimos, nuestra visión no era ya la de poner al mismo nivel a la burguesía americana ("yankee") y al proletariado de ese país, hemos desarrollado una visión de una clase norteamericana que sufre y que es explotada como en cualquier otra parte del mundo y, por ende, aspira también a transformar esta sociedad de explotación. Esta voz proletaria ha luchado por combatir la nauseabunda fraseología de estar "contra el imperialismo yankee" (estar contra el imperialismo yankee puede implicar estar a favor de sus rivales imperialistas) y tratar de construir un combate de una clase unida, separada actualmente por las fronteras nacionales impuestas por el desarrollo del capitalismo, fronteras que un día tendrán que ser derribadas por la revolución comunista. Toda política que lleva al proletariado a atarlo a la defensa de la nación significa una traba para el avance de la conciencia de la necesidad de la revolución mundial.
La historia de las organizaciones de la clase obrera a nivel internacional muestra claramente que el proletariado no secreta "individuos revolucionarios" sino organizaciones revolucionarias. Para que los esfuerzos y la voluntad de un individuo se conviertan en una promesa para la lucha obrera deberán potenciarse a través de la actividad organizada, es decir, en el marco de una organización política del proletariado. Sin embargo, no todo los que se dice "proletario y revolucionario" es tal, algunos criterios para distinguir la naturaleza de clase de una organización son:
-De qué historia se reclama;
-Cuál es su programa político (su Plataforma);
-Cuál es su intervención.
Los lectores pueden leer en el reverso de nuestras publicaciones una explicación sintetizada de los criterios que acabamos de mencionar.
Para contribuir a la construcción de una organización revolucionaria este pequeño grupo de militantes de la clase obrera adoptó la visión de un trabajo paciente a largo plazo de la CCI, no más a través de las miras cortas, de la existencia individual, sino como sucesión de generaciones que van legando lecciones a los más jóvenes. Como individuos los militantes de la clase obrera no tienen una "misión especial" frente a su clase, combatimos la idea de los "dirigentes", los "jefes geniales" y toda esa superchería elitista típica de la burguesía.
Estas dos décadas de construcción de una referencia política y organizada del proletariado, es la historia de los esfuerzos de la clase obrera mundial y en particular de la CCI que desde 1975 ha ido construyendo una organización centralizada a escala mundial (con secciones y núcleos en 16 países y que publica en 19 lenguas en su sitio web). Muestra el potencial revolucionario de la clase obrera que se encamina hacia la creación de su partido político indispensable para llevar a cabo la revolución internacional comunista. Este partido deberá constituirse antes de los enfrentamientos decisivos entre la burguesía y la clase obrera. La CCI no se arroga el título de "partido" ni se siente la "única" depositaria del "hilo rojo", pero trabaja con ahínco para contribuir en ese sentido.
Marsan. 11-06-09
[1] Grupo de la Izquierda Comunista que publicó en México a finales de los años 30 su revista "Comunismo"
Trotsky a finales de enero de 1919 en la Carta de invitación al Congreso de constitución de la IC, determinó los principios políticos de la nueva organización. La "Plataforma de la Internacional Comunista" y ofrece un buen resumen basándose en los programas de los dos principales partidos comunistas:
"El reconocimiento de los principios siguientes establecidos en la forma de programa y elaborados a partir de los programas de la Liga Espartaco en Alemania y el Partido Comunista (bolchevique) de Rusia, debe, en nuestra opinión, servir de base de la nueva Internacional." (Carta de invitación a la 1er Congreso,)
La Liga Espartaco que se constituyó en Partido Comunista Alemán (KPD), el 29 de diciembre de 1918, perdió a sus principales dirigentes, Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht, asesinados por los socialdemócratas durante el aplastamiento del proletariado insurrecto de Berlín en enero de 1919. Así, al constituirse la IC se sabe de esta primera derrota del proletariado internacional, donde perdió dos de sus dirigentes de más prestigio, (con la fuerza y la capacidad teóricas y políticas comparables a los de Lenin y Trotsky).
Para Rosa Luxemburgo, con la guerra de 1914 había comenzado el período de decadencia del capitalismo. En su discurso sobre el programa en el congreso de fundación del KPD dijo: "Históricamente, el dilema que se plantea hoy la humanidad es como sigue: caer en la barbarie, o la salvación por el socialismo". Esta posición se reafirmó en el primer párrafo de la Carta de invitación para el 1er congreso de la IC:
"1° El período actual es la descomposición y el colapso de todo el sistema capitalista mundial, y será el hundimiento de la civilización europea en general, si el capitalismo, con sus contradicciones insuperables, no es abatido." Y "Una nueva era ha nacido: la época de la desintegración del capitalismo, su derrumbe interior. La era de la revolución comunista del proletariado". ("Plataforma de la Internacional Comunista")
Para todos los revolucionarios de la IC, el declive del capitalismo tiene un impacto sobre la vida y lucha del proletariado, contrariamente a la posición del centro pacifista, por ejemplo la de Kautsky, el final de la guerra no significaba el retorno al programa de anteguerra. Se trata de uno de los puntos de ruptura entre la IIª Internacional ya muerta y la IC
"Una cosa es cierta, la guerra mundial representa un punto de inflexión para el mundo. (...)" La Guerra Mundial modificó las condiciones de nuestra lucha y nos ha cambiado a nosotros mismos radicalmente." (La crisis social la democracia -Folleto de Junius-, R. Luxemburgo, 1915, Ed. Roca, México)
La apertura del período de decadencia del capitalismo, marcada por la guerra imperialista, significó nuevas condiciones de vida y lucha para el proletariado internacional. La huelga de masas en Rusia en 1905, la aparición por primera vez de una nueva forma de organización unitaria de masas de trabajadores, los soviets, la formación de consejos obreros, lo habían anunciado. R. Luxemburgo (Huelga de Masas, Partido y Sindicatos, 1906) y Trotsky (1905) extrajeron las lecciones esenciales de estos movimientos de masas. Con Luxemburgo, el conjunto de la izquierda llevó el debate sobre la huelga de masas y la batalla política en el seno de la IIª Internacional contra el oportunismo de los dirigentes sindicales y de los partidos socialdemócratas, atacando su visión de una evolución pacífica y gradual hacia el socialismo. "El método fundamental de lucha es la acción de la masa del proletariado, que comprende la lucha a mano armada contra el poder Estatal del capital". ("Carta de invitación al Congreso").
La acción de masas del proletariado llevó a la confrontación con el Estado burgués, y ésta es la contribución más valiosa de la IC, que rompe con el reformismo de la socialdemocracia, basada en el método marxista y las experiencias históricas de la Comuna de París, la revolución rusa de 1905 y, especialmente, el octubre ruso de 1917 que destruyó el Estado capitalista y erigió el poder de consejos de obreros, con ello, la IC se pronunció claramente por la destrucción del Estado burgués y por la dictadura del proletariado, la dictadura de las masas organizadas en los consejos obreros.
En la Carta de invitación, leemos:
"2° La tarea del proletariado consiste en apoderarse del poder estatal. La toma del poder mediante la destrucción del aparato estatal de la burguesía y la organización de un nuevo poder proletario.
"3 ° El nuevo aparato de poder debe ser la dictadura de la clase obrera, y, en algunos lugares, el de los pequeños agricultores y trabajadores agrícolas (...). El poder de los consejos obreros y las organizaciones obreras es su forma concreta.
"4 ° La dictadura del proletariado debe ser la palanca para la inmediata expropiación del capital, la abolición de la propiedad privada de los medios de producción y su transformación en propiedad social".
Esta cuestión fue un punto esencial del congreso expresada con la aprobación de la "Tesis sobre la democracia burguesa y la dictadura del proletariado" presentadas por Lenin.
Las "Tesis" se inician por denunciar la falsa oposición entre la democracia y la dictadura "porque en ningún país capitalista civilizado, existe la democracia en general, sino sólo una democracia burguesa" agregaba que La Comuna de París puso de manifiesto el carácter dictatorial de la democracia burguesa. La defensa de la democracia "pura" en el capitalismo, es en realidad la defensa de la democracia burguesa, la forma por excelencia de la dictadura del capital. ¿Qué libertad de reunión para los trabajadores? ¿Qué libertad de prensa? Lenin contestó:
"La ' libertad de prensa' es también uno de los principales lemas de la "democracia pura". Sin embargo, los trabajadores saben (...) que esta libertad es una ilusión, mientas las imprentas y mayores existencias de papel están monopolizadas por los capitalistas, y mientras exista el poder del capital sobre la prensa, este poder se expresa en el mundo entero aún más clara y cínicamente cuando la democracia y el régimen republicano están más desarrollados, como en los Estados Unidos. Para conquistar una verdadera igualdad y una verdadera democracia para los trabajadores y campesinos, debemos quitar a los capitalistas la posibilidad de contratar escritores y comprar a las casas editoras, y corromper a la prensa. Para ello es necesario sacudirnos del yugo del capital, derrocar a los explotadores y de romper su resistencia." ("Tesis sobre la democracia y la dictadura del proletariado")
Reivindicar y defender la democracia pura, como los kautskystas, es un crimen contra el proletariado después de la experiencia de la guerra y la revolución, agregan las Tesis. Fue en el interés de los diferentes imperialismos, de una minoría de capitalistas, que millones de hombres fueron masacrados en las trincheras y que en todos los países, democráticos o no, se haya edificado la "dictadura militar de la burguesía". Es la democracia burguesa quien asesinó a K. Liebknecht y R. Luxemburgo cuando fueron detenidos y encarcelados por un gobierno socialdemócrata.
"En tal situación, la dictadura del proletariado no sólo es legítima como medio de derrocar a los explotadores y de romper su resistencia, sino también... necesaria para la masa de los trabajadores como la única forma de defensa contra la dictadura de la burguesía, que condujo a la guerra y prepara nuevas guerras .(...)" La diferencia fundamental entre la dictadura del proletariado y la dictadura de otras clases es que (...) la dictadura del proletariado es la represión por la violencia de la resistencia de los explotadores, es decir, de la pequeña minoría de la población de los grandes terratenientes y capitalistas. (...)"
La forma de la dictadura del proletariado ya se ha desarrollado, es decir, el poder de los soviets en Rusia, el sistema de consejos obreros en Alemania, los delegado obreros de los Shop-stewards Committees y otras instituciones soviéticas de otros países, realizadas precisamente por las clases trabajadoras, es decir, por la gran mayoría de la población, y significan una efectiva posibilidad de gozar de los derechos y libertades democráticos, como jamás ha existido, ni siquiera aproximadamente, en la mejor de las repúblicas de la democracia burguesa."(Ibíd.)
Sólo la dictadura del proletariado en el mundo puede destruir el capitalismo, abolir las clases y asegurar la transición al comunismo.
"La abolición del poder del Estado es el objetivo que se asignan a todos los socialistas... Hasta que este objetivo no se logre, la verdadera democracia, es decir, la igualdad y la libertad, será inalcanzable. Sólo la democracia soviética o proletaria conducirá a este resultado, ya que empieza a preparar la desaparición completa de cualquier Estado, con la participación de las organizaciones de las masas trabajadoras en la gestión del Estado." (Ibíd.)
La cuestión del Estado fue crucial en el momento que la oleada revolucionaria barrió Europa y en el que la burguesía de todos los países dirigía la guerra civil contra el proletariado en Rusia. En esta época concretamente expuso la necesidad de defender la dictadura del proletariado en Rusia y la extensión internacional de la revolución del poder soviético a Europa.
El cambio de período histórico revelado por la guerra de 1914-1918 determinó la división entre las posiciones políticas de la IIª y IIIª Internacional. Como lo fue sobre la cuestión del Estado. La decadencia del capitalismo y su impacto en las condiciones de vida y lucha del proletariado, plantearon una serie de nuevos problemas: ¿Debemos siempre participar en las elecciones y utilizar el parlamentarismo? ¿Frente a los consejos obreros, los sindicatos participaron en la "unión sagrada", son todavía organizaciones obreras? ¿Qué actitud adoptar con respecto a las luchas de liberación nacional en la era de las guerras imperialistas?
La IC no pudo contestar a estas preguntas. Es más un año después de octubre de 1917 en Rusia, dos meses después de la primera derrota del proletariado en Berlín, y sobre todo los años siguientes se caracterizaron por la derrota y el retroceso de la oleada revolucionaria y, en consecuencia, por el creciente aislamiento del proletariado en Rusia. Este aislamiento fue la causa de la degeneración del Estado de la dictadura del proletariado. Estos acontecimientos harán que la IC no pueda resistir el desarrollo de oportunismo. A su vez, ella morirá.
Para hacer un balance de la IC, es necesario reconocerla como lo que fue, el Partido Comunista internacional. Para aquellos que no pueden verla más que como una organización burguesa debido a su degeneración ulterior, es imposible hacer un balance de sus lecciones. El trotskismo reivindica acríticamente sus "Cuatro primeros congresos". Nunca había visto que, el primero rompe con la IIª Internacional, y que los siguientes marcan un reflujo en oposición a la división realizada con los socialdemócratas por el primero, así el 3º ofrece a esto últimos la alianza en un "Frente único". Después de haber reconocido su paso al campo de la burguesía, se rehabilita a los socialdemócratas en este congreso. Esta política de alianza con los socialdemócratas llevaría al trotskismo al "entrismo", es decir, entrar en estos partidos en los años 30 en contra de los principios del 1er Congreso. Esta política de alianza, de capitulación, -hubiera dicho Lenin-, habría de precipitar aún más a la corriente trotskista en la contrarrevolución burguesa con el apoyo al gobierno republicano en la Guerra Civil española y luego de la IIª guerra mundial imperialista, y por lo tanto, traicionar a Zimmerwald y la Internacional.
Fue en la IC que, desde los primeros 20 años, se creó una nueva izquierda para tratar de luchar contra la degeneración, en particular la izquierda italiana, alemana y holandesa. Estas fracciones de izquierda, que fueron excluidas a lo largo de los años 1920, continuó su lucha política para garantizar la continuidad entre la IC que murió y el "partido del futuro" extrayendo un balance de la oleada revolucionaria y la IC. "Bilan" [Balance] fue el nombre de la revista de la Fracción italiana de la Izquierda comunista en la década de 1930.
En continuidad con los principios de la IIIª Internacional, estos grupos criticaron las deficiencias de su ruptura con la IIª Internacional. Su trabajo en la oscuras profundidades de la contrarrevolución, su defensa de los principios comunistas en los años 30 y durante la IIª guerra imperialista mundial, permitieron dar lugar a la aparición y existencia de los grupos comunistas de hoy, y que, a falta de una continuidad orgánica, aseguraron una continuidad política. Las posiciones promovidas y desarrolladas por estos grupos responden a las cuestiones planteadas en la IC para el nuevo período de decadencia capitalista.
Por lo tanto, es sobre la base de la evaluación crítica realizada por las fracciones de la Izquierda Comunista que la IC vive en la actualidad y vivirá en el Partido Comunista mundial del futuro.
Hoy en día, frente a la explotación y la pobreza creciente, el proletariado debe tener la misma posición que la izquierda de Zimmerwald:
¡No a la unión sagrada con la burguesía en la guerra económica!
¡No al sacrificio para salvar a la economía!
¡Viva la lucha de clases!
¡Transformación de la guerra económica en la guerra civil!
Ante la catástrofe económica, frente a la descomposición de la sociedad, frente a la perspectiva guerrera y de caos creciente a la que nos conduce el capitalismo, la alternativa histórica es la misma que en 1919: la destrucción del capitalismo y el establecimiento de la dictadura del proletariado a nivel mundial, ¡socialismo o barbarie!
El futuro pertenece al comunismo.
R.L.
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